Al día siguiente me levanté temprano para ir a la escuela, no tenía ganas de nada, me duché y baje a la sala, mi estómago estaba cerrado, no quería nada de comer, así que solo prendí mi carro y me fui directo a la escuela.
Sonó mi celular era mamá ya sabía de qué se trataba su llamada así que solo la ignoré.

Bajé del carro y me encontré con Leo en el camino.

-Hey brot ¿cómo estás?- saludo al verme.

-Muy bien y tú-.conteste.

-Resacado, ayer bebí también-. Negué con la cabeza sonriendo y entramos al aula.

-Hola- Alex se paró frente a mi. Trate de ignorar su presencia y lo logré entró la maestra y todos fueron a sus asientos.
La maestra dictaba la clase, empecé a sentir un dolor fuerte en el abdomen, si muero con esto sería mejor pensé.

-Maestra- susurré ya no podía soportarlo.

-¿Que tienes Angelo? ¿Te sientes mal?-afirme con la cabeza, me indico levantarme pero no podía, el dolor no me lo permitía y vino él y me ayudó-. Llévalo a la enfermería -Dijo la maestra. Alex me llevó a rastra todo el pasillo, yo me había negado a ir con la enfermera.

-Angelo no hagas esto más difícil-.

-Yo no te pedí ayuda, ¡Aaah!-me queje.

-Pero la necesitas no vez-.

-No de ti-.

-pero eres mi mejor amigo-.

-ya no-.

-¿por qué?- su cara se puso roja y vi la tristeza en sus ojos.

-Es por tu bien, en serio- me Sorte de él y salí con mi dolor a topé de la escuela, el portero no quería dejarme salir pero suplique hasta que lo convenci. Ya no quería soportar un poco más mi molestia, mi depresión, mi angustia, ya no podía soportar más.