Escalofrío
| After |
El escalofrío no se debió al ambiente.
Desde que vi esa ambulancia todo se congeló de repente...
• Puede que no sea el momento correcto •
Todo dejó de funcionar como debió. El tiempo se detuvo, se alentó tanto que pude ver como los copos de nieve caían poco a poco aminorandose, lo que se asemejaría a una tormenta ahora solo pareció algo lejano, como si estuviese frente a una gran pantalla de cine proyectando una película, inclusive el frío del que me queje se esfumó y le dio paso a algo peor, el escalofrío que sentí se colaba en todos mis sentidos, me aturdi, me hundí en el miedo. Mis huesos calaban entre cada mover, mis extremidades tomaron impulso y me lancé a correr desde que giré la calle, solo ahí me di cuenta de que mis pulmones se quedaron sin aire después del alarido que solté.
—¡BEKA!
Y todavía me quedaron reservas para desgarrarme la garganta al llamarlo. Sentía esa necesidad de buscarlo alrededor, donde fuera que pudiera ver algún rastro de él ¡Lo que sea!
Necesitaba verlo, escucharlo decir que no había problemas.
• Puede que Yo no sea el correcto •
Porque algo no estaba bien. El maldito mal presentimiento no me hizo parar y agradecí que solo faltaban algunos metros más para terminar pero, mi visión entre las sombras no ayudaba en nada para seguir sin tropezar y terminé chocando contra el torso de alguien. Maldije en ruso e intenté alejarme mas sus brazos me rodearon y me obligó a caminar de reversa.
Ese tipo nublaba toda mi visión.
—¿Viktor?... —exhalé aire por la boca, su abrigo guardaba el aroma de su colonia con ligeros toques de alcohol de la fiesta y al alzar la vista aseguré que era él, se veía mas lúcido que la última vez que lo vi y lejos de alegrarme me enfurecí.
—Yuri, no debes correr en lugares así —intentó reprenderme pero no era lugar ni tiempo para hacerlo. La sonrisa forzada que me dio logró alterarme más. Podría patearle la cara si no estuviera buscando todavía a Otabek.
—Suéltame —masculle intentando alejarme de él.
—Yurio, vamos, no debes estar aquí...
El cerdo llamó mi atención atrás de mi. Sus palabras, el tono en que las dijo, su jodido semblante nervioso y después... El llanto del cerdito que se aferraba a su cuello con fuerza.
Todos debían estar celebrando la despedida del Katsudon no... No tenían que estar allí mirándome como si quisieran decirme algo importante.
Quería vomitar.
• Pero hay algo acerca de nosotros que quiero decir •
—¿Donde esta Otabek? —enterré las uñas en el abrigo de Viktor volviendo la vista hacia él, sentí un temblor abajo de mi pero solo fue mi propio cuerpo, mi voz quebradiza y mi nula capacidad de recordar como respirar bien— ¡Responde! —entrar en pánico era lo menos indicado ¡Pero al demonio! Quería ver a Beka, no iba a tranquilizarme hasta verlo y darle un golpe por preocuparme, después no lo soltaría, le gritaría un par de cosas y al final le diría que seria papá.
—Él estará bien, tranquilo
« ¿Estará?... »
• Porque hay algo entre nosotros de todas maneras •
Por impulso giré la vista hasta la ambulancia, el gentío alrededor no me dejó ver nada mas allá que las sirenas alumbrando la noche, el irritante color moviéndose de un lado a otro, que hacían que volviera mi estremecimiento y volcara toda mi atención y ansiedad allá ¿Qué hacia esa gente allí? No sólo eran algunos invitados de la fiesta, hubo personas ajenas, habitantes del lugar que murmuraban un par de cosas.
Y entre esos murmullos pude escucharlo.
Cosas incoherentes, algunas inentendibles, otras a medio terminar, palabras de asombro, lamentaciones... preguntas, y por fin una contestación; Un choque. Dos herido. Y una motocicleta.
Una jodida motocicleta.
• Puede que Yo no sea el correcto •
Me las apañé para huir del encierro de Viktor. Nada importaba, dejé sus gritos atrás, empujé a cada maldita persona que se metió en el camino y salté la cinta de seguridad que pobremente era puesta junto con el inútil oficial que trataba en vano de alejar a toda la gente entrometida que solo quería ver la razón de su despertar esa madrugada.
Entre cada tramo esparcí un poco de mi alma en pedazos que caía con miedo, el mal presentimiento no se fue, se quedó cerca atormentándome y lo que restó de mi alma acabó por desmoronarse de la misma forma en la que la motocicleta de Beka yacía esparcida sobre el asfalto cubierto por una capa de nieve.
No estaba pasando. No tenía que ser así.
• Puede que no sea el momento correcto •
Respirar se volvió una tarea difícil, una leve tortura entre cada inhalación, agónica, como si el aire estuviese impregnado de azufre junto con pequeños trozos de vidrio que se metían en tu sistema y te hacían desear no volver a hacerlo y arrancarte los pulmones. Tragué en seco y le ordené a mis piernas moverse y ver un nuevo panorama de todo. . .
• Pero hay algo acerca de nosotros que debo hacer •
Lo que alguna vez fue un auto de lujo terminó derrapando después del impacto, las huellas de los neumáticos seguían viéndose a través de la nieve como manchones negros junto con los escombros de lo que seria chatarra ahora. El lado del copiloto estaba hecho un desastre y todavía pude divisar lo que quedó de la motocicleta debajo y entre la coraza.
Mi visión de noche era un asco, las luces de las sirenas no ayudaban en enfocar qué era parte de la motocicleta de Beka y que del otro auto pero, el manto blanco de la nieve plasmaba muy bien la sangre. sangre esparcida.
La sangre de él.
Giré en dirección a la ambulancia y mi corazón sufrió un vuelco de nuevo al verla partir tras activar el sonar de la sirena. ¿Donde mierda quedaron mis reflejos para salir corriendo tras ella? Volaría si pudiera para llegar con él.
Beka estaba allí ¿En qué estado? ¿Seguia consciente? ¿Como llegó a chocar? ¿Por qué?
¿Por qué?...
Se estaban llevando mi vida en esa ambulancia.
• Algo así como un secreto que compartiré contigo •
Seguía vivo, no tuve duda de ello. Algo me lo dijo, su marchar lo aseguraba y seguí lúcido por ello, esperanzado por alcanzarlo. Ansioso por decirle que seria papá ¡Debía saberlo! Que dentro de mi resguardaba una parte de nosotros en uno... Que tendríamos una familia.
No tenía derecho de morir.
—¡Yuri! —Mila corrió a mi lado y me devolvió parte de la realidad al sacudirme por los hombros—.. Bek estará bien, no te asustes solo necesita atención ya... —¿De nuevo eso? Parecía que no encontraban nada más que decirme que un simple y esperanzador 'estará bien'. Quería verlo, cerciorarme de esto con mis propios ojos... Tocarlo, hablarle, gritarle... rogarle para que se quedará conmigo.
Con nosotros.
—No me jodas bruja —carajo, mi voz permaneció quebradiza y hasta ese punto note el mar de lágrimas que se desbordaban de mi. Seguramente era un caos, tanto para que esa vieja loca me abrazara con fuerza y me desplomara en llanto junto a ella. Podían ser las hormonas jugándome otra mala pasada o solo el miedo de poder perderlo—. Quiero verlo...
• Te necesito mas que a cualquier cosa en mi vida •
El trayecto en auto hacia el hospital acabó con mi paciencia. Dejé de molestarme en escuchar las palabras de Vitya después de explicarme casi con manzanas como si fuese una clase de retrasado el como ocurrió todo. La culpa me carcomió y otra parte de mi se deshizo por el nerviosismo.
Otabek salió a buscarme después de que me largué, se preocupó por mi, por lo tarde que era para andar vagando por las calles, por no contestarle ni un jodido mensaje ni devolver una sola llamada de las cincuenta que dejó. ¿Y si no me hubiera enojado? De tomar las cosas con calma estaría con él, llegaríamos a nuestro departamento, solos y acurrucados sobre el sofá... él tocando mi vientre, feliz. Y en vez dé, mis arranques causaron que fuera tras de mi, que tomara su moto y que un malnacido se metiera en su camino.
• Te quiero mas que a cualquier cosa en mi vida •
El cerdito jaló mi chaqueta y sacó mi vista del exterior para fijarme en él. El porta bebés estuvo bien asegurado en la parte trasera y arrojó su juguete fuera de su alcance para que yo tomara su lugar.
—Eres una bola de grasa adorable —susurré para mi, quité sus seguros y lo cargué. Me refugié en sus pequeños gestos, en como se entretuvo con mi cabello, el como sus ojos brillaron al ver su nuevo juguete inquieto por querer tomar de entre mi cuello el collar que me regaló Otabek en el primer mes que salíamos y como a toda costa se pegaba a mi buscando llevárselo a la boca para saborearlo.
• Te extraño mas que a nada en mi vida •
Pronto tendría un pequeño monstruo como Klaus, heredaría sus ojos chocolate, y Beka tal vez no estaría para verlo crecer junto a mi.
— Viktor, pisa el maldito acelerador
Quiero que se quede conmigo.
• Te amo mas que a nada en mi vida •
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Notas: Alguien pensó que Otabek seria el afectado? los pocos comentarios anteriores me hicieron pensar que creían que el gatito estaba en peligro pero no. Si esto fue una sorpresa entonces hago bien -o por lo menos decente- mi trabajo.
Quieren matarme, lo sé.
En mi defensa... Este fue el primer capítulo que hice, todo ya estaba planeado de una forma rara (?)
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