ʚ🍩ɞ Capitulo 1.
-Barqui- dijo su madre sentándose a un lado del pequeño quien estaba leyendo un libro de historia -hoy tenemos que ir al doctor.
-¿Para qué? No siento ningún malestar- dijo neutro sin despegar la mirada de su libro.
-Lo se, amor. Tenemos que ir por un simple chequeo, ¿está bien eso?
-De acuerdo-se encogió de hombros.
Hace dos semanas, la psicóloga de la escuela de Jeff le había recomendado ir a un neurólogo debido a algunas actitudes que el pequeño ha tenido últimamente, los cuales podrían ser medicamente señalados como un espectro autista. Sin embargo, tenía que ser diagnosticado por un profesional.
Su madre no había estado segura al principio, puesto que no tenía una mínima idea de lo que esto significaba, o como cambiaría la vida del niño, pero, luego de hablar con el padre de Barcode, decidieron que sería lo mejor para el.
No tenían ninguna queja ni problema con su hijo en cuanto a la escuela se tratase. Barcode sacaba las calificaciones mas altas de su escuela y tenía una enorme cantidad de diplomas para un niño de 6 años, pero necesitaba socializar, como cualquier persona normal lo haría.
Habían notado que Barcode no hablaba con ningún niño de su edad y, desde hace dos semanas, dejó de hablar con cualquier persona que no fuera su madre. Incluso a los otros dos integrantes de su familia, y eso afectaba a ambos, por ejemplo, cuando Min le preguntó porque no le hablaba, Barcode simplemente se encogió de hombros y se fue, haciéndola sentir mal.
-Bueno, entonces, ve por tus zapatos y nos vamos.
Barcode asintió y se puso de pie, para minutos después, regresar y caminar hacia la puerta con su madre. La mujer intentó tomar su mano, pero el
se alejó, siendo muy esquivo con cualquier contacto humano.
-Bien Barcode, voy a hacerte unas cuantas preguntas de si o no y tu me puedes responder con esas palabras o solo moviendo la cabeza- dijo el doctor -¿estás de acuerdo?- notó que Barcode miró a su madre esperando a que responda por él -Barcode, tu mamá no puede saber si quieres o no, puedes responderme con tu cabeza- insistió y, segundos después, logró que Barcode asintiera.
Después de varias preguntas contestadas con asentimientos, negaciones y encogimientos de hombros, para anotarlo en un cuaderno, el doctor terminó realizando un par de estudios y se sentó en su escritorio con Bris frente a el. A Barcode lo habían mandado a la sala de juegos con un par de libros para poder hablar tranquilos.
-Efectivamente, como la psicóloga le mencionó, Barcode tiene Asperger.
-¿Y eso cómo le dio?- dijo la mujer preocupada.
-No es algo que suceda como una gripa, señora Tinnasit, es algo así como- pensó unos segundos -como cuando eres zurdo o diestro, naces con eso, y se va desarrollando a lo largo del tiempo. El Asperger es un tipo de trastorno del espectro autista, donde el niño, en este caso Barcode, suele evitar cualquier tipo de comunicación o contacto humano. Igualmente suele reservar sus emociones o demostrarlas de una manera muy exagerada. Los berrinches que usted menciona, son una forma que Barcode encontró para poder demostrar su frustración, enojo y desacuerdo. A los niños con Asperger les molesta demasiado cuando tienen una rutina, plan o idea de lo que harán en el día y de repente se lo cambian. Incluso, como en el caso de Barcode, las personas con Asperger suelen hablar con muy pocas personas o no hablar con absolutamente nadie. Su atención normalmente se centra en un tema que le guste demasiado, como con Barcode y las cosas de la escuela. El Autismo que tiene puede durar años o incluso toda la vida, sin embargo, podemos ayudarlo poco a poco.
-¿Qué podemos hacer?
-Primero que nada, debemos de dejar que Barcode responda por si solo a las cosas, mínimo con asentimientos o negaciones. Mientras logra vencer el mutismo electivo, puede tener una sombra, una persona que pueda ser su intérprete en dado caso de que lo vaya a necesitar. Puede ser un psicólogo o alguna persona a la que Barcode le tenga confianza, pero no puede ser usted, al menos en la escuela. Esa sombra es designada por el mismo Barcode. Otra cosa es cambiarlo de escuela, a una más pequeña, para que no se sienta hostigado o se frustre al ver a tantas personas a su alrededor. Los chicos con Asperger no suelen tolerar las multitudes o mucho ruido, por lo tanto, eso sería lo mejor, por la ansiedad que el tiene. Igual, medicamente, puedo recetar unas cápsulas para que el tome para controlar sus episodios de crisis.
-¿Y que le podemos decir a el sobre su problema?
-No es necesario decirle nada, porque no es algo que afecte su crecimiento.
Pueden comentarle que tiene Asperger, el averiguará por su cuenta a que se refiere.
-De acuerdo- asintió.
-Cualquier situación, yo estoy a su servicio, y Barcode tiene que venir cada seis meses para una revisión. No se preocupe, Barcode es un niño sano, completamente normal y muy inteligente.
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-No me gustó que ese médico me hiciera cuestionamientos sobre mi vida- dijo Barcode una vez que el auto se puso en marcha cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
-Era importante para el chequeo, mi amor.
-Yo se que es lo que padezco- se encogió de hombros -no es algo que interfiera en mi vida. He leído al respecto, se que no soy como un infante de seis años regular.
-Lo eres, mucho más inteligente que cualquiera, simplemente queremos que puedas tener amigos, ¿no te gustaría?
-No, son muy aburridos y no tienen la capacidad de entretenerse con lo que yo siento afinidad.
Otra característica de las personas con ese trastorno del autismo era la formalidad con la que se comunicaban.
Algunas veces, los niños pequeños podían hablar como adultos y, viceversa, los adultos como niños pequeños. Incluso algunos podían hablar con normalidad.
Barcode era como el primer caso, utilizando palabras demasiado formales para un niño de su edad.
-Bueno, tienes razón. Pero puedes enseñarles lo interesante de la historia y las matemáticas- dijo animada.
-Dudo eso.
Tal vez Barcode no lo demostraba, pero Bris sabia que a su pequeño le afectaba el no tener amigos.
Cualquier niño de su edad desearía tener muchos amigos para divertirse y disfrutar su infancia.
Al llegar a su casa, Bris habló con el padre de Barcode y mencionó lo de su cambió de escuela a una mas pequeña para ayudarlo. Habían pensado en una privada para que haya mayor atención y apoyo.
No era que no tuvieran dinero para una escuela privada, porque lo tenían. Habían inscrito a Barcode y Min a escuelas de gobierno porque les gustaba que crecieran con muchas personas a su alrededor. Jamás pensaron que eso no era bueno para la estabilidad emocional de Barcode
Así, al llegar el fin de semana, los padres de Barcode dieron de baja al pequeño en la escuela de gobierno para transferirlo a una escuela privada.
Estaban pensando que Barcode no iba a reaccionar con el cambio, hasta que llegó el lunes en mañana.
Barcode seguía en la cama, cubriendo todo su cuerpo con las sabanas sosteniéndolas fuertemente y sollozando sonoramente
-¡No!
-Vamos Barqui, tienes que ir a la escuela, va a ser muy divertido conocer a gente nueva- insistió su madre - hay un club de matemáticas.
-Quiero ir a mi otra escuela, no a esta. No me gusta.
Eran esos momentos en los que Barcode sufría una crisis cuando actuaba y hablaba como un niño de su edad.
Su madre sabía que debió de hablar con él antes, pero no lo hizo, pensando que mientras más rápido mejor. Que equivocada estaba.
-Barcode, no puedes decir que no, ya está decidido.
Barcode bufó y se quitó las sabanas rápidamente, con el ceño fruncido y secándose las lágrimas. Sorbió con su nariz y se levantó, tomando el uniforme que, a su parecer, picaba y era horrible para entrar al baño y arreglarse.
No tenía opción, tenía que ir a esa estúpida escuela.
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-Te va a gustar mucho tu nueva escuela, hay menos niños y te dan más diplomas.
-Nada hará que mi perspectiva sobre esta decisión se cambie, mamá. No estoy a favor de mi transferencia. Sin embargo, eres mi madre y no puedo disuadir en tus decisiones con respecto a mi educación
-Exactamente señor- bromeó.
-No soy un señor, tengo la edad en un rango que se considera infantil, mi coeficiente no interfiere en eso.
Bris llegó a la nueva escuela de Barcode, estacionándose y viendo como el pequeño veía con desconfianza a la entrada repleta de niños de su edad.
-¿Quieres que te acompañe a tu salón?
-No- negó rápidamente -sólo ayúdame a que la profesora sepa que quiero ir a donde me corresponde.
La mujer asintió y quitó los seguros de la puerta para que ambos se bajaran y camino al lado de Barcode para llegar a la puerta.
-Hola, mucho gusto- dijo la maestra amablemente -yo soy la señorita Collins miró a Barcode -y tu debes ser Barcode
La mujer extendió la mano y Barcode se escondió tras su madre.
-Barcode tiene Asperger- explicó su madre -mi esposo y yo habíamos dejado el diagnóstico en la dirección apenas lo inscribimos. No le gusta el contacto físico.
-Oh- asintió -lo lamento, mi culpa. Claro que estamos al tanto sobre lo que es el Asperger. No se preocupe, Barcode estará bien.
Barcode fue dirigido a su aula y este solo miró a la maestra asintiendo, tratando de que esta entendiera que daba las gracias, para después entrar y encontrar un lugar vacío.
Eran mesas de dos, así que esperaba que no llegara alguien y que se sentara en su lado, porque no sabia si iba a poder ignorarlo cómo deseaba.
Al llegar la maestra, este pudo respirar, ya que no había llegado nadie para sentarse a su lado.
-Bien, chicos. Hoy tenemos un nuevo alumno- miró a Barcode con una sonrisa -se llama Barcode, en este momento no vamos a pedirle que se presente, pero podrán conocerlo en cualquier momento durante los tiempos libres. Espero que sean amables con el y...- la puerta fue abierta y un pequeño de cabello castaño y ojos chocolate apareció con una sonrisa, extendiéndole un papel a la maestra.
-Perdón la tardanza, maestra. Mi hermanita Davika tuvo fiebre toda la noche y mi mamá no se despertó a tiempo
-Si Jeff, no te preocupes- suspiró -siéntate al lado de Barcode
El rizado levantó su vista y sintió nervios. Ya se sentía en paz por no tener un compañero en su mesa.
Fue demasiado temprano para dar gracias. Y lo peor es que, seguramente, era un niño irresponsable a quien no le gustaba la escuela.
-Hola Barcode, soy Jeff- dijo el niño sentándose a su lado -espero que seamos buenos amigos.
Barcode solo se encogió de hombros sin mirarlo, tratando de escuchar a la maestra sobre como deben de respetarlo por ser el nuevo.
-Bien, saquen sus cuadernos de trabajo. Van a realizar los problemas de matemáticas con sus compañeros de mesa. Deben de trabajar en equipo porque son complicados. Esta semana veremos restas de dos cifras.
Todos soltaron un quejido y Barcode sonrió internamente. Iba a ser demasiado sencillo, aprendió a hacerlo hace dos años y era muy bueno con eso. Esperaba que su compañero de mesa fuera igual de inteligente o al menos pudiera defenderse en cuanto a su intelecto se trataba.
-Creo que seremos compañeros de equipo Code, ¿te puedo decir Code, no? - Barcode asintió - genial, tu me puedes decir Jeff. Veo que no hablas mucho... No importa, podemos llevarnos bien de esa manera. Es un gusto conocerte.
Y Barcode, quizá... Podría intentar decir algo. Tomó aire y lo pensó un par de segundos.
-Igualmente... Jeff- murmuró.
Y Jeff sonrió, porque creía que el rizado tenía una voz muy bonita como para que no fuera escuchada por las demás personas.
-Seremos mejores amigos. va lo verás. Te vas a divertir conmigo y mis amigos.
Demonios.
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