➥18
Becky no hizo nada más que mirar por un par de segundos. Ese era su padre. Su padre. Besando a una mujer. Esa no era su madre.
Sin embargo la reconoció; ella era secretaria de su padre. Ella estaba completamente devastada y ni siquiera podía decir nada. Ella simplemente se dio la vuelta y comenzó a caminar lejos, sin mirar a nadie frente de ella.
—¡Becky!— Freen la llamó antes de que realmente comenzara a seguirla fuera del centro comercial.
Becky sólo logró caminar alrededor de la esquina antes de que Freen la tomara del brazo y le diera la vuelta. Becky se dejó caer en el banco detrás de ella y se quedó mirando el camino durante un par de minutos interminables.
Freen se sentó allí con ella y eso era todo lo que Becky necesitaba. Necesitaba a alguien que estuviera allí para ella sin llegar a decir o hacer cualquier cosa. Becky apoyó la cabeza en el respaldo del banco, cerca del hombro de Freen, pero sin tocarla. Se sentía como una mierda por no creerle.
—Bec-
Freen comenzó, poniendo su brazo alrededor del hombro de Becky. Se retorció lejos de tacto.
—Yo sólo... necesito estar sola por un tiempo. —Murmuró y se metió en uno de las taxis que estaban alineados en el extremo de la calle.
Freen inmediatamente se puso en uno detrás de ella y le dijo al conductor que siguiera el que estaba delante de ellos.
Becky le dio al conductor diez euros más que de lo que realmente se necesitaba y se bajó del coche sin mirar atrás. Un millón de pensamientos se arremolinaban en su cabeza y ella simplemente no podía creer lo que veía. Eso no podría haber sido cierto. Su padre era un hombre honrado que nunca engañaría a su madre. Él nunca le haría eso a su familia.
Pero al parecer, lo hizo.
Trató de abrir la puerta, pero luego se dio cuenta de que Freen tenía la tarjeta, por lo que sólo se golpeó el frente contra la puerta, exasperada. Ella quería nada más que derrumbarse en la cama y llorar durante horas sin que nadie la viera.
Era definitivamente bipolar.
—Becky, tengo la llave. —Freen dijo y Becky volvió la cabeza para ver a la pelinegra caminando hacia ella.
Freen abrió la puerta sin decir nada y Becky se metió en su habitación, sin siquiera mirar a Freen quien la había seguido. Se dejó caer en la cama y hundió el rostro entre las manos, sintiendo lágrimas en sus ojos. No quería llorar delante de Freen.
—Lo siento. —Dijo Freen, sin moverse de su lugar junto a la puerta.
—Puedes decirlo.
—¿Decir qué?
—No te hagas tonta. — Becky murmuró y la miró.
Freen sabía que Becky estaba muy cerca de romperse y llorar frente a ella.
—Puedes decir que me lo dijiste. Me puedes decir que no te hice caso y que fui estúpida por ignorarte y gritarte.
Becky comenzaba a decir cosas sin control, todo derramándose fuera de ella.
—Becky. Está bien, está bien. Yo no creí que mi madre engañaba a mi papá hasta que la vi.
—Pero mi padre... él es ...
Becky dijo, con voz temblorosa y Freen sabía que estaba tan cerca de romperse.
—Bec.
Freen suavemente habló y fue entonces cuando Becky realmente empezó a llorar. Freen dio un paso hacia ella y envolvió con sus brazos a la chica. Becky se hundió inmediatamente en sus brazos, apretando su playera mientras las lágrimas se derramaban fuera de ella, acompañadas por el hipo ocasional y los sollozos.
No quería que Freen se fuera nunca, era completamente fascinante y aterrador al mismo tiempo el sentirse tan segura en los brazos de Sarocha. Se sentía como en casa.
Cuando se calmó un par de minutos después, miró a Freen, quien le limpió las lágrimas con sus pulgares.
—Quiero que tengas sexo conmigo.
Los ojos de Freen se abrieron, no muy segura de lo que había escuchado.
—¿Quieres que?
—Sí. Por Favor. Necesito que lo hagas. Te necesito.
—Becky... estás vulnerable y no sabes lo que estás diciendo...
—No, no, mira. — Becky tragó saliva, y antes de que se diera la vuelta abrió la mesilla de noche, revelando el lubricante y los condones.
—Yo quería hacer esto, antes de pelearnos.
—No nos peleamos. Te enojaste conmigo.
—Lo siento. Tenías razón. Pero, por favor, quiero esto ya.
—¿Segura?
—Sí. Por Favor. Necesito que lo hagas. Te necesito.
Y joder, Freen había querido esto desde que vio por primera vez a Becky. Ella quería follarla todos los días y contra todo lo que pudiera, pero últimamente sólo quería follarla lenta y profundamente, como si fueran más que amigas.
Se inclinó y besó a Becky un par de veces, antes de tomar su labio inferior entre los suyos. El corazón le latía rápidamente y sus pantalones ya estaban apretados.
Becky envolvió sus brazos alrededor de su cuello para acercarla e inclinó la cabeza para profundizar el beso. Freen sacó su playera por la cabeza y luego la de Becky, dejándolas caer en el suelo.
—Acuéstate para mí, bebé.
Le susurró y Becky hizo exactamente eso, apoyándose en los codos para mirar a Freen.
—La cabeza en la almohada.
Becky asintió y empujó el edredón para acostarse correctamente, se quitó los zapatos y los calcetines en el movimiento. Freen hizo exactamente lo mismo antes de que se bajara los pantalones y los calzoncillos.
Su polla saltó libre y luego procedió a horcajadas sobre las caderas de Becky. Ella le ayudó a quitarse sus pantalones y la ropa interior, terminando completamente expuestos ante la otra.
Podía decirse que Becky estaba nerviosa y lo único que Freen quería hacer era asegurarse de que su primera vez fuera lo mejor que jamás llegaría a experimentar. Quería ser suave y asegurarle que todo estaría bien.
Sacó del cajón el lubricante y el condón colocando este último junto a Becky antes de abrir la botella.
—¿En realidad fuiste a comprar esto?
Becky se sonrojó y asintió con la cabeza, pero Freen le sonrió tranquilizadoramente.
—Eso es realmente bueno. Eres tan buena.
Le susurró mientras pasaba sus manos por el cuerpo de Becky, como si no pudiera creer que en realidad estaban haciendo esto.
—Deja de mirarme así. —Dijo Becky, sonrojándose.
—Es que... eres tan hermosa.
Freen admitió y extendió la mano para agarrar el lubricante ya que la menor en ese momento lo necesitaba porque aún no estaba lista para Freen.
Se inclinó para besar a Becky de nuevo, abriendo la botella al mismo tiempo. La menor miró sus manos, mordiéndose el labio.
—Voy a meter mis dedos primero ¿de acuerdo?— Freen respiró y Becky asintió, sin apartar los ojos de las manos de la pelinegra.
Freen cayó en la cama junto a Becky, presionando su pecho contra el lado de Becky. Pasó la mano por el estómago de Rebecca hasta que llegó a la abertura entre las piernas.
Becky suavemente gimió cuando el dedo medio de Freen tocó sus labios, moviéndose rápidamente sobre él. Finalmente entró, metiendo el final del nudillo. Ella empujó su índice en poco tiempo, e hizo que las caderas de Becky se movieran en la cama, lo que indicaba que quería más.
—Se siente tan bien, Freen.
Respiró y Sarocha se mordió el labio, mirando los pechos de Becky.
—Voy a tratar tres, ¿de acuerdo? Para abrirte correctamente.
—Sí. —Becky le animó.
Cuando el dedo anular de Freen pasó Becky gimió, su cara extendiendo una expresión de dolor, por lo que Freen le dio un beso para no pensar tanto en el dolor.
Freen estaba ahora moviendo los dedos en círculos y abriéndose paso sin llegar a hacerle daño. Cuando Freen vio a Becky arquear la espalda, supo que había encontrado su punto G. Se decidió por sacar sus dedos y dejarlos en la parte superior de Becky, entre sus piernas abiertas.
Y joder, eso fue lo mejor que Freen había visto en su vida; Becky lista para ella, confiando en ella lo suficiente como para hacer esto.
Becky estaba mirando directamente sus ojos, como si le estuviera rogando de hacerlo ya.
Así que Freen lo hizo, después de que cubriera con el edredón su espalda, para taparlos parcialmente los dos.
Agarró a la base de su propia polla y empujó lentamente la punta. Becky abrió la boca para dejar salir un gemido entrecortado cuando ella ya estaba a mitad de camino, pero tuvo que parar porque Becky estaba tan increíblemente apretada.
—Freen... por favor. Haz algo. Por favor. —Becky rogó y Freen colocó ambas manos a cada lado de la cabeza de Becky para mantener el equilibrio.
La menor levantó su cadera una vez más, tratando de crear algo de fricción entre ellos. Fue entonces cuando Freen salió de su trance. Había estado demasiado ocupada pensando en lo íntimo que sería esto; estar bajo las sábanas con Becky y follándola.
Ella comenzó a moverse, empujando a Becky hasta que tocó fondo por completo.
—No tienes idea de lo jodidamente apretada que te sientes, Bec.
Freen le dijo y lentamente comenzó a moverse hacia atrás y adelante, todavía no muy segura acerca de cuánto Becky podía manejar.
—Puedo sentirte profundo.
Becky habló y levantó la vista para encontrarse con los ojos de Freen. Eran un poco vidriosos pero tan jodidamente fascinantes, Freen le devolvió la mirada mientras la follaba lentamente.
Los ojos de Becky eran probablemente lo más cercano que Freen llegaría al Cielo.
—No— dijo cuándo Becky trató de poner sus dedos en su clítoris. —Quiero que te corras sin tocarte.
Becky gimió ante eso y Freen se arrodilló para rápidamente enredar sus dos manos con las de la menor, y las hizo subir hasta la cabeza de este.
Comenzó empujando de nuevo, profundo y lento porque quería sentir cada centímetro de su cuerpo.
—Más fuerte— dijo Becky, apretando los dedos de Freen.
—¿Puedes con eso?
—Lo quiero.
Freen asintió con la cabeza, los ojos de Becky miraban hacia abajo entre sus cuerpos. Los pezones de ambas estaban duros y se tocaban de una forma tan placentera. Ella desenredó sus manos, un dedo tras otro, colocando sus palmas contra el colchón a cada lado de las costillas de Becky para que pudiera obtener un mejor ángulo.
En el momento en que Freen comenzó a empujarlo con más fuerza gemidos jadeantes procedentes de las dos comenzaron a llenar la habitación y era lo mejor que Freen había escuchado.
Los talones de Becky se estaban cavando en la parte posterior de los muslos de Freen, y ella aceleró y se inclinó para unir sus labios. Fue un beso pegajoso porque se concentraba más en su pene que en besar a Becky correctamente, pero a Becky no parecía importarle. Tenía las uñas enterradas en la espalda de Freen, arañándola con cada movimiento.
—Ooh D...ios. —La voz de la menor tembló y Freen sabía que había hecho algo increíble.
Su estómago se apretó por los sonidos que desbordaban los labios de Becky mientras empujaba de nuevo. Rebecca estaba temblando y gimiendo, clavando sus uñas con tanta fuerza en la espalda de Freen que estaba segura que la había desangrado.
Freen gruñó porque le dolía, por lo que las manos de Becky dejaron su espalda y bajaron dentro del edredón, sus dedos presionando sobre su culo. Cuando los dedos de Becky se extendieron sobre el culo de Freen, realmente presionando en la carne, Freen se corrió dentro del preservativo justo en el lugar.
—Por favor, no p-pares.
Becky susurró cuando Freen desaceleró su ritmo para recuperarse del orgasmo.
—No estaba pensando en eso, bebé. —Freen murmuró contra su cuello, y eligió ir más lento, más profundo y más duro.
Ella pegó sus labios sobre el cuello de Becky, chupando y mordiendo la piel para marcar lo más que pudo. Quería cubrir a Becky de moretones, quería que todo el mundo viera que Becky era suya y sólo suya.
—Estoy tan cerca Freen, por favor toca mis...
—Shhh, no— Freen susurró en la oreja de Becky, tomando el lóbulo de la oreja entre sus labios.
Becky se estremeció ante eso y pasó las manos por todo el camino hasta los omóplatos de Sarocha. Freen entonces dio un empuje muy duro en el interior de Becky, y la punta de su polla golpeó ese bendito lugar. Becky casi gritó cuando se corrió, los músculos del estómago apretados y cerrando los ojos.
Freen la follaba lentamente hasta que finalmente llegó a su fin. Freen salió de ella y rodó sobre la cama junto a ella, antes de tomar el condón y tirarlo. Becky estaba demasiado eufórica para regañarla.
Dos minutos más tarde, Freen finalmente giró la cabeza para mirar a Becky, colocando ambas manos sobre su estómago.
—¿Estás bien?
Becky asintió.
—Me siento un poco adolorida, como si hubiera corrido un maratón con algo entre las piernas.
Freen rio y se secó la frente con el dorso de la mano antes de levantarse. Lanzó el condón a la basura y tomó sus calzoncillos del montón de ropa que había en el suelo.
—Voy a la ducha, ¿de acuerdo?
Becky asintió, sin abrir los ojos.
Mientras Freen se duchó, ella todavía no podía entender que había tenido relaciones sexuales con Freen. Había tenido el espectáculo más íntimo de afecto entre dos personas con Freen. Y no se arrepentía ni un poco. No pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro.
Fue increíble.
Cuando la pelinegra salió del cuarto de baño, se levantó de la cama a la ducha también, pero casi se cayó al sentir dolor entre sus piernas. Freen rio y negó con la cabeza mientras se sentaba en la cama con una toalla alrededor de su cintura.
Ya eran más de las diez, cuando Becky finalmente salió del cuarto de baño, vestida con nueva lencería de Victoria Secret. Se acercó a la mochila de Freen y buscó sin ninguna explicación hasta que encontró su suéter favorito de Freen; el esponjoso gris.
Una vez que lo tuvo se lo puso por encima de su cabeza, saltó sobre la cama y agarró su teléfono del bolsillo de sus vaqueros. Le envió a Anurak un texto donde le dijo que volvió porque se sentía enferma y que tenían que hablar mañana.
En realidad iba a terminar su relación.
Y eso hizo que automáticamente le hiciera pensar en el engaño de su padre. Se había olvidado por completo porque había estado tan feliz con Freen.
Volvió la cabeza para mirar a Sarocha, que la observaba de cerca desde de la cama. Estaba apoyado contra la cabecera con su teléfono. Sus ojos se fueron a la muñeca izquierda de Freen que estaba cubierta de líneas rojas débiles, a punto de volverse blancas. Ella sabía que tenían que ser recientes, tal vez alrededor de una semana.
—Lo siento—Dijo Becky, casi en un susurro.
Sabía que la causa era ella. Debido a que había tratado a Freen como una mierda por ninguna razón en absoluto.
—Está bien.
—No, no lo está. Fui una mierda contigo y ni siquiera te creí porque mi cabeza estaba demasiado lejos. Pero... yo confío en ti ahora. En realidad, yo confiaba en ti antes. Pero ahora más que nunca. Más que nadie. Y eso es un gran problema porque rara vez confío en la gente.
Freen frunció el ceño, sin entender lo que quería decir Becky
—Dijiste que confiabas en mí ese día que te llevé con la moto.
Becky se acercó más a ella bajo el edredón, cruzando sus piernas para que sus rodillas se tocaran mientras se miraban de frente.
—No. Lo que quiero decir con esto es que me siento segura contigo. Puedo ser yo misma.
—Me haces sentir segura también.
Freen respondió tontamente y agarró a la parte posterior del cuello de Becky para unir sus bocas en un beso lento. Empujó a la castaña en su espalda por lo que ahora estaba a su lado una vez más, y se besaron por lo que parecieron horas; perezoso y profundo como si tuvieran todo el tiempo del mundo.
Cuando Becky finalmente bostezó contra la boca de Freen, Sarocha decidió que sería bueno que fueran a dormir. Así que Rebecca se quitó el suéter antes de apoyar su espalda contra el pecho de la pelinegra. Le gustaba ser la pequeña cuchara de Freen.
—Así que voy a romper con Anurak mañana. —Dijo una vez que estaban en completa oscuridad.
Freen se tensó contra su espalda, sin decir nada.
—Voy a hacerlo después del desayuno. No me importa lo que él diga. O lo que digan.
Cuando Freen aún no respondía, ella empezó a ponerse impaciente por lo que se dio la vuelta para mirarla.
—¿Estás escuchando lo que digo?
—Lo estoy.
—Entonces, ¿por qué no estás diciendo nada?
—¿Qué se supone que debo decir?
—Algo.
—Creo que estás haciendo lo correcto al romper con él.
—Estoy nerviosa.
—¿Por qué quieres romper con él?
—Bueno, porque me gusta tu polla y acabo de tener relaciones sexuales contigo.
Becky contestó sarcásticamente mientras ponía su cabeza sobre el pecho de Freen, abrazándola. Luego suspiró, porque sabía que Freen podía ver más allá de su fachada sarcástica.
—Él no me hace feliz. No creo que pueda pasar toda mi vida en una mentira, y luego terminar engañándolo con alguien. Sería una pérdida de tiempo.
—¿Tu padre te ayudó, uh... a darte cuenta?
Freen no estaba segura de cómo iba a reaccionar Becky si hablara del engaño de su padre.
—No. Tú lo hiciste.
—¿Lo hice?— Preguntó Freen y Becky sintió que su corazón comenzaba a latir más rápido contra su caja torácica.
—Sí. Me haces feliz.
Freen sonrió, llevando una mano a la cintura de Becky. Ella le había dicho eso a Becky antes.
—¿Vas a umh,... vas a enfrentar a tu padre acerca de eso?
Becky se puso tensa
—No lo sé. Quiero decir, no quiero que se salga con la suya. Yo sólo... Necesito un poco de tiempo para pensar. Probablemente voy a hablar con él al respecto si veo que está continuando con la mentira.
—¿La has visto antes?
Becky asintió.
—Ella es su secretaria, por el amor de Cristo. La llevó a cenar, pero también está casada. Yo sólo... No quiero que mis padres se divorcien. Tengo hermanos. Son niños y no sé qué harán con esto.
—Todo va a estar bien. —Freen trató de asegurarle mientras frotaba círculos en su piel.
—Espero que sí. —Becky murmuró y cerró los ojos, su pierna rodeando la cintura de Freen.
Se quedaron dormidas así.
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Cuando Becky se despertó a la mañana siguiente, cayó en la cuenta de que había tenido relaciones sexuales por primera vez, con Freen. Simplemente no podía comprender el hecho de que ya no era virgen, y más aún el hecho de que la perdió con una mujer. Una mujer a la que amaba.
Y entonces se dio cuenta de que iba a romper con Anurak ese día. Sus padres probablemente se enterarían en poco tiempo.
—¿Estás bien?— Freen murmuró en su cabello, frotando arriba y abajo su brazo mientras se despertaba.
—Mmm, ¿por qué?
—Tu corazón estaba latiendo muy rápido así que estás nerviosa por algo.
—Oh. Sí.
Dijo Becky y se sentó en la cama, estirando los brazos y la espalda. Luego miró a Freen, que la estaba mirando con una sonrisa boba en su cara.
—Voy a decirle a Anurak hoy. Después del desayuno. Yo sólo... No sé.
—Tienes miedo de lo que tus padres van a decir, ¿verdad?
Becky asintió y Freen le pasó una mano por su espalda.
—Vas a estar bien, ¿no?
Becky se encogió de hombros, levantándose de la cama para ir al baño y prepararse para el día. Sería un largo y muy agotador día.
Se quedó en silencio en el desayuno, ni siquiera se atrevía a mirar a los ojos a Anurak cuando habló con él sobre lo que había comprado el día anterior. Deseó que Freen estuviera en la mesa con ella.
Por supuesto que no le diría en la mesa; eso sería realmente mierda de parte de ella, porque todo el mundo lo presenciaría, lo que sería peor.
—Hey, Anurak puedo, uh, ¿hablar contigo después del desayuno?
—Seguro ¿Está todo bien?— Preguntó y ella asintió con la cabeza, sin mirarlo.
Querido Dios.
Cuando por fin terminó el desayuno se excusaron de la mesa, empezando a caminar hacia la salida del restaurante.
—¿Por qué estás cojeando?
Becky se mordió el labio.
—Tengo un esguince de tobillo, no es gran cosa.
¿Un esguince? Que imbécil.
—Entonces, ¿de qué quieres hablar?— Preguntó una vez que se sentaron en un sofá del vestíbulo.
Becky miró a su alrededor para asegurarse de que nadie les prestaba atención, porque esto probablemente se iba a poner feo. Ella jugueteó con sus dedos mientras hablaba.
—Soy... Dios. Quiero decir, no soy Dios, eso no es lo que... quise decir
Anurak frunció el ceño, obviamente confundido de por qué Becky estaba actuando de esta manera.
A la mierda. Sólo voy a decirlo
—Creo que... debemos romper.
Sus ojos se abrieron y sus cejas se levantaron.
—¿Debemos romper? Es esto, como, ¿una temprana broma del día de los inocentes?— Preguntó, totalmente consternado por las palabras de Becky.
—Sí, debemos hacerlo.
—¿Por qué?
Bueno, él estaba alzando su voz hacia ella. No era nada bueno en absoluto.
—Debido a que nuestra relación se ha sentido más como negocio en lugar de un placer.
—Oh, ¡no sigas!
Exclamó y se puso de pie, apoyando una mano en la cadera. Becky se levantó también, no queriendo sentirse extraña de estar sentado solo.
—Creo que sería injusto si me casara y comenzara una vida contigo cuando ni siquiera te amo.
—¡No sabes de lo que estás hablando! Necesitas tomarte un momento y...
—Anurak, voy a romper contigo. No puedo hacer esto. Estar contigo se siente como una tarea, no como algo que quiero hacer. Vas a encontrar a alguien que te trate mejor y vas a ser feliz.
—¡No estás pensando con claridad, Becky!— Gritó y la empujó del pecho, casi haciéndole tropezar y caer.
—Es lo que es.
—¡Estás mal!
—Anurak...
—¿Sabes qué?, estás en lo cierto. Voy a encontrar a alguien que me trate mejor, pero no creo que encuentres a un chico que vaya a aceptar tu forma de ser. Eres quejumbrosa y codiciosa, por no hablar de que has ganado un poco de peso. ¡Así que buena suerte encontrando a alguien!— gritó antes de que se diera la vuelta y pisoteara lejos, casi caminando como una dama.
No creo que encuentre a un chico que me acepte como soy
Pero encontré Freen
Ella sonrió tristemente antes de seguir su camino, con la intención de volver al restaurante.
Ella no estaba allí cuando se sentó en la mesa junto a Engfa, que estaba a punto de acabar su comida.
—Rompí con Anurak. —dijo y ambos, Engfa y Babe la miraron sorprendidos.
—¿Ahora?— Preguntó.
—Sí.
—¿Cómo lo tomó?
—No muy bien. Pero me alegro de que finalmente lo hiciera.
—¿Qué van a decirle tus padres?— Engfa preguntó mientras se limpiaba las manos.
—No lo sé, pero lo que digan no va a cambiar mi pensamiento. No es como si me pudieran obligar a volver con él, ¿no?
—No lo creo.
Después del desayuno, decidieron salir de compras otra vez, con los otros tres chicos, Tom y Victoria. Babe intentó hablar con Anurak, pero el chico no estaba de humor para ir de compras o ver a Becky, así que ella decidió quedarse en el hotel.
A Becky no le importaba, significaba que podía ser más abierta con Freen.
—Rompí con Anurak— fue lo primero que le dijo a Freen tan pronto como la vio.
Estaban enfrente del centro comercial y todo el mundo estaba mirando con curiosidad, pero tratando de ser muy reservados.
Freen la miró con sorpresa escrita por todas partes, sin parar su caminar.
—¿Qué dijo ella?
—Que yo estaba 'mal', Y que nunca iba a encontrar a un chico que me aceptara como él lo hizo.
Freen resopló y sacudió la cabeza. —En realidad no te aceptaba. Se mantuvo señalando tus cosas.
—Lo sé. Me dijo que soy gorda y codiciosa, ese maldito. — Becky despotricó.
—Ese maldito. — Freen repitió con una expresión divertida.
—¿Crees que es divertido?
Becky cuestionó y cruzó los brazos sobre el pecho cuando se detuvieron en la cola del Starbucks justo a la entrada del centro comercial. Babe quería conseguir un poco de café y Becky nunca rechazaría una oportunidad como esta.
—Oh, no, bebé estoy de acuerdo.
—¿Con él o conmigo?
—Ambos
Becky entrecerró los ojos hacia ella y Freen sonrió con cariño.
—Eres codiciosa.
—¿Disculpa?
—Recuerdas anoche cuando decías 'por favor, no te detengas, por favor toca mis...
Becky puso su mano en la boca y se sonrojó.
—¿Tuvieron relaciones sexuales?— Exclamó Babe y Becky quiso desaparecer porque dos personas delante de ellos se giraron a mirar.
—Oh, Dios mío, no vamos a discutir esto en público. —Becky respondió, al mismo tiempo que Freen dijo sí, lo hicimos.
—¿Así que ustedes ya son algo ahora que no estás saliendo con Anurak?— Preguntó Tom.
—No.
Becky respondió rápidamente antes de que Freen pudiera realmente decirlo y decepcionando completamente a Becky. El silencio se instaló después de eso, sobre todo por parte de Freen, quien no dijo nada mientras Babe y Billy bromeaban sobre algo irrelevante.
—¿Estás bien?— Preguntó Becky unos minutos más tarde mientras caminaban a través de Top Shop.
—Sí.
Becky frunció el ceño, pero optó por dejarlo ir.
Fue sólo cuando regresaron al hotel, que se metieron en el autobús y harían su camino de vuelta a casa, cuando Becky se dio cuenta de que Freen estaba actuando muy raro. Estaba bromeando alrededor y pasando un buen rato, pero luego se ponía muy tranquila y a Becky no le gustaba ni un poco.
—¿Qué pasa con Freen?— Preguntó Billy después de que le diera a Freen la llave de la habitación y dijera que se adelantaría.
Becky siguió con Babe y Billy a su habitación unas puertas después.
—¿Eres tan estúpida?— Babe comenzó antes de que Billy abriera la boca. La puerta se abrió y entró, cerrándola detrás de ellos.
—Umh, me gustaría pensar que soy muy inteligente. —Respondió Becky, no sabiendo por qué Babe parecía enfadado con ella.
—Bueno, pareces realmente estúpida para mí. O simplemente ajena a todo.
—¿De qué rayos estás hablando?
—Estoy hablando del hecho de que a ella le gustas y a ti te gusta para que fuera más que una amiga y dijiste que ustedes dos no estaban juntas cuando Tom te preguntó.
Babe dijo mientras rápidamente recogió sus cosas.
—¿Y?
—¡Oh, Dios!— Exclamó y Billy suspiró.
—Bebé, cálmate. Mira, Bec. La cosa es que nunca he visto a Freen tan feliz como lo está ahora. La conozco desde hace tres años y te puedo asegurar que ha estado más feliz en estos tres meses contigo que en tres años juntos. Por supuesto que le gustas y sé que también te gusta...
—¡Ella la ama!— Babe exclamó. —¡Y tuvo relaciones sexuales con ella!
—¡Déjame terminar!— Billy dijo exasperado y Babe se cruzó de brazos, esperando que continuara.
—Ella obviamente está hecha una mierda porque respondiste la pregunta muy rápido.
—Pero no estamos juntas.
—¡Entonces haz algo al respecto, por amor de Dios!
—Dijo que no quiere tener una relación porque no sabe realmente cómo.
—¡Pero tú sí! ¡Tienes cinco años de experiencia!
—Funciona a la perfección. —Añadió Billy. —Ella te enseña sobre el sexo y tú sobre el amor. Se complementan la una a la otra.
Becky se rascó la nuca
—Voy a hablar con ella, eh... al respecto. Voy a sólo... Iré ahora, sí.
—¡Hasta luego!— Billy la llamó mientras salía de la habitación.
Freen la estaba esperando en la cama en su habitación cuando Becky volvió, mirando su teléfono.
—¿Estás bien?
—Claro.
Freen sonrió y fue una sonrisa genuina, así que Becky no se preocupaba por el hecho de que Freen estaba molesta.
—¿Qué harás esta noche?— Freen le preguntó mientras salía de la habitación.
—Probablemente escuchar a mis padres gritarme acerca de la ruptura.
Freen negó con la cabeza.
—¿Nos vemos mañana entonces? Envíame un mensaje... si quieres.
El tono inseguro utilizado por Freen en la última frase hizo que Becky se sintiera un poco triste, porque Freen siempre le decía que le mensajeara sin la parte de si quieres.
El viaje de vuelta a Bangkok fue muy incómodo y lleno de tensión debido a que ni Becky ni Anurak hablaban, lo que significaba que Babe y Engfa tampoco.
Se sentía como si estuviera a punto de desmayarse, tan pronto como entró en casa se encontró con el silencio.
—¿Becky? ¿Puedes venir a la sala de estar por un minuto?— Su madre llamó y ella sabía que estaba en problemas, a juzgar por su tono.
—¿Sí?— preguntó en cuanto entró en la habitación. Sus padres estaban en el sofá, con la televisión silenciada y el rostro muy serio.
—¿Rompiste con Anurak?— cuestionó, cruzando los brazos sobre el pecho.
—Sí.
—¿Por qué?— Su padre le preguntó en un tono alto, pero tranquilo.
—Porque ya no lo quiero.
—¿Qué quieres decir con que no la quieres más?— Su padre exclamó, levantándose indignado.
—Quiero decir...
—¡Tenías un futuro planeado con él! Invertimos en eso todos estos años. —dijo su madre, levantándose también y acercándose a ella.
—¡En mi futuro voy a encontrar a alguien más!
Becky trató de razonar con ellos, pero no resultó nada. Estaban demasiado enojados con ella.
—¡No puedo escuchar esto! ¡Vamos a cancelar tus tarjetas de crédito y castigarte hasta que vuelvas con él!— dijo su madre y salió de la habitación, dejando a Becky a solas con su padre.
Becky sintió que estaba a punto de llorar.
—¿Qué estabas pensando, pequeña? ¿Tienes un solo hueso racional en ese cuerpo tuyo?— Preguntó su padre, alzando la voz contra ella.
Becky dio un paso atrás, asustada por su tono. Nunca había visto a su padre tan enojado.
—¡¿Por qué Becky?!
—Es sólo que no lo amo.
—¿Cómo puedes dejar de amar a alguien? ¡Eso es un pecado! ¡Estabas comprometida con él!— Exclamó su padre.
De qué mierda está hablando
—Tú dime.
Becky murmuró y su padre inmediatamente se apoderó de su barbilla, forzando la cabeza para que pudieran hacer contacto visual.
—¿Que acabas de decir?
—Sabes lo que estoy diciendo, padre. No te atrevas a decirme que lo que hice fue un pecado cuando estás por ahí con tu amante.
Becky escupió en baja voz para que su madre no la pudiera oír.
Lo siguiente que supo fue que una palma chocó con su mejilla, creando un sonido de bofetada en voz alta. La mejilla de Becky estaba horriblemente roja y tenía lágrimas en los ojos, porque nunca le habían dado una bofetada en su vida.
—No te atreves a hablar de mí de esa manera. Y si estás tan segura que sabes las cosas, me aseguraré de que estés en el próximo tren a un internado.
Su padre amenazó y Becky dio un paso atrás, frotándose la mejilla. Ella no dijo nada antes de que se diera la vuelta y saliera corriendo de la sala de estar hacia las escaleras.
Este era el peor día de su vida.
Cuando Becky pensó que el día no podía empeorar, lo hizo. Debido a que su madre le gritó desde abajo que estaba castigada hasta nuevo aviso y su padre la amenazó con cancelar sus tarjetas de crédito, una vez más.
Ella saltó en su cama, llorando porque sus padres eran honestamente los peores del mundo. ¿Y su padre quién creía que era? Sermonearla sobre el amor y todo eso, cuando él era el que iba a romper eso en la familia.
Así que en realidad no estaba pensando cuando sacó su maleta y comenzó a rellenarla de ropa. También metiendo cuidadosamente su uniforme escolar porque mañana era lunes y no podía faltar a la escuela.
Tan pronto como estuvo todo listo, se cambió por un par de jeans, un polo y una chaqueta de color roja.
Ella estaba haciendo esto.
Estaba escapando de casa.
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