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Así que sí, Becky podría haber estado enamorada de Freen y sí, podría haber querido hacerlo oficial. Y también podría haber tenido demasiado miedo para enfrentar a Freen sobre eso.
Era viernes y la castaña no había regresado a su casa todavía, pero tenía la intención de hacerlo el domingo. Todavía tenía un poco de ropa limpia, pero estaba pensando en ir a su casa hoy para conseguir el auto. Ella quería llevar a Freen a Ayutthaya porque en parte quería ver donde Sarocha pasó su infancia y también quería que Freen tuviera cercanía con su papá.
Decidió decirle después de la escuela, ya que ambas salían al mismo tiempo. Sin juego de palabras.
Becky encontró a Freen detrás de su escuela en donde a veces fumaba con Charlotte después de las clases. Ellas estaban apoyadas contra la pared, como de costumbre, fumando y en voz alta hablando de algo.
-Hola.
Becky saludó y miró a Freen, esperando un beso. La pelinegra sonrió y se inclinó a picotear sus labios antes de que la acercara por los hombros.
Charlotte las miró con curiosidad.
-¿Así que finalmente están una relación? Porque estoy harta de estar oyendo a Freen hablar de-
-¿No tienes un sitio donde estar?- Freen se apresuró y Charlotte enarcó las cejas.
Becky se mordió el labio mientras miraba a Charlotte, quien estuvo confundida por un momento, luego cogió lo que Freen estaba tratando de decir.
-Oh, sí, tengo que- umh. Sí. Nos vemos esta noche con Billy, entonces.
Becky le dijo adiós y esperó a que desapareciera por completo de su línea de visión antes de pasar a Freen.
-¿Qué fue eso?
-Nada.
Becky puso mala cara y trató de encontrar una manera de preguntarle a Freen sobre donde se encontraban con su relación. La pregunta bien podría arruinar o mejorar todo.
-Así que, umh... sobre lo que preguntó.
Empezó lento, mirando fijamente a la pelinegra para observar cada reacción.
-¿Qué pasa con eso?
-Me preguntaba, bueno, nos conocemos desde hace, como, mucho tiempo, ahora-
-Seis meses.
-Y hemos estado cerca de alrededor de tres de ellos... así que estaba sólo, eh.
Ella tartamudeó, rascándose la parte posterior de la cabeza porque su corazón estaba latiendo, literalmente, fuera de su pecho.
-¿Tú qué?- preguntó Freen, pero la sonrisa en su rostro probablemente decía que ya sabía lo que Becky quería preguntar.
-Oh Dios, deja de mirarme con esa cara de alpaca. Voy a darme la vuelta y preguntarte.
-¿Preguntarme qué?- Bromeó Freen y Becky rodó los ojos, dándose la vuelta mirando fijamente la pared.
-Yo quería preguntarte que somos exactamente. Estamos juntas o...juntas?
-Hm ... ¿debo decirle la respuesta a tu fascinante parte trasera?
-Vete a la mierda.
Becky resopló pero se dio la vuelta para mirarlo. Freen le lanzó una sonrisa forzada, sin decir nada. Era tan frustrante, Becky iba a explotar.
-¿Así que eres mi novia o no? Porque sé que dijiste que no eres romántica o lo que sea, pero he estado en una relación antes y se-
-Deja de hablar- Freen se rio y puso una mano sobre la boca de la menor. -No me importa si lo hacemos oficial.
-¿Seremos novias?- Becky casi se ahogó en sus palabras.
-Como sea que quieras llamarlo.
Becky dejó escapar un suspiro de alivio antes de jalar a Freen por el cuello para un beso.
-Cuidado con la camisa.
Advirtió en la boca de Freen y ella eligió callarla uniendo sus bocas. Becky fue jalada contra Freen por sus caderas, envolvió sus brazos alrededor de su cuello, inclinando la cabeza para profundizar el beso.
Estaba segura de que su corazón, literalmente, estaba rompiendo su caja torácica, porque todo lo que sentía en ese momento eran mariposas y una onda desconocida de felicidad que no había sentido desde que consiguió el Lamborghini.
Esto es definitivamente mucho mejor que un Lamborghini
Ella chilló cuando Freen agarró la parte posterior de sus muslos para levantarla y darle la vuelta. Fue empujada contra la pared de ladrillo de la escuela y Sarocha no dejaba de besuquearla. En realidad no le importaba, para ser honesta.
Rompieron el beso un minuto más tarde, respirando en la boca de la otra mientras buscaban aire.
-¿Quieres ir a la fiesta de Billy esta noche?- preguntó Becky, quién aún era sostenido contra la pared. Era ridículo.
-Depende. ¿Tú quieres?
-Estaba pensando que podríamos hacer otra cosa.
-¿Cómo qué?- preguntó Freen, sonriendo al pensar en otra cosa.
-¿Tal vez podríamos ir a Ayutthaya esta noche? Escúchame. Podríamos conducir y entonces yo podría ver en donde solías vivir. ¿Y tal vez podríamos visitar a tu padre y le preguntarías acerca de la casa?
Freen la miraba extrañamente y Becky pensó que tal vez había cruzado la línea. Por supuesto que Freen no quería volver a la casa de su niñez porque ella no tenía muchos recuerdos agradables allí.
-Lo siento, no debería de haber-
-No. Está bien. Podemos hacer eso.
-¿En serio? Si no quieres-
-Bec. Está bien.
Y el 'Bec' aseguraba que todo estaba bien entre ellas.
Sonrió. -Pero antes de hacer eso tengo que ir a mi casa a buscar el auto. ¿Y entonces te recogeré en tu casa?
-Claro. -Freen respondió antes de inclinarse para otro beso.
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Cuando Becky llegó a su casa, nada más sus hermanos y criadas estaban allí.
-Becky, ¡por favor, vuelve!- su hermana rogó tan pronto como entró en la casa. -Mamá y papá han estado gritando sin parar gracias a ti.
Becky se sintió mal por hacerles eso a sus hermanos, así que les aseguró que estaría de vuelta el domingo.
-¿A dónde vas?- Preguntó ella, invadiendo su intimidad como de costumbre.
-A una fiesta. Vine a tomar una ducha y recoger el Lambo.
-Oh. Bueno. Te echo de menos y Anurak, por cierto.
Y hemos terminado aquí
Becky entró a su habitación, donde se dio una ducha y se puso un par de jeans cómodos, una camiseta gris y una chaqueta azul. Cogió uno de los sobres de dinero en efectivo de su cajón secreto antes de que sacara las llaves yéndose.
Ella le envió a Freen un texto tan pronto como entró en el coche, pasándose la mano por los asientos de cuero que digamos que había extrañado.
Becky: estoy lista en cinco minutos :D y no te olvides de mí mochila !!!!!!
Freen: está bien !!!!!! xx
Becky sonrió ante las dos xx que la pelinegra había comenzado a poner recientemente al final de cada texto. Ella realmente no sabía lo que querían decir, pero pensó que eran como besos o algo así.
Se detuvo frente a la casa de Freen diez minutos después y esperó unos cinco minutos hasta que finalmente saliera de la casa con dos bolsas en la mano. Se tomó el tiempo para configurar el GPS de la dirección que Freen le había enviado en un mensajes de texto.
Becky hubiera tocado la bocina, pero en realidad no quería que las personas en Bangkok escucharan su coche. Sonrió para sí misma cuando Freen abrió la puerta y finalmente entró.
-No hay lugar para estas bolsas. - Ella observó y acabó metiéndolas en sus pies.
-El cinturón de seguridad.
-Por favor, no conduzcas como una loca.
Freen pidió antes de ponerse el cinturón de seguridad.
-¿Yo? nunca. -Becky contestó inocentemente, con una pequeña sonrisa en sus labios.
Freen encendió la radio tan pronto como Becky comenzó a conducir y eso fue todo.
-Voy a volver a casa el domingo. -Le dijo a Freen mientras conducía.
-Oh. ¿Bueno? Supongo.
-Y estoy pensando en salir del clóset.
-Wow. Eso es... una gran cosa.
Becky rio nerviosamente cuando se detuvo en un semáforo en rojo, y luego volvió la cabeza para mirar a Freen.
-Creo que lo voy a hacer después de la graduación, para que no puedan hacer nada al respecto.
-¿Y cómo planeas exactamente decirles?
-Bueno... no sé, probablemente va a ser algo así: 'Oye, mamá, papá, realmente no puedo esperar para ir a la Universidad, ah y me gusta una hermosa chica con pene, tengan un buen día adiós'.
Freen resopló y sacudió la cabeza, y Becky pisó el pedal acelerando.
-Esa es una buena manera de hacerlo. O tal vez ellos entrarían mientras lo estamos haciendo como mis padres lo hicieron.
-No digas eso, o en realidad podría suceder. -Becky bromeó
-Por favor, conduce con las dos manos.
-¿Por qué?- preguntó Rebecca, sonriendo.
-Porque estoy sudando en este momento y no quiero morir.
Así que ya no quieres morir
-¿Así que cuál es la dirección?- preguntó Becky una hora más tarde, una vez que habían entrado oficialmente a Ayutthaya.
-Mi vieja casa. Pero no vamos a realmente dormir allí, ¿verdad? Es escalofriante y probablemente polvorienta.
-Vamos a encontrar un hotel.
Becky le aseguró, giró a la derecha y pronto ella estaba metiéndose en un camino de entrada vacía.
-¿Así que aquí es donde solías vivir? Es mucho más grande que tu casa actual.
-Sí.
-¿Quieres entrar mientras aún hay luz afuera?
Freen asintió y salió del coche. Becky lo cerró mientras caminaban hasta la entrada principal. Freen se inclinó y levantó un pequeño gnomo decorativo para revelar una llave.
-¿En serio?- preguntó Becky.
-Mi madre nunca fue realmente creativa.
La metió en la puerta antes de que finalmente la abrió. No se movieron por unos momentos en los que Freen miró dentro. Terminó pasando, por lo que Becky le siguió.
Trató con el interruptor de la luz, pero no había electricidad, lo que significaba que a su padre le habían cortado la electricidad por lo que no tendría que pagar ninguna factura en la cárcel. Todo estaba lleno de polvo, pero realmente no parecía como si estuviera a punto de desmoronarse.
-¿Quieres ver toda la casa o simplemente mi habitación?
-Tu habitación.
Respondió Becky y Freen asintió con la cabeza antes de darse la vuelta y subir las escaleras. Becky la siguió de cerca, casi chocando con ella una vez que Sarocha se detuvo frente a su puerta.
-Está realmente... oscuro.
Esa era la única manera que Becky podría describirlo. Las paredes estaban pintadas de negro y la ropa de cama que todavía estaba eran también negras. Había un escritorio en la esquina de la ventana y algunos posters viejos colgados en las paredes. Becky no sabía ninguna de las bandas en la pared, así que no pudo opinar sobre ellas.
-Esto es extraño. -Dijo Freen y se sentó en su cama.
-¿Por qué?
-Porque nunca he traído a nadie a mi habitación.
-¿Nadie?
Freen asintió con la cabeza.
-¿Por qué no?
-Porque pensé que se asustarían o creerían que soy una especie de monstruo.
-¿Lo eras?
-¿Qué? ¿Una loca?
Becky asintió, poniéndose a horcajadas sobre ella en la cama.
-No era un bicho raro. Estaba triste.
Becky hizo un mohín triste antes de que tomara el rostro de Freen en sus manos y llevara sus labios hasta los de ella. Quería abrazarla tan fuerte hasta que toda la tristeza que había quedado fuera expulsada.
-Probablemente deberíamos ir de nuevo al coche y encontrar un lugar para dormir antes de que oscurezca y no podamos ver a través de la casa.
Freen sugirió contra sus labios, apretando las caderas de Becky.
La pelinegra se levantó de la cama y fácilmente levantó a Becky antes de ponerla de pie. A Becky le encantaba cuando Freen la mimaba así. La hacía sentirse segura de una manera extraña.
No pasó mucho tiempo después de que regresaron al coche y se dirigieron hacia el centro de la ciudad antes de encontrar un hotel. Bueno, en realidad no era un hotel, resultó ser un motel, pero parecía acogedor y agradable por lo que decidieron conseguir una habitación allí.
Había una mujer de mediana edad en la recepción y había unas pocas personas fuera en el vestíbulo, así que Becky pensó que no era un lugar tan malo para pasar dos noches.
-Nos gustaría una habitación para dos noches, por favor.
Becky pidió y la señora lo miró con curiosidad.
-¿Dos camas o una cama matrimonial?
Freen no respondió, esperando a Becky para tomar la decisión.
-Tamaño King, por favor. -Dijo la menor y casi asustado por la reacción de la mujer. Pero ella sólo sonrió y le entregó la llave de la habitación 312.
-Serían quinientos bahts.
Becky asintió, sorprendida porque era increíblemente barato, antes de que le entregar el dinero. Ella asintió con la cabeza y les señaló el ascensor.
-¿No crees que deberías comprar la cena primero antes de que tengamos una habitación de hotel juntas?- Preguntó Freen tan pronto como Becky entró en su habitación.
-Te cociné una maldita comida.
Becky le dijo y dejó caer la bolsa en la cama, mirando alrededor de la habitación. Había una puerta que daba al cuarto de baño y un pequeño balcón.
-¿Está bien para ti, princesa?- Preguntó Freen mientras se dejaba caer sobre la cama.
-No está mal.
Freen resopló y sacudió la cabeza, cubriéndose los ojos con el brazo.
Becky se mordió el labio y miró a Freen de esa manera, estirada sobre la cama con sus bíceps abultados apretando contra su rostro. Ella quería montarla más que nada por el momento.
Así que se acercó a la cama y apoyó una rodilla justo al lado del muslo de Freen, antes de subir la otra. La pelinegra levantó su brazo y la miró sorprendida, sin decir nada.
Becky tiró de su camisa y Freen se sentó correctamente, pechos ahora alineados y los labios unidos. Las manos de Becky encontraron ciegamente su camino hacia el cabello de Freen mientras las manos de Sarocha se envolvían alrededor de su cintura.
-Quiero estar arriba esta vez.
Becky dijo tan pronto como Freen empezó a chuparle el cuello. Freen respondió cinco segundos más tarde, después de asegurarse de que habría una marca en el cuello de Becky.
-¿Quieres follarme?
-¡Oh, no! Montarte quiero decir. -respondió Becky y se sonrojó.
-Me encantaría eso, bebé.
Freen sonrió y empujó la chaqueta de Becky fuera de sus hombros.
Becky se puso de pie y luego con gracia cayó de rodillas entre las piernas abiertas de Freen a los pies de la cama. Freen levantó su culo para que el trabajo de quitar sus pantalones y calzoncillos fuera más fácil para la menor.
-Amas chupar mi polla, ¿no?
Le preguntó a Becky, quien asintió con la cabeza, ni siquiera con vergüenza de admitirlo. La polla de Freen estaba dura y rosa, apoyada pesadamente contra su estómago.
Becky envolvió su mano alrededor de ella y lamió una franja de la base hasta la punta antes de tomarlo en su boca. Le encantaba la forma en que Freen se sentía en su boca, todo grueso y palpitante. Chupó la cabeza con su lengua, haciendo contacto visual con Freen para asegurarse de que estaba disfrutando de eso, lo cual era verdad, a juzgar por sus respiraciones pesadas y los abdominales apretados.
Soltó la polla de Sarocha antes de sacar su propia camisa, luego volviendo a chupar. Podía sentir sus propios pantalones poniéndose más mojados cada segundo sólo por chupar al contrario.
-Tienes que parar si no quieres que me corra en tu boca.
Freen advirtió y Becky dejó su miembro con un sonido de explosión.
-Arriba.
Freen instruyó y la menor lo hizo, desabrochando sus pantalones y sacándolos. Sus calzoncillos siguieron después, acercándose a la pelinegra hasta que sus rodillas golpearon la cama.
Las manos de Freen inmediatamente se acercaron a su culo y lo masajearon, presionando besos contra su vientre al mismo tiempo. Puso sus manos sobre los hombros de Sarocha para apoyarse antes de que se subiera a horcajadas sobre ella una vez más.
-¿Condones?- Preguntó Becky y Freen señaló su bolsa en el otro lado de la cama.
Becky se inclinó y Freen la sujetó mientras lo hacía.
-Quiero sentirte. -dijo Freen.
-¿Estás limpia?
-Nunca lo he hecho sin condón.
-¿Promesa?
-Promesa.
-Está bien, entonces. Pero cuando volvamos las dos nos haremos la prueba.
Freen asintió con la cabeza y chupó el labio inferior, mirando las manos delicadas de Becky que tocaban su polla. Becky se puso de rodillas arriba, al igual que había visto en algunas películas porno.
-¿Has estado viendo porno?- Bromeó Freen mientras Becky la ajustaba para que su eje se empujara contra su centro.
-Cállate.
Freen agarró las caderas de Becky, y poco a poco la dejó hundirse hasta que estuvo completamente dentro de ella.
-Jesucristo.
Ella gimió al ver a Becky sentado en ella con su cuello sudando y sus pechos duros pidiendo ser tocados.
-¿Quieres moverte o yo debería hacerlo?
-Yo. -Dijo Becky obstinadamente y Freen se hubiera reído si no hubiera estado tan caliente.
Muy pronto, Becky empujó a Freen sobre su espalda y poco a poco empezó a ir arriba y abajo, con las manos colocadas sobre el pecho de la pelinegra para apoyarse. Ella empezó a ir cada vez más rápido, hasta que tuvo un ritmo bastante rápido que parecía conducir a Sarocha a la locura.
-Te ves tan bonita arriba, bebé.
Freen elogió y la contraria sonrió, bajando el ritmo así ella podría encontrar su punto G.
-Oh Dios.
Ella gimió en voz alta cuando por fin lo consiguió, la punta de Freen presionando en contra de ese sitio. Tenía un ritmo constante, y cada rebote la hizo temblar de placer. Se detuvo en un punto y decidió simplemente moverse arriba y abajo, y luego en 8 movimientos que le daban todo. Las manos de Freen se colocaron ahora en los muslos, sus dedos clavándose en la carne mientras la observaba.
-No tocar.
Ella dijo y dio un manotazo a la mano de Becky cuando bajó para envolver su clítoris hinchado.
-Pero yo-
Becky intentó razonar, su voz acabándose hasta que finalmente se desaceleró hasta que se detuvo por completo, demasiado exhausta y al borde de correrse por hacer cualquier cosa más.
-Te tengo. -Freen le aseguró y reanudó su agarre sobre sus caderas antes de que comenzara a empujarla hacia arriba.
-Por favor, Freen.
Becky rogó cuando Sarocha tocó a propósito su punto varias veces, manteniéndola al borde.
-Por favor, ¿qué?
-Hazme venir, quiero correrme
Las uñas de Freen tocaron lo largo de los lados de Becky mientras le daba un poco más de empuje antes de que se corriera directamente contra su próstata.
-Jodeeeer.
Becky exhaló corriéndose mientras Freen llevaba a cabo su orgasmo con movimientos lentos.
-Estuviste tan bien. Freen le dijo cuando se retiró y Becky se derrumbó sobre su pecho, sin importar que se manchara.
-Tenemos que tomar una ducha. No juntas.
-¿Por qué no?- Freen puso mala cara y Becky la miró.
-Porque estoy demasiado cansada.
-Voy a mantener mis manos en mí, te lo prometo.
-Está bien, entonces. Ninguna cosa divertida.
-Ninguna cosa divertida; lo tengo. -Freen sonrió y la menor se levantó.
-Mi culo duele.
-Me siento halagada.
-No era un cumplido.
-Lo tomaré como uno de todos modos.
Becky rodó los ojos con cariño y ambas se levantaron de la cama.
-Tenemos que poner el papel de limpieza en el picaporte mañana para que puedan cambiar el edredón. Becky dijo riendo.
Freen abrió la ducha y se aseguró de que ajustar el agua justo antes de entrar. Becky la siguió inmediatamente, cerrando la puerta de cristal tras de sí.
Tenía mariposas en el estómago y una sensación de calor en su corazón porque se sentía muy cómoda para estar completamente desnuda y alrededor de Freen, sin el temor de ser juzgada.
-Te lavaré. Date la vuelta.
Ella hizo lo que Freen le dijo, apoyándose en su amplio pecho, pero asegurándose de que su pelo no se mojara. Cerró los ojos cuando las manos de Sarocha se acercaron a su pecho, frotando por todas partes, dejando gel y jabón.
Freen entonces se aseguró de lavar su entrepierna. Dejó besos en su cuello mientras movía una de sus manos a la espalda de Becky, asegurándose de poner gel por todas partes.
-Freen.
Becky advirtió cuando los dedos de la mayor rozaron sus pechos que todavía estaban sensibles.
-No estoy haciendo nada.
Becky le escuchó reír mientras le susurraba al oído. Y luego se echó hacia atrás para terminar.
-¿Ves? Te dije que podía comportarme.
Freen dijo y ató una toalla en su cintura. Becky decidió ponerse la bata de baño suave y esponjosa que fue colgada en la puerta.
Se cepillaron los dientes y después de que Becky se quitara sus lentes de contacto caminaron de regreso a su habitación. Se puso el pijama y luego subió a la cama, metiéndose debajo de las sábanas.
-¿Puedes encender la calefacción antes de que te acuestes?
-Ya está. -Dijo Freen y levantó la manta para meterse en la cama. -¿Tienes frío?
-Un poco.
-Nos vamos a acurrucar, entonces.
Becky sonrió. Siempre había pensado que 'acurrucarse' era una palabra linda. Le dio la espalda a Freen y no pasó mucho tiempo hasta que sintió unos cálidos pechos contra su espalda y brazos a su alrededor.
Se durmió con una sonrisa en su rostro.
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-¿Tienen Starbucks en esta ciudad?- Becky preguntó a la mañana siguiente, en su camino hacia el coche. Bueno, más bien tarde porque se despertaron a las doce y eran casi las 13:00.
-Hay uno a veinte minutos de aquí. Pero nos desvía del camino.
-Está bien. Las horas de visita terminan a las ocho.
Se metieron en el coche y cinco minutos más tarde estaban en su camino hacia el Starbucks que Freen conocía.
-Oh, tienen para llevar, así que no tendremos que parar. -Becky exclamó y dio la vuelta en la esquina.
-¿Estás bien con comer en el coche?- preguntó Freen, casi en tono de burla.
-Cállate y dime lo que quieres.
-Te diré lo que quiero.
-Dime ya.
Becky dijo exasperada porque había otro coche que estaba esperando detrás de ellas.
-Te diré lo que quiero, lo que en realidad quiero.
Becky rio y rodó los ojos, antes de ordenar. Aparcó en cuanto se encontró un lugar y pasaron quince minutos comiendo su almuerzo.
-¿No estás un poco nerviosa porque vas a ver a tu padre después de tanto tiempo?
-Un poco. Pero no creo que me vaya a atacar sobre la mesa ni nada. Al menos eso espero.
Se dirigieron a la compañía de bienes raíces donde el Sr. Chankimha compró la casa, para recuperar unos papeles para que firmara.
-Si se enoja será un adiós.
Dijo Freen dos horas más tarde cuando finalmente fueron llevadas hacia la entrada principal de la prisión.
-Va a estar bien.
Becky trató de asegurar, pero podía ver que Freen estaba muy nerviosa, a pesar de sus afirmaciones diciendo lo contrario.
Caminaron hasta el oficial de la recepción con sonrisa brillante.
-¿En qué puedo ayudarles?- preguntó cruzando los brazos y mirándolas de arriba a abajo.
-Me gustaría visitar a umh.. Thong Chankimha.
-¿Y quién eres?- El oficial continuó, obviamente reconociendo el nombre.
-Soy Freen Chankimha, su hija.
-¿Tienes una cita?
-¿Desde cuándo necesito una cita para visitar a alguien en la cárcel?- preguntó Freen, perdiendo la paciencia.
-Desde el principio de los tiempos, chica. Ahora ve-
-¿Quieres hablar conmigo entonces, ¿eh?- Becky intervino y puso un billete de cien dólares en el escritorio.
El guardia miró hacia abajo antes de tomarlo.
-Por aquí, señoritas.
Freen se burló pero Becky la pellizcó y siguieron al hombre. Fueron llevadas a una sala llena de mesas y sillas, supervisados por dos guardias de seguridad.
-Traigan a Chankimha. - El oficial murmuró a uno de los guardias, que asintió y desapareció. -Tomen asiento.
Becky y Freen se sentaron en la única mesa vacía. La castaña no podía dejar de mirar alrededor de la habitación; media llena de gente vestida normalmente, la otra mitad de hombres vestidos en naranja y manos esposadas que descansaban sobre la mesa. No era tan sucio como habría imaginado, pero no podía decir que estaba limpio.
Levantó la vista cuando vio a Freen mirando algo y luego se congeló cuando sus ojos se posaron en el hombre que estaba siendo escoltado a su mesa. Sus gigantescas manos de aspecto rudo esposadas delante de ella.
Se hizo el silencio entre los tres cuando el hombre se sentó, poniendo sus manos sobre la mesa. Becky arrastró sus ojos sobre sus tatuajes de la manga, su barba larga y sus hundidos ojos negros que hacían juego con los de Freen.
-No creí que te volvería a ver. -dijo el mayor en voz baja y ronca, entrelazando sus dedos. -¿Por qué estás aquí?
La pierna de Freen estaba nerviosa, saltando arriba y abajo debajo de la mesa de modo que Becky puso una mano sobre su muslo para calmarla.
-Estoy aquí para hablar de la casa. Y-Yo- , sólo eso.
-¿Hablar sobre qué?
-Quiero venderla.
El señor rio en voz alta durante todo un minuto antes de calmarse.
-¿Quieres vender la casa?
-Sí. Y necesito tu firma para eso.
-¿Y por qué debo venderla?
-Debido a que me lo debes. Nos debes. Has jodido toda nuestra vida. ¡Vivimos en una casa de mierda que apenas podemos pagar por tu culpa!- Exclamó Freen, sus mejillas enrojeciéndose de ira.
Becky nunca la había visto tan enojada. Daba miedo.
-Lo menos que puedes hacer es firmar los papeles de mierda y venderla. Vamos a dividir el dinero, setenta y cinco y tú veinticinco.
-Eso es completamente-
-Racional. Ni siquiera vas a vivir en ella durante los próximos años. Se irá a la basura. Haz esta cosa por mí y mi mamá.
Thong la miró por un momento.
-Está bien.
Freen estaba obviamente sorprendida por la respuesta. Esperaba más una pelea, pero esto era mucho mejor. Becky colocó la carpeta sobre la mesa antes de abrirla y entregarle al hombre un bolígrafo.
-¿Y quién es ella?- el padre de Freen preguntó después de haber firmado los papeles con un poco de dificultad debido a sus puños. -¿Tu novia?
-No es de tu maldita incumbencia. -Murmuró Freen y cerró la carpeta, levantándose.
-Lo siento por todo- se arrepintió el hombre y Becky se puso de pie.
-Espero que te quemes en el infierno. - Freen gruñó.
-¡Nos vemos allí, entonces!
Su padre le gritó, haciendo que todo el mundo se volviera a mirarlas. Becky se sonrojó y se alejó a paso lento, pero su voz quedó atrapada en su garganta cuando el señor agarró su chaqueta. Vio a uno de los guardias caminando hacia ellas.
-¿Eres su novia?
Becky asintió.
-¿Cuál es tu nombre?
-No te voy a dar mi nombre.
Becky le dijo, y uno de los guardias agarró al hombre del cuello y lo sentó, por lo que soltó Becky.
-Cuida de ella. -Dijo y Becky vio que fue sincero cuando lo dijo.
-Lo haré. -fue todo lo que la menor contestó antes de salir de la habitación.
Encontró a Freen apoyada en la pared junto a la entrada, fumando.
-Vamos. Tenemos que pasar por la compañía de bienes raíces de nuevo y terminamos.
Freen asintió y dejó caer su cigarrillo al suelo antes de entrar en el auto.
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Freen se cambió un par de horas más tarde, después de haber tenido la cena en su restaurante favorito, donde solía ir cuando era niña, y tomándose una selfie con la puesta de sol.
-Quiero mostrarte algo.
-¿Me lo puedes mostrar mañana? Está oscureciendo y estoy cansada.
-No, es mejor si lo hago por la noche.
-Bueno.
-Necesitamos estar en el coche.
-Oh, Dios.
-Te va a encantar, vamos.
Becky dejó que Freen le diera instrucciones sobre cómo llegar a donde tenía en mente. Resultó que se trataba de una terraza, al igual que la del otro lado en Bangkok. Becky podía ver toda la ciudad y más lejos de donde estaba sentado en la hierba al lado de Freen.
-Solía venir aquí de niña... bueno, cuando era adolescente, cuando mis padres se metían en peleas grandes y no podía dormir.
-No es tan lejos de tu casa, pero es mucho para subir por la noche.
-Lo sé. Sólo necesitaba ir a un lugar donde estar sola para pensar.
-¿Pensar en qué?
-Cosas.
Becky no dijo nada porque sabía que Freen estaba a punto de continuar.
-Miraba hacia abajo la ciudad y me preguntaba si mi alma gemela estaba allí abajo. -Ella dijo y soltó una risa entrecortada.
-¿Y tu alma gemela estaba allí?
-No, está aquí, conmigo. - Respondió Freen y el corazón de Becky comenzó a latir más rápido porque oh, dios.
Freen se acostó en su espalda, poniendo sus manos sobre su estómago, y Becky la siguió.
-Sabes, cuando me pediste ser tu novia ayer pensé que estabas bromeando.
-¿Por qué?
-Porque... Nunca pensé que alguien alguna vez llegase yo a gustarle aparte de mi polla.
-Eso es mentira. Charlotte, Billy, Babe-
-No me refiero a esa manera. Quiero decir, nunca pensé que alguien llegara a pensar que yo tenía algo que ofrecer. Emocionalmente.
-Por supuesto que lo tienes.
Dijo Becky en voz baja y se volvió hacia su lado, apoyando su cabeza en su mano para verla mejor. Ni siquiera le importaba que probablemente estaba ensuciando su ropa con hierba. Su corazón se rompió porque Freen no tenía idea de lo hermosa que era.
-Eres agradable, amable, divertida, y ...
¿Cómo describir a alguien de quién estás enamorado?
-Y me haces sentir tan cómoda y segura. Eso es todo lo que alguien podría desear y necesitar. Te amo por eso
Fue sólo después de que sus palabras salieron de su boca, viendo los ojos de Freen ampliarse cuando se dio cuenta de lo que había dicho.
-No tienes que decirme lo mismo, sólo cuando-
Becky tartamudeó
-No lo digas si no hablas en serio. -dijo Freen y Becky contuvo la respiración porque el tono de Sarocha era tan vulnerable.
-Lo digo en serio.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.
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