Narra Leyre:

- El problema es que Carlos sigue en el hospital ¿entonces? - cuestiona Esteban mientras sigue corriendo y yo niego con mi cabeza - entonces ¿por qué estás así?

- Pensé que al volver a hablar con mi sobrina todo iba a estar bien pero vi algo en sus ojos que me hizo entender que no - respondo mientras me término sentado en el suelo y un suspiro se escapa de mis labios - hasta tenía pensado ir con Carlos a una de sus competiciones para que viera que seguía teniendo nuestro apoyo, pero ahora mismo no creo que sea lo mejor para ninguno, sus ojos no me transmitían la paz que vi en los tuyos cuando volvimos a hablar.

- ¿Cuál es la versión que conoce de su historia? - pregunta y yo me encojo de hombros - porque me niego a pensar que Gasly le ha contado la verdad desde un principio y no le ha dicho que ustedes la rechazaron y que él la acogió porque se lo había prometido a tu hermana.

- ¿Tiene sentido no? - propongo y él asiente con su cabeza - tengo que volver con Carlos, que desde que ha salido del hospital el señorito solo se levanta para ir al baño.

- Oye Leyre - me llama cuando estoy cerca de la puerta y yo me giro extrañada - no es mala idea, que se  sienta acompañada en una competición, es más deberíamos ir todos porque a esa niña todos le debemos algo.

Narra Aynea:

- ¿Te puedes sentar? - pide Pierre y yo lo miro seria mientras deja una caja sobre la mesa - quiero enseñarte una cosa, así que siéntate.

- ¿Qué va a pasar si ahora quieren acercarse a mi de nuevo? - pregunto y el francés se sienta en el sofá y me mira esperando que me siente a su lado - deberías darme una respuesta, todo esto ha sido por tu culpa.

- Ni que yo hubiera mandado a tu tío al hospital - protesta y yo suspiro - siéntate enserio Aynea, quiero enseñarte algo.

- Es que no tiene sentido, ella me ha dicho que ha estado en mis competiciones - hablo y Gasly aparta su mirada mientras empieza a sacar cosas de la caja - lo sabías y nunca has querido decirme nada ¿verdad?, por eso insististe tanto en que fuera a ver a Carlos.

- Siempre llorabas cuando estabas con ellos - informa bajando su mirada y yo niego con mi cabeza - acababa de perder a tu madre y a ti lo único que te calmaba era su voz.

- ¿Ellos renunciaron a mi? - cuestiono y él se mantiene en silencio - ya has abierto el maldito cajón de mierda ¿no te has dado cuenta?, así que responde de una vez a la pregunta.

- Yo era el único que sabía como calmarte y sabía que si se lo contaba a alguien más te iban a intentar separar de mi como hicieron con tu madre - responde y yo niego con mi cabeza mientras mis ojos se empiezan a cristalizar - sé que suena egoísta Aynea, pero ellos no hubieran sido capaz de cuidarte, tu madre no hubiera querido que estuvieras con ellos.

- Tú no eras ella para tomar esa decisión.