Brillaba magenta y parada sobre aquel mineral de su mismo color, como una flor saltando en la bugambilia, esos ojos azules la penetraron con admiración. Enseguida escuchó a Wade llamar su atención y lo vio deslizarse sobre el agua algo confundida, más en cuestión de segundos su rostro deslumbró anonadado.

Ember al encontrarse con él entre las aguas de aquel lago, le dedicó una enorme sonrisa embebecida y Wade...él simplemente se quedó ahí, devolviendole la sonrisa, con sus manos de agua pegadas al pecho, solo estuvo el viento de la tarde tapando en silencio, solo era su distancia. No hacía falta palabras para saber que ambos estaban maravillados con el talento del otro.

Fue ahí donde Ember sintió su mismo fuego quemar con más fulgor en su pecho, justo donde latía su fornido corazón. Nunca nadie había hecho un arcoiris para ella. Los había visto muchas veces desde la distancia en su niñez en el barrio de fuego, más ahora en sus 24 años, verlo frente a ella...y para ella, se sintio por alguna razon tan grato y especial...ningún hombre la había hecho sentir que lo era todo...nadie en su corta vida la había hecho creer que merecía un gesto tan lindo, que si bien no podría sostener en sus manos o guardarlo en un cajón de plata, lo tendría siempre en su corazón y su memoria.

Tal vez no era aquella mezcla de colores en el cielo lo que la hizo sentir tan lindas emociones...tal vez fue saber quién fue el autor de ese tan maravilloso regalo lo que lo volvía tan importante para ella.

Sus puntillas de fuego saltaron de mineral en mineral, cambiando con ello el color de su llama, hasta regresar a su tonalidad naranja una vez tocara el suelo, vio a Wade escurrirse hasta la orilla del mar para encontrarse con su "amiga". Él retomó su forma real, quedando frente a ella. No hubo palabras, de todas maneras no las necesitaban, esa sonrisa en el rostro de cada uno bastaba.

En la mente de Wade tanto como en la de Ember solo había un "ella/él es tan perfecto". No importaba cuanto llevasen "saliendo" con perfil bajo, fuese cual fuese la situación, siempre iban juntos en lo que fuera, él era el cielo y ella era el clima...una cosa bella, una luz hermosa asomándose por la madrugada en la ciudad elementos.

Aún no tenían idea de como una fuga escurridiza amenazando el negocio de la familia Lumen y  lo que antes inició como una alianza por solucionarlo resultó en lo que ahora hacían, en una amable propuesta hecha por Wade que solo provocaba el crecer de algo que todavía no querían admitir. Ember comenzó a luchar por mantener la concentración  mientras trabajaba en la tienda de su padre, porque ese húmedo inspector era en lo único en lo que podía pensar, siendo la responsable de esa atontada e inocente sonrisa que portaba ella todo el dia de la cual la sacaban cuando llamaban su atención.

Esa mañana después de que su padre preparase el desayuno,su madre había subido hasta su habitación para avisarle que ya pronto estara la comida y que ocuparía su ayuda para poner la mesa, pero antes de llamar a su nombre una vez estuviera junto al borde de la puerta de su habitación, solo la escucho reír de una manera tontorra, mientras que la punta de sus llamas se tornaban magentas, con su cuerpo recostado al borde de su cama y sus ojos llenos de ternura puestas sobre un papel que sostenía entre su mano, soltaba suaves suspiros y sus pestañas estaban tal cual mariposa. Cinder entonces preguntó por ella y la joven fogosa en un milisegundo se levantó de su cama, escondiendo aquel papel detrás suyo,sonriendo nerviosa mientras preguntaba por el desayuno. No la dejó decir ni una palabra más, salió disparada por las escaleras.

la anciana fogosa olfateo su habitacion y curveo una sonrisa al saber que se trataba de amor...mas no sabia que a lo que su hija veía, eran las fotos que se había tomado con Wade Ripple en su primera cita.

Wade por el otro lado había tenido una llamada de atención por parte de su manager en su oficina, debido a que perdido tiempo de trabajo al prestarle más atención a la canción que escuchaba en la radio en su oficina, puesto que esta solo la hacía pensar en ese vivido y hermoso fuego que provocaba burbujas en su corazón. Una letra que hablaba sobre un amor que alguna vez había sido tímido y oculto pero que "solo por esa noche" se quedaría junto y florecería como nunca antes.

Lo negaban cada que algún desconocido les preguntaba si eran pareja, mas al ser dejados en paz se fijaban con miradas llenas de rubor para enseguida continuar su camino por las calles...

¿ser pareja? ¿estar juntos? ¿que tenían ellos que a los ojos del resto de elementos que los hacía verlos de esa manera? ¿Qué características químicas presentan? ¿Qué lenguajes de amor conocían?.

Nunca lo dirían en alto...pero no negaban que aquello les parecía una propuesta muy hermosa.

y al menos para la joven Lumen, un peligro con el cual no tenía miedo de jugar.

—Este tiene que ser uno de los mejores días de mi vida.-El ojiazul expresó con alegría a su compañera de fuego, retomando su camino por el parque Elementos.

—¿Que no fue ese juego de billar que tuvimos ayer en Pizzeria Aguacero el mejor día de tu vida? .-pregunto Ember mirando a Wade, cruzándose divertida de brazos.

—no,no, ese ha sido el mejor juego que he tenido en mi vida, este es el mejor día de mi vida.-explicó Wade.-Pero para ser franco, estos últimos días que he estado contigo han sido los más maravillosos.

Wade vio como la luz en ella parpadeó, mientras que Ember solo desviaba la mirada con algo de ternura.

—Nunca pensé que Ciudad Elementos tenía lugares tan increíbles...pero no fueron hechos para mi y mi gente haya en casa.-Dijo Ember, mirando entonces a la ciudad a su alrededor.

—tienes razón, tú mereces mucho más que esta ciudad, mereces palacios enteros, un reino de elementos, ahí es donde pertenecen las reinas.-Wade le respondió coquetamente.

Ember negó divertida, riendo a lo bajo, a Wade le parecía tan linda su risa.

—¿nunca te cansas de soltar cursilerias? .- cuestionó la ya mencionada, sintiendo otra vez esa calidez en su corazón. Más lindo no podía ser ese chico.

—¿en cuanto a ti? Jamás.-le aseguró él, regresando a ver el camino que tomaban, más enseguida se detuvo, mostrándose sorprendido mientras apuntaba con su dedo.-¡mira!.

Ember, curiosa, regreso a ver frente a ella, viendo que se trataba de un ciudadano de tierra bajito y regordete con nariz de roca, incontables rosas blancas decoraban su largo cabello de rosal, a su lado se encontraba un puesto de color azul, con maquina bastante colorida sobre este y a su lado un poste del cual colgaban bolas esponjosas que variaban de colores celestes, rosados, verdes y amarillos.

—¡Están vendiendo algodón de azúcar! .-Wade expresó emocionado.-¿quieres que vayamos por uno? podríamos compartirlo.

—¿algodón de azúcar? nunca lo he probado en mi vida.-preguntó Ember incrédula.

—espera,espera,espera, ¿no lo has probado? ¿ni una sola vez? .-Wade preguntó sorprendido.

—soy mas fan de los caramelos.-Ember sonrió amenamente,regresando a ver al vendedor.-Nunca tuve la oportunidad de probarlos, porque no son fáciles de hacer en barrio de fuego, papá había comprado una máquina de algodón para ver si traía clientes nuevos a la tienda, pero resulta que el que le vendió la máquina le jugó sucio y se la entregó mal...

—¿y porque no la llevo con un mecánico para repararla?.

—Papá es muy terco e insistió que quería repararla por su cuenta...ese dia tuvimos que cerrar la tienda temprano porque la explosion fue demasiado costosa. Desde ese día entendió que no puede repararlo todo con un tenedor de trinchar.-Ember soltó una divertida risa.-asi que nunca probe uno.

—pues...-Wade curvo sus labios de manera juguetón y algo infantil.-...¿te gustaria probarlo ahora?.

Ember regresó a verlo, sus ojos se abrieron con emoción y se encogió de hombros, uniendo ambas manos con entusiasmo.

-- SIII.-chillo emocionada.

Ambos fueron con aquel vendedor de tierra, quien le entrego un algodon amarillo a una pequeña niña de aire antes de atenderlos a ellos, el duo no duro en notar que en el momento en el que el señor los vio, sonrio con cautela y los atendio muy amablemente.

—¿Qué les gustaría a ustedes dos enamorados?.

Ember y Wade compartieron miradas estupefactas. Desviaron entonces  la vista, Wade llevó su mano hacia su nuca y se rasco nervioso y Ember por el otro lado, se tomó a sí misma de la mejilla, mostrando una avergonzada sonrisa.

—emmm,solo queremos un algodón, azul, por favor.-dijo Ember.

Este se los entregó y le pagaron, los vio partir, no sin antes desearles que la pasaran bien en su cita. El dúo y agua y fuego solo desviaron sus miradas con una enorme vergüenza tomando lugar en sus cabezas.

Una vez solos,Wade divisó una banca cerca y guió a la fogosa para así sentarse los dos..

—wow, se ve tan esponjoso, como una nubecita.....-Ember examinó aquel postre azucarado y enseguida olfateo.-y huele muy bien también, como al azúcar quemada al fuego, como los dulces que vendemos en la tienda...me gusta.-le sonrío a Wade emocionada.

—emmm, me concedes el honor de comer solo un poquitín? .-Wade preguntó haciendo una mirada frívola, guiñando su ojo hacia la fogosa.

—por supuesto, yo soy mujer de mi palabra, aquí está su pedazo, mi estimado.-Ember habló de manera elegante, aguantando las risas mientras arrancaba una parte del algodón y se la dio a Wade.

-- provechito.-Wade le dijo.

y tal como fue con sus bebidas en la plaza hace unas horas, el cuerpo de Wade enseguida se tiñó de azul, La fogosa no pudo evitar carcajearse ante esto.

—pareces un arandano.-le dijo la chica de fuego, enseguida viendo el palito en el cual iba ese dulce y lo acerco a su boca para alfin probarlo pero en el momento en el que este hizo contacto con ella, ese algodon de color azul hizo rapido contacto con sus llamas, chamuscandose el el proceso, ese algodon ahora se habia vuelto una especie de miel pegajoza y azucarada el cual goteaba de aquel palito,Ember reacciono frunciendo el seño, la sensasion era muy rara y movia su boca torpemente, sintiendo como si su lengua se hubiera quedado pegada en una especie de melaza.

—oh, eh ¿e-estas bien? .-pregunto Wade algo angustiado al verla reaccionar así.-¿no te gusto?.

—mng! n-no, no ¡gluc! es solo que-¡gag! Esta algo pegajoso...-Ember siguió así hasta que empezó a masticar y luego tragó,probando el dulce sabor que quedó en su boca, su llama incluso parpadeo en un color melón.

—y...¿qué te parece?...-Wade preguntó con intriga.

—es muy dulce, bastante dulce y algo pegajoso ¡me encanta! .-Ember exclamó con entusiasmo antes de darle otro mordisco al algodón, mostrando una cara de alegría al hacerlo.-hhhhmmm. Tengo que decirle a papá que reconsidere lo de venderlos en la tienda.

—aaay, si te gusto.-Wade llevó sus manos hacia el pecho, pequeñas lágrimas de alegría se asomaron por sus ojos, más en su interior saltaba y bailaba de la alegría, esa chica le provocaba un sentimiento que no tenía nombre, uno que lo hacía sentirse tan conmovido, todo lo que ella hacía era perfecto a sus ojos.

Simplemente tenerla ahí...aunque no pudiera sentirla físicamente como deseaba...

—A alguno me encantaría probar los caramelos de barrio de fuego de los que hablas y si se puede, que me enseñes a hacerlos.-Wade le comentó a su compañera cariñosamente.

—eso suena bastante lindo, pero no se si tu estómago sea capaz de tolerarlo.-Ember hizo una mueca burlona.-Nuestro menú culinario se basa en picante y calor, mucho calor.

—que dices, yo soy todo un macho con los sabores.-presumió Wade, claramente ambos sabían que eso era una mentira.

—tendría que verlo para creerlo ...-replicó Ember levantando su ceja, regresando con su dulce.

(...)

faltaban tan solo cinco para que las seis de la noche llegara a ciudad elementos y los colores en el cielo se habian tornado en una mezcla entre azul muy oscuro, violeta, naranja y amarillo claro.

Una pequeña flor rosa se asomaba por el pequeño basto bajo el poste de luz, más esta fue levantada gentilmente entre los finos dedos de la dama de fuego hasta ser arrancada de sus raíces, Ember se la entregó al hombre de agua que caminaba a su lado y este al verla hinchó sus mejillas y arrugó su rostro con ternura, no pudo evitar llorar por aquel gesto tan lindo.

—Ninguna chica me ha dado una flor en mi vida...a excepción de mi mamá...-sollozó él,apagando aquel regalo a su pecho con cuidado de no estrujarla.

—tienes muchos sentimientos que mostrar, Wade.-Ember señaló con una cálida sonrisa,empezando a subir las escaleras para entrar al metro.-oye, te agradezco mucho que me acompañes, pero no es necesario que me sigas hasta allá, me bajaré justo a la entrada del barrio de fuego para no levantar ninguna sospecha, he vivido ahí toda mi vida, se como dar con mi casa.

—Lo siento, pero mis principios me prohiben dejarte sola.-Wade aseguro educado y elegante, con su frente en alto.-una vez vea que llegaste sana y salva al barrio de fuego, me iré.

Ember rodó los ojos, negando pimiento,ahí fue el momento donde el metro paró frente a ellos y en el momento que abrieron las puertas, salieron elementos tal cual estos entraron. Wade encontró rápidamente dos cómodos asientos para él y su "amiga" y en unos cuantos minutos, el metro se empezó a mover hacia delante retomando su velocidad, para cuando ambos se asomaron por el vidrio detrás de ellos, el cielo ya se había vuelto completamente oscuro y las estrellas titilaban en este.

el vagón se encontraba a la mitad, no habían tantos pasajeros, por lo que el ambiente era calmado y silencioso, perfecto para que ambos se relajaran contra su asiento, suspirando satisfechos. Claro, no faltaban los pocos ojos juzgones y odiosos sobre Ember(o más bien, sobre el dúo que a simple vista parecía un joven amor...uno desagradable para ellos) pero como siempre, lo que opinaran los demás estaba demás.

—Nunca pensé que diría esto...pero escaparme del trabajo ha sido de las mejores decisiones que he tomado.-Ember dijo tranquilamente, sus flamas suaves sobre su asiento, serenidad impregnada en su voz, recostandose de lado para encontrarse con el hombre de agua.

—¿te gusto? .-pregunto Wade con intriga.

—¡por supuesto que me gusto, fue increible!.-Ember exclamó sin quitar su sonrisa, subiendo sus piernas a su asiento.-se que dije que tu ciudad no está hecha para mi, pero parece que aun así encajó a la perfección, cuando papá y yo estuvimos aquí por primera vez, la bienvenida no fue cálida y las otras veces que llegamos tampoco lo fueron, papá dijo que en nuestro barrio es nuestro lugar y estaremos seguros ahí, lejos...pero desde que te conocí, es como si mis ojos estuvieran viendo algo totalmente nuevo...

Siempre mantenían su distancia, Ember seguía creyendo que sentirse era imposible...pero para ese momento, estaban a tan solo centímetros uno del otro, incluso Wade parecía hacer caso omiso a las burbujas calientes que empezaban a ortigar todo su brazo.

—¿crees que tu padre te pregunte que haces llegando a esta hora?.-Wade cuestiono, preocupandose un momento por ese detalle.

—Parece que lo de repartir entregas está funcionando mucho en este momento pero si por las dudas, estoy visitando a mi amiga Sarah.-la fogosa guiño un ojo.

Mientras seguían sus pequeñas charlas, el metro se fue directamente a un largo túnel y cada uno de los vagones quedó envuelto en una profunda oscuridad.  Cuando esto pasaba algunos bromeaban con estar asustados, exclamando lo terrorifico que era tener todo oscuro, Wade estaba bastante acostumbrado a estos momentos de oscuridad al cruzar por los tuneles, asi que reservo sus comentarios con respecto a eso, seria nada mas esperar que llegaran al otro lado pero apenas el color negro de apodero de todo el vagon, sus ojos color cielo fueron cegados por la dama fogosa sentada a su lado, asi como su luz robo el show cuando fueron al cine, Ember empezo a irriadear fuertemente, haciendo que todos los presentes quedaran alumbrados sus por bellas y vivas tonalidades naranjas, rojas y amarillas, violentamente consumiendose para luego estallar otra vez,  junto a un comodo calor para el frio de la ahora caida noche, Ember miro a su alrededor, notando todas esas vistas sobre ella, enseguida se vio a si misma por ultimo, miro a Wade. El acuoso quedó deslumbrado,alzando sus cejas y abriendo sus ojos tal cual platos, en estos desbordaba el asombro y la fascinación...había visto el fuego tantas veces, más ahora veía a esa linda chica a su lado, chica por la cual tenía sentimientos guardados y todo miedo o prejuicio que alguna vez metieron a su cabeza dejó de ser importante.

Pronto llegaron al otro lado del túnel y las luces del metro se encendieron otra vez.

—Wow, eso fue increíble...-Wade le dijo a lo bajo a Ember.

—no es nada.-Ember expresó, llevando su mano a su mejilla, no queriendo ser consumida por el orgullo.

—claro que sí es algo, tú brillas, maravillosamente...yo...yo...estoy sin palabras...

Ember sonrió ladinamente, no dándose cuenta de que de sus llamas salió un pequeño corazón magenta.

—Estaba pensando que podríamos para la próxima pasear por el barrio de fuego, que conozcas mas de donde vivo ¿te gustaria?.-preguntó ella con dulzura.

—no me lo perdería por nada...-Wade dijo de la misma forma,el azul de sus ojos no querían apartarse de esos orbes ámbar.

¿tenía dignidad para ver algo tan hermoso? ¿sus ojos merecen un trato tan hermoso?.
¿porque la gente decía que el fuego era peligroso?.

Ellos podrían brillar fuerte, para que nadie los pudiera apagar, se llenaba de vida cuando aquella luz ardía y lo ardía a él, podían ser lo más hermoso de aquella aburrida ciudad, tenían el agua y tenían fuego, podía dejarlo arder para siempre...juntos. Porque eso era Ember para Wade:hermosa, todo lo relacionado a ella, sus ojos, su luz, su voz, su forma de ser, sus emociones, la relación que ahora tenían...era algo tan hermoso.

Pero para su desgracia, parecía que su mano aún quedaba estrechada, esperando a saber si algún día podrían ser más de lo que eran ahora. Pero Ember, aun cuando sus miradas eran para Wade, siempre lo negaba, porque tenía ya un destino esperando, uno que debía cumplir a sus padres después de todo lo que hicieron por su familia y por ella y además...sus padres jamás podrían aceptarlo.

Muchas veces Wade quiso unirse con ella, muchas veces deseo forjar un juramento de amor, pero Ember se mantenía dura,pidiendo disculpas...más pronto le reveló que entre el fuego, las relaciones con otros elementos eran mal vistas, que amores opuestos eran juzgados, eran despreciados, vistos como anomalías, como decepciones, fuego que se enamorada de la tierra o el aire eran traidores a su gente y su origen...ella había escuchado de historias, de una madre que extinguió las piernas de su hija porque tenía que "salvarla", ella creció siendo enseñada a odiar el agua ¿cómo podría ella pagarlos de esta manera? la matarían, su padre no lo soportaría, sería la peor de las traiciones.

Ember luchaba de un lado a otro, porque las paredes de cristal de su corazón ya no podían contener más ese sentimiento que iba creciendo por Wade Ripple pero el peso que cargaba con aquel palacio que construyó su padre para ella y su familia le dolía sobre sus hombros, era muy importante para ella, no podía tirarlo de lado.

Pero,ella no quería tampoco decir que no...no a algo tan hermoso.

"¿Entiendes quién soy? ¿Quieres saberlo? ¿De verdad puedes adivinar mis intenciones?" pensaba Ember.

Ember vio que pronto llegarían al barrio de fuego,así que bajó en la próxima parada, se despidió de Wade, agradeciendo aquella salida, había sido un día formidable y  la había pasado muy bien. Esperaba verlo pronto otra vez y no olvido cuestionar por la fuga y su reparación.  Ella se empezó a alejar, pero al marco de la puerta del vagón,Wade estiró su mano...llamando por su nombre.

—solo quiero saberlo...¿incluso si esto no llega a funcionar, me dejaras ser parte de tu vida? ¿aunque sea solo como un amigo?.

Ember lo pensó, más enseguida asintió la cabeza con suavidad.

—y cuando la tienda sea mía, serás mi cliente estrella...mi persona favorita, lo prometo.

Wade lagrimeó alegre, despidiéndose de su "amiga".

Ember esa noche  camino bajo ese gran puente, su corazón se encontraba en el cielo explotando de amor tal cual una supernova, ladeaba su cabez al caminar, por más que lo intentase simplemente no podía dejar de sonreír...eso tan hermoso que tenia ella y Wade era el responsable de eso.

El agua del metro cayó frente a ella, en forma de un hermoso cristal la reflejo, recuerdos de ese lindo chico llegaron a su cabeza. Ya no tenía miedo de mentirse a sí misma, estaba completamente indefensa por Wade Ripple, estaba enamorada de él...lo deseaba, lo anhelaba.

Ella estiró su mano hacia aquella cascada, deseando sentirla...mas al ver La Fogata a través de esta, su sonrisa se marchitó...tarde o temprano, su hogar la esperaba.

Esa noche sus familias descansaron, más ambos enamorados quedaron despiertos, viendo sus mundos a través de sus pequeñas ventanas. Deseando a las estrellas sobre ellos algo más para ese hermoso amor que se tenían.

Wade y Ember soñaba con bailar en los brazos del otro, con dejar que sus químicas se unieran y formaran algo totalmente nuevo, soñaban con sentirse, con respirarse, con ser parte del corazón del otro, no importaba si les dolía, si lloraban o si dejaban algo atrás, ¿Como se sentiría el agua realmente? ¿cómo arderá el fuego realmente? ¿cómo se sentiría ella flotando sobre este alguna vez? ¿cómo se sentiría él el día que sus labios se sellaron en su primer acto de amor? ¿Algún día podría sentir más amor por los gestos y las palabras? ¿Algún día sus manos se acariciaban hasta el último pliegue?.

No lo sabían...pero lo que sí sabían era que lo suyo era hermoso, un amor verdaderamente hermoso.

—eres la más hermosa de todas...-Wade susurro con una suave sonrisa, besando su mano,antes de llevarla en un puño a su pecho.

—eres el más hermoso de todos...-Ember murmuro solo para ella, y con un beso en su palma, ella sopló suavemente, dejando ir un corazón hecho de humo al aire.

Hace unas semanas volví a ver la película y en efecto,sigo amandola y a mi ship con todo mi corazón 💕🥺

Me sentí re inspirada para hacer una historia bien angsty pero ya escribí mucho sufrimiento para estos dos el año pasado xd

Así que les doy esto,espero les guste ❤️