Yoongi y Jimin se encontraban en la cafetería de la universidad, charlando.

La verdad no estaba prestando atención a su conversación, pensaba en el chico con el que había empezado a salir hace poco, ansioso de empezar una relación.

Yoongi quería unos caramelos de menta, mientras que Jimin le decía que había conocido a un chico.

Eso le hizo pensar en cómo conoció a su chico, lo conoció mientras llevaba una radio y vio las estrellas en sus ojos, Kim Taehyung.

Yoongi jamás se había imaginado lo que pasaría después, no sabía que lo que había hecho fue imprudente, parecía que estaba en un trampolín de emociones.

Se unieron porque a ambos les gustaba Black eyed peas y tenían exes complicados.

Se veían siempre en la universidad, Yoongi sentía que estaba profundamente enamorado de Taehyung, todo era tan inocente entre ellos, Yoongi caía lentamente por el.

Hasta que todo salió mal, lo llamaban rompe hogares, zorra y entre otras cosas porque se "metió” en la relación de Jimin y Taehyung.

El pobre Yoongi no sabía que ambos estaban enamorados del mismo chico, ni que Taehyung había iniciado una relación con Jimin, Taehyung nunca le dijo nada y ahora escuchaba su nombre en boca de todos.

Caminaba por los pasillos y escuchaba los murmullos acera de su persona, cada que aparecía frente a un grupo de personas los murmullos empezaban.

Abría su casillero y todos los días se encontraba con papeles que le deseaban lo peor, solo los tomaba y los dejaba en la basura.

Y sin querer tiró una carta de amor también.

Jungkook vio a la distancia el como su carta caía al basurero, sintiéndose mal, pero lo entendía, Yoongi recibía papeles con cosas feas todos los días, ya encontraría otro modo de decirle lo que siente.

Quizá muchos dirían que Yoongi está siendo catastrófico, que supere el hecho de que Taehyung no lo había escogido a él, pero le fue imposible, se sentía tan ilusionado, se sentía como un niño pequeño, sin saber que hacer ni en donde se había metido.

Estaba en su habitación, en su cama leyendo las cartas que este le enviaba cuando estaban empezando algo.

“Es demasiado tarde para que seas mi primer amor, pero siempre serás mi favorito”

Y las lágrimas habían empezado a fluir, no quería pisar ese lugar nuevamente, pero no tenía de otra, si quería salir adelante con su carrera debería de hacerlo.

Otro infierno empezaba, en el salón de clases todos se sentaban lejos de él, murmurando.

Veía a la distancia el como Jimin lo veía con disgusto, mientras que quizá seguía esparciendo rumores sobre él, jamás pensó que Jimin, siendo su mejor amigo, le hiciera eso, todo por un chico.

Jungkook solo lo veía a la distancia, sintiéndose mal de que trataran a Yoongi así, el no se merecía eso, algo le daba mala espina y descubriría la verdad para que Yoongi pudiera estar tranquilo.

Yoongi cada vez la pasaba peor, en su mesa encontraba insultos escritos, lo empujaban cada que lo veían y todo el mundo le dio la razón a Jimin.

No sabía en qué momento algo tan lindo e inocente se transformó en todo esto, ya no tenía ganas de pararse de la cama, cada día estaba más pálido y se notaban sus ojeras, parecía un zombie.

Hasta había pensado en el suicidio, la gota que llenó el vaso fue cuando empezó a recibir acoso en sus redes sociales, en las fotos que tenía con Taehyung habían miles de comentarios que le deseaban lo peor.

Jungkook veía ese aspecto en Yoongi y no sabía qué hacer, empezó a buscar pruebas, cosas que le pudieran ser útiles para dar a conocer que Yoongi no era el culpable de todo.

Empezó a escuchar los murmullos en los pasillos, escuchando de a poco la historia que le parecía la real, entre exageraciones e insultos a Yoongi pudo dar con la verdad.

Yoongi jamás fue el culpable, el verdadero culpable había sido Taehyung al jugar con ambos chicos y ahora lo veía de lo más feliz junto a Jimin, no le parecía justo.

Todos le decían lo que era, Yoongi no tuvo más opción, todo porque le gustó un chico.

Jungkook había reunido todas las pruebas, iba a publicar la verdadera historia en las redes sociales de la universidad para que todos dejaran en paz a Yoongi.

Yoongi de a poco se dio cuenta de que ya no lo molestaban, ahora lo miraban con pena y arrepentimiento, después de que todos le dieron la espalda.

Al llegar a su casillero se encontró con una nota pegada en la puerta, la tomó y decía:

“ve al árbol más grande de la universidad”

Sin nada que perder fue hasta ese lugar y no encontró a nadie, hasta que alguien salió desde detrás del árbol.

– ¿Jungkook?

— Hola Yoongi — le saludó tímido.