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Capítulo 4

Obras coloreadas de falsedad

Existen varios tipos de idiomas en el mundo; el español, el inglés, el japonés, el árabe, el alemán, el francés, el italiano, el ruso y así hasta llegar a una gran cantidad. Todos tan hermosos y tan difíciles a la vez.

Viajar siempre ha sido uno de mis propósitos, descubrir que hay más allá de mi pequeño pueblo, quise visitar lugares diferentes. Admirar el arte que envuelve cada continente, país, región, ciudad y villa. Vivir la experiencia de dormir en cualquier rincón que encuentres; la calle, una casita, la playa, un hostal o incluso en una pequeña montaña con vistas a las estrellas.

Yo soñaba y ahorraba cada día para disfrutar al máximo, lejos de mi peor pesadilla. Tal vez la esperanzas e ilusiones, a veces solo se quedan en ideas y planes.

Volviendo al tema de los idiomas, en Vendonia se hablaban tres; el español, la ignorancia y la hipocresía.

¿Recuerdas cuando te hablé de la familia Benrite?

En mi mente, aún se guardan los momentos en los que las mujeres, se reunían para hablar con la señora Benrite, aconsejándole tonterías.

Algunas decían que perdonara a su marido, que tenía que olvidar ese engaño ya que, era normal, si no se quedaría sola. Otras que se volviera a embarazar para amarrar a su esposo de nuevo consiguiendo forzar el matrimonio.

En ese tiempo yo tenía tan solo catorce años, me atreví a recomendarle que dejara al machista de su esposo, se vaya lejos y que empezara de nuevo con sus hijos. Ellas se rieron de mí, me llamaron "niña ignorante" y me prohibieron ir a las reuniones. 

No voy a negar que dudé de mis pensamientos, pero ahí estuvo mi abuela para explicarme que el amor, no se acercaba ni un poquito a como lo veían las damas de Vendonia.

Por otro lugar, también hablaban el idioma de la hipocresía. Lo mostraban muy bien, interpretando cada año las "historias" de las pecadoras, que consiguieron alejarse del pueblo. Tantas vidas destrozadas, hundidas y humilladas, todas por culpa de los tristes errores de Vendonia. Ese año se realizaría la obra de teatro de la última pecadora, la señorita Leons.

—¡Adolescentes problemáticos, les informamos que en media hora, les queremos a todos en el teatro! ¡Hoy se inician los castings y se anunciará la obra!

Salté emocionada, nunca conseguí ser la protagonista, ni siquiera llegué a ser un personaje secundario. Sin embargo, amaba preparar cada guion, cada vestimenta, cada pedacito que a veces no era muy valorado.

El teatro me transmitía varias sensaciones, la más predominante era el dolor, la nostalgia y pocas veces la alegría.

Seguí con mi camino de cada día, hasta que sentí como me empujaban por detrás.

Auch.

—¡Yo quiero ser la protagonista!

—No lo creo, eres demasiado...simple

—¡Yo lo seré! ¿Te imaginas poder besar a Rodrigo?

¿What?

—¡Me encanta que lo hayan elegido a él como protagonista!

¿El castaño excitante será el protagonista?

¿Habrá un beso?

¿UN BESO?

¡Lo van a besar!

—¡Pequeña rubia!— oí su increíble voz desde el fondo del pasillo.

Tenía su media sonrisa dibujada en su cara, sus ojos cielo se veían cansados junto con su cabello totalmente revuelto, dando signos de que no había dormido demasiado. En cuanto pude me dirigí a él, quise acercarme más. Sin embargo, sentí que algo no andaba bien, pero por supuesto las chicas se me adelantaron y comenzaron a hablar animadamente con mi nuevo amigo.

Bueno, hora de irse amiguitos.

Apreté mi maleta a mi hombro y continué con mi camino, ese día estaba muy contenta por la idea del teatro, aunque me hubiera gustado compartir con Rodrigo un poco de mi emoción.

Tan pronto como intenté dar un paso más, algo desconocido me agarró, otra vez. Casi tropecé en el camino, luego me di cuenta de que estábamos en un lugar diferente, concretamente, el baño.

Voy a hacerme la sorprendida cuando vea quien es.

—Pequeña rubia...

—Hola, no puedo hablar. Tengo que ir al teatro. —salí como pude de ahí.

Puntualidad ante todo.

—Quiero conversar contigo, hoy venía un poco cabizbajo, pero al verte me fue inevitable no ponerme feliz, acabas de alegrar mi oscura mañana.

¡Cierto! Él estaba raro...

—¿Qué te dijo mi abuela? ¿Te molestó algo de la conversación?

—No, solo me leyó las cartas. Que gran futuro me viene encima...

—No te creas, eso a veces funciona y otras veces no.

—Puede...¿vamos juntos al casting?

—¿Tendremos que enfrentarnos a tus nuevas fans?

—No, vamos juntos, sin fans.

—Intentémoslo, te apuesto a que ya están buscándote...

—Te cuento un secreto...—se acercó a mi oído, rozando su cuerpo con el mío y susurró— A veces desearía no ser tan guapo, así no me hubieran elegido como protagonista.

—¡Qué arrogante eres! Te han elegido porque eres nuevo...

Y guapo. Muy guapo.

—Claro, claro...

Me dio la mano mientras andábamos por los pasillos. Yo me sentía tan energética que llegué a olvidar varias cosas, la felicidad me duró poco. Ya que mis pensamientos me jugaron una mala pasada y comencé a preocuparme por mi mejor amigo.

Él odiaba más que nadie las historias que se hacían en Vendonia, eran, son y serán un tema delicado para James. A pesar de nunca haberse quejado le dolía demasiado, yo lo notaba, mi pelinegro favorito sufría en silencio una pérdida de la que yo no estaba enterada.

Tras cruzar la puerta, el gran e iluminado salón se presentó ante mí.

Todo perfectamente ordenado, sus butacas rojas decoradas de falso oro, su escenario hecho de madera, sus no tan amplios palcos que pocos padres ocupaban, sus grandes telones color sangre, todo él era tan igual a los demás.

Siempre fue bonito a su manera, sin embargo como todo lo que había en Vendonia era horrible, el teatro entraba en ese pack. 

En un segundo mi mente volvió al pasado, mi padre enseñándome lo que se convertiría en mi espacio favorito, un pequeño James sonriendo por primera vez, Vanessa mostrando lo bien que sabía actuar...

Y ahora todo en blanco.

Rodrigo me sonrió con dulzura, él también parecía haber revivido partes de su antigua vida. Supongo que hay lugares que son tan normales y tú los haces mágicos.

—¿Es bonito, verdad?— me preguntó, adoraba la manera en la que como se le iluminaban los ojos al alzar su vista hacía el techo, él examinaba los dibujos que se encontraban en el techo y yo lo analizaba a él.

—Es...— pensé en mentirle, el momento era demasiado bonito para mi propio bien—...una joya— respondí pensando en mi padre.

Buscamos asientos disponibles, rodeamos casi todo el lugar sin encontrar ninguno libre. Había demasiados, no obstante cada uno contenía un fallo, solo se podía sentar una persona. En otras palabras no querían que Rodrigo y yo nos quedáramos juntos.

Tenia que haberlas felicitado, su plan era bueno e inteligente, no era tan fácil colocarse de una manera en la que solo mi amigo se pudiera sentar. Volvimos a dar vueltas y seguimos sin butacas, las chicas disfrutaron ver mi cara a punto de rendirme.

Pero Julieta Brown no se rinde...

Ja, ya quisieran.

Encontramos uno solitario, yo me senté en él y el castaño excitante se quedó parado al lado mío, como un perrito detrás de su amo. Observé como Claire me miraba con asco, al igual que otras compañeras, yo sonreí a cada una de ellas y agarré la mano de Rodrigo para luego susurrarle algo en el oído.

Te preguntarás qué le dije, pues lo primero que se me ocurrió.

—Tienes una mancha en el pantalón— murmuré.

Él me miró extrañado y comenzó a buscar "la mancha", la escena hubiera sido tierna, si yo no me hubiera puesto a reír como una loca.

El tiempo pasó, los profesores aún no aparecían, la gente se estaba desesperando, incluso muchos se marcharon. Después de seis minutos, por fin aparecieron tres de ellos, con dos portafolios cada uno.

—¡Bienvenidos pequeños actores! Queremos agradecer a los que se han quedado, su premio por tener paciencia, será conseguir aprobar en aquella materia que tengan suspendida. —Los alumnos sonrieron y aplaudieron—. Dicho esto procederemos a dar a conocer la obra de este año.

¿Cuál será? Espero que esta vez no sea un final muy sangriento.

—La obra de teatro de este año es...¡La historia de Vanessa Leons!

Silencio.

Nadie habla.

Nadie se mueve.

Incluso nadie pestañea.

—Queremos agradecer a sus padres por permitirnos interpretar...

Bla, bla, bla...

La respiración me empezó a fallar.

Intenté darme un poco de aire con la mano, hasta que todo se volvió borroso, mi cabeza me dio mil vueltas y la voz llorosa de Vanessa invadió mis oídos.

El lugar giraba y pequeñas imágenes de un horrible recuerdo iban y venían, como la voz de Vanessa.

Ya no escuchaba nada más, solo a ella.

"—No pienso dejarte sola Juliette.

Ni yo a ti Nessa."

Me agarré la cabeza sintiéndome como si me estuvieran golpeando con algún objeto metálico. Aguanté no gritar de desesperación, Rodrigo pareció darse cuenta y no dudo en socorrerme.

—¿Estás bien, pequeña rubia?

El aire seguía sin hacer acto de presencia. Como pude fui al baño, percibí como Rodrigo me seguía con precaución, esperando a que yo me caiga para poder agarrarme.

Yo no necesito ningún príncipe azul, amigo.

He pasado por cosas que te enseñan a cuidarte a ti misma.

Como pude entré al lavabo, intenté cerrar la puerta, pero fue en vano. Mi amigo ya había entrado.

—¿Julieta?— la voz de Rodrigo se hacía cada vez más lejana.

—James...protección...— conseguí decir antes de caer al suelo del pequeño baño.

****

Nunca imaginé que después de una caída el cuerpo se volviese más pesado y doloroso, con más razón si te has abalanzado directamente hacia al piso. Mi cabeza me zumbaba, difícilmente abrí mis ojos, sintiéndome en otro mundo, por acto reflejo me llevé la mano a la cabeza para comprobar que no sangraba.

¿Dónde estoy?

¿Qué me ha pasado?

¿Quién me trajo hasta aquí?

El piso estaba sucio y había algo pegado en el suelo, que esperaba que fuera un trozo de guante transparente...

Agh, que asco.

Entonces noté una caricia sobre mi piel, era una mano de hombre, con miedo me arrastré hasta un cubículo y me encerré. Tenía pánico, alguien podría hacerme daño y mucho.

—¡Julieta! No voy a hacerte nada, no te llevé a la enfermería porque pensé que no querías que James se preocupara y...porque no sabía donde era...

Solté un suspiro, quité el seguro, Rodrigo entró y me analizo lentamente. Se veía tranquilo, como si le hubieran quitado un peso de encima. Después de esperar que terminara de repasar que no tenía ninguna herida, me abrazó apretándome contra su pecho. Sus brazos eran confortables y acogedores.

—Me asusté demasiado al ver que no reaccionabas, por favor no vuelvas a ponerte así. No sabría qué hacer.

—Yo no puedo controlar lo que me pasa.

—¿Comiste bien hoy?

—No lo sé, tal vez no me sentó bien las fresas...

—Esperemos que solo sea eso...

—Lo siento por haberte causado esa preocupación...

—No, más bien agradezco haber estado aquí. Eres importante para mí, pequeña rubia. Te has convertido fácilmente en mi prioridad.

Lo abracé de nuevo. Rodrigo olía fenomenal, su colonia era cara y se notaba, pero para mí, ahora olía a amistad, seguridad y...cariño.

Un cariño muy especial.

—¿Te encuentras estable para poder regresar?

—Sí, vamos.

****

En el gran teatro, los únicos presentes éramos los que tenían que estar obligatoriamente ahí y a los que les interesaba saber sobre Vanessa. Como dije antes, una semana detestable, ya me imaginaba como debían estar sus padres.

¿Cómo habrán hecho para convencerlos?

Los tres profesores daban vueltas de un lado a otro, discutiendo quién sería el personaje ideal que sabría interpretar correctamente a la protagonista. Se escuchó como murmuraban y revolvía los papeles, después de cinco largos minutos se posaron sobre el escenario. Uno de ellos agarró un micrófono con entusiasmo y empezó a hablar.

—Como ya sabéis nuestro protagonista masculino, será interpretado por nuestro nuevo alumno, Rodrigo Wall. ¡Aplausos por favor!

Mis tímpanos casi se rompieron al escuchar el gran estruendo que provocaron al aplaudir, silbar y gritar.

¿De dónde les sale la fuerza? Yo como mucho aplaudo cinco veces, estos podrían pasarse una hora y ni cansados estarían.

—Ha sido una decisión difícil, la protagonista es una persona que tuvo contacto con Vanessa, la conoce bien y esperemos que pueda conectarse con ella...

De nuevo el silencio...

¿Quién le dará vida al alma de Nessa?

—La protagonista elegida es...¡Claire Stone!

Juró que las chicas se pusieron a llorar, una incluso amenazó con sabotear la obra, otras se quedaron calladas envidiando a Claire y algunas, yo incluida, nos quedamos pensando el hecho de que Claire y Vanessa fueran amigas.

Esas dos eran agua y aceite...

"—Escucha niña, no te quiero cerca de mí, ¿escuchaste bien o te lo deletreo?

No tranquila, que dentro de poco nadie se acercara a ti, pronto descubriremos tu verdad. Y sin más desaparecerás, como el fuego de una vela después de ser apagado."

¡Definitivamente no eran amigas!

Estuvimos una hora repartiendo personajes, al final conseguí ser ayudante de camerino, ellos pensaron que era mejor tenerme lejos del escenario. No compartí su idea e intenté quejarme, no me hicieron ni caso y me tocó a mí encargarme de todo lo relacionado con la obra.

Los seleccionados leyeron los guiones entusiasmados, Claire no se alejaba ni un instante del castaño excitante y él de ella tampoco.

Por aburrimiento dibujé garabatos en mi libreta de anotaciones. En cuanto me di cuenta noté que no era un simple dibujo, eran líneas que juntas formaban la letra "C".

Hice caso omiso y arranqué la hoja, una pequeña niña se acercó a mí.

—¿Tú sabes cuál era la película favorita de la señorita Leons?— me preguntó mientras abría una mini libreta.

—Le encantaba "La bella durmiente", era fanática de ella, siempre soñó con que su príncipe la salvará.

Quien diría que acabaría ella también en un sueño eterno.

Porque su príncipe no existía.

—¡Muchas gracias Juliette!— me abrazó tiernamente, me sorprendió que me llamara por el apodo que poca gente conocía.—Notó mi confusión y se acercó lentamente— Él me contó sobre ti, eres muy bonita, espero y os encontréis pronto...te ha estado buscando...— la niña me dio una sonrisa y salió corriendo a hablar con Claire.

¿Qué?

Espera un momento...

La niña era pelirroja, tenía grandes ojos miel, su pequeña nariz era recta, sus cachetes eran rosados y su sonrisa...

No, no puede ser.

Unos pasos se oyeron por todo el salón, alguien venía furioso hacía nosotros. Se escuchó como se aproximaba más y más, causando un desconcierto en el ambiente.

Me preparé para intentar calmar a la fiera, que vendría a gritar todo su dolor. No obstante, mi sorpresa fue mayor cuando un joven inesperado se quedó quieto delante de mí.

—¿¡Qué mierda es esta?!— gritó el chico apretando los puños. Alzó su mano y dejó un tiempo a todos para poder visualizar el póster de la obra.

La historia de Vanessa Leons, una mentira bien relatada.

Detesté ver la foto de Nessa en la pancarta, se veía sonriente, sin preocupaciones, sin tristeza.

Una furia escondida apareció, le arranqué el cartel fuertemente y lo rompí. La mirada de los presentes se posicionaron en mi acto.

Mis manos podrían haber destrozado cualquier cosa en ese momento, cuando solo quedaban pequeños trozos, paré y lo tiré al suelo. El rostro de Vanessa se encontraba esparcido por todo el escenario y junto a ellos unas muy pequeñas lágrimas.

—Jamás se volverá a ver el rostro de Nessa, ¿me escucharon?— ordené, los profesores asintieron nerviosos. Estaban temerosos pensando en qué hacer si yo me pondría más alterada de lo que estoy.

—¡Lo que oyeron!— gritó el chico intentando causar miedo.

El resultado fue lo contrario, él huyó rápidamente de ahí y yo me quedé parada mirando los restos. Un pequeño símbolo me confundió, agarré el pedazo y le di la vuelta. Dos iniciales se encontraban sobre el papel.

"L.C"

Lo escondí en mi pantalón, salí corriendo para alcanzar al chico, quería saber dónde había conseguido el póster. Lo busqué por media escuela, hasta que di con su paradero. Se encontraba posado bajo un árbol, estaba pensativo y acariciaba su collar con delicadeza. Al principio no supe qué hacer, él reaccionó y giró los ojos, irritado.

—Vete.

—¿De qué conoces a Vanessa?

—¿Y eso a ti qué te importa?

—Responde mi pregunta.

—Realmente no tengo ni idea de quién es, tampoco es que me interese mucho la verdad...

Quise golpearle al no darme una respuesta coherente, entonces vi algo en él, su cara era tan familiar.

Me fijé en que su collar estaba adornado con la inicial "C". Removí mis recuerdos, en ellos aparecía un niño pelirrojo con pequeñas pecas y ojos esmeralda.

Lo entendí todo, la niña, la inicial, su rostro, su recuerdo...

—¿Charly?

Mi mente conectó algo más, mi yo de siete años dándome un pequeño beso con él.

Con Charly, mi pequeño Charly. 

***

¡Hello! 

No sé ustedes, pero yo ya amo a Charly :)

Adelanto del próximo episodio:

Va a haber una pelea...

Uno de ellos saldrá muy lastimado...

Y además...

"Estás preciosa, que tonto fui de niño, debí..."

Por cierto...¡BEFORE THE TRUTH ya ha llegado a los 100 votos y más! Y también...¡Tiene 600 lecturas! 💖

Estoy muy feliz 😭💕

¡Nos leemos la próxima semana! (si no muero en los exámenes)

¡Que tengan un lindo día, tarde o noche! 

—Anahy🌹

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