Desagradable y fascinante sensación: Parte 1
Izuku Midoriya estaba teniendo el peor día de su vida.
Caminaba lento y sombrío, si alguien veía su forma de andar podría llegar a compararlo con un zombie, un muerto en vida. Su expresión apoyaba ese sobrenombre. Sus ojos estaban sin brillo, sin esperanza, solo había una profunda tristeza.
¿Por qué la vida lo odiaba tanto?
Esa pregunta se la había hecho durante tantos años, era una constante a lo largo de toda su vida, preguntarse qué clase de ser omnipotente quería hacerle imposible su vida. En una sociedad donde los quirks lo eran todo... él nació sin uno. Creyendo que las personas apoyarían sus sueños, solo hicieron más que pisarlos y menospreciarlo.
¿Por qué se oponían tanto a que fuera un héroe? ¿Qué tenia de malo querer ayudar a las personas? ¿Por qué había tanto problema para cumplir su sueño?
Absolutamente nadie creía en él. Cuando era un niño no paraba de mirar los vídeos acerca de las increíbles hazañas de All Might. Su presencia, sus valores, su sonrisa, su estilo. No había nada que Izuku no admirase de ese hombre. Era una figura para él y para toda la sociedad, no por nada ostentaba el título de "Símbolo de la paz".
Cada día soñando y anhelando con todas sus fuerzas tener una buena peculiaridad, no le importaba si hubiera sido la peculiaridad de su padre o madre, él las entrenaría hasta hacerlas fuertes y convertirse en un héroe.
Sin embargo, él fue un caso sumamente raro para la modernidad. Un chico sin peculiaridad, el 99% de los chicos de su edad contaban con una peculiaridad, pero nació con la mala suerte de ser del 1%.
Un caso extraño, pero no había nada que él pudiera hacer. Era tonto pensar que podía cambiar. Solo era un niño tratando de aferrarse a las esperanzas de que en algún momento su poder despertar. Una esperanza triste que con cada día que pasaba, la realidad le hacía ver una y otra vez.
Cuando su amigo de la infancia, Bakugo, fue dotado con una peculiaridad realmente poderosa no paraban de lloverle halagos: "¡Que fabuloso poder!" "¡Con esto serás un gran héroe!" "¡Eres muy especial, Katsuki!"
También quería que le dijeran cosas así, cuando supo que era pobre desdichado sin habilidades especiales, sintió mucha envidia por su amigo. Él tuvo la fortuna de ser bendecido por un don así. Creyó que su amigo lo apoyaría de alguna manera con su condición, pero solo recibió burlas y humillaciones.
Cuando los chicos de su edad supieron de su condición se alejaban de él o lo molestaban. Si tenía problemas para socializar era porque nunca nadie le daba la oportunidad. Solo reían y menospreciaban todo su esfuerzo. Por más que trataba de hacerse a respetar, su tenue coraje era apagado por las poderosas explosiones de Bakugo. Su amistad con él estaba completamente fragmentada.
Lo que antes consideraba un amigo al que admiraba mucho, ahora paso a convertirse en su torturador, su maldito matón que no pierde la oportunidad de burlarse de él una y otra vez. Lo que más le llenaba de rabia era que los profesores nunca hacían nada. Ellos no eran muy diferentes al resto de sus compañeros, lo veían con frialdad, hacían como si sus problemas no existieran o solo lo dejaban con su problema.
De sus padres... le dolía en el alma ver que ellos tampoco lo apoyaban. Su madre el día que se enteraron que no tenía un don solo se disculpó con él. No quería escuchar eso, ese día odio a su madre, ella debió decirle: ¡No importa que no tengas una peculiaridad, aun así, puedes ser un héroe!
Añoraba con todas sus fuerzas que esas hubieran sido sus palabras y no las patéticas lagrimas que derramo, lamentándose de la situación. No hubo algo que le doliera más que eso. Ni su propia madre creía en él.
Su padre simplemente se fue al extranjero, se alejó de él y de su madre al enterarse de la condición de su hijo. Izuku no era ningún tonto y su madre tampoco lo era, la misma, no mucho tiempo después se enteró que su marido tenía otra familia.
La separación de sus padres marco fuertemente su vida, su madre había engordado, descuido su salud al punto que estuvo internada en el hospital por varios periodos de tiempo. Ella era la única familia que tenía. Su padre se largó, sus abuelos habían fallecido antes de que siquiera naciera, no tenía amigos, no tenía tíos o hermanos (a los que quisiera conocer).
Estaba solo, nadie nunca se detuvo a preguntarle si estaba bien. Recordaba que durante la escuela se llenó de tanta tristeza que se ocultó en el cuarto de utilería a llorar, eso le hizo perder dos clases y cuando se dieron cuenta de su ausencia, lo buscaron y eventualmente lo encontraron.
¿Qué hicieron?
Solo lo regañaron severamente, ignoraron por completo el hecho de que tenía los ojos hinchados, le reclamaron que era una vergüenza escabullirse y dejar de lado los estudios. Cuando intento protestar fue recibido por una cachetada.
Lo humillante que fue regresar al salón de clases con todos los chicos burlándose de él en silencio. No le hizo falta ningún don como para darse cuenta de los pensamientos de los demás.
Que patético.
Maldito llorón inservible.
Pobre diablo sin don.
Que lamentable.
Pensaba que no se podía ser tan patético.
Que asco, tiene toda la cara llena de mocos.
Sería mejor si solo desapareciera.
Solo muérete ya.
Estúpido Deku.
"Deku" un aborrecible apodo que le dio Bakugo, significaba "inútil". Cada día que pasaba ya no solo Katsuki lo llamaba de esa manera. Sus compañeros se unieron, para este punto lo habían llamado más veces Deku que por su nombre real.
Se dice por ahí que la vida que tienes ahora es obra de las acciones de tu vida anterior. Si eras bueno entonces serías bendecido con una vida llena de goces, y si habías sido malo, no solo tu alma era torturada, sino que renacerías con una vida peor a la anterior.
Recordaba muy vívidamente el día que escucho eso en su clase de religión, lo que hace que casi se desmayase. Se puso tan pálido y tan mal que tuvo que pedir permiso para ir a la enfermería.
El solo considerar esa tonta posibilidad lo había hecho sentirse horrible. ¡¿Acaso estaba pagando por los pecados de una vida anterior?! No quería creer eso y se negaba a esa idea.
Pero ahora... ya ni siquiera tenía ánimos de seguir respirando.
De nuevo, estaba pasando por el peor día de su vida.
Lo primero que supo esta mañana al despertar fue a su madre, diciéndole que iba estar en internada en el hospital por todo el fin de semana. Ya era costumbre que eso sucediese, pero eso no quitaba que una desagradable sensación lo inundase lo suficiente como para considerar ese día arruinado.
Luego, en la escuela, Bakugo termino por destruir su libreta de apuntes a la que le invirtió tanto tiempo, dedicada exclusivamente a analizar los dones de los héroes. El maldito lo redujo a cenizas, no quedo nada de ella y no era la primera que destruía.
Cuando trato de enfrentarlo solo fue recibido por una explosión en la cara que le dejo una quemadura. Solo pudo hacerse bolita y esperar a que terminaran de burlarse de él para regresar a su casa. Cuando así paso, salió corriendo de ahí, tomo un camino distinto al que solía transitar, uno el cual era poco usado, lo indicado, pues deseaba estar solo.
Al pasar por debajo de un puente, un villano casi lo asesina, por un momento la idea de estar muerto no le pareció mala, eso pensó su mente, pero su cuerpo no dejo de retorcerse, luchando por no morir asfixiado.
Cuando pensó que era el fin fue salvado ni más ni menos que por el héroe número uno, All Might. Aun cuando el hombre le dio su autógrafo mientras estaba inconsciente, deseaba que su ídolo avivara esa llama que aun parecía negarse a morir. La que le decía que aun podía convertirse en héroe. Se aferro a su pierna para no dejarlo ir y cuando aterrizaron en un tejado. No solo ocurrió una revelación. La primera fue que All Might no era el tipo musculoso que tanto había visto, en realidad era un tipo delgaducho, enfermo y herido por las secuelas de pelear contra un villano.
La imagen de los héroes omnipotentes, aquellos aliados de la justicia, quienes siempre vencían al mal y desplegaban la paz a todos lados. Esas solo son ideas equivocadas de un niño. Su propio ídolo se lo decía.
El Pro Hero finalmente no solo rompió aquella idea errónea dentro de la cabeza de Izuku, sino que también apago por completo esa llama de esperanza a la que tanto se aferraba. Sus palabras eran claras...
Sin un don, no podrás ser un héroe.
Era palabras duras, pero realistas, el hombre no lo dijo con la intención de destrozarlo, fue honesto y explicó que no le convendría volverse un héroe. Le dijo que si quería ayudar personas se volviera policía. A mitad de su explicación Izuku se sintió fatal, no solo emocionalmente, sino también físicamente, sentía que sus piernas le fallaban, la bilis subiendo por su garganta, su corazón latiendo a mil por hora, su cabeza le dio muchas vueltas.
Su imagen se vio tan mal que el propio All Might interrumpió por completo lo que estaba diciendo para preguntarle si estaba bien. No le contesto, y cuando el héroe se acercó, el peliverde dio media vuelta y corrió lejos de ahí.
All Might estaba débil y no pudo alcanzarlo. Cuando estuvo fuera del edificio, corrió hacía un bote de basura y vomito. Las lágrimas salían dolorosamente con cada espasmo de su cuerpo. Sus piernas perdieron toda fuerza y se desplomo de rodillas. La gente que pasaba solo se alejó de él. Nadie se acercó a ayudarlo.
De algún lugar tuvo las fuerzas para levantarse y salir corriendo para que All Might no lo viera así, mejor dicho, que nadie más lo viera así.
Un fuerte dolor hacía sangrar su corazón desde lo más profundo de su alma, era una apuñalada directa, solo quiso salir de ahí, nunca se sintió tan patético en toda su vida, solo quería desaparecer, que la gente ya no lo viera, ahora mismo todo el afán por querer que los demás lo notasen y lo apreciasen tal y como era, había desaparecido, solo quería que la tierra lo engullera para escapar de las miradas del mundo.
No corrió demasiado lejos, solo unas cuantas cuadras, su condición física nunca fue buena, estaba sudando y jadeando por aíre, y si algo de desayuno aún le hubiera quedado, probablemente ahí hubiera salido.
Sin embargo, una explosión lo saco de su nube de pensamientos. Al igual que a varios transeúntes, la razón... a lo lejos estaba una gran multitud de personas reunidas junto a varios héroes y policías quienes habían formado una barricada.
Inseguro se acercó y otro pensamiento paso por su cabeza. Tal vez, si lograba salvar a quien quiera que estuviera ahí, podría mostrarles a todos que sí podía ser un héroe. Los propios oficiales retrocedían y las personas no paraban de hablar preocupadas.
Cuando vio lo que estaba sucediendo jadeo impactado, aquel quien estaba siendo retenido era Bakugo, por el mismo villano que momentos antes también lo había atacado. La confusión lo inundo. All Might lo había vencido... y fue ahí donde cayó en cuenta.
Fue su culpa que aquel villano escapara, y ahora era su culpa de que Kachan estuviera luchando por su vida. Lo normal ante esa revelación era sentirse culpable del error que cometiste... pero este no fue el caso.
La idea irracional y hasta suicida de hace unos momentos se esfumo. No quedo rastro de ese fugaz pensamiento cuando los miles y miles de recuerdos de Bakugo humillándolo, desprestigiándolo, lastimándolo. La quemadura de hace una hora ahora ardía fuertemente y otro fuego crecía en su pecho, uno completamente distinto al fuego de la esperanza que había tratado de mantener dentro de sí, este era intenso, tan intenso que hacía arder todo su cuerpo hasta hacerlo temblar. El fuego del odio.
La mirada de desesperación de Katsuki le dio una profunda repulsión. ¿Por qué debería ayudarlo? Luego de todas las cosas que le había hecho por años, no soportaba la idea de tener que salvar su vida. Aquel que se jactaba de ser invencible ahora no era nada más que un niño asustado pidiendo ser rescatado, la diferencia era que a alguien como él tratarían de salvarlo a toda costa mientras que Izuku lo dejaría morir.
Probablemente si Izuku no hubiera conocido a Bakugo podría haber salido corriendo para ayudarlo, o eso pensó. Sin embargo, sus ojos estaban hinchados, sus dientes se presionaban entre sí con rabia. Cerro tan fuerte sus puños que pequeños hilos de sangre bajaban de su palma.
No obstante, su cuerpo no se movió y su mirada solo transmitía odio. Una incomprensible sensación de odio, celos, envidia, ira y rabia se arremolinaba desde lo más profundo de su corazón. Si las miradas matasen, Bakugo habría muerto diez veces.
¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete!
¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete!
Izuku Midoriya pedía que acabaran con la vida de su compañero. El chico tímido paso a ser el chico lleno de odio en su corazón. Uno que solo había hecho más que crecer a lo largo de su vida. Nada le haría más feliz que ver a la persona que durante años hizo su vida imposible desaparecer de la faz de la tierra. Deseaba ver su inmundo cadáver en el suelo, asfixiado y patético.
En todo ese tiempo, cientos y cientos de imágenes cruzaron por su mente, eran escenarios donde Bakugo moría, cada muerte era peor que la anterior. Sufriendo todo lo que le había hecho, cada uno... más atractivo a su parecer.
Los oscuros pensamientos de Midoriya fueron interrumpidos por una voz seria y decepcionada.
Lo siento... pero no tienes el corazón de un héroe
Volteo al lado de inmediato y vio a All Might mirándolo, decepción era todo lo que transmitía su mirada, fue solo unos segundos, para luego pasar a la impotencia al mirar a Bakugo. Esa acción y esas palabras calaron aún más profundo en su corazón.
Ahí se dio cuenta...
Solo deseaba que le quitaran la vida a alguien y no deseaba salvarla. Ahí se dio cuenta de que el equivocado era él, tratando de seguir un sueño no solo imposible, sino que incompatible con él. El mismo héroe número uno lo dijo... no tenía el corazón de un héroe.
Por eso nunca sería un héroe...
Cuando por fin comprendió eso se alejó corriendo, no le importo cuando la multitud jadeó y luego corearon el nombre de All Might, tampoco cuando resonó en todo el lugar el grito de Detroit Smash, ni la potente ráfaga de viento que se arremolino, la cual le hizo sentir un fuerte escalofrío. A Izuku Midoriya ya no le importaba absolutamente nada.
~0~0~0~
No volvió a su casa. Quería estar solo, quería morir, quería que nadie lo viera, deseaba que todos desaparecieran, el mundo entero solo se burlaría más de él si lo veían. Sus manos no dejaban de sangrar. Dolían... pero no tanto como su corazón.
Corría y corría, cada vez más tratando de alejarse lo más posible de las personas, no le importo si por accidente derribaba a alguien, todo pensamiento sumiso de pedir disculpas desapareció. Pronto dejo de escuchar los quejidos de las personas.
Finalmente, luego de tanto correr cayó al suelo, sin aíre. Tratando de respirar solo se retorcía en el suelo. Aun había gente a su alrededor, la mayoría lo miro incómodamente y se siguieron de largo, ignorando el hecho de que se estaba asfixiando. Hubo algunos que se le quedaron mirando sin saber como reaccionar.
Una señora se acercó tímidamente.
-¿Estas bien, jovencito? – Preguntó tratando de sonar amable. La respiración de Midoriya aún era frenética, no respondió.
La anciana lo miro preocupada y nerviosa, examino al chico y vio como las palmas le estaban sangrando, salpicando el suelo. Eso la alerto y cuando se acercó un poco más, Midoriya la volteo a ver.
Esos ojos ocultos por su flequillo, miraron fijamente a la anciana. Esa mirada vacía y muerta intimido por completo a la mujer, quien retrocedió del chico, asustada.
-N-No te p-preocupes, pronto llegara un héroe a ayudarte – Dijo nerviosamente, forzando una sonrisa y sin mirar de nuevo al peli-verde se alejó rápidamente.
El resto de transeúntes que aun miraban la escena decidieron hacer lo mismo que aquella señora, y dejarle esto a los pro-heros.
Izuku seguía respirando frenéticamente, y cuando se dio cuenta, noto que las personas lo rodeaban por completo, tratando de no hacer contacto visual con él. Lo evitaban, como a una plaga. Tomando una bocanada de aíre, apretó los dientes con fuerza, sintiendo una enorme rabia.
Levantándose regreso a correr.
Musutafu era una ciudad enorme, te podías perder muy fácilmente si no eras del lugar. Izuku sabía muy bien donde quería ir para que no lo molestaran. El potente malestar no paraba de invadirlo constantemente. Un fuerte mareo, debilidad, y sus manos... estaban temblando del dolor.
Pronto volvió a caer contra el suelo, el golpe hizo que la nariz le sangrara, pero, volvió a levantarse, yendo hasta lo más profundo de Musutafu, los barrios bajos. Ahí deseaba ir.
¿Por qué ir a un lugar así?
La respuesta era sencilla de responder: Ahí se encontraba su pequeño lugar secreto, uno que encontró hace años, cuando tenía doce años tras un pequeño intento de fuga, iba siempre que deseaba estar solo, por más peligroso que fuera, era el único lugar en el mundo donde podía estar calmado.
Ni su casa lo hacía sentir de esa manera, siempre odio ver esa expresión de constante preocupación en su madre, él no odiaba a su madre, era la única persona en el mundo que aun no lo había abandonado. Con el tiempo aprendió a apreciarla mejor, pero cada tiempo ella lo veía con "esa" mirada.
Una mirada llena de culpa, siempre se la daba cuando ella había tenido un muy mal día en su trabajo o cuando recordaba a su padre, y para su desgracia, eso ocurría bastante más seguido de lo que Izuku toleraba.
Nunca entendió sí esa culpa era causada por las palabras tan crueles que le dio aquel día luego de la consulta... o sí se sentía culpable de haber traído al mundo a una basura sin quirks que hizo que su marido la abandonara. Esa idea era lo que hacía que fuera insoportable, y sí, llegaba a casa ahora y le miraba de esa manera... no tenía idea de lo que haría, y eso le asustaba mucho. Siempre le falto valor como para preguntarle directamente, afrontar las cosas de frente y... a su madre le faltaba mucho valor para hablar con él, después de todo, su madre también tenía problemas de autoestima.
Tampoco soportaría estar en su cuarto, lleno de posters, figuras y demás artículos relacionados a All Might. Antes de hoy, era su segundo sitió seguro, pero ahora no soportaría ver al héroe número uno de nuevo, aunque no fuera en persona y fuera en forma de figuras de acción.
Luego de que él sol estuviera a punto de ocultarse en el horizonte, Izuku llego a su único sitió seguro. Era una pequeña caverna subterránea. Llevaba abandonada un tiempo, y para estar en la época moderna, era bastante arcaica. Por lo que sabía solía ser un bar con temática de siglos antiguos, de muchísimo antes que surgieran los quirks.
Nadie se acercaba a ese lugar, principalmente porque su ubicación no le favorecía. Puesta entre dos edificios enormes, en una zona poco transitada y con poca iluminación en toda la calle, pasaba desapercibida. En su intento de fuga, la encontró y se oculto ahí luego de que por error hiciera enojar a unos matones, quienes lo persiguieron. Estuvo ahí por horas, hasta que por fin sucumbió a los cientos de mensajes y llamadas de su madre, cediendo y dándole su ubicación.
Sus manos cada vez sangraban más y más, las miro, temblando. Su herida fue demasiado grande, era como si el odio que sintió en ese momento le brindara más fuerza de la que se creía capaz. Estaba pálido, otro mareo lo inundo, este casi le hizo caer de nuevo. Con cuidado, bajo las escaleras que lo llevarían a su sitió seguro, con dolor abrió la vieja y pesada puerta.
Lo que pudo ver fue un bar polvoriento. Estaba bien, con otro esfuerzo empujo para cerrar la puerta oxidada. Se dio cuenta tarde. Toco la puerta con sus manos heridas, estas se le infectarían. Sin embargo, desde lo más profundo de su ser, eso dejo de importarle.
Sintió una fuerza recorrerle todo el cuerpo, una fuerza que lo agoto y lo hizo sucumbir al dolor, cayendo inconsciente, sin notar, el humo verde que comenzaba a salir de su herida.
~0~0~0~
Despertó en medio del suave césped. No entendió lo que estaba ocurriendo, el cielo estaba lindo con las nubles flotando y el viento soplo moviendo su desaliñado cabello.
Toda la fatiga, el dolor y el cansancio se habían esfumado. Escucho pasos que lo alertaron, levantándose rápidamente miro a su alrededor. Y su confusión solo hizo más a que agrandarse. Estaba en un pueblo, de esos extremadamente viejos, la gente con ropa holgada, sucia, el olor que claramente indicaba que no habían tomado un baño en mucho tiempo. Ellos se estaban juntando en un punto, Izuku los llamo y ellos lo ignoraron por completo.
Era un gran contraste mirarse con todas esas personas, era... como si perteneciesen a épocas distintas y lejanas entre sí. Se acercó nervioso, pues algo dentro de él lo llamaba.
-Alguno de ustedes ha dejado escapar a los cerdos. Que se entregue. Si no les arrancaré un ojo a todos – Ordenó un hombre centrado en un trono de madera, rodeado de soldados. Parecían romanos antiguos. Y su declaración le hizo sentir un escalofrío. La frialdad y la indiferencia con la que pronuncio esas palabras le helo la sangre.
Las personas solo se miraron preocupadas. Hasta que finalmente señalaron a una chica rubia. Su flequillo le oscurecía la cara y su expresión sorprendida ante la acusación de las personas a su alrededor. Ni cortos ni perezosos, la hicieron arrodillarse
-Bien, serás libre – Declaró el hombre contundentemente. Acto seguido, uno de los soldados se acercó a la niña y ante la mirada atónita de Izuku, le arranco uno de sus ojos.
El grito de dolor sacudió profundamente a Midoriya, nunca antes había sido testigo de acto tan cruel. Inesperadamente, su ojo también comenzó a dolerle mucho, se sostuvo con mucha fuerza el ojo, pero ni su quejido de dolor hizo que le prestaran atención, seguían ignorando su presencia, y para variar, cuando miro al resto de personas... los vio aliviados.
Como diciendo: Menos mal no fui yo.
-¡Corre! – Grito Midoriya a la chica, que pareció reaccionar.
La niña se apartó del hombre comenzando a huir, y uno de los hombres al lado del rey, disparo una flecha contra la rubia, la cual dio de lleno en su hombro. Al ver eso, el hombro de Izuku también dolió mucho. Cuando se dio cuenta, estaba sangrando profundamente en ambos sitios.
La rubia, aunque grito por el dolor, no se detuvo y siguió corriendo hacía el bosque.
-No dejen que se escape – Declaró el hombre del trono. Y ante eso, Izuku también se echó a correr tras ella. No entendía todo lo que sucedía, ellos lo ignoraban completamente, y por alguna razón el daño que esa chica recibía él también lo sentía.
No le tomo mucho alcanzarla, aun con el dolor, la adrenalina le hizo dar más de sí hasta alcanzarla.
-¡Oye! ¡¿Me escuchas?! – Le grito mientras corría, la chica pareció sobresaltarse, pero no paró de correr. El galopeo de los caballos, adjunto a los ladridos de los perros y los gritos de los hombres no se hicieron esperar.
El miedo de que podría morir cruzo por la mente de Izuku y él también corrió a la par de la chica. El jadeo adolorido de ambos era lo que más resonaba en los oídos del peliverde.
Una flecha salió disparada, dando de lleno en la pierna de la chica, efecto que paso también a Midoriya. Cayendo ambos al suelo, rodaron por una colina hasta detenerse.
El dolor era insoportable, Izuku no entendía absolutamente nada de lo que le estaba ocurriendo, ¿Por qué despertó aquí? ¿Por qué sentía el mismo dolor que esta chica? ¿Por qué le hacían eso? ¿Por qué el mundo lo odiaba tanto?
Tantas preguntas en su cabeza fueron interrumpidas cuando escucho que se acercaban, muerto del miedo, pensó que sería su fin, pero vio como la rubia se levantaba y se dirigía hacía un gigantesco árbol, el cual tenía una abertura donde esconderse.
Apretando los dientes, hizo un esfuerzo por levantarse y siguió a la chica. Entre más se adentraba, más profundo parecía ser este árbol. Cualquier clase de duda fue interrumpida cuando la rubia se tropezó. Izuku intento tomar su mano para evitar su caída, pero no lo consiguió, y por culpa de su propio peso él también cayó.
Deslizándose entre un hueco más profundo del árbol, solo pudo gritar de miedo, hasta que escucho la caída de la chica contra el agua, no tardo mucho hasta que el también se sumergió.
Cerrando los ojos, los volvió a abrir dentro del agua y lo que vio lo dejo sin palabras, algo parecido a un ciempiés, transparente y brillante estaba acercándose hacía la espalda de la chica. Intento alcanzarla, ella lo miro, él estiró su mano y ella trato de tomarla.
Lo consiguió, sin embargo, la criatura se adhirió a la columna de la chica. Y en un destello de rayos dorados, sintió todo el poder desprendiéndose de la chica hasta atraparlo a él también. Una sensación de poder como nunca otra había sentido en su vida lo inundo.
Ahí despertó por un segundo, de nuevo, dentro de su lugar seguro, pero los rayos amarillos surgían de su herida y recorrían todo su cuerpo. Lo único que supo antes de que todo volviera a estar en negro fue que el dolor había desaparecido por completo.
El estruendo y la destrucción no se hizo de esperar.
~0~
Hello there, gente del fandom de BNHA.
Primero que nada, espero les haya gustado este primer capítulo, esto en un principio se supone que sería un Two-Shots, pero pensándolo más en frío, aunque escribiera toda la historia en dos partes o en tres serían demasiadas cosas las que me faltarían y se sentiría todo super comprimido, así que decidí hacerla una historia corta.
Otra cosa que debo destacarles, es que, como dije, será una historia corta de entre 6 o 7 capítulos con bastante texto entre capítulos, y este primer capítulo iba a durar más, pero mejor decidí cortarlo en dos partes.
Como pueden ver esto tendrá elementos de SNK, pero no es un crossover con la serie, solo es un fic donde Izuku tiene el poder del titan fundador (o, mejor dicho, una variante de sus poderes) y ahí cierta conexión con Ymir, pero realmente es el único personaje de SNK que tendrá aparición, eso sí, no la verán mucho.
Y ya nada más para finalizar, este fic será bastante oscuro, ya que como pudieron apreciar, este Izuku no tiene el mismo corazón que el original, por lo que, este optara por una ruta mucho más oscura.
En fin, les invito a decirme que les pareció comentándolo, cualquier crítica es bien recibida.
Sin nada más que decir, se despide Dark-Mask-Uzumaki.
Bye.
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