Capítulo 11
Beso.
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Anthony miraba la pared con insistencia. Bruce, a su lado, sintió lástima por la pared.
—¿No te contesta? —Preguntó sarcástico el científico.
—Muy gracioso, Brucie. —Tony se cruzó de brazos y dejó que estos se recargarán en su abultado vientre.
Banner miró la panza de su compañero. Era una imagen adorable.
—¿Algún problema? —Volvió a cuestionar, está vez, seriamente.
—... Steve me beso anoche. —Dijo Tony con las palabras a penas saliendo de su boca.
Bruce lo miró sin pizca de sorpresa. El omega se sintió ofendido de cierta manera.
—¿No vas a decir nada?
—Bueno, Tony, normalmente las personas que se gustan, se quieren o están enamoradas tienden a besarse como muestras de cariño.
El castaño rodó los ojos y decidió ignorar la sonrisa traviesa del científico.
—Me agrada más Hulk.
—Bien, entonces que él te de la respuesta de tu problema.
—¿Tienes la respuesta? —Tony sintió que su interés por el hombre a su lado regresaba.
—Claro. —Bruce se encogió de hombros.
El omega lo miró esperando por la respuesta. La necesitaba con urgencia.
—Necesitas hacer una sola cosa. —Bruce se levantó del sillón y le sonrio con sinceridad—. Dile que tú también lo amas. Simple.
Tony, sino tuviera esa gran panza, le hubiera lanzado cualquier cosa que estuviera cerca.
🔹🔹🔹
Ese día en la tarde, Steve pintaba la habitación de donita. Los dibujos formaban un espacio infantil y delicado. Las nubes en las paredes figuraban un espacio libre.
—El bebé tendrá la mejor habitación. —En la puerta, Tony miraba las paredes con fascinación. Una extraña sensación de ansiedad lo embargo; quería que su donita viera todo esto.
Steve sonrio.
—Eso es lo que quiero. —El rostro lleno de pintura del soldado se miraba adorable.
Tony deseo que su hijo fuera el vivo retrato del alfa. Necesitaba que su hijo fuera un pequeño Steve, de sonrisas tiernas e ingenuas, de ojos azules y hermosos, de personalidad noble y humilde.
—Quiero que sea como tú. —Murmuró Anthony sorprendiendo al Capitán.
—¿Qué?
—Donita. —Tony se acarició el vientre con una sonrisa llena de ternura en su boca—. Quiero que se parezca a ti.
Anthony miró con amor su vientre abultado. Quería cargar a su hijo, ver sus cabellos, sus ojos, sentir sus manos y pies. Quería tenerlo con él y cobijarlo con su calor.
Una mano más grande se puso encima de la suya. Sintió una patadita en ese lugar.
Alzó la mirada; los grandes ojos de Steve lo observaban con intensidad. El genio se sintió intimidado.
—¿Tengo algo en la cara? —El Omega se tocó el rostro y fingió desinterés.
Steve rio suave.
—Si... —La mano tosca del Alfa acarició la mejilla del castaño—, tienes algo en los labios.
—¿En serio? —Tony se tocó los labios— ¿Aquí?
La boca del soldado beso castamente lo suyos. Eso paralizó por completo el cuerpo del genio.
—Ahí. —El aliento del Capitán acarició la piel del genio. ¿Dónde estaba su Capitán recatado y correcto?
Tony dio un paso hacia atrás y balbuceo (cosa que nunca hacia el gran Tony Stark) una terrible excusa para dejar la habitación.
—Pepper... Pepper me pidió que revisará p-papeles... Así que... —Anthony no sabía dónde mirar.
—Tony. —Con grandes pasos, el soldado logró alcanzar al Omega y lo retuvo de la muñeca—. Quería preguntarte algo.
Anthony carraspeo y se soltó del agarre.
—Dime.
—¿Tendrías una cita conmigo? —Preguntó directo el rubio.
Stark lo miró con sorpresa. ¿Que si él quería qué?
Busco alguna duda en la mirada de Rogers, analizó su postura y miró sus gestos. Todo en él indicaba seguridad y confianza. Digna de un Alfa.
—¿Tú y yo?
Steve asintió.
—¿Qué estas tramando, Rogers? —Tony se cruzó de brazos—. Pensé que me odiabas.
—Normalmente evito besar a las personas que odio.
—¿Hoy todo el mundo comió sarcasmo? —Tony rodó los ojos.
Steve evitó decir más. Miró a Tony con una súplica muda.
El castaño suspiro.
—... Bien, pero comeremos lo que yo quiera.
Steve asintió con una bonita sonrisa.
Anthony dio media vuelta y salió lo más rápido que su donita le permitía de ahí.
Steve, aun en la habitación de su cachorro, soltó todo el aire que tenía retenido, trago con dificultad y miró sus manos temblorosas.
"Pídele una cita, sin nervios, sin miedo, sin dudas. Si Anthony llega a percibir tan siquiera nervios, adiós cita. Pon todo tu empeño en esta misión, soldado." Le había dicho Natasha.
El soldado sonrio para sí. Casi pierde en esa importante batalla.
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