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➥08

Cuando Becky se despertó a la mañana siguiente, Anurak no estaba en la cama. Lo encontró en la sala de estar, sentado en el sofá entre Freen y Babe, comiendo el desayuno, que probablemente, había ordenado.

Todo el mundo ya estaba allí, vestido con la ropa de la noche anterior, con aspecto cansado.

—Buenos días.

Le dijo a nadie en particular y todo el mundo lo recibió de vuelta con la boca llena.

Becky encontró su lugar al lado de Billy en el lateral de la butaca. Tomó un pan tostado con mermelada.

Becky comió, tratando de no hacer contacto visual con Freen. Se sentía un poco rara por lo que había sucedido la noche anterior, al igual que se sentía días después de que Freen la hubiera hecho venirse. Pero se desvaneció con el tiempo, porque Sarocha estaba actuando como de costumbre, haciendo burlas durante el desayuno y bromas.

Cuando Anurak les dijo que había tenido el mejor sueño de las últimas semanas, Freen hizo contacto visual con Becky y le guiñó un ojo, mordiéndose el labio. Becky no pudo reprimir la sonrisa que apareció en su rostro y Anurak sonrió porque pensó que la sonrisa era para él.

—Entonces, ¿qué harás para tu cumpleaños Becky?— Preguntó mientras bebía lo que quedaba en el vaso de jugo de naranja.

—Tenía pensado hacer una fiesta en el hotel de mi tío. — Ella respondió y Babe asintió con entusiasmo.

—Pero va a ser un día antes de mi cumpleaños, el 23, porque mis padres me quieren en casa para la cena de Nochebuena.

—¿Tu tío es dueño de un hotel?— Charlotte preguntó sorprendida y Becky asintió.

—Del St. Paul.

—Ese es el más caro en Tailandia— Freen habló.

—Por supuesto que lo es.

Terminaron el desayuno a los quince minutos, y al mediodía se fueron. Y si, Becky informó que una mujer en la puerta se había acostado con un cliente, pues bien, ese no era su trabajo.

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La siguiente semana tuvo dos pruebas. Anurak se quedó casi todas las noches y a Becky no le importaba el hecho de que no hicieron nada antes de dormir. Rara vez se dormían abrazados y Becky estaba bien con eso.

No sabía si debía sentirse culpable por el hecho de que Freen le había dado ya varios orgasmos y viceversa, porque no se sentía culpable en absoluto.

No había visto a Freen desde el día del baile, y para ser honesta, estaba un poco nerviosa acerca de su fiesta de cumpleaños. Iba a comenzar dentro de dos horas y sabía que Freen iba a venir, por suerte en esa ocasión, todos los invitados tendrían su propia habitación.

La madre de Becky había ordenado su traje de baño de Dolce Gabbana y Rebecca estaba emocionada porque era el más caro. Era muy suave y sus sandalias hacían juego, para la parte formal llevaba un vestido suelto con flores, el pelo recogido, aretes largos, lentes de sol y no podía estar más emocionada.

Toda la familia de Becky iba a venir, pero sus padres le prometieron que la dejarían sola con sus amigos.

La fiesta iba a tener lugar en un restaurante de primera, donde todo el mundo podía comer lo que quisiera y su familia iba a asistir también. Entonces, cuando los adultos y los niños fueran a sus habitaciones, la fiesta se llevaría a cabo en la piscina cubierta, que estaba equipada con un gran bar y un DJ.

Y Becky estaba muy feliz porque finalmente podía beber delante de sus padres y era legal. El pastel llegaría a medianoche, tendría seis niveles diferentes de colores con diferentes sabores, y habría dieciocho pastelitos en la parte inferior, cada uno con una vela en ella para que Becky soplara.

Llegaron al hotel veinte minutos antes que los invitados. Becky estaba empezando a ponerse nerviosa, porque no sólo todo el mundo en su año se suponía que debía asistir, sino que también algunas personas de la escuela de Freen.

Todo parecía ser perfecto; treinta mesas para diez personas fueron esparcidas alrededor del restaurante, había tres mesas largas llenas de bebidas y postres y los cubiertos eran de plata pura.

Anurak y Engfa fueron los primeros en llegar, vestidos bien y llevando regalos. La sangre de Becky empezaba a bombear más rápido, porque si había una cosa que le encantaba sobre los cumpleaños, eran los regalos.

Su tío ya le había conseguido un nuevo reloj Rolex y usó el nuevo iPhone que sus padrinos le habían regalado. Cada pariente le dio sobres llenos de dinero. No es que le importara sin embargo, ella estaba ahorrando para un yate.

Babe le compró un nuevo par de bolsas de Prada y Billy le dijo que también aportó (lo que probablemente era una mentira, pero a Becky no le importaba para ser honesta).

Freen y Charlotte se presentaron más tarde, por supuesto. Charlotte le trajo una carcasa de iPhone, y Freen algo de Ralph Lauren, que Becky estaba segura de que lo había robado.

—¿Robaste esto?— Preguntó cuándo miró dentro de la bolsa, detectando un suéter gris.

Freen se encogió de hombros y sonrió, mirando a su alrededor. Becky tomó esto como una oportunidad para echarle un vistazo. Llevaba una camisa azul a cuadros de manga larga doblada hasta los codos, un par de jeans sueltos blancos y converse azules.

—¿Puedes ponerte tu sudadera un rato y ocultar tus tatuajes?— Becky le preguntó mientras dejaba los regalos en la gran mesa donde estaban todos los otros.

—¿Por qué?

—Porque mis padres te sacaran con seguridad.

Freen rodó los ojos y bajó sus mangas, antes de que se ajustara el cuello y le sacara la lengua.

—Todavía tengo el piercing en mi lengua. — Dijo y Becky se dio la vuelta para guiarla a su mesa.

—Entonces mantén tu boca cerrada. No estás en cualquier lugar donde puedas hacer y decir lo que pasa por tu cabeza, ¿ok?

—¿Así que después de esto vamos a ir a la piscina?— Preguntó Freen, ignorando completamente lo que decía Becky.

—Sí, pero...

—¿Y te veré en traje de baño?

—¡Cállate!— Becky le siseó, volviéndose roja y mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie la había escuchado.

—¿Y todo el mundo tiene sus propias habitaciones?

—Sí.

—¿También yo?

Becky rodó los ojos. —Sí. Es el hotel de mis tíos.

—Por supuesto que lo es.

Freen se burló y sacudió la cabeza, antes de que se acercara a la mesa donde estaba Charlotte, y se sentara. La inglesa hizo caso omiso al hecho de que algunas chicas de su escuela se sentaron allí, y parecían totalmente encantadas por ese par.

Becky estaba sentada en una mesa con Anurak, Billy, Babe, Victoria, Tom, Cameron, Engfa y sus padres. Podía hacer esto; ella podía.

Una hora más tarde descubrió que no podía. Debido a que durante el discurso de su padre vio a una de las chicas de su escuela salir del restaurante con su mano en el brazo de Freen, y los ojos de Freen estaban en su culo. Becky iba a gritar sin razón aparente.

Sólo regresaron treinta minutos más tarde, cuando estaban sirviendo el postre y Becky pudo ver claramente que la chica tenía despeinado el pelo y el cuello de Freen estaba rojo.

A Becky no le gustaba para ser honesta y la hacía sentir incómoda. Unos minutos más tarde sus padres anunciaron que iban a ir a sus habitaciones, junto con sus hermanos, por lo que exactamente a las 21:00 todos se trasladaron desde el restaurante hasta el sótano del hotel, donde estaba la piscina. No había sillas suficientes para todos, pero Becky sabía que a la gente no le importaba compartir una, y se sorprendió al ver que sus compañeros de clase eran en realidad más locos de lo que ella había pensado.

Anurak y ella ocuparon el sillón más cercano al bar de la piscina. Rebecca llevaba un bikini azul y no estaba tan segura como para mostrarlo. Todo el mundo estaba ya en sus trajes de baño, a excepción de ella.

Becky sabía que había comido un poco demasiado como para que pudiera sentir su barriga presionando contra su vestido suelto. Miró alrededor de la piscina y vio a Freen justo enfrente de la piscina, con un traje de baño de color rojo y un sostén, su conjunto dejaba ver sus abdominales apretados y sus tatuajes así como su no tan pequeño paquete.

La mayor estaba charlando con otra chica de su clase y Becky ya se estaba enojando porque las niñas de escuelas privadas no debían asociarse con los chicos de las escuelas públicas, por no hablar de coquetear. Ella estaba girando su pelo alrededor de un dedo y lo empujaba hacia fuera. A Freen no pareció importarle, porque en lugar de estar realmente prestando atención a lo que estaba parloteando, estaba mirando sus pechos.

Becky suspiró y decidió que era hora de desnudarse, porque era la única que todavía estaba vestida para una gala de mierda. Se levantó y comenzó a sacarse el vestido ahora por arriba revelando sus torneadas piernas, sus hermosas clavículas. Se quitó los zapatos y los empujó debajo de la silla.

Ahora estaba en su traje de baño. Cuando se dio la vuelta hacia su ropa doblada en la silla del salón, vio a Freen mirándola mientras se mordía el labio. Becky se sintió un poco cohibida, así que se dio la vuelta para preguntarle a Anurak si quería ir a la piscina con ella.

El chico levantó la vista de su teléfono y sacudió la cabeza.

—En un rato más Becky.

—¿Qué estás haciendo?— Preguntó, viendo que estaba metido en Instagram eligiendo un filtro adecuado para una selfie.

Becky rodó los ojos y decidió ir a la piscina sola. Metió su pierna derecha en el agua para probar la temperatura, y después de asegurarse de que estaba lo suficientemente caliente, se metió.

El agua llegó hasta sus pezones y caminó lentamente hacia Engfa. Al mirar a su alrededor, llegó a la conclusión de que la gente en realidad se estaba divirtiendo, había un DJ en la esquina, poniendo música de fiesta a lo largo de la habitación y todo el mundo estaba ya sea en la piscina o en el exterior de la misma con una copa en sus manos, ya sea bailando o charlando. Las luces se habían atenuado y ahora la piscina estaba iluminada.

Becky vio a Freen a lo largo de la mesa llena de cubos de champán y hielo, con un vaso en la mano, hablando con Charlotte.

—Entonces, ¿qué pasa contigo y Charlotte?— Becky le preguntó a Engfa.

—Me preguntó si podíamos compartir una habitación hoy.

—¿Qué hiciste aquella noche del baile?

—Um, sólo nos besamos porque estaba muy cansada.

Becky sonrió para sí misma, porque ella había conseguido realmente a Freen.

—Freen ha estado mirando para acá los últimos cinco minutos.

Engfa le dijo y Becky se sonrojó, lanzando una mirada rápida en dirección a Freen, al ver que en realidad sí la estaba mirando. Rebecca volvió rápidamente la cabeza y le preguntó a Engfa si quería hacer una ronda de shots en el bar de la piscina.

Ellas nadaron a través de la masa de gente a la barra y se sentaron en las dos únicas sillas vacías que quedaban. Ordenaron dos rondas de tequila, así que después esparcieron sal en la parte posterior de sus manos, y comenzaron a tomar sus chupitos.

—Sabes que todavía no es legal tomar alcohol para ti, ¿verdad?

Becky volvió la cabeza para ver a Freen justo a su lado, el agua apenas llegaba a unas pocas pulgadas debajo de sus clavículas. Becky rodó los ojos y Freen puso una mano en su muslo bajo el agua.

—Te ves bien en traje de baño.

—No lo hago. —Dijo Becky, y sí, tal vez le gustó que Freen le dijera que se veía bien. Pero luego se terminó preguntándose lo que Freen quería de ella ahora. —¿Qué quieres?

—¿Es necesario tener una razón para hablar contigo?— Preguntó Freen inocentemente.

—Um, ¿sí?

—Estoy ofendida ahora. —Freen puso mala cara y Becky golpeó su mano.

—Deja de tocarme.

—No te estabas quejando la última vez.

Becky se puso roja y rápidamente miró a su alrededor para ver si alguien había oído. Pero nadie les estaba prestando atención a ellas y Engfa estaba demasiado ocupada hablando con Charlotte.

—¿Cuánto tiempo tenemos que esperar hasta que podamos ir a nuestras habitaciones?

—Um, puedes ir en cualquier momento.

—Está bien, entonces, ¿cuánto tiempo tengo que esperar para que tú puedas ir a la habitación conmigo?

—¿Qu-qué te hace pensar que yo haría una cosa así?

—Debido a que apenas te toqué y ya se notan tus pezones.

Becky bajó la mirada.

—Estás mintiendo.

—¿Lo estoy?— preguntó Freen y Becky se bajó de la silla porque una chica quería sentarse en la barra también.

—El pastel llega a la medianoche, así que probablemente me quedaré aquí hasta la madrugada. —Becky se encontró respondiendo la pregunta.

—¿Y cuándo te vendrás?— Preguntó Freen, lo que hizo que Becky le diera una bofetada suave en su boca.

Freen rio y le lamió la palma de la mano, por supuesto que lo hizo, Becky apartó la mano.

—Eres asquerosa.

—Me gusta mucho esta idea de la piscina, porque nadie puede ver mis manos. Freen le dijo y puso su mano sobre la espalda baja de Becky.

La menor lanzó una mirada en dirección a Anurak, pero ella estaba demasiado absorta en su teléfono al notar en realidad lo que estaba pasando.

—Para.

Becky le dijo cuándo la mano de Freen se deslizó, sobre la curva de su trasero. Sin embargo, no hizo nada para detenerla porque su estómago se sentía bien con el toque de Freen y quería más.

—Está bien. —Dijo Freen para sorpresa de Becky y apartó la mano.

Luego se dio la vuelta y se fue de allí. Becky quedó mirando su espalda.

Freen encontró a la niña que le había dado una mamada antes en una esquina de la piscina con dos de sus amigos. No tenía nada que decirle, sólo agarró la parte posterior de su cabeza y la besó con la boca abierta.

Cuando Freen vio a Becky desvestirse en su sillón, estaba completamente encendida y se imaginó a sí misma follando a Becky en la piscina, el bar, y contra la pared.

Quería a Becky desnuda esta noche, porque ese bikini mostraba sus muslos gruesos y culo perfecto. Y el hecho de que Rebecca parecía tan ajena a todo, tan inocente y no tenía idea de lo caliente que en realidad se veía, hizo que Freen se encendiera más. Solo quería comer, morder, lamer y marcar su culo hasta que estuviera rojo por todas partes.

Cuando presionó su entrepierna contra la pelvis de la chica, ella sonrió contra sus labios, porque probablemente pensó que ella era la razón de que Freen estuviera duro. Oh, si ella supiera.

Becky no sabía exactamente a quién se le había ocurrido la idea, pero una hora más tarde se encontró en un círculo hecho de una veintena de personas, justo al lado de la piscina. Había dos botellas de vodka dando vueltas, y todo el mundo tenía un vaso en frente de ellos y aparentemente estaban jugando un juego llamado nunca nunca.

Estaba confundida, no tenía idea de que era este juego, pero Charlotte arrastró a Engfa, y Engfa arrastró a Becky. Anurak, Billy, Babe, Tom, Victoria y Freen estaban jugando demasiado contentos y Becky tenía un poco de miedo porque se trataba de tomar bastante alcohol.

—Así que para aquellos que no saben cómo se juega. —Billy comenzó, mirando a todos los amigos de la escuela de Becky —Todo el mundo va a decir algo que no han hecho, como, 'yo nunca me he quedado dormido en un techo', y los que lo han hecho deben tomar. Nos detendremos cuando las botellas estén vacías y el perdedor tiene que hacer algo que el ganador ordene.

Becky decidió que no le gustaba este juego.

Billy comenzó el juego diciendo que él nunca había probado drogas y todo el mundo, obviamente, tomó un poco de alcohol. Media hora de juego después Becky se enteró de que Anurak, Engfa y ella misma eran los únicos vírgenes que quedaban en el año. Al parecer se había equivocado acerca de sus compañeros de clase (una vez más): no eran santos.

Becky se sentía como una perdedora y el hecho de que Freen estaba riendo y moviendo la cabeza (obviamente borracha, y estaba ganando) no le ayudaba en absoluto.

—Yo nunca he engañado o ayudado a alguien a engañar. —Dijo Freen y Becky casi, casi tomó, pero por suerte Babe le dio un codazo en las costillas.

—Yo nunca he querido follar a alguien en este juego tan malo. —Dijo Billy y todo el mundo a excepción de Becky tomaron. Incluso Anurak. Becky estaba horrorizada y se sentía como una mierda, porque ella no tenía experiencia.

Terminaron el juego veinte minutos más tarde, y no fue una sorpresa cuando Freen ganó y le sonrió a Becky, porque ella tenía que atreverse a hacer algo.

—Te reto a... caminar alrededor de la piscina desnuda.

—¡De ninguna manera!— Becky protestó y negó con la cabeza, sintiendo el calor de su cara.

—Tienes que hacerlo, son reglas. —Billy le dijo y Becky cruzó los brazos sobre el pecho.

Pero por suerte, el DJ anunció que era oficialmente medianoche y que el pastel sería traído en un minuto. Así que Becky se levantó del círculo, contenta de que tenía una excusa para no completar el desafío.

El pastel era increíble, como habían prometido y después de que todo el mundo le cantara feliz cumpleaños, sopló las velas, con el deseo de conseguir entrar en Oxford.

Todo el mundo tenía una rebanada y aun así sobraba pastel, así que Billy y Babe pensaron que sería una buena idea tener una guerra de pastel. Casi todo el mundo terminó cubierto en pastel y la habitación entera estaba ahora desordenada, llena de gente cubierta de crema batida.

A Becky no le gustaba estar todo pegajosa, por lo que escapó al baño a lavarse la cara y las manos. Gracias a Dios que no tenía en el pelo o de lo contrario le habría dado un ataque.

La gente empezó a subir a sus habitaciones como se esperaba, alrededor de la 1am, y Becky fue la última en quedarse en la piscina, porque tenía que instruir a algunos trabajadores del hotel para que limpiaran todo.

Anurak ya estaba en su habitación en el sexto piso, medio dormido cuando Becky entró.

—Feliz cumpleaños Becky. —El chico sonrió cuando salió de la ducha, vestido con su pijama nuevo azul de algodón.

—Gracias. — Respondió Becky y se metió en la cama con él.

Intercambiaron besos antes de que Anurak le dijera que estaba cansado y quería dormir. Becky se desplazó a través de su Facebook, cuando su teléfono sonó en señal de que había recibido un mensaje.

Era un número que nunca había visto antes, pero se dio cuenta de quién era inmediatamente.

¿Quién más?.

Becky: ¿Cómo conseguiste mi número?

Puso a Freen en su lista de contactos, antes de esperar a que respondiera.

Freen: se lo robé a Babé.

Becky: Quiero dormir.

Freen: habitación 482 190

La castaña resopló y bloqueó su teléfono, sin intención de ir a la habitación.

Cinco minutos más tarde, decidió que no podía conciliar el sueño. Ella definitivamente no quería levantarse e ir a la habitación de Freen.

Ella no lo haría.

Becky se levantó de la cama y cogió la tarjeta de la puerta, en silencio saliendo de la habitación y cerró la puerta tras ella.

Decidió tomar el ascensor hasta el cuarto piso, por lo que no tendría ningún momento de reconsiderar las cosas. No podía creer que estaba haciendo esto, ir a la habitación de Freen a hacer Dios sabe qué cosa.

Becky llamó a la puerta, pero rápidamente cambió de opinión y estaba a punto de salir corriendo cuando Freen abrió la puerta. Estaba sin sostén, vestida con una camiseta larga y calcetines.

—Hey. —sonrió y dio un paso a un lado para dejar que Becky entrara.

Becky entró y vio que Freen estaba viendo la televisión, mientras que bebía una botella de chardonnay.

—¿Pediste servicio a la habitación?— Preguntó Becky cuando Freen cerró la puerta.

—Sí.

—No tienes vergüenza en aprovechar el hecho de que mis padres van a pagar por todo, ¿verdad?— Preguntó Becky y Freen negó con la cabeza con indiferencia, agarrando el vaso lleno de la mesa.

—¿Quieres un poco?

—Preferiría no beber después de ti.

—¿Te das cuenta de que nos hemos besado antes, verdad?— Freen se burló y Becky se mordió el labio, volviendo su vista a la TV.

—¿Así que el novio está dormido?

Becky asintió y Freen vino a sentarse junto a ella, que estaba en realidad un poco decepcionada de que no estaban haciendo nada.

—¿Trajiste a la chica de vuelta aquí?—, Preguntó Becky, tratando de hacer conversación.

—¿Cual?

—Cualquiera de ellas.

—No.

—¿Qué te hizo ella a ti?

—Una mamada.

Becky se mordió el interior de su mejilla.

—¿Estás celosa?— Bromeó Freen y Becky negó con la cabeza.

—No estoy celosa de esa escoria. —Respondió y Freen rodó los ojos, antes de silenciar el televisor.

El corazón de Becky empezó a latir más rápido. Ni siquiera llegó a girar la cabeza y mirar a Freen correctamente, porque la pelinegra atacó literalmente sus labios, empujando su espalda.

Becky reaccionó de inmediato, poniendo sus manos sobre las caderas de Freen, mientras la mayor puso su mano izquierda en la parte posterior del cuello de Becky, acercándola más.

La rodilla de Freen se puso entre las piernas de Becky y apretó contra su pantalón de algodón. Estaban tumbados de lado con Freen medio cubierto sobre su cuerpo.

La mano de Freen bajó del cuello hasta su culo y le apretó una nalga, acercando tanto a Becky como fuera posible.

—Levántate. —Freen ordenó cuando ella se apartó de Becky, dejándola con los labios húmedos e hinchados.

Becky obedeció y se paró. Freen se sentó en la orilla de la cama y abrió sus piernas, metiendo a Becky entre estas. La manera en la que Freen estaba mirando a la menor, con una expresión hambrienta en su rostro hizo que los pantalones se apretaran más.

—Quítate esa ridícula camisa— le dijo y Becky lo hizo.

La sacó sobre su cabeza y la tiró, sus manos estaban a sus lados mientras miraba a Freen.

Los dedos de Sarocha estaban en el dobladillo de los pantalones de Becky, antes de bajarlos hasta sus tobillos. Freen mordió su labio inferior ante la vista porque su vulva se veía demasiado apetecible. Lamió sus labios mientas ponía sus manos en la parte de atrás de las rodillas de Becky, arrastrándolas por sus piernas hasta que ahuecó su trasero con sus dos manos.

—Mierda, tu trasero es grande

Volteó a Becky para tomar una mirada de su trasero, su boca se aguó ante la vista. Era grande y redondo, sin duda el mejor culo que Freen había visto en su vida.

Becky se encontraba demasiad sonrojada, la chica estaba realmente contenta de ver el efecto que ella y su cuerpo tenían sobre Freen.

—¿Quieres que te chupe tus bonitas tetas?— Freen le preguntó y volteó de nuevo a Becky para mirarla. —¿Lo quieres?

La garganta de Becky se secó y lo único que pudo hacer fue asentir sin poder decir nada.

—Acuéstate en la cama. —Freen instruyó y Becky lo hizo.

Sarocha se subió sobre Becky y en lugar de atacar sus labios como solía hacerlo se dirigió directamente a su cuello y desde allí comenzó a descender hasta sus pechos colocando sus manos sobre su cadera, su rodilla de nuevo presionando sobre ese botón hinchado de Rebecca.

Becky gimió ante el contacto de sus pezones con la boca de Freen, porque nunca había tenido a nadie tocando sus pechos y se sentía muy bien. Sus manos apretaban la sabana mientras Freen jalaba sus aureolas y masajeaba sus senos.

Freen tomó todo de Becky en su boca y literalmente podía sentir cada músculo de su cuerpo apretarse.

—Freen.

La menor exhaló y ella la miró, con los ojos vidriosos. Y joder, era la cosa más caliente que Becky nunca había presenciado. Sin llegar a pensar en ello, alcanzó una de sus manos y enredo los cabellos desordenados de Freen en su mano. Fue inesperadamente suave bajo sus dedos y la contraria parecía disfrutarlo, porque su polla se puso un poco dura.

Rodeó la cabeza de Becky con la lengua un par de veces, antes de chupar como si su vida dependiera de ello.

—¿Estás bien bebé?— Preguntó con voz ronca.

Becky asintió, y de hecho podía sentir el orgasmo acumulándose en la boca del estómago. Cuando Freen comenzó ahuecando a bajar sus besos a su abdomen, sintió ganas de llorar porque se sentía tan jodidamente bien.

—Mírame. — Freen ordenó.

—Me gusta mucho cuando ruedas los ojos.

Añadió y Becky hubiera dicho algo sarcástico si no estuviera demasiado ocupada con venirse en ese mismo momento. Fue tan repentino y abrumador, y no podía hacer otra cosa que gemir el nombre de Freen.

Sarocha llegó hasta esa preciosa humedad y tragó todo lo que Becky le dio, y luego procedió a masturbarse lentamente mientras Becky bajaba desde el mejor orgasmo.

—Feliz cumpleaños.

Freen respiró contra los labios de Becky tan pronto como se puso de pie y se inclinó para darle un beso. Luego se sentó junto a Becky y llegó después de jalar rápido su pene. Becky aún se sonrojaba por el tamaño de este y era otra cosa en la que Freen era la mejor.

—¿Tienes hambre?— Preguntó Freen y la castaña negó con la cabeza, a pesar de que en realidad podría tomar un helado o algo así.

Ella se encogió de hombros como respuesta y Freen rodó los ojos, poniéndose de pie para ir a buscar el servicio de habitación.

—Elige lo que quieras. —Le dijo a Becky, quien resopló.

—Bueno, yo voy a pagar de todos modos.

Freen rodó los ojos y se metió de nuevo en la cama, mirando el techo. Becky le dijo que quería un soufflé de chocolate y Freen no pudo evitar burlarse de ella por eso.

Cuando llegó el servicio de habitación, Becky desapareció en el cuarto de baño para que nadie la viera. Se tomó un momento para mirarse a sí misma en el espejo: su cuello estaba de color rojo y sus mejillas eran rosadas y nunca se había mirado tan desalineada como en ese momento.

Tan pronto como supo que el servicio había salido de la habitación, salió del baño para ver a Freen sentada con las piernas cruzadas en la cama, comiendo algún tipo de croissant que Becky estaba planeando comer para el desayuno.

Se sentó al lado de Freen y vieron una película mientras comían, de vez en cuando se burlaban de los malos actores.

—Debería volver. —Dijo Becky alrededor de las tres de la mañana, cuando la película había terminado.

—Podrías dormir aquí.

—¿Qué pasa si Anurak despierta?

Becky se sorprendió a sí misma al no rechazar la proposición.

—¿Y?— Preguntó Freen y Becky suspiró.

Para ser honesta, estaba demasiado cansada para molestarse en salir de la cama, por lo que sólo se arrastró debajo de la manta. Freen fue al baño primero y salió unos minutos más tarde, con olor a jabón y pasta de dientes.

Estuvieron en la cama durante Dios sabe cuánto tiempo (que podría haber sido minutos, pero parecieron horas), cuando Freen se volvió a su lado haciendo frente a Becky.

—¿Qué?

Preguntó Rebecca y Freen negó con la cabeza, antes de agarrar la parte posterior del cuello de Becky y atraer sus bocas. La menor suspiró en el beso y Freen sacó su pierna derecha por encima de su cintura para acercarse aún más.

El beso no era áspero ni precipitado, como de costumbre; era lento y perezoso, como si nadie las apurara, estaban tomándose todo el tiempo del mundo.

Y era raro para Becky sentirlo así, como si no le importara nada el mundo y pudiera hacer lo que quisiera.

Daba miedo, pero a ella le gustaba y de pronto se encontró deseando que este sentimiento nunca terminara.

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