Namjoon.

Seokjin estaba atendiendo menos horas la panaderia, contrato a otra chica para que le ayudara, por más que le preguntaba solo me decía que quería estar más tiempo con Hyejin pero sentía que algo más pasaba. No quiero presionarlo así que me concentre en la nueva relación que teníamos.

—Deberíamos llevar a la pequeña al parque estos días, el frio ya es casi nulo, estoy seguro que le fascinara —limpiaba su carita del desastre qué era cuando comía su papilla, me gusta dejar que ella tome de su plato es muy tierno de ver.

—Aun no estoy listo para sacarla de esa manera —sigue lavando los platos sin mirarme.

—¿Te preocupa que te digan algo? —se mordió el labio —nadie cuestionara el qué te vean con ella, a lo que el mundo respecta eres padre soltero.

—¿Y tu?

—¿Qué sucede conmigo?

—Apenas termino tu escandalo con Yuna, ¿quieres arriesgarte a otro?

—¿Qué si me avergüenza qué me vean contigo? —saque a Hyejin de su periquera — ¿a quien le importa lo que digan? Soy feliz a tu lado —me acerque y le bese la frente —tu eres mi mundo ahora, me da igual lo demás.

—Me asusta qué te afecte en algo.

—¿En lo personal? Las personas que me aprecian en verdad me apoyarán, ¿en lo social? Realmente me da igual ¿en lo económico? Puedo retirarme y poder mantener a otros diez niños nuestros sin problemas alguno, incluso dejándolos con una herencia módica a cada uno.

Río y nego con la cabeza, Hyejin se dormía en mis brazos, Jin me jalo para besarme en los labios y a su nena en la mejilla.

—Iré a recostarla y vengo ayudarte con los platos.

Hyejin se quedo dormida de inmediato en mis brazos, incluso mientras le cambiaba el pañal no se despertó, la recosté y fui hacia la cocina, Jin estaba de espaldas hacia el fregadero.

—Solo me faltaba un plato —me encogi de hombros —¿Duerme?

—Profundamente.

—Ya veo —me hizo ceñas para que me acercara, lo acorrale con mis brazos contra el fregadero —siento que  te debo una paga  por todo lo arduo que has trabajado.

—Permíteme cobrarme.

Comencé a besarlo, lo alce para sostenerlo del trasero y llevarlo hasta la habitacion.

—Sabes a avellana —dije contra sus labios.

—¿Es malo?

—No, es delicioso.

Quite su suéter, para darme el lujo de acariciar su cuerpo, su piel suave, cada parte de su abdomen mientras lo recostaba en la cama, el tambien quitaba mi ropa hasta que ambos quedamos desnudos.

—Debo dilatarte.

—Nam —me acomodo entre sus piernas levantando mas la cadera —solo entra.

Empuje un poco haciendo que su jadeo sonara de lo mas sexy del mundo, volví a sentirse húmedo y caliente, pero un poco mas estrecho que antes, entre poco a poco hasta que estuve totalmente en su interior.

Jin se aferro a mi espalda y sentir su erección en mi estomago me puso a mil, moví mi cadera para salir de nuevo y entrar más rápido, iniciando un continuo movimiento sintiendo como su estrechez me consumía por completo.

—Jin —Él  me miro a los ojos —te amo.

—Dilo de nuevo —sus piernas me atraían más a él.

—Te amo Jin.

—Te amo Nam.

No se si lo apresure para decirlo, o yo me apresure en decirlo, pero es lo que siento y no voy a dudar en decírselo las veces que sean necesario.

Seokjin.

Namjoon sigue dormido, ayer ya no se fue a su casa, se está yendo de mi casa a su trabajo, y me encanta como se siente el tenerlo tanto en casa.

Como su Te amo, fue tan real qué pude decirle lo mismo, Hyejin ya le llora cuando ve que se va a trabajar.

Debo contarle de Jeohyun, pero no se si estoy listo para eso.

—¿Qué haces fuera de la cama?

Entro a la habitación de Hyejin, con solo la ropa interior puesta, Namjoon no solo es un caballero, es deliciosamente atractivo.

—Se despertó queriendo comer —Hyejin se despego del pecho al escucharlo —pensaba regresar a la cama con ella, pero ya te levantaste.

—Tengo una junta temprano, me daré una ducha, preparó el desayuno y me voy.

—Yo hago el desayuno.

—Es mi turno —besa a Hyejin —Buenos días mi pequeña —me besa a mi —Buenos días amor.

Me asusta un poco qué todo sea tan bueno, estoy teniendo una familia al fin, algo con lo que no soñé, pero ahora es real, quiero estar así siempre.

—Buenos días señor Kim, ¿y Tae?

—Buenos dias Eun Na, Tae Tiene exámenes, vendrá más tarde.

—Bien, solo me cambio y vengo, Hola Hyejin —le hace cariños —¿Quién es la bebe más linda? —ella ríe mientras sigue jugando con el sonajero en el moisés —como amo a esta bebé es la más dulce.

—Si, es muy tranquila.

—Bueno ya vengo.

Eun Na es muy trabajadora al igual que Tae, estoy agradecida de que ambos sean tan buenos empleados y me ayuden a tanto, saben que Namjoon esta saliendo conmigo pero nunca cuestionan nada sobre mi bebe.

Ha sido un día concurrido, los clientes habituales extrañaban ver a Hyejin en el mostrador dentro de su moisés, ella observa atenta a cada cliente que le habla o le hace mimos.

Sonó la campanilla y escuche unas pisadas con tacón acercarse al mostrador.

—Buenos días —una suave voz femenina llamo mi atención.

—Buenos días —Ella miro a mi bebe y sonrió, sobo su vientre qué estaba bastante abultado —diga, ¿En que le puedo servir?

—Hay no se —la mujer es tan hermosa que no puedes dejar de verla —desde que llegue a la ciudad tu panaderia me apareció en recomendación y quería venir, ahora que entre todo se me antoja, ¿Puedes recomendarme algo?

—Claro.

Cosa que le recomendaba me pedía cinco piezas, termino con un pedido de veinte diferentes tipos de pan. Eun Na hacia inventario en lo que seguía atendiendola.

—¿Quiere que le ayude a llevarlos?

—Dios si —alzo sus manos para tomar una de las cajas y note unas marcas de moretones en sus muñecas.

—¿Por qué estas tardando tanto? —esa voz —Seokjin.

Hyejin sintió mi tensión de inmediato y comenzó a llorar, atrayendo la atención de Jeohyun.

—¿Cariño? —la mujer estaba confundida.

—Vete al auto.

—Pero.

—Ahora —trono los dedos y ella aterrorizada salió mirándome de reojo.

Mi reacción instantánea al verlo fue ir por Hyejin, abrazarla lo más fuerte que pudiera y alejarme del mostrador.

—Ella es mi hija.

—Es SOLO mi hija, no tiene nada que ver contigo.

—¿Tienes idea todo lo que te he buscado? —se inclino hacia enfrente y solo temple —Vámonos.

—No.

—¡Jin! —golpeo el mostrador y mi bebe lloro más fuerte, haciendo que Eun Na llegara de inmediato.

—¿Señor Kim? —fue por instinto pero ella se coloco enfrente de mi —¿se le ofrece algo?

—No lo voy a repetir —extendió su mano —¿Por las buenas o las malas?

—Si, hablo para reportar una persona agresiva en el mi trabajo —Tae llego hablando por teléfono —mide como uno ochenta, cabello negro.

—Bien, por las malas entonces.

Tiro todo el pedido del mostrador, pisando con furia al salir, yo seguía abrazando a Hyejin mientras trataba de calmarla. No pude evitar llorar.

Tengo que irme de aquí.