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El aleteo de una mosca:


—¡¡IN... INCREIBLE!! ¡¡ESTE ASESINO SERIAL HA LOGRADO SACAR LA PRIMERA GOTA DE SANGRE DEL TORCIDO SEÑOR DE LAS MOSCAS!!


LA MALDAD HUMANA HA MANCHADO LA MÁSCARA DE LA DIVINIDAD

HA BAJADO EL TELÓN MALDITO, SUMIENDO LA BATALLA AÚN MÁS EN LA OSCURIDAD


—¡¡LA MALDAD DE LA HUMANIDAD HA ATRAVESADO EL TRONO DE LOS DIOSES!! ¡DE VERDAD, UNA MANIOBRA QUE ENGAÑÓ AL CIELO Y AL INFIERNO!


LA MALDAD PURA


—¡¡ÉL ES LA PERSONIFICACIÓN DE LOS SIETE MILLONES DE AÑOS DE MALDAD DE LA HUMANIDAD, JACK EL DESTRIPADOR!!

El asesino hizo una reverencia hacia su oponente, mientras sonreía con diversión.

God bless you.

Belcebú miró secamente a su oponente y tomó su bastón con la mano derecha.

—¿La personificación de la maldad?—repitió—. ¿Eso es todo? ¿Este es tu límite? Si es así...

Alzó su arma y miró a los ojos de su víctima.

—No pienso seguir alargando esto.

Los ojos de Jack refulgieron con emoción mientras este cargaba frontalmente a toda velocidad.

It's showtime!

El asesino hizo llover una ráfaga de cuchillos sobre el dios, quien sin inmutarse ni por un segundo, cambió de mano su bastón y lo blandió con decisión.

Los proyectiles salieron despedidos lejos de su cuerpo, repelidos por el poderoso escudo de vibraciones.

—¡UNA CASCADA DE CUCHILLOS ATACA A BELCEBÚ! ¡¡SIN EMBARGO, SU DEFENSA NO PERMITE QUE NINGUNO DE LOS CUCHILLOS LO ALCANCE!!

El señor de las moscas contraatacó con su escudo en alto mientras estiraba su brazo derecho. Jack retrocedió con un salto y lanzó una nueva ráfaga de ataques, no obstante, esta vez hizo girar sobre sí mismos los cuchillos antes de arrojarlos, haciendo que estos se curvasen en el aire.

Belcebú extendió el área de efecto de su escudo, deteniendo los múltiples proyectiles sin problema alguno.

—¡COMO UN LANZADOR DE BASEBALL, JACK HACE QUE SUS CUCHILLOS HAGAN CURVAS EN EL AIRE! ¡PERO BELCEBÚ LO DETIENE CON FACILIDAD!

El dios cerró las distancias nuevamente con su oponente, pero dando un gran salto Jack volvió a escapar, sin dejar de arrojar cuchillos en cantidades industriales.

—¡Ve por él! ¡Toma la cabeza de otro dios!—gritaban los humanos más violentos.

—¡Sí, Jack! ¡Descuartízalo ya mismo!

Belcebú volvió a lanzarse contra su oponente, y cambiando su bastón de brazo, trazó un arco descendente.

Jack se llevó las manos a su bolso, extrayendo dos piezas que al ensamblarse tomaron la forma de un paraguas que el asesino abrió frente a su cuerpo, haciéndole girar a toda velocidad a manera de escudo improvisado.

—¡¿ESO ES... UNA SOMBRILLA?!

Belcebú conectó su golpe, pero esta vez no fue un tajo con su cuchilla de vibraciones, sino un poderoso impacto más similar a un empuje explosivo.

El suelo estalló en mil pedazos a sus pies, creando un enorme cráter humeante a su alrededor.

Los espectadores se inclinaron en sus asientos para mirar desde más cerca. Cuando el humo y el polvo se hubieron despejado, el señor de las moscas volvió a fruncir el ceño.

—¿Qué clase de humano eres...?

Jack sonrió, recargándose el paraguas sobre el hombro.

—Sir... acabamos de comenzar a aprender uno del otro.

El público estalló en vítores.

—¡¡Bien hecho, asesino serial!!

—¡¡Increíble, Jack!!

El destripador se apoyó en la sombrilla como si fuese un bastón y miró a los ojos de su víctima.

—Oh, vaya... eso estuvo cerca...—suspiró—. Uno siempre debe estar preparado para la lluvia. Así que, ¿qué harás frente al rostro de la maldad, my dear Lord of the Flies?

Belcebú respondió alzando su bastón con la mano derecha, creando una enorme vibración que hizo temblar el cielo y la tierra. A su espalda, de entre la oscuridad, pareció formarse la silueta de un monstruoso y titánico híbrido demoníaco de mosca, murciélago y serpiente.


¡¡¡SORATH VAU: ÁNGEL CAÍDO DE LA GULA!!!


El dios cargó frontalmente, envuelto en una ola de destrucción pura.

Sabiendo que sería simplemente imposible resistir un embate como ese, Jack retrocedió con un salto, al tiempo que alzaba su paraguas frente a su cuerpo para intentar absorber con él parte del daño.

Al encontrarse en el aire al momento de chocar con el ataque de Belcebú, en lugar de ser arrollado por el poderío superior del dios, fue despedido de espaldas a toda velocidad, mientras que su sombrilla era desintegrada.

Jack terminó estrellándose contra uno de los edificios, abriendo un nuevo cráter a su alrededor y vomitando un chorro de sangre, símbolo inequívoco de daño interno.

—¡¡L-LA TÉCNICA DE BELCEBÚ MANDÓ A VOLAR A JACK CON UN GOLPE!! ¡¡UN ATAQUE FRONTAL!!

El señor de las moscas se alzó imponente, con el campo frente a él destruido en una larga línea recta en cuyo punto más cercano había sido limpiamente cortado en una profunda grieta.

Mientras el humo y el polvo lentamente remitían, el dios oscuro miró con frialdad a su oponente.

—Tal y como lo imaginé...—dijo—. Tú tampoco puedes hacerlo.


SÓLO HAY DECEPCIÓN EN SUS OJOS







Belcebú, una deidad con dos caras.


EL SECRETO DEL PODER DEL SEÑOR DE LAS MOSCAS ES REVELADO...


Baal trae la lluvia como una deidad de la fertilidad.

Y Zebul trae muerte a las tierras como un demonio de las moscas.

Fue venerado y adorado en el templo de Palmyra de los pueblos cananeos.







—¡¡LA OFENSIVA Y DEFENSIVA DE BELCEBÚ DEMUESTRAN NO TENER FALLAS!! ¡¡SU ATAQUE HA SUPERADO POR COMPLETO A JACK EL DESTRIPADOR!!

Göll apretó los puños.

—¡¡Belcebú es demasiado fuerte!!—gruñó—. Hizo tanto daño usando un simple bastón...

Brunhild se cruzó de brazos.

—No del todo...—explicó—. Ese bastón es un arma divina que amplifica los poderes de Belcebú.

Si usa su mano izquierda, las vibraciones se convierten en un escudo capaz de repeler al poderoso Martillo del Trueno.

Pero si utiliza la mano derecha, las vibraciones se convierten en una filosa cuchilla capaz de cortar la armadura de un dios.

Es llamado...

BASTÓN DE APOMYUS


—¿Mano izquierda, mano derecha?—murmuró Göll—. ¿Eso qué quiere decir?

Brunhild extendió los brazos.

—La habilidad de Belcebú es llamada el Aleteo del Diablo, ambas manos tienen características únicas respectivamente. Mientras que la izquierda es defensiva, la derecha es ofensiva. Así que al usar su habilidad de vibración de esa manera, está maximizando su defensa y ataque—dijo—. Y por si fuera poco, ese bastón es tanto un arma como un escudo que aumenta aún más sus vibraciones.

—¡¿Una habilidad así de destructiva también puede ser defensiva?!

—Así es... Ese poder encarna las dos caras de Belcebú como "Baal" y "Zebul". Es decir, es el dios que posee la lanza y el escudo más fuerte.

La mayor de las valquirias se tomó a sí misma el rostro y forzó una perturbadora sonrisa.

—No obstante... apenas vamos llegando a la parte interesante.

El destripador se puso trabajosamente en pie, con su brazo derecho colgándole sin fuerzas y una enorme sonrisa de oreja a oreja adornando su rostro.

Amazing!

Miró su brazo herido, lo hizo girar con fuerza y lo devolvió a su sitio, abriendo y cerrando el puño para asegurarse de que todo estuviese en orden.

—¿Qué...? ¿Acaba de acomodarse el hombro dislocado?—se horrorizó el público.

—¡¿No le dolió?!

El asesino se miró la mano y sonrió satisfecho.

—"Nuestro trabajo es deleitarnos en el dolor físico"—recitó.

Belcebú frunció el ceño.

—¿Qué...?

Jack ladeó la cabeza.

—¿Oh...? ¿Nunca habías escuchado esa frase?

En las gradas, Arthur Conan Doyle se rascó la barbilla, pensativo.

—Esa frase es de...

Alguien le dio unos toquecitos en el hombro para llamar su atención.

—¡Es mía!—sonrió un nuevo hombre—. ¡De Macbeth, por cierto!

Doyle saltó de su asiento.

—¡¡Señor Shakespeare!!

El dramaturgo se volvió hacia el campo de batalla.

—Me pregunto si será fan mío—murmuró—. Y es por eso, que no puedo evitar sentirme incómodo. Eso significa que mi obra fue incapaz de detener a un asesino serial...

Jack miró a los ojos de su oponente.

—El primer acto ha sido esplendido...

Tomó una serie de piezas desde sus bolsos, ensamblando con ellas una enorme navaja suiza.

—Ahora... ¿avanzamos al segundo acto?

Belcebú lo señaló con su bastón, a manera de advertencia.

—Parece que no me escuchaste antes—gruñó—. Te dije que no pienso seguir alargando esto...

Un peligrosa aura de poder emanó a su alrededor, haciendo temblar el suelo, rugir el viento y hondear sus ropajes.

—No puedes matarme.

Jack se mantuvo sereno.

—Pero si no lo intentamos... nunca lo sabremos, ¿o sí, señor?

El asesino se lanzó a toda velocidad, sujetando su navaja con una mano.

—¡¡E-ESTA ES LA PRIMERA VEZ QUE JACK EL DESTRIPADOR TOMA LA INICIATIVA Y VA AL FRENTE!! ¡¡ESTÁ RETANDO AL SEÑOR DE LAS MOSCAS A UN COMBATE MANO A MANO!!

Belcebú balanceó su bastón en un arco ascendente, buscando interceptar el ataque se su enemigo con un golpe mortal.

Jack se retractó en el último segundo, esquivando el embate con un salto mortal y lanzando su navaja dando vueltas por el aire en plena caída.

—¡¿E-EL CUCHILLO SE TRANSFORMÓ EN UN ARMA ARROJADIZA?!

Belcebú ladeó levemente su cuerpo, esquivando el golpe sin ningún problema. No obstante, antes de poder volver a cargar contra su oponente, una nueva lluvia de cuchillos se cernió sobre él.

El señor de las moscas alzó su escudo de vibraciones, sosteniendo su bastón con la mano izquierda, deteniendo la andanada aparentemente sin problemas.

Sin embargo, sus instintos le advirtieron que algo no estaba bien.

Mirando de reojo hacia sus espaldas, notó como la navaja giratoria estaba volviendo nuevamente hacia él. Sin inmutarse, ni dejar de proyectar su escudo, alzó su brazo derecho y detuvo el ataque que venía desde atrás con su cuchilla vibratoria, cortando la hoja gigante en dos.

Belcebú, entonces, trazó un arco lateral con su cuchilla, lanzando una veloz ráfaga de vibraciones que atravesó el aire a toda velocidad, pasando a través de la lluvia de cuchillos y casi partiendo a Jack por la mitad.

El asesino esquivó el embate disparando su pistola gancho hacia un edificio cercano y siguió arrojando cuchillos desde su terreno elevado. Belcebú se protegió nuevamente con su escudo y disparó una nueva vibración contra su oponente.

Jack se dejó caer, esquivando el embate y continuando con su inagotable torrente de proyectiles.

—¡ENVÍA ESTA OLEADA DE ATAQUES DE IZQUIERDA A DERECHA SEGÚN SU VOLUNTAD! ¡¡TODO EL TIEMPO DIRIGE SUS CUCHILLOS!! ¡¡ESTÁ MANTENIENDO EN SU SITIÓ A BELCEBÚ, QUIEN SE VE INCPAZ DE PASAR POR COMPLETO A LA OFENSIVA!!

Cansado de que intercambio infructífero de ataques, Belcebú se abalanzó contra Jack, desviando cada uno de sus proyectiles al mantener su escudo en alto.

El dios alzó su brazo derecho y se dispuso a golpear con su cuchilla vibratoria.

—¡¡Y AHORA BELCEBÚ HA RECORTADO LA DISTANCIA!! JACK INTENTA RETIRARSE, ¡PERO ES MUY TARDE...!

Belcebú lanzó su golpe, cortando el suelo bajo sus pies, pero jamás alcanzando al asesino serial.

Jack comenzó a dar una serie de saltos, aún estando en el aire, alejándose más y más a cada segundo de su oponente, elevándose más y más hacía las alturas.

—¿Eh...?—murmuró el público.

—¿Qué demonios fue eso...?

—ES-ESTO ES... ¿J-JACK EL DESTRIPADOR ESTÁ FLOTANDO EN EL AIRE?

Entonces, una cosa se volvió evidente para el presentador.

—¿EH? ESPERA, MIRANDO MÁS DE CERCA... ¡ES CUERDA PARA PIANO! ¡ESTÁ COLOCADA POR TODO EL CAMPO DE BATALLA!

El asesino se irguió sobre el coliseo, con su capa hondeando al viento.

Belcebú lo miró fijamente.

—Eres una molestia...

Jack tomó un par de puñados de cuchillos y miró con condescendencia a su oponente.

—Señor, ¿de casualidad tendrá una sombrilla?—preguntó—. La lluvia es un fenómeno muy recurrente en la ciudad de Londres, así que, por favor, cuídese.

Lanzó sus proyectiles al aire, con sus mangos enganchándose en las diversas cuerdas dispuestas por sobre el terreno.

—Ah... si tan sólo pudiera prestarle esa sombrilla que ustedes destruyó antes.

Como si de un titiritero se tratase, Jack envolvió sus manos entre los cables, tensándolos y distendiéndolos a voluntad para darle impulso a sus dagas.

La lluvia de disparos cayó sobre Belcebú, quien rápidamente comprendió el verdadero peligro en el que se encontraba.

Los cuchillos comenzaron a rebotar entre las cuerdas de forma aleatoria, convirtiendo la calle en donde se desarrollaba el combate en una gigantesca trituradora.

El señor de las moscas alzó su bastón y desplegó su escudo, desviando la mayoría proyectiles, pero el esfuerzo no era infalible, pues múltiples hojas comenzaron a encajarse en su carne, en las piernas, brazos y tronco.

—¡LAS CUERDAS... HACEN QUE LOS CUCHILLOS ACELEREN Y TAMBIÉN LES PERMITEN CURVAR SU TRAYECTORIA! ¡¡¡ATACÁNDOLO DESDE TODAS DIRECCIONES CON UN MOVIMIENTO EXPLOSIVO, LOS CUCHILLOS SE HAN CONVERTIDO EN UN DILUVIO!!! ¡¡NO HAY DEFENSA CONTRA ALGO ASÍ!!

Hermes se cruzó de brazos tras la espalda.

—Si recibe tantos ataques, incluso Belcebú terminará con un cuchillo en algún punto vital.

El dios maldito gruñó furioso, cambió su bastón de manos y un aura de poder cubrió por completo el cetro.

—Se acabó—declaró—. ¡Muere!

Göll abrió los ojos de par en par.

—Ahí... ¡¡Ahí viene!!


¡¡¡SORATH VAU: ÁNGEL CAIDO DE LA GULA!!!


Una explosión de vibraciones sacudió el estadio por completo, destruyendo todos los proyectiles que lo asediaban y derribando a Jack de su terreno elevado.

El asesino cayó al suelo, con su monóculo habiéndole sido arrancado y múltiples pedazos de metralla, creados por la destrucción de sus propios cuchillos, encajados en el cuerpo.

—¡¡BELCEBÚ FUE CAPAZ DE BLOQUEARLO Y LOGRÓ DERRIBAR A JACK!! ¡¡ESTA VEZ BELCEBÚ LOGRÓ DETENER POR COMPLETO LA LLUVIA DE CUCHILLOS!!

El señor de las moscas se apoyó en su bastón, con multitud de cortes y puñaladas sangrantes en todo el cuerpo, respirando con dificultad y mirando furioso a su oponente.

—Ya he tenido suficiente—sentenció—. Tus ataques ya no volverán a tocarme.

Jack se llevó una mano al rostro mientras lentamente se ponía en pie.

E... E... E... E... E... E... E... Excellent!!—exclamó, extasiado—. Eso es bueno. Más... por favor muéstreme más de ese dolor...

Alzó la mirada, y reveló el ojo anteriormente oculto tras su monóculo, cuyo color el de un bello rojo carmesí.

—¿Qué...?—preguntó Belcebú.

El destripador no le quitaba la mirada de encima.

—Sí... como pensaba... esa profunda culpa... ese odio tan primal... tiene un color increíble. Parece... que puedo esperar mucho de usted.

El asesino se irguió del todo, acomodándose el sombrero y quitándose uno de los cuchillos que tenía encajados en la pierna.

—Ah, discúlpeme, me dejé llevar...—sonrió con locura y excitación mientras su propia sangre chorreaba sobre la hoja—. Después de todo... esta es mi primera vez con un dios...

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