Al llegar, ambos alfas bajaron del auto, las personas que caminaban por los pasillos dejaron de hacerlo al ver dos imponentes olores cruzar por aquella puerta de la empresa; y es que para ellos, ver a su jefe impregnado en el aroma del mismísimo Jeon Jungkook, era raro de ver.

— Joder Jeon, mi cuerpo tiene tus malditas feromonas — cerró las puerta de su oficina al llegar a esta.

— ¿y que joda querías?, ¿que olieras a tí como si no hubiéramos tenido sexo? — se sentó con sus piernas abiertas en el sofá de cuero

— ¿Que mierda quieres? — y después de mucho lo miró con una mirada que Jungkook no pudo descifrar

—¿Que mierda quieres decir? — con el ceño fruncido se levantó del mueble

— Me imagino que si te acostaste conmigo, fué para algo — dice simple mientras se acerca a su escritorio para agarra su chequera —¿cuánto quieres? ¿12 millones? ¿20?

— Esto es una mierda— se acerca a él con sus manos hechas puños — Vine hasta aquí solo para que me digas eso, pudiendo decirlo en todo el camino — lo miró con rabia— Yo no soy como los alfas de pacotilla con los que te acuestas Kim, por qué sí te acostaste a conmigo quiere decir que no soy el único, y mírame — el alfa castaño lo miró serio— Esto fué algo  de los dos, no me eches las maldita culpa a mí, así que méteme tu maldito dinero por tu maldito culo y deja de joder — Le arrancó lo que tenía en las manos para romperlo — Pensé que habías sentido lo mismo, pero veo que no — se dió vuelta para salir pero antes decidió hablar — Creeme, estoy confundido, pero a la mierda los demás —

y sin más, salió de aquella oficina y de la empresa dejando al castaño confundido y  su lobo triste