Capítulo dieciocho
«CAPÍTULO DIECIOCHO»
"That day"
Las vibraciones que emite mi celular me hacen recordar que no le he contestado a ninguna persona, específicamente porque no tengo ganas de entablar una conversación. Han pasado casi dos semanas y todo sigue sintiéndose vacío y triste.
Sin embargo, una nueva vibración llega, y aprovecho de observar de quién se trata debido a que tengo la pantalla del celular encendida. Me sorprendo al ver al causante de la notificación, me provoca extrañeza y sobre todo curiosidad al leer su mensaje desde la barra de notificaciones, así que sin pensarlo mucho accedo a su chat.
Yoonmi🌈 (2)
Bea, soy Yoonmi
Harás algo mañana?
Enviado a las 7:40 pm.
De tan sólo leer el par de mensajes mi corazón comienza a sacudirse dentro de mi pecho. Yoonmi nunca me escribía, sobre todo el último tiempo que por algún motivo se empeñó en evitarme y por supuesto el hecho de que lo estuviese haciendo justo ahora hace saltar ridículamente mi corazón. Luego de esa vez en su casa no volví a verlo ni a saber de él, es como si se hubiese desaparecido.
Los días habían pasado en un ciclo repetitivo de lágrimas, vacío y películas que apenas veía. Pero cuando vi el mensaje de Yoonmi, fue como si alguien hubiera tirado una piedra al estanque que era mi mente: las ondas del impacto seguían expandiéndose, imposibles de ignorar. ¿Por qué él, justo ahora?
Yoonmi🌈
en línea
No, por qué?
7: 43 pm
Te pasaré a buscar mañana, lleva una mantita y algo abrigador
7:44 pm
Donde iremos?
Es una sorpresa, te gustará
7:55 pm.
Última vez 7:55 pm.
Yoonmi realmente quiere matarme. ¿Qué ha sido todo eso? Lo único que ha dejado plantado en mi es la duda, su forma tan misteriosa de hacer las cosas me provoca -desde hace mucho- una curiosidad tan grande que es difícil poder describirla.
¿Cómo se supone que debo sentirme ahora? Por más que intenté olvidarme de todo lo que sentía durante las vacaciones, este mensaje solo provoca que los sentimientos vuelvan con más intensidad y es bastante masoquista de mi parte seguir pensando que tengo oportunidad con él, por lo que su mensaje y salida sólo me confunden.
(...)
La mañana llega arrastrándome con ella. Mis ojeras son testigo de una noche en vela, donde el recuerdo de mi abuela y la ansiedad por la salida con Yoonmi se turnaron para mantenerme despierta. Me obligo a ducharme y alistarme, aunque todo me parece irreal.
¿Esto pasaría de verdad? Creo que, sólo lo creería al ver a Yoonmi afuera de casa, pero como aún faltaba para eso, debo conformarme con esperar que no sea una broma.
Luego de terminar mi ducha salgo del baño y reviso el tiempo en mi teléfono para saber con qué sería más adecuado salir. Resulta que hay un extraño sol a pesar de seguir en invierno, pero no me fiaría de ello. Al terminar mi elección de prendas, recuerdo la petición de Yoonmi, "llevar algo abrigador y una mantita", así que en una de las mochilas que he elegido, pongo la mantita tal y como pidió y además un suéter extra, entre otras cosas.
Son las nueve con treinta y ya me encuentro casi lista. Aún no tengo el ánimo suficiente como para maquillarme, solo cubro mis ojeras y arreglo mi -ahora- ondulado cabello corto. Termino de arreglarme y me pongo unos lindos pendientes de argolla para finalizar. Puedo decir que estoy decente, es mucho pedir dada las circunstancias, solo ruego que todo sea real y no esté desperdiciando mi tiempo.
Mientras desayuno hecho un vistazo a las redes sociales, abro WhatsApp viendo la cantidad de chats que tengo sin responder, pero mi vista solo se concentra en uno. Son casi las diez y aún no avisa que ya salió de su casa, eso debería ser una señal de que esto es un error.
¡Diablos! ¿Qué sucede conmigo? Es tan difícil creer que Yoonmi y yo saldremos porque él tuvo la iniciativa... solo necesito un buen día, no pido nada más.
Termino de beber mi té, me dirijo hacia el baño a lavar mis dientes y escucho a lo lejos el sonido de las notificaciones inundar el salón. Rápidamente vuelvo a la sala, con el cepillo de dientes en mi boca y observo.
Yoonmi🌈
en línea
Estoy afuera de tu casa
Quiero gritar, ¡Sí es real! Aunque no debería emocionarme tanto, mucho menos ilusionarme, pero justo ahora me es imposible. Termino de cepillar mis dientes, luego voy hasta la pieza de mis padres para despedirme y antes de salir de casa tomo una larga respiración, deseando que todo salga bien hoy.
Al salir, el sol apunta directo a mis ojos, si bien no está tan cálido como para andar con una simple camiseta, es bastante agradable tener un sol en invierno, por más que ame el invierno y la lluvia.
Camino nerviosa, hasta el auto frente a la acera de casa. Trago saliva al abrir la puerta, Yoonmi observa mis acciones con su típica expresión seria, pero me sorprende observar cómo sonríe una vez que ya estoy dentro.
—Hola, te cortaste el cabello —dice, con una leve sonrisa que me descoloca.
—Sí... necesitaba un cambio.
—Te ves bien.
Madre de Dios. ¿Esas palabras acaban de salir de su boca? ¡En qué mundo estoy viviendo ahora!
—Gracias —le agradezco, como si su inesperado comentario no hubiese tenido efecto alguno en mí.
—¿Nos vamos?
—S-sí. Espera, ¿Dónde vamos?
—Es una sorpresa.
—¿Una sorpresa? —repito, asombrada. —¿Quién eres y que hiciste con él Han Yoonmi que conozco? —entrecierro los ojos en su dirección. Se limita a encoger sus hombros y encender el automóvil.
—¿Estás lista?
—¿Para la sorpresa? ¡Claro!
Me gustaban las sorpresas, ¿a quién no? Y viniendo de Yoonmi, podía ser literalmente cualquier cosa, así que no perdería la cabeza intentando descifrar a donde nos dirigimos.
Me pongo el cinturón de seguridad y acomodo la mochila a mis pies, el auto comienza a moverse y les juro que ver conducir a Yoonmi se me hacía algo demasiado atractivo a la vista. No puedo contener lo feliz que me siento al estar a su lado, sé que no debo ilusionarme porque una salida no significa nada, pero viniendo de él... pues quizá si significa algo.
—¿Cómo te sientes hoy?
—En serio, ¿Quién eres y qué hiciste con Yoonmi? —río. Es muy inusual todo esto. —¿Acaso has cambiado y no lo noté? No hemos hablado mucho este tiempo.
—Se que lo que estás viviendo no es fácil. Aunque no lo creas, tengo sentimientos y soy capaz de empatizar contigo.
—Y yo pensaba que no te importaba nadie.
—Bea... —advierte en tono de regaño. —estoy intentando ser amable contigo.
—Es cierto, lo siento. Debería aprovechar este momento —suspiro. —Creo que me siento mejor que ayer. Hace mucho no salgo... Esto es un gran paso, ¿no?
—Que intentes seguir con tu vida es un gran paso.
No llores Bea, no llores.
—¿Seguro quieres salir conmigo? No creo ser la mejor compañía.
—Es un pequeño precio que no me importa pagar —responde, pero había algo en su tono, algo más allá de sus palabras, que no pude descifrar. —Yoonmi...
—Bea... —responde imitándome.
—No sé por qué haces esto, pero gracias.
En el camino hablamos de cosas triviales, le pregunto sobre su trabajo, a lo que contesta que ha tomado turnos de tiempo completo debido al tiempo libre de las vacaciones y por eso se ha mantenido alejado, cosa que no creo del todo, pero bueno, no puedo culparlo.
El camino es largo, hacemos algunas paradas en las bencineras por algunos snacks o para ir al baño, pero luego de una hora parece ser que llegamos al misterioso lugar. Nos alejamos por completo de la urbanización, topándonos con un paisaje totalmente opuesto, mucho verde, árboles frondosos y un pequeño cartel que indica nuestro próximo destino.
—Bienvenida al pueblo mágico.
Yoonmi gira el manubrio yendo por un camino de tierra varios metros, hasta que el escenario cambia, encontrándonos con un pueblo escondido bastante rústico. Maneja lentamente por las calles de piedra, mientras yo embobada veo por la ventana las antiguas construcciones de las casas y como la montaña puede distinguirse al final de todo.
—¿Dónde estamos?
—Originalmente este pueblo se llama Starlight Grove, pero la mayoría lo conoce como pueblo mágico. Está escondido y no todos los turistas conocen su paradero... ¿Dónde te gustaría ir primero?
—Wow... pues no lo sé, podríamos caminar para conocer ¿no?
—Claro.
Yoonmi aparca el auto en un lugar y bajamos, respiro la brisa campestre, estoy fascinada viendo cada rincón de lo que nos rodea. Mientras caminábamos por las calles empedradas, un aroma dulce a pan recién horneado se mezclaba con la brisa fresca del bosque. Los letreros de las pequeñas tiendas estaban pintados a mano, cada uno con un estilo único, como si el pueblo tuviera su propia personalidad.
—¿Cómo descubriste este lugar?
—El año pasado junto a la familia de Suni, mi tía, vinimos de vacaciones. Nos quedamos en una posada a algunas calles de aquí, con vistas al bosque.
—Wow... esto es hermoso Yoonmi
—Pues sí, es un lugar muy lindo. Puedo ver en tus ojos cuánto te gustó.
Sonrío un tanto avergonzada, acomodando mi cabello. El sol nos apunta al rostro, por lo que tengo que entrecerrar mis ojos para poder verlo con claridad.
Tiempo después volvemos a su auto para ir hasta otro lugar, Yoonmi maneja nuevamente por un camino de tierra en un bosque frondoso hasta hallar el lago del cual hablaba. Nos bajamos y de la maleta saca una canasta mediana y su mochila.
—¿Has ido de picnic alguna vez?
—Creo que una vez... ¿y tú?
—Esta será mi primera vez.
Extiendo la mantita mientras él saca una canasta y una botella de vino. "Lo preparé todo yo", dice, sirviendo dos copas con una sonrisa que me hace sentir el rostro arder. La comida está deliciosa, pero lo que más disfruto es este momento irreal junto a él.
La comida que Yoonmi ha hecho, porque me aclaró que el mismo cocinó absolutamente todo, estaba realmente exquisita. Resultó ser que sí cocina de maravilla, hay muchas cosas que he descubierto el día de hoy. Cuando vamos por nuestra segunda copa, siendo abrazados por la brisa y escuchando de fondo los sonidos de la naturaleza, el pelinegro me contempla.
—¿Recuerdas el día de mi cumpleaños?
—¿Quieres decir el día donde se me ocurrió la fantástica idea de emborracharme? —él asiente, soltando una ligera risa. —Pues sí, ¿qué sucede con ese día?
—Tú me preguntaste si sabía lo que sucedió la noche anterior.
—Mm... sí...
—Y resulta que... mentí. Todavía recuerdo lo que sucedió ese día.
—Pero... ¿Qué tiene que ver eso ahora? ¿Hice algo malo? —su cabeza se mueve de un lado a otro, pensativo— ¡Qué vergüenza! ¿Por qué no me lo dijiste?
—Después de que casi todo el mundo se fue, sólo estábamos Dalton y yo. Al parecer comenzaste a recordar cosas y... de la nada empezaste a llorar.
—A... ¿llorar?
Ahora todo tiene sentido. Eso explica el maquillaje corrido y los ojos hinchados al día siguiente. Qué vergüenza, ¡pasar penas en el cumpleaños de Yoonmi! ¡a quien con suerte conocía!
—Lamento que hallas tenido que presenciar eso... justo en tu cumpleaños —me disculpo, con pena.
—El punto no es ese.
—¿Entonces?
—Hablo del motivo por el cual llorabas.
—¿Cuál era?
—Tu... abuela.
Eso fue una daga directo a mi corazón. Trago saliva de manera dificultosa, deseando que el nudo formado en mi garganta se esfumara lo más rápido posible. No quiero volver a llorar, mucho menos frente a él.
—¿Y que más... sucedió?
—Comenzaste a llorar desconsoladamente, obviamente me sorprendió, pero también recuerdo también haberme preguntado "¿cómo es que ella guarda tanta tristeza, si siempre está sonriendo e irradiando una energía positiva todo el tiempo?", entonces fui conociéndote más y aprendí que, así como yo me refugio en la música cuando la vida me patea en la cara, tú lo haces siendo feliz —es imposible no sentir algo al escucharlo hablar. Más allá de la vergüenza por verme llorar, el escucharlo hablar así de mí, me hace sentir... especial. Pero al mismo tiempo, me hace querer llorar, es extraño, ¿no? —Suena extraño, lo sé, porque ¿Cómo vas a ser feliz si realmente no lo eres? Pero tú lo haces Bea, conviertes la tristeza en una sonrisa, en una risa, en una conversación repleta de positivismo...
Las palabras de Yoonmi cayeron como una tormenta inesperada sobre mi pecho. ¿Cómo podía recordar algo que yo apenas lograba reconstruir en mi mente? El nudo en mi garganta creció con cada palabra que decía, mientras intentaba desesperadamente mantenerme entera. No quería llorar, no otra vez, pero sus palabras no me dejaban opción.
—Sé que no hemos hablado últimamente, pero el fin de este improvisado viaje es darte un respiro de todo lo que te está pasando.
Tomo una larga respiración, procurando llenar mis pulmones y de paso seco mis lágrimas.
—Esto —apunto a nuestro alrededor, inclusive a nosotros. — Es realmente de mucha ayuda. Gracias Yoonmi, siempre logras sorprenderme.
Mientras nos quedábamos allí, rodeados por la naturaleza y el silencio cómodo que habíamos construido, no pude evitar preguntarme: ¿por qué Yoonmi hacía todo esto? ¿Era su forma de disculparse por su frialdad, o estaba intentando decirme algo que no podía expresar con palabras? Una parte de mí temía la respuesta, pero otra, más pequeña y valiente, comenzaba a esperarla.
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