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➥02

La mañana después de la fiesta fue la primera mañana en la que Becky había despertado con un gran problema en su parte superior. Se sentía extraña por decir lo menos, porque, literalmente, tenía algo duro contra su playera.

Becky sacó el edredón de algodón egipcio recientemente adquirido fuera de su cuerpo y luchó para desenredarse de los brazos de Anurak quien estaba roncando suavemente y Becky encontró un poco molesto. Sabía a ciencia cierta que nunca roncaba y no estaba segura de si quería aguantar sus ronquidos el resto de su vida.

Se dirigió al cuarto de baño que estaba justo al lado de la cama (ni siquiera pensaba en compartir el baño) y se miró en el espejo, completamente asombrada por la vista que se encontró.

Tenía el cabello tan despeinado, que pareciera que no se lo cepillara en años; su blusa de algodón se pegaba a su barriga y sus... oh, Dios. Literalmente, podía ver sus pezones a través de su ropa.

Becky suspiró y cerró la puerta, antes de sentarse en el inodoro y cerrar los ojos, pensando en su abuela. Su abuela en el inodoro, su abuela en el baño desnuda, su abuela en el baño desnuda sin su dentadura. Los pensamientos no sólo hicieron que su dureza desapareciera, sino que también le dieron ganas de vomitar.

Después de que se cepilló los dientes y se lavó la cara, volvió a su habitación para ver a Anurak despierto, apoyada contra la cabecera desplazándose a través de su teléfono.

—Buenos días, amor. —Dijo Becky, las palabras salieron como si hubieran sido ensayadas mil veces.

—Buenos días. — respondió sonriendo y acercó su mejilla a Becky para que la besara.

—¿Qué estás haciendo?

Le mostró la pantalla de su teléfono, que estaba abierta en Instagram. Se sentó junto a él y pasaron unos minutos mientras veían las fotos de la fiesta de anoche.

Anurak se detuvo en una foto recientemente publicada por Babe. Era él, Billy, Charlotte y Freen, claramente borrachos fuera de sus mentes con los vasos rojos en sus manos y sonrisas perezosas en sus rostros.

—Son una especie de escoria. — Dijo Anurak y Becky asintió.

No podía estar más de acuerdo. Dormir con alguien que no gasta más de diez dólares en una camisa, antes del matrimonio, era malo a toda vista. Ella pensó que tenía normas, pero al parecer había estado equivocada todo el tiempo.

Anurak se vistió en el baño con algunas de las cosas que había dejado en la casa de Becky (tenía un cajón especial en su vestidor) antes de que ambos caminaran abajo para el desayuno. Sus padres no estaban allí.

Pasaron el resto del día en su casa, en la sala de Becky, viendo sus películas y programas favoritos (El diablo viste de Prada, Bride Wars y Project Runway). Para la cena decidieron salir a comer a su restaurante favorito. Ellos no necesitaron hacer una reserva, su padre conocía al dueño personalmente y ella siempre podía hacer una excepción para Becky.

Así que a las ocho en punto fueron dejados frente al restaurante con la promesa de ser recogido dos horas más tarde.

Ni siquiera tuvieron que darle a la anfitriona su nombre, los reconoció al instante e inmediata y cortésmente, los guio a la mejor mesa en el restaurante, la que tiene la vista al centro de la ciudad, la cuál era preciosa una vez se hacía de noche.

Ordenaron lo habitual, Becky consiguió el ravioli de langosta y Anurak consiguió la coliflor al horno con mantequilla. También decidieron pedir el mejor vino blanco y la menta soufflé Inglés como postre.

Anurak comenzó a hablar sobre el próximo invierno, mientras Becky fingía escuchar. Estaba mirando por la ventana y no pudo evitar que sus pensamientos vagaran de nuevo a la noche anterior, más específicamente al momento en que había entrado en el armario y Freen besaba a Charlotte contra la pared.

No pudo olvidar la imagen de los brazos tatuados de Freen, su desnuda espalda con gotas de sudor, sus gruñidos bajos y la expresión de Charlotte cuando su pelo se aferró a su frente. Ella no estaba disgustada por que sí, no, era más bien que estaba (aún) sorprendida y se sentía abrumada por el hecho de que en realidad llegó a ser testigo de un acto de impureza y pecado.

Su madre le había dicho acerca de los hombres que optaban por tener parejas hombres y las mujeres que optaban por amar a las mujeres. Se le enseñó que la sexualidad no era una opción o una especie de capricho. Se preguntó si Freen amaba a Charlotte y si Charlotte amaba a Freen. Porque si lo hiciera... entonces eso es lo único que importaba, ¿no es así? A pesar de que la Biblia dijera lo contrario.

Decidió dejar el tema cuando su vino fue vertido en la copa y la primera comida se colocó en la mesa frente a ella. Sólo se dio cuenta de que se olvidaron de decir sus oraciones antes de comer cuando ya estaba a mitad de eso.

Cuando terminaron la cena no se molestaron en pagar, su padre se haría cargo de la factura de todos modos, por lo que se dirigieron al aire libre donde se suponía que el coche estaría para recogerlos y llevarlos a la casa de Becky, para luego llevar a Anurak a la suya.

Mientras esperaban, Becky vio a alguien tirado en el banco de enfrente y terminó completamente sorprendida cuando reconoció a Freen. Ella no estaba durmiendo, no, estaba fumando apoyada sobre su espalda y veía los cielos oscuros por encima de ella.

Becky quería saber lo que estaba pensando, pero antes de que pudiera pensar en cualquier otra cosa, la chica tatuada volvió la cabeza e hizo contacto visual con Becky. Freen se sentó y Becky se dio cuenta de que estaba borracha porque había una pequeña botella de Vodka media vacía en su regazo.

Sintió pena por Freen, y un poco de disgusto por la idea de que ella incluso socializara con alguien que estaba durmiendo en los bancos públicos, mientras que se emborrachaba.

La señorita dejó el cigarrillo encendido entre sus labios por unos momentos mientras destapaba la botella. Ese fue el momento en que el chofer de Anurak vino a recogerlos, bloqueando la visión de Freen.

Becky miró por la ventana hasta que no pudo ver a Freen, pero la atrapó volteándose y gritando algo lo cual no pudo oír.

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A la mañana siguiente tenían que ir a la iglesia, y Becky honestamente no estaba de humor. Pero lo hizo de todos modos, se vistió con su vestido azul oscuro sin mangas y sus zapatos de vestir adecuados.

Su familia la esperaba en la mesa, al igual que lo hacían todos los días y Becky pensó que su vida se estaba convirtiendo en una rutina; el desayuno, la escuela, la tarea, la cena de lunes a viernes, el desayuno de nuevo, (la iglesia el domingo), tareas, almuerzo, tarea, la cena durante los fines de semana.

No estaba segura de sí le gustaba y por primera vez en su vida se encontró deseando tener un poco de suspenso, imprevisibilidad en su vida.

Las personas que viven el momento y no piensan en el futuro son los que van a terminar durmiendo en los bancos, se recordó cuando bebía jugo de naranja.

Le gustaba su vida.

La misa fue como de costumbre; ni lenta pero tampoco rápida. Después de que había terminado, tenía que esperar a que su madre hablara con la señora Waraha, una de las fundadoras de la iglesia, que era también la madre de Engfa.

Becky estaba hablando con Engfa sobre la fiesta de hace dos días; Engfa también había visto a Freen y a Charlotte cuando estaban haciendo esas cosas en el pasillo pero no parecía estar tan sorprendida como Becky, no parecía importarle en absoluto.

Fue entonces cuando la vio, sentado en la acera un poco más lejos, fumando. Estaba apoyada con los codos en las rodillas dobladas, mirando a la gente reunida delante de la iglesia.

—¿Esa es Freen?— Preguntó Engfa, siguiendo la mirada de Becky.

—Sí... ¡está en propiedad de la iglesia por el amor de Dios!

Engfa miró durante unos segundos, antes de contarle a Becky en voz baja acerca de cómo ella había tratado de fumar hierba, pero terminó ahogándose.

Becky no escuchó. Observó a Freen, no muy segura de porqué, la chica era demasiado extraña o demasiado interesante. Se dio cuenta de que llevaba la misma ropa que la noche anterior, cuando la vio en el banco, y decidió que no iba a mirar a una persona así.

Salió con Engfa y Anurak para conseguir algo de comer después de la iglesia, antes de terminar en su habitación encima del escritorio, su trabajo de álgebra para tener crédito extra.

Su vida no era aburrida... era perfecta.

Era culpa de Babe, para ser honestos. Si no hubiese sido por su fiesta de cumpleaños estúpida, el anhelo de otra fiesta en la casa de alguien más no hubiera ocurrido incluso en la mente de Becky. Ella quería, sentía como si, literalmente, necesitara ir a algún lugar donde no fuera todo acerca de la escuela y las reglas, ya que estaba empezando a caer en esa horrible rutina y necesitaba un descanso.

No estaba equivocada, no tenía nada en contra de estudiar y concentrarse en el trabajo escolar, lo que en realidad le encantaba. Disfrutaba de estudiar porque la hacía ser inteligente y era para su futuro, pero no podía conseguir esa satisfacción. La divertida mirada que Freen le había disparado cuando ella se apartó de besar a Anurak, como si fuera mejor que Becky. No lo era. Su reloj Rolex probablemente costaba más que toda su existencia, por lo que ¿quién se creía que era?

—¿Así que cuando es la próxima fiesta?— Preguntó Becky cuando estaban en la cafetería durante el almuerzo. Ella estaba compartiendo una mesa con Engfa y Babe, justo en medio de la gran sala. Le gustaba el hecho de que la gente lo observara, para ser honestos.

—¿Por qué? ¿Disfrutaste el viernes pasado?— Preguntó Babe y Becky asintió, encogiéndose de hombros.

Lo hizo, de hecho.

—Bueno, si ustedes deciden celebrar su aniversario de cinco años en su casa, podemos hacer una fiesta e invitar a gente, todo el mundo de nuestro año por lo menos.

—Eso suena bien... — Dijo Becky y Anurak asintió emocionado.

—Y tenemos que conseguir un poco de esa hierba, era muy buena y nos gustaría tener más diversión.

Engfa sugirió y por primera vez se encontró con que no tenía ningún problema con la idea de estar en la misma habitación que una sustancia ilegal.

—Bueno, yo no sé realmente, o sea le podemos comprar a cualquier persona, en mi fiesta fue proporcionada por Billy y los demás. Y si tus padres están en tu cas..

—No lo harán. Me aseguraré de ello. —Becky dijo rápidamente, sorprendiéndose incluso a sí misma.

—Tenemos un mes, no vamos a apresurar las cosas—. Añadió y volvieron a comer sus ensaladas y hablando de su próxima clase.

—¡Becky, espera!

Se dio la vuelta justo cuando estaba a punto de salir del edificio a la espera de su chófer.

—¿Sí? ¿Qué pasa?—

—Yo no quería decirte esto delante de Anurak y Engfa... pero Billy hará una fiesta este viernes en su casa y yo iré. Así que, ¿quieres venir?— Sugirió, pareciendo un poco escéptico acerca de su proposición.

—Al igual que en la tuya, ¿habrá chicos de la escuela pública?

—Sí. — Dijo. —Vamos a ser los únicos en la fiesta que no van a la escuela con ellos.

—¿Tengo que llevar algo?

—Solo tú. Y tal vez me puedo ir a tu casa antes de irnos juntos, para que pueda asegurarme de que no lleves demasiada ropa.

—¿Cuál es el código de vestimenta?— Preguntó Becky y Babe negó.

—¿Lo que sea más cómodo? Al igual que esto, tal vez unos pantalones vaqueros y una blusa.

—Tengo eso.

—No camisas formales. Ellos ni siquiera te dejarán entrar si vienes vestida como una chica rica.

—¿Que llevarás puesto?

—No lo sé todavía. Veremos ¿sí?

Se encontró en acuerdo y se preguntó qué le diría a sus padres. Si ella les decía que iba a asistir a una fiesta que no era un cumpleaños de uno de sus amigos, ellos la encerrarían en una jaula y le harían hacer tarea extra.

Tampoco sabía cómo se sentía acerca de asistir a una fiesta pública, ¿va a ser asesinada? ¿Va a conseguir ser violada? Si alguien más era como Freen y Charlotte, ella podría ser violada.

Les dijo a sus padres que tendría una cita con Anurak la noche del jueves, cuando en realidad estaba pensando en ir al centro comercial y comprarse algo que ponerse para la fiesta. Se sintió un poco insultada cuando tuvo que caminar a través del parque que estaba justo al otro lado de la calle de su casa y terminó justo en el medio de la ciudad, a dos cuadras del centro comercial y su escuela.

Becky terminó comprando un par de jeans de color rojo (que no estaban sueltos como los que ella había llevado a la fiesta de Babe) y una camisa a rayas a juego que parecían... normales. Incluso se la compró en una tienda llamada 'Forever 21' y en realidad gastó menos de 30 dólares.

El sol ya se había puesto en el momento en que decidió caminar hasta su casa (había comprado un té helado en Starbucks). A Becky le daba un poco de miedo caminar por el parque sola por la noche, pero tenía 911 en la marcación rápida.

Podía ver una pareja de ancianos en uno de los bancos, de la mano y hablando, Becky se preguntaba si Anurak y ella iban a terminar así. Probablemente no. Pero tenía que ser de esa manera porque siempre han estado juntos y sería muy difícil encontrar a alguien más en un corto período de tiempo. Y definitivamente no necesitaba a nadie más. Le gustaba su situación con Anurak.

Pasó junto a otro hombre sin hogar durmiendo en un banco y arrugó la nariz, mirándolo a lo lejos por lo mal que olía.

Becky se detuvo de repente, sin embargo, porque vio a alguien sentada en un banco a la derecha, donde se suponía que debía girar a la izquierda. Era Freen, una vez más, sentada en el banco, a lo largo, estirada, mientras se recostaba contra el asiento fumándose un cigarrillo.

Se mordió el labio y caminó, porque sería muy probable que Freen ni siquiera la reconociera. Pero lo hizo, porque tan pronto como la chica tatuada levantó la cabeza para ver de quién eran los pasos, levantó las cejas, como diciendo 'esto-debe-ser-bueno'. Eso puso a Becky un poco furiosa.

—No deberías estar caminando sola a estas horas de la noche. Freen le dijo tan pronto como estuvo al alcance del oído y luego se detuvo justo en frente de ella.

Ella debería simplemente haber seguido caminando, pero no, tuvo que parar porque era una idiota.

—Yo podría decir lo mismo de ti. —Becky apoyó una mano en su cadera, sintiéndose orgullosa de su reaparición.

—Yo puedo cuidar de mí misma, tú sin embargo, te quedas boquiabierta al ver a dos chicas tocándose los labios.

Oh. Así que había oído mi grito de asombro no tan silencioso hace unos días.

Becky dio un paso atrás porque el humo se estaba poniendo en su cara y no quería que su abrigo Burberry apestara a humo.

—No arruines esos zapatos caros, siéntate. — Dijo Freen y palmeó el lugar junto a ella.

—Prefiero no hacerlo. — Respondió Becky. —Tu humo es bastante innecesario.

Freen no le hizo caso, sus ojos cayendo en su bolsa de compra.

¿Estaba pensando en robarle? Esperaba que no, porque ella tenía razón, realmente no podía defenderme.

—¿Te fuiste de compras a Forever 21?

—Sí, ¿por qué?—

—Por supuesto que te gustaría ir de compras allí.

—Bueno, al menos yo no robé la ropa que tengo. Y me cambio diariamente.

Freen frunció el ceño.

—¿Quién dijo que yo no me cambio diariamente? ¿Huelo mal o algo así?

Becky se inclinó hacia delante sólo para poder captar el olor de Freen y para su sorpresa, en realidad olía bien. Muy bien.

—Podría decir que estabas robando en estos momentos.

—¿Cómo sabes?— Preguntó Freen, molesta.

—Nunca podrías permitirte un perfume Dolce.

Freen rodó los ojos. —¿Vas a llamar a la policía al frente de mí?

—Tengo cosas más importantes que hacer que pasar mi tiempo llamando a la policía para personas como tú.

—¿Sí? ¿Cosas como hacer la tarea y besar a tu novio en la mejilla

—No contestaré eso.

—¿Acaso has tenido un orgasmo Becky?

Los ojos de Freen perforaron los suyos y Becky sintió que sus mejillas se calentaban.

—Vete al infierno. — Era lo único que fue capaz de decir.

—Ni siquiera creo que me vayan a aceptar allí. — Ella respondió riendo, antes de cambiar de tema. —Entonces, ¿qué has comprado?

¿Por qué te importa? ¿Quieres robarme?

—No te preocupes, no estoy pensando en robar tu ropa lujosa de niña rica.

Becky rodó los ojos, pero le entregó la bolsa.

—Esto es ropa normal, ¿estás planeando donarlos a tu iglesia?

—No. Son para mañana.

—¿Qué hay mañana?

—Voy... tengo una fiesta.

—¿La fiesta de Billy?— Preguntó Freen.

—Sí.

—¿Vas a ir?

—Si, lo haré.

—¿Llevarás algo?

—¿Tengo que llevar algo?

Freen se encogió de hombros. —Alcohol. Tienes el dinero para ello.

—No le venden a menores de edad.

—¿No tienes dieciocho años?

—No, tengo diecisiete. Tendré dieciocho en Nochebuena.

¿Por qué le dije eso?

—Oh.

—¿Tienes dieciocho años?

—Diecinueve, en realidad.

—¿Y estás en último año?

—Fallé en economía el año pasado y no me molesté en ir a la escuela de verano.

Becky se encogió. Nunca había conocido a alguien que repitiera un año, sobre todo a causa de economía, ya que era su mejor tema.

—¿Y qué dicen tus padres?

—A mi mamá no le importa. Becky quería preguntar acerca de su padre, pero algo más salió de su boca en su lugar.

—¿Tienes una casa?

Freen la miró como si tuviera tres cabezas y luego comenzó a reír.

—La tengo, no soy tan pobre. Sólo que no tengo dinero para relojes Rolex y champagne de dos millones de dólares, eso es todo.

—Entonces, ¿si tienes dinero para drogas?

—Charlotte y Billy aportan demasiado.

—Charlotte, ¿tu... novia?

Freen resopló y sacudió la cabeza.

—Dios, no. A veces follamos.

Becky sintió que sus mejillas se calentaban de nuevo, flashbacks de lo ocurrido en el guardarropa vinieron a su mente.

—Oh lo siento, ¿te ofendí? ¿Es ilegal para ti hablar de la polla en el culo?

Y bien, ahora Freen se estaba burlando de ella.

—No... no es ilegal. Sólo... brutal.

—Becky. — Freen repitió y Becky tragó saliva cuando el corazón le saltó casi por la boca. —Es elegante.

—Pero no me busques en Facebook. — Becky le dijo.

—Oh, yo no tengo 'Facebook'.

—¿Debido a que no puedes permitirte un ordenador?— Becky resopló.

—Eso, y porque está lleno de personas desesperadas por gustarle a otras personas a las que ni siquiera les hablan en la vida real.

—Eso es mentira.

Freen se puso de pie aplastando el cigarro contra el suelo y por un momento Becky pensó que la iba a golpear o atacar.

—Cariño, mientras tú estás ahí afuera consiguiendo me gustas, yo estoy aquí recibiendo tetas y droga.

Y con eso, se marchó. Becky la vio alejarse; mirando la forma en que caminaba lentamente, con los hombros encorvados y las manos en los bolsillos, y lo único que podía pensar era en lo completamente molesta que era Freen.

Cuando llegó a casa le mandó una foto a Babe con la ropa que había comprado y él envió un pulgar hacia arriba como respuesta, preguntándole si podía ir después de la escuela. Becky le pidió permiso a su madre, diciéndole que iban a tener una fiesta de pijamas donde Anurak con Babe y que se irían juntos porque su chofer estaba enfermo. Su madre estuvo de acuerdo y le recordó que ella dejaría dinero para que salieran a comer, si querían.

—Así que le dije que íbamos donde Anurak juntos porque su chofer tiene gripa. — Becky le dijo a Babe al día siguiente mientras caminaban hasta su puerta.

—¿Gripa?— Se rio. —¿No pudiste inventar algo mejor?

Becky rodó los ojos y abrió las puertas dobles, antes de anunciar a todo el mundo que estaba en casa, que había llegado y que estaba hambrienta.

Caminaron hasta su habitación y Babe se dejó caer en su cama, sin siquiera molestarse en quitarse el uniforme. Becky normalmente habría hecho un comentario, pero estaba demasiado nerviosa por la fiesta a la que iba a ir esa noche.

Quería retirarse en el último minuto, pero se lo había prometido a Babe y si ella no asistía, sabía que Freen podría pensar que fue por ella y Becky no estaba dispuesta a darle esa satisfacción.

El teléfono de Babe sonó en su bolso y el chico se levantó de la cama para recogerlo.

—Charlotte me envió un mensaje para decirme que no necesitamos llevar alcohol, que ya se encargó de ello.

—¿Tienen dinero para ello?

—No tienes ni idea. —Comentó Babe y se sentó en la silla del escritorio, mientras que Becky se miraba en el espejo.

—No son realmente pobres, ya sabes. Ellos simplemente no gastan dinero en cosas inútiles como lo hacemos nosotros. Ellos gastan en otras cosas.

—En drogas y alcohol.

—Exactamente. — Babe sonrió. —Si me preguntas, creo que están haciendo un mejor trabajo gastando el dinero que nosotros.

Becky no comentó nada porque realmente no le importaba. Sabía que ella siempre tenía razón por lo que no se molestó en iniciar una discusión.

—Charlotte es gay?— Se encontró a sí misma preguntándole.

—Sí. ¿Por qué? ¿Te interesa?— Preguntó ella sonriendo y Becky se sonrojó.

—¡NO! ¡Nunca! Eso es... no.

Le gustaba el hecho de que Babe era relajado y no le importaba lo que alguien hiciera, siempre y cuando fueran felices. A pesar de que durmiera con alguien de clase media, antes del matrimonio, ella era agradable. Y a Becky le gustaba.

—Así que, cuando empezaste a dormir con Billy?— Le preguntó mientras se desnudaba quedando en sus calzoncillos Calvin Klein. Babe ni siquiera se inmutó por el hecho de que estaba casi desnuda frente a ella.

—Nos conocimos el verano pasado, pero ahora estamos juntos, por lo que no es nada casual. Hemos estado juntos durante un año

—Guau. No uh-Yo no sa... .

—Lo amo, para que lo sepas.

—Parece... agradable. Yo no lo conozco.

—Tendrás la oportunidad de conocerlo esta noche. Somos iguales.

—Bueno, si es como tú, entonces probablemente me guste.

Babe sonrió y volvió a su teléfono. Becky nunca le ha enviado un mensaje a nadie aparte de Anurak, Engfa, Babe y a sus padres de vez en cuando, cuando necesitaba algo o viceversa.

Hablando de mensajes de texto, su teléfono sonó en el escritorio y Babe lo miró, antes de que le informara de que Engfa estaba llamando.

—¿Hola?

—Hola amiga. ¿Qué harás esta noche?

—Uh...

¿Podía confiar en Engfa? ¿Se lo dirá Anurak? Ella les diría a sus padres a ciencia cierta. Decidió confiar en Engfa, porque ella era su única amiga.

—Iremos a una fiesta esta noche.

—¿Quien?

—Babe y yo

—¿Puedo ir

—Si quieres. Pero no se lo digas a Anurak.

—No iba a hacerlo. Mis padres están fuera esta noche de todos modos así que no les importará. ¿Dónde es?

—En la casa de Billy. Uh, el novio de Babe.

—Oh. ¿Dónde queda?

—Te mandaré un mensaje con la dirección, vestimenta casual.

—Bueno.

—Nos vemos a las ocho. Adiós.

—Adiós.

—¿Te importa que la invite?— Becky le preguntó una vez que había colgado.

—No. Me gusta ella, es cool.

Ella le envió un mensaje a Engfa con la dirección, antes de que se turnaran para ducharse y cambiarse en sus ropas de fiesta.

Becky iba a usar la ropa que había comprado ayer y los vaqueros que se aferraban a su culo, lo que lo hacía aún más grande de lo que era. Lo odiaba, pero no tenía una mejor opción.

Babe estaba vestido con una camiseta blanca, una chaqueta de cuero y unos jeans. Ambos fueron con converse, Becky con las blancas y Babe con las negras.

Treinta minutos antes de que la fiesta empezara, aún estaban enfrente del espejo gigante de Becky arreglando su cabello. Si lo pensaba mejor, Becky realmente no tenía que impresionar a nadie, ya que Anurak no iba a ir. Pero ella todavía sentía que tenía que lucir bien, mejor que nadie allí.

También se sentía un poco culpable por no sentirse culpable al no decirle a Anurak. Pero lo superó rápidamente.

—¡Vamos a llegar tarde!— Dijo cuándo miró su reloj.

—Relax, todo el mundo se presenta por lo menos treinta minutos más tarde de todos modos.

—Pero entonces ¿por qué dicen a las ocho si todo el mundo llega a las ocho y media?

—Se llama llegar elegantemente tarde. Debes saber al respecto.

Ambos tomaron bolsas de lona que consistían en un cambio de ropa y Becky asumió que irían donde Babe a dormir después de la fiesta. Pero entonces se acordó que Babe les había dicho a sus padres que iba a pasar la noche con Anurak. Y Anurak no sabía nada al respecto. Tal vez podrían ir a casa de Engfa, ya que sus padres estaban fuera de todos modos.

—¿A dónde vamos a pasar la noche?— Becky preguntó mientras guardaba los 3 mil dólares que su madre le había dejado en su cartera.

—Billy. —Respondió y Becky comenzó a entrar en pánico.

—¿En serio?

—Sí, ¿dónde más?

—¿Ella incluso tiene una habitación para mí?

—Todo el mundo va a terminar durmiendo encima de todo, Becky. — dijo como si nada

—Pero y si no tiene una casa grande.

—Encontrarás un lugar para dormir.

—¿Qué estás haciendo?— Le preguntó cuándo se detuvo en una estación de autobuses.

—Estamos tomando el autobús. Su casa queda a tres estaciones de distancia.

—¿El autobús? ¿Al igual que el autobús público?

—Sí. —Babe se echó a reír.

—Pero no puedo. ¡Olvidé mi desinfectante! Oh, Dios mío, no estoy lista

—Estarás bien.

—No voy a sentarme, Dios sabe qué gérmenes están en ese vehículo.

—Viajé en autobús como tres veces antes, no es tan difícil como se podría pensar.

Babe compró dos boletos y se metió en el primer autobús que venía. Becky se aferró a su bolsa de lona todo el viaje, por lo que estaba segura de que no tocaba a nada ni a nadie. Se sentía como si estuviera a punto de tener un ataque de nervios cuando el autobús llegó a un abrupto y se encontró con un hombre sudoroso junto a ella.

—Nunca más. —Se quedó sin aliento cuando se bajaron del autobús.

Babe se rio y luego se giró a la izquierda y caminó por una calle larga, antes de girar a la derecha. Estaba oscureciendo y Becky podía oír la música (al igual que en las películas) procedente de una casa al final de la calle, y supuso que era la de Billy.

Era pequeña, bueno, en comparación con la de Becky. Babe había estado en lo cierto, porque podía ver a algunas personas que acaban de llegar, llevando bebidas.

—Pensé que no debíamos traer nada.

—Así es, pero simplemente lo traen para que podamos tener más.

—Supongo que nadie bebe champán aquí. —dijo, asintiendo con la cabeza hacia los seis paquetes de cerveza y las botellas de tequila.

Se reunieron con Engfa junto a la puerta. Llevaba una blusa azul oscuro, similar a la de Becky, jeans negros y converse.

—En realidad no. —Babe se rio antes de ir por las escaleras y abrir la puerta, lo que provocó que la música sonara más alta y el olor al alcohol estuviera más concentrado.

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Freen había llegado a casa de Billy después de las ocho. Era una tradición de los suyos, les gustaba conseguir la parte anterior para que pudieran hacer dos rondas de shots de vodka y echar un vistazo a cada persona que entraba por la puerta, para escoger con quiénes iban a conectar. Si no encontraban a nadie, entonces Charlotte encontraría a Freen o al revés y se divertirían.

Si era honesta, estaba emocionada de ver cómo las cosas iban a ir esta noche, porque Becky estaría allí y disfrutaba verla totalmente desorientada y sin experiencia. Era una tontería pero tan pronto como la más joven abría la boca, su polla se ponía dura; digamos que Rebecca aun no sabía eso, seguramente se sorprendería aún más. Becky era estirada, y Freen odiaba eso con pasión. Disfrutaba burlarse de ella, hacerla sentir incómoda y verla retorcerse.

Veinte minutos más tarde, la gente estaba empezando a llenar la casa y Freen se encontró inclinándose entre Billy y Charlotte contra la pared en la sala de estar, con una vista perfecta del marco de la puerta.

Había mirado a una chica vestida con una minifalda apretada y una parte superior ajustada, con tacones altos y grandes tetas. Ella le guiñó un ojo y sonrió, asintiendo con la cabeza. Definitivamente se aseguraría de ir por ella más tarde.

—Viste a alguien que te guste Freen?— Bromeó Charlotte y Freen estaba a punto de encogerse de hombros, cuándo estuvo notó que Babe había entrado en la habitación con Becky y la chica que era probablemente su amiga (que había visto en la fiesta de Babe hace una semana).

Sonrió para sí misma cuando no vio al novio de Becky en su grupo pequeño.

Becky y Engfa dieron torpemente unos pasos hacia atrás cuando Babe se inclinó para besar a Billy.

—Hemos traído un cambio de ropa, iremos hasta tu habitación y lo dejaremos allí, ¿sí?

Billy asintió y Freen se mordió el labio mientras miraba a Becky dar la vuelta, saliendo de la sala, junto a su otro amiga que parecía tan inocente como ella, pero más tranquila.

Su culo parecía absolutamente obsceno en esos jeans ajustados rojos, estaban prácticamente rogando para que los tocara. Freen sonrió ante la imagen de Becky contra la pared, escuchando esos gemidos agudos saliendo de su linda boquita.

—¿Viste algo que te guste?— Preguntó a Charlotte, que también estaba observando al grupo caminar hacia las escaleras.

—Sí. Esa chica en los pantalones vaqueros negros será mía esta noche— Respondió Charlotte, refiriéndose a la amiga de Becky. —¿Tú?

Observó de nuevo a Becky mientras desaparecía por las escaleras, mirando sus muslos gruesos que absolutamente le encantaría morder.

—Definitivamente. — Ella respondió, antes de que ambas caminaran.

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