- uno -
🌼
-¡Ah, mis manos están congeladas!- exclamó Woo, frotando las palmas para obtener algo de calor.
-Tranquila, ven- le llamó Seung, tomando sus manos y metiendolas en los bolsillos de su chaqueta.
Caminaron bajo la nieve, llevandole dulces ivernales a su amigo.
-¿Puedo conocerlo?- preguntó luego de un rato en silencio.
-Veremos.. dudo que me dejen entrar a mi- acomodó su barbijo.
El resto del viaje fue silencioso, habia poca gente en la calle, y varios policias dando vueltas. Por suerte, ninguno los detuvo.
Las veredas estaban resbaladizas y el viento frío los golpeaba en la cara. Caminaron unas cuadras más, y llegaron al hospital.
Las rejas dividian lo que era un mundo normal e irresponsable, a un sin fin de terror, desesperación y dolor.
Seung inhalo en grande, preparandose para entrar.
-Buenos días- saludó al guardia, cuando Woo se apoyó contra un bajo árbol.
-Buen día- se sacó el gorro.-¿Qué necesita?- lo frenó en la puerta. Y Seung se cuestionaba si fue lo mejor ir al hospital.
-Vengo a visitar a un paciente.- su voz era un fino hilo, que el guardia cortó de un tijeraso.
-No.- fue todo.
-¿Disculpe?- el tiempo estaba tan frio, que pequeños humos helados salian de su boca.
-Que no. No se puede..- el guardia lo alejó despacio, camino a la salida.
Sin reproche, Seung acomodó su barbijo y salió del hospital.
-¿Y?- preguntó Woo, quien estaba de cuclillas, pues no aguantaria todo ese frío sentada bajo el árbol.
-No me dejaron..- se voz sonaba apagada. Y eso no le gustó a Woo.
Lo agarró del saco y se acercó a la puerta, cuando el guardia no estuvo mirando, tiró de él y lo obligó a correr.
-¡Hey!- gritó enojado.- ¡Te dije que no puedes pasar!- pero ambos jóvenes ya se habían adentrado al hospital.
Cuando ya no pudieron verlo, se acercaron a la recepcionista y preguntaron el número de habitación. Dicho, siguieron su camino hasta ella; caminando con cuidado, todos en aquel hospital corrían de un lado a otro, con enfermeros y pacientes.
Antes de abrir la puerta, un doctor les impidió el paso.
-No pueden visitar a un paciente con covid- se veía molesto, cansado e impaciente.
-No tardaremos mucho señor, déjenos entrar..- pidió Woo.
Con muy poco tiempo y paciencia, les entregó un uniforme de tela azul, igual al que él usaba. Luego se pusieron los barbijos que les dieron, y por fin cruzaron la puerta.
-¿Está dormido?- susurró Woo.
Seung se acercó para confirmarlo que decía su compañera. Negó con la cabeza.
-¡Seung!- exclamó su amigo, estaba verdaderamente feliz.
-Estás despierto..- mencionó sonriendo. Lastimosamente esta no se podía admirar como su amigo quería por el echo de estar usando un equipo para poder verlo.
-Si- susurró, su voz se oía átona.
Woo caminó hasta los sillones individuales, y tomó asiento. No iba a imponer presencia, quería que Seung pudiera hablar en paz con su amigo.
-Te traje unos dulces..- dejó la caja en la mesa junto a la camilla.
Yun sonrió - Esta vez pudiste conseguir los he..- lo miró -la próxima hazlo conmigo.
-No dudo de eso, realmente nos cuesta encontrar este tipo de dulces. Me hubiera gustado que los comieran en el parque, y no aquí.
Woo, quien estuvo callada los pocos minutos que los amigos podrían llegar a tener, notó algo familiar en esa voz del amigo de Seung.
Antes se habían visto, lo sabía. Porque de algún lugar recuerda aquella voz.
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