Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

Navegando en un barco de papel

No sé si ya ha quedado claro el hecho de que nunca he encajado.

Sí, acepto que Charly y yo conectamos el día que nos conocimos. Me uní a él con tanta fuerza, que parecía que nos hubiéramos esposado, no hacía nada si él no lo hacía conmigo. Éramos como un chicle, todo era dulce, armonioso y pegajoso. Por eso, en el momento de la despedida para ambos fue una sensación diferente, no sabíamos lo que era decir adiós, ya que nunca nos habíamos peleado, no sabíamos estar separados.

Y ahora no podemos llamarnos amigos, ni nos conocemos como creíamos.

Cuando se fue la sensación de volver a mi cueva, o nunca haber salido de ahí, inundó todo mi cuerpo. Supe que no podía encajar con nadie si ni yo sabía estar conmigo misma sin sentirme mal.

Y esa fue una de las razones que me impulsó a intentar conocer más personas, aunque todos mis intentos fueron un fallo total, de verdad. Hubo veces en las que escogía a personas incorrectas y algunos simplemente huían de mí, era la oveja negra, por así decirlo. No quería aceptar que la única persona que me soportaba se había ido, me había acostumbrado al ruido y me dediqué a asfixiarme en el doloroso silencio que yo misma me ocasionaba.

Hasta que llegó alguien que me enseñó lo que el silencio y la soledad podía esconder. Esa persona me mostró el lado agridulce de las amistades, ese lado en el que te puedes enfadar con tu amigo porque sientes que no está haciendo lo correcto, el lado en el que una discusión o un reproche te indica lo que tienes que mejorar de ti o ayudar a la otra persona a mantener el control.

Ese niño opuesto a mí me preparó para lo que tener un amigo significaba, no todo era perfecto ni bonito, era verdadero que era lo importante. Si algo está mal, se corrige y se sigue navegando en un barco de papel, en el que los dos conducen para poder llegar a su destino.

Porque ninguno es mejor que el otro, ambos tienen que mantener la guardia en alta, si quieren seguir a flote. Pero lo importante es que estén juntos y que lo hagan con la misma fuerza que les guía su amistad, porque esta será un faro que deben saber usar.

Por esa misma razón recuerdo esos días, porque él siempre había estado ahí...

El sonido de mi agitada respiración arruinaba el perfecto instante.

Después de una semana llegando tarde, decidí comenzar a salir de mi casa una hora antes y esperar sentada a que abrieran las puertas. Era mi manera de demostrar que podía ser responsable, entrar primero y a tiempo.

Así que ahí estaba yo, tranquilizándome después de haber corrido por miedo a retrasarme. Al darme cuenta de que estaba en el tiempo correcto, me senté en un banco y quise encontrarle un sentido al porqué el cielo es azul, supongo que era mi única preocupación, solo tenía nueve años.

Ahora que me pongo a pensar en mi niñez, recuerdo lo pequeña e inocente que me veía.

A veces me imagino caminando con mi uniforme, que era una simple falda verde y una camisa blanca, que aunque no lo aparentaba, valía un ojo de la cara. También me veía algo pequeña de estatura, con el cabello colgando hasta mis hombros, con mis mejillas rosadas y mis labios pequeños. Probablemente, lo único que amaba de mi vestimenta eran mis zapatos oscuros, con los que me encantaba chapotear en los charcos de agua, luego estaba mi maleta que era más grande que yo y pesaba demasiado.

Así que esa era mi rutina de todos los días, solo que, esa mañana alguien iba a interferir en mi preciado momento de soledad, estaba comenzando a volver a apreciar esos segundos de pensar en nada.

Una nube se veía como si de un corazón se tratase, me pareció algo abrumador y a la vez magnífico, no pude evitar admirarla.

—No entiendo que ves de bonito en un trozo blanco que parece un algodón—. Una voz de un niño se ganó toda mi atención, abrí mis ojos sorprendida. A diferencia de mí, aquel chico se veía con su uniforme totalmente arrugado y algo sucio. Hice una mueca al ver su cabello alborotado, estaba acostumbrada a la perfección de Vendonia, todos los niños se peinaban correctamente.

—Por su sencillez, es agradable buscar aquello que casi nadie nota— murmuré brindándole un puesto a mi lado, quería que se sentara, me había llamado la atención. Charly siempre me daba la razón, no conocía a alguien que le pareciera tonto imaginar las formas de las nubes y por eso se me hizo algo inusual.

—Entonces tú eres una nube, pareces sencilla, pero es difícil encontrar tu verdadera forma a menos que tú quieras...Por cierto, la nube tiene forma de dinosaurio, no de corazón— me contestó como si hubiera dicho cualquier cosa.

Se alejó de mí caminando con firmeza hacia la entrada, noté como vaciló un poco antes de intentar entrar, hasta que desapareció entre la oscuridad del lugar. Dejé de observar como una acosadora y seguí con mi momento, hasta que noté que ya era la hora de comenzar las clases. Nada más acercarme casi caigo al suelo, porque salían dos personas, una de ellas bastante furiosa.

—Te lo he dicho, tienes que irte, estás expulsado— dijo con irritación el conserje—. Tienes diez años, ¿Acaso no tienes vergüenza de presentarte después de lo ocurrido?

—Define vergüenza— habló el niño de antes con algo de burla en su tono, el conserje le sostenía de la camisa con algo de desespero.

—James, entiende que no puedes venir en una semana— esta vez se dirigió al niño con algo más de suavidad. Ellos parecían no notar mi presencia, a pesar de estar en medio de los dos, quienes compartían una mirada intensa.

—Mi padre me va a matar si me ve en la calle, por favor déjeme entrar.

El pelinegro, bastante alto para la edad que asimilaba que tenía, se veía algo preocupado y de verdad. Yo mordí mi labio, desde muy pequeña, mi abuela siempre me había enseñado a pensar en los demás, no pude contenerme y me acerqué a él.

—En el bosque hay un lugar en el que te puedes quedar, es un lago muy especial, por ahí hay una cueva...Cerca de un gran árbol con frutos— murmuré con sigilo, era un secreto, aunque ya no tanto.

Juro que sus ojos brillaron, como si se hubiera quitado un peso de encima.

—Gracias, pequeña señorita, adiós tío Greg— se despidió dándole una palmadita en el hombro a quien parecía ser su tío, me dio una sonrisa ladina y se fue corriendo.

Yo entré a las clases y seguí como cualquier día.

Aunque sin saberlo, volvería a encontrar a aquel niño en todos los lugares que iba.

Sin darme cuenta el tiempo pasó volando, pasaron dos años donde aprendí el valor del silencio. Mentiría diciendo que no tenía a alguien, porque unos mensajes y consejos me llegaban a través de barcos de papel. Siempre conseguían hacerme sonreír cada vez que iba al lago, yo los guardaba y protegía como si de mi vida se tratase.

El día de mi cumpleaños número doce tuve que festejarlo sola, porque mi abu tenía un viaje importante que hacer. Así que fui al lago a esperar si mi amigo de las cartas hacía acto de presencia, no lo conocía y eso lo hacía más interesante. Sin embargo, ese mismo día no llegó nada, al contrario solo me encontraron unos estúpidos niños que se habían dedicado a molestarme. Después de destrozar mi "decoración", me rodearon y comenzaron a llamarme pecadora, que era el mayor insulto que le podías decir a una chica en Vendonia.

Pecadora era sinónimo de detestable, horrenda, impura...Era la perdición.

—Recuerda Julieta, dile a tu amiguito "imaginario" que no le tenemos miedo— afirmó aquella niña que sin duda, era la líder del grupo. Luego se fueron riendo mientras caminaban, yo esperé a que se marchasen y solté unas lágrimas no muy orgullosa.

—¡Ex-amiga de Benrite!— exclamó alguien que se acercaba a mí a trote, pareciera que tenía que asegurarse de que estuviera bien, después de que esos niños se burlaran de mí.

—La gente me llama Julieta, ¿Tú eres...?— murmuré secándome las lágrimas con mi mano, no quería que ese niño me viera llorar.

—James K.A, un placer volvernos a encontrar, señorita.

Sí, James y yo ya habíamos intercambiado una que otra palabra, solo que prefería no tomarlas muy en cuenta, no me caía muy bien.

Él era tan...impulsivo.

—¿Eres el niño que guardó el secreto de la cueva?— pregunté haciéndome la tonta, se suponía que yo no lo recordaba.

—No del todo, se lo dije a mi novia.

Lo miré mal, aquel era mi lugar secreto, ni siquiera Charly lo conocía. Además, ¿Qué hacía un niñato como él con novia?

Al notar mi gesto él negó con la cabeza soltando una risa.

—Es mentira, James K.A no tiene novias ni las tendrá— dijo bastante convencido mientras se sentaba a mi lado—. Por cierto, deja de permitir que te traten así.

—Me da igual, ver como se meten conmigo por tener mejores notas me hace dudar de su inteligencia— suspiré apoyándome en una roca bajo su atenta mirada, me sentí algo nerviosa, él estaba parado y no ayudaba que fuera tan alto.

—¿Tontos? ¿De verdad ese es tu mayor insulto?, ¿Qué tienes cuatro años?

—No, tengo doce años, pero las chicas no podemos decir eso...Según la presidenta de las reuniones...Aunque la verdadera líder es Estrella Benrite, aún hablamos con ella por videollamada...

—Oh— soltó sin saber qué decir—. Yo tengo trece, casi catorce y rozando los quince.

Lo miré con algo de confusión, no me había quedado claro su edad, ni nada que lo rodeaba.

El pelinegro era una caja de sorpresas, bueno de rarezas, no parecía ser la persona con la que yo hablaría.

Él solo rio un poco, me analizó y sonrió.

—Tengo trece años, señorita— bufé al escuchar ese apodo que me había puesto sin mi consentimiento.

—¿Algo más que deba saber de ti?

—Sí, es muy difícil deshacerse de mí, más si esa persona me resulta amigable— murmuró para después irse corriendo, no sin antes haberme deseado un buen cumpleaños. ¿Acaso solo sabía correr? ¿Cómo sabía él que era mi cumple?

A partir de ahí algunos días venía a acompañarme, yo seguía analizando a las nubes y él insistía en que era una tontería.

Al principio no lo aguantaba, pero después comenzó a venir todos los días, porque yo en el fondo sabía que él no tenía tampoco con quien quedarse y no lo quería echar.

Ese tiempo que pasamos solos y a la vez juntos, me hizo pensar que, habíamos creado un ambiente en el que los dos sabíamos estar distanciados y a la vez al lado del otro. Su compañía empezó a ser más soportable y el silencio menos notorio.

No teníamos gustos en común, los dos éramos muy cabezotas, ambos discutíamos por llevarnos la contraria y a pesar de todo...Juntos sacábamos lo mejor del otro.

Yo buscaba lo bonito en todo y él la lógica de aquello.

Después se sumaron las veces que me hizo reír de verdad, y sin saberlo, ya me había aferrado a él como una niña a su juguete favorito. Aunque también, me había dado cuenta de que mi amigo especial de los barcos de papel desapareció como fuego en un incendio, lo cual era bastante sospechoso.

Al cumplir los catorce sentía que el mundo no era para mí, todas las chicas se veían perfectamente perfectas. Ellas y sus bellos cuerpos, ojos, cara, ¡Lo tenían todo! Tenía celos de no poder ser como ellas, se habían dedicado a recordarme lo extraña que era con apodos ridículos. Para ellos era gracioso, pero para mí yo de catorce años hería cada parte de su pequeño ser.

Mi abuela me consolaba con que ya llegaría mi desarrollo, aun así las palabras y ser comparada con las demás no cesaban. Siempre he odiado la comparación, cada uno tiene su brillo propio, lastimosamente no podemos evitar que nos apaguen el nuestro.

—Si tan solo yo...— susurré poniendo mi cara sobre mis rodillas, llorando en silencio, algo normal en mí.

Lo que era anormal en esas circunstancias era que James se quedara parado sin hacer nada, lo que le ocasionó otra expulsión, ya que golpeó al chico que se había estado burlando de mi cuerpo. Escuché unos pasos acercarse a mí con gran velocidad, sabía de quién se trataba, solo no quería que me viera de esa forma.

—Ya le di su merecido, ese hijo de puta no volverá a decirte nada, de eso me encargo yo...Si se atreve a dirigirte la palabra lo...— se detuvo durante un segundo y me observó triste, para después agacharse a mi lado—...No, no, Julieta no llores, por favor— me pidió agarrando mi cabeza con sus dos manos mientras limpiaba las lágrimas que recorrían mis mejillas.

—No puedo dejar de pensar cómo me vería sin todos mis defectos...— sollocé un poco e intenté recomponerme, pero no pude.

—Julieta eres hermosa tal y como eres, lo tienes todo...Bonita sonrisa, ojos bellísimos, labios rosados que me encantan, tu pequeña estatura que adoro porque eres mi señorita...Eres linda, Julieta...— dijo con una gran sonrisa, yo solo me dediqué a sonrojarme, las palabras de James me provocaba un gran bombardeo en mi corazón—. Sin contar que eres la mejor animadora del mundo, la mejor chica que cuenta mal los chistes, la más distraída, la única que ama los charcos de agua y saltar sobre ellos...La que me abraza tanto que une mis trozos rotos...Eres mi señorita linda, Julieta.

La mirada de James y la mía se fundió en una mezcla de cariño y sinceridad. Él agarró mi cintura pegándome más a él, sus dedos acariciaban un mechón de mi cabello con delicadeza mientras jugaba con mi pelo. Yo solo disfruté de su tacto y agradecí al mundo por traerme a mi mejor amigo, porque no sabría como soportarme sin él.

—Jamás pensé que diría señorita linda, suena cliché y eso...Pero eso significas para mí, Julieta...

—Lo sé, James— susurré abrazándolo.

—Recuerda, ¿Para qué ser igual que todas las nubes? A ellas las observarán dos segundos, mientras que a la de forma diferente admiraran por su belleza única.

James sonrió un poco, él sabía que me encantaba su sonrisa, que era algo que me ponía feliz. Por eso lo hacía, por eso intentaba abrirse a mí, como yo a él.

Al día siguiente recibí una carta de mi antiguo amigo, el chico me decía que yo era muy especial para él y que prometiera que no iba a decir nada al respecto sobre su identidad. Inmediatamente supe quien era, porque al final de la carta me llamaba como solo él sabía hacerlo.

Me pareció tan tierno que desde un principio James había querido acercarse de esa manera a mí, por lo tanto estuve tan feliz ese día.

Pero me di cuenta de algo, que no era bueno ni para él ni mucho menos para mí.

****

Dudaba de querer existir en ese momento, Elena tenía el ceño fruncido y seguía esperando una respuesta de mi parte. Agaché mi mirada imaginando lo que James haría o me aconsejaría si estuviera ahí, así que solté una bocanada de aire y me dispuse a decir la verdad.

—Las pecadoras son las chicas que no han sabido mantenerse en la raya de perfección que pide Vendonia, no son señoritas dignas de tener esa conexión con el pueblo— dije recordando las palabras de la presidenta del club—. Por eso Vendonia las echa del pueblo y les hace un teatro para que los jóvenes de la nueva generación no hagan lo mismo...Este año pusieron a Vanessa, la reciente pecadora...

—Julieta, ¡Mi niña está desaparecida! Ella no quiso marcharse de Vendonia, ella...debe estar muy asustada...— exclamó llevando sus manos a su cabeza.

Ella quizá esté muerta...

—Lo sé, ellos hablaron con los señores Leons, ellos aceptaron y...

—Los señores están indignados, no se han atrevido a decir nada, por no provocar un escándalo— soltó elevando su sonido de voz.

Recordé haber visto a Nessa en La Villa de los Olvidados, no obstante, podría ser producto de mi ebriedad y aunque ella estuviera ahí no hubiera salido con vida...Me negaba a pensar que mi mejor amiga era capaz de irse sin dejar rastro, tal vez algo le había obligado o...

—Tienes que ayudarme a impedir ese teatro...Cambia los guiones, haz que Nessa sea una chica digna de Vendonia, por favor...

Mordí mi labio, iba a ser difícil cambiar el guion una vez fuera del teatro.

—Es que...

—Nadie quiere que se descubran sus pecados, ni mucho menos poner en riesgo a sus seres queridos...¿Te imaginas siendo una pecadora, cariño?—soltó mirándome con una sonrisa de "te tengo en mis manos"—. Claro, no te lo mereces ni Vanessa, las dos siempre habéis sido unas señoritas educadas y tranquilas.

Oh señora, sabe perfectamente que está mintiendo.

—Yo...— su mirada me agobiaba, podía transmitirme tantas cosas—...lo haré, me encargaré de ello— suspiré después de darme cuenta de que había actuado sin pensar.

—¡Gracias Julieta, bonita!— ella saltó de alegría dándome un beso en la frente, después dejó el cartel en mis manos y se marchó por donde había venido.

Agaché mi mirada al póster, la foto de Vanessa con un borrón oscuro que tapaba sus ojos conectaron conmigo. Esa foto se la hice yo una tarde en su casa, ella quería que fotografiara su cabello antes de que se lo cortara, luego tomamos los tres un batido.

Giré el cartel, leí todo lo que tenía que leer y descubrí que detrás ponía los personajes junto con los chicos que actuarían, entonces supe que debía hacer.

Había una chica que gracias a sus padres actuaba, no tenía nuestra edad y aun así era el papel más importante. Una que me podía ayudar con tan solo hablar con su papi, esa era Claire, mi querida Claire. Si la convencía de cambiar el guion ella movería mar y tierra para conseguirlo, tan solo debía acercarme a ella y decírselo de una manera amable. Sin embargo, estamos hablando de Claire, no me haría caso ni aunque le pidiera de rodillas.

—Van a acabar todos volviéndome loca— bufé doblando el cartel para ponerlo en un bolsillo de mi pantalón.

Era hora de actuar, ordenar mis ideas y hacer algo de una vez por todas.

Lo primero de todo era encontrar a mi mejor amigo, porque necesitaba su ayuda y necesitaba saber que estaba bien. Ni siquiera recordaba porque discutimos, no importaba. Lo segundo era conseguir que Claire cambiara el guion y lo tercero...Lo tercero era recordarme de que a veces podía ser demasiado rápida caminando.

Acaba de llegar al lago, ¿Cómo conseguí salir del instituto si estaba en horario de clases? Fácil, "mi dolor de barriga" me había ayudado.

Estaba ahí, en el lugar especial de James, donde comenzó nuestra amistad.

Inhalé el olor a lavanda que se encontraba por todos los rincones, a pesar de estar en pleno otoño no sentía tanto frío estando ahí, el calor de los recuerdos me acurrucaba. Poco después me quité las zapatillas, me aseguré de ponerme en una posición correcta para no caer al agua y mis pies tocaron el helado lago. Tan solo notar como aquel lugar se caracterizaba de tranquilidad y paz ya conseguía enamorarme.

—Cuando estás con él...¿Me recuerdas? ¿Él es parecido a mí? Por eso lo quieres— me asusté y eso me hizo levantarme desconectando de mi aura.

Charly se encontraba apoyado a un árbol con los brazos cruzados, no podía entender como me había localizado. Rápidamente me alejé de la orilla, mis pies tocaron las pequeñas rocas que adornaban el paisaje, lo hacían más perfecto. El pelirrojo esperó mi respuesta, yo iba a preguntarle qué hacía ahí y el porqué me había seguido no obstante...

Él quería un motivo, yo se lo tenía que dar. Lo observé de pies a cabeza, no tenía ni idea de cuál iba a ser su reacción, no tenía ni idea de la nueva personalidad de Charly.

—Cuando tú te fuiste me escondí de todo y de todos, no afrontaba tu ida...Me dolía por dentro y siguió doliendo, pero no a mí yo de ahora— moví mis manos inquieta y le di una mirada segura—. Entonces llegó James, de manera inesperada entró a mi vida de una forma lenta, pero correcta...Me pareció siempre alguien tan impulsivo y descontrolado...

—Por eso te interesaste en él— me interrumpió con algo de frialdad.

—James se ganó mi amistad, mis abrazos, mis consejos, conocer a mi abuela y a mi pasado...Él consiguió cada parte de mí, ese tonto se ganó llamarse mejor amigo...Cuando estoy con él solo puedo pensar en estar con él, James nunca fue la segunda opción, ni lo será jamás— sonreí con melancolía, imaginando tenerlo conmigo mientras vemos una película—. Por eso a pesar de ser un inmaduro e inseguro consigo mismo algunas veces, él sabe que siempre será el primero.

—Por supuesto que lo sabe, tus ojos se lo deben repetir siempre...Brillan al mencionarlo.

Noté como sonreía de lado mientras tensaba su mandíbula, supe que no le agradaba mucho la idea de que James se haya ganado mi corazón de alguna manera.

Charly no lo admitiría nunca.

"Él te ha estado buscando..."

Juliette siempre te tendrá en su corazón Charly, siempre te esperará.

—Fuiste una estrella fugaz en mi vida Charly, una con la que pasé momentos maravillosos e inolvidables— dije con sinceridad—. Pero James es mi luna, a pesar de estar tan lejos o enfadados siempre de alguna manera estamos cerca, él iluminó con su oscuridad mi vida.

—Y me alegra oír eso, no quiero que te haga sentir mal o...— él pareció visualizar algo a lo lejos y sonrió—. No, me queda claro que estás en buenas manos...

Me acerqué a él para abrazarlo, estábamos cerrando un ciclo en nuestra historia. Si los dos no queríamos hacer nada para cambiar algo, lo mejor era guardar nuestra amistad en aquel baúl. No quería que fastidiáramos algo tan bonito como lo era July.

Un minuto después el pelirrojo se fue, volví a sentarme en la orilla y toqué con mis manos el agua, tan fresca y cristalina. Algo me rozó a los segundos, un barco de papel recién hecho por alguien que estaba cerca de mí. En cuanto lo agarré sonreí al sentir su tacto, era uno de mis momentos favoritos, su llegada junto con un mensaje.

Eso éramos él y yo, un barco de papel que intentaba no naufragar en el mar de la vida.

Lo desarmé y leí lo que estaba escrito.

Date la vuelta.

Y lo hice, siempre obedecía lo que ponía.

Él y yo, de nuevo.

Después de una semana, tenía al pelinegro delante de mí.

James me miró con nostalgia, abrió sus brazos preparándose para recibirme y susurró.

—Ya estoy aquí, no pienso irme, señorita linda.

Ni yo, K.A

Sí, tenías razón, todo lo que nos rodea tiene sentido, porque tú eres el mío. 

****

Bueno, bueno, bueno...

¡James ha vuelto! Y con todo, amé este capítulo con todo mi corazón :")

La canción es ✨J y J✨, se entenderá fácilmente después de unos caps

July se mantendrá en la distancia, Charly seguirá siendo importante, de hecho lo va a hacer en los siguientes caps

Claire, cariño, te necesitan

¿Creen que accederá?  

Me quedé sin palabras, por cierto, ¿Soy la única que no sabe hacer barcos de papel? 

Adelanto, tendremos a James con Ju durante un tiempo...

¿Aparecerá Rodrigo? Es que él me encanta jaja

Va a haber algo impactante y algunas personas tendrán que acercarse un poquito más de la cuenta...

Espacio para darle amor a James --> 

Con esto me despido, espero regresar pronto ❤

-Anahy 🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro