Final
| After |
• Ven, toma mi mano •
Dejé que Yakov se encargara de la prensa que sólo quería joder antes de tan siquiera haber comenzado todo. Faltaba poco para mi cambio de vestuario y Lilia odiaba la impuntualidad.
Recibí el regaño de mi vida de esos dos ancianos por destapar mi relación con Otabek a escasos días de la final. Los medios estuvieron mas pendientes de ambos queriendo saber mas sobre "El héroe y el hada". Esos malnacidos tenían una imaginación peligrosa y vivaz para tejer una rápida historia de nosotros, una especulación de como terminamos juntos; el prodigio de Rusia embelesado con el misterioso kazajo.
• Todo parece estar tan tranquilo •
Entre todo lo dicho nada se acercó a la razón del porqué estaba con él. Lo amaba por soportarme, por ver mis defectos como lo mas maravilloso del mundo, por sacarme de la soledad en la que solo veía un rayo de sol a través de mi abuelo, me mostró muchas nuevas facetas mías y descubrí las suyas que poco a poco me fueron atrapando. Y... Era una maldita bestia en la cama ¿Como no enamorarme de él?
Apresuré mi paso por los pasillos, revisé cada rincón y todo pareció desierto.
Demonios.
--¿Dónde rayos estas?
--¿Yurio? --la voz inconfundible del cerdo me hizo girar a su dirección. Me miró preocupado con ojos de cachorro solitario ¿Qué mierda le pasaba?
--¿Qué quieres? --sentí el deja vú del hotel.
--¿Haz visto a Viktor? --noté que apretaba el estuche de sus lentes, como si no le importara quedar parcialmente ciego después del Kiss & Cry.
--No --no era la sombra de Viktor... de hecho solo lo vi poco junto con el pequeño cerdito en brazos--. ¿Se pelearon? --no era de mi incumbencia pero joder, algo dentro de mi se removió y quiso saber que pasaba, por primera vez en mi vida en la relación de esos dos.
--No no --el sencillo peinado que tuvo terminó en un asco al pasarse con desespero una mano sobre su cabello--. Klaus tiene fiebre... Viktor lo llevó con un doctor pero no han regresado... Y ya tardaron mucho
Asi que era eso...
• Todo se encuentra donde debería estar •
--Tu programa es antes que el mio y estas hecho un asco --lo empujé en dirección hacia una de las salidas--, si Viktor te viera así echaría todos sus años entrenándote a la basura... Su hijo estará bien, volverá antes que entres a la pista --no entendía el instinto maternal de las personas, ni siquiera traté de sentir empatia por él y no quise volver a mi reciente urticaria ansiosa por pensar en tonterías. Me limité a peinar al cerdo dejándolo listo estéticamente para su programa. De él correría la responsabilidad de hacerlo bien para la ultima competición en su carrera como patinador y si no lo hacia le patearía el culo en la pista, fuera de ella y Klaus tendría que crecer sin madre.
--No tiene nada de malo pensar en hijos -- ¿Ah? Parpadeé confuso pensando que me perdí de gran parte de la conversación de ese cerdo.
--¿De qué...?
--Te tensas cada que vez a mi pequeño con Otabek --señaló claro como si entendiera toda mi confusión antes de decirla.
--¿A qué viene eso ahora? --bufé. Si era una forma de desviar su preocupación de su mocoso a la tensión que imaginaba de mi era la peor manera de hacerlo--. Cualquiera se tensaria de ver a su novio con un bebé --y yo de idiota lo empeoré a abrir la boca.
--No cualquiera, solo los que no quieren hijos --y seguí insistiendo ¿A qué venia eso? Carajo.
• Sin embargo todo, podría tal vez, no ser todo •
--Y si no quiero ¿Qué? --no solo hablaba de ese tiempo, era joven todavía pero... Tampoco me veía con un crío dentro de cinco años. De hecho... Nadie sabia de esto, mi negativa a querer un hijo no importaba si era de quien más quería.
--¿Es algo que tampoco quiere él?
--...
• Repentinamente todo se siente inusual y bastante extraño •
No debía contestarle, él había constatado con sus ojos cuan feliz era Otabek cuidando al cerdito. De tener un monstruo propio creo que... seria el hombre mas feliz de la tierra. Una felicidad que sin saberlo le estaría reusando en unos años o toda la vida. Tarde o temprano prologar esa plática seria inevitable y Beka vería que no quiero culminar con esa parte de nuestra relación de tener familia. Solo él y yo estaríamos bien ¿No? No necesitábamos a nadie más.
Mierda ¡Mlerda!
--Katsuki, ¿Qué cojones me tratas de decir? --en ese punto estaba molesto, a nada de estamparle los patines en la cara a ese idiota por hacerme pensar en temas que aun no estaba dispuesto a afrontar y a nada de dar mi presentación en la que no debía perturbarme por cualquier tontería.
Era frustrante.
• Repentinamente el corazón llora •
--Te haz sentido mal estos días... tienes los mismos síntomas que tuve cuando esperaba a Klaus... --adjuntó sus palabras a una sonrisa, de seguro recordó esos días... Y también los recordé. Los entrenamientos en San Patersburgo que fallaba horrorosamente, caída tras caída por una debilidad que nadie sabía, la falta de apetito, como llegó a negarse a comer Katsudon y en cambio corría hacia el baño para vomitar lo poco que había comido. Y como olvidar esos cambios de humor... ¡Ah!
No podría estar pasándome eso, no a mi.
--¡No me jodas! --exploté, me ofusqué y acabé haciendo lo que hacia minutos debí hacer. El cerdo salió volando y solo se detuvo al estamparse con una de las paredes--. ¡Nos cuidamos siempre, idiota! --fue mi única contestación para dar media vuelta y salir de ahí hecho una furia. No supe si mi rostro ardía de vergüenza por decir aquello o el enojo seguía, quizás fue un poco de ambas.
Mi tigre interior salió de su jaula y se paseaba orgulloso y altivo con todo el coraje a flor de piel pisando con sus patas al mismo tiempo que yo y esperando al acecho el encontrarme alguna otra presa para atacar.
--¡Estupido cerdo!
--Hey, hey princesa, calma --el idiota de Jean apareció por arte de magia sentado en una pequeña banca, o solo no me di cuenta de su presencia hasta que habló. Parecía haber hablado por teléfono y lo interumpi o solo pausó para joderme con su estúpida sonrisa canadiense.
--Pierdete Leroy --seguí mi camino ignorando al estúpido rey de Maple. Eso hasta que mi tigre rugió mientras mi cuerpo se estremecía del coraje al escucharlo reír.
--¡Felicidades por tu relación con Otabek! Yuri-chan~ --como si no lo supiera ya...
--Gracias Jean --Beka apareció dejándome tragar mis insultos al morderme la lengua. El respuesta el bobo rey de Maple se rindió en silencio y volvió a su llamada despidiéndose con un ademán. JJ no me molestaba en presencia de Otabek, su estupidez no llegaba a tanta para provocarle.
--No le agradezcas --refunfuñé pegando el rostro en su pecho tan pronto como nos perdidos entre un lugar apartado--. Te estuve buscando
• Todo se encuentra en su lugar •
--También te buscaba --alzó mi rostro entre sus manos. El tigre feroz que rugía en busca de una presa ronroneaba feliz junto conmigo por el tacto. Esa fue la razón por la que lo buscaba, esa capacidad de relajarme con un toque o solo una mirada.
En contra de todo pronóstico de que no crecería mas el maldito lo hizo, fácil podría llegar al metro ochenta y me obligaba a pararme de puntas cada que quería un beso, como en ese momento. Y lo odiaba, a los quince esperaba crecer para que él tuviera que batallar para pedir un beso, pero eso nunca pasó y lo culpaba por robarse de alguna forma mi estatura.
Recibí sus labios pegados a los mios moviéndose en un compás que solo interrumpí por mi bajo jadeo de gusto. Se inclinó mas hacia mi y enredé los brazos en su cuello. Podría besarlo durante todo el GPF.
--Después de este beso, somos rivales... --Murmuré cerca de su boca, agitado por la momentánea perdida de aire.
Que fuera mi pareja no quitaba el hecho de ser rivales en la pista. Le ganaría, al igual que al cerdo, me regodearia en la cara de Jean y de todos los demás finalistas, volvería a ganar el oro.
--Yura --tomó su papel enserio y se separó de mi, justo a tiempo para escuchar la voz furiosa de Yakov llamándome--. Davai
• Todo lo que vemos, no es todo lo que hay •
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro