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La teoría del caos.
—Yoon Su, ¿sabes lo que es el efecto mariposa?
—¿Efecto mariposa?
Aquello que explicaba que, toda acción, por mínima que sea, tiene una consecuencia.
—Hazlo.
—¿No vas a tomarlo?
Sistemas simples.
—¿Y si te digo que esa mariposa es real?
Con pocas variables.
—¿Qué es esto?
—Un juego.
—¿Un juego?
—Pero es solo para ti, peque. Venga, ¿qué te parece si lo probamos?
Sin embargo, muestran circunstancias impredecibles.
—Oppa... ¿qué es esto?
—To-Todo está b-bien, peque... To-todo e-está bien.
—Eres un...
—¿Monstruo? —volteé a verlo, mostrándole mis dedos ensangrentados—. ¿Entonces por qué no castiga a este monstruo como se debe?
Circunstancias totalmente nuevas que podrían considerarse como ajenas a aquello que les dio origen.
—De acuerdo, ya lo entendí. No hablaré más.
—En el autobús. Ten cuidado de quedarte dormida en el autobús.
Circunstancias que podrían terminar formando parte de la ecuación, como nuevas variables.
—Fue un placer hacerte compañía. Estaré esperando la próxima vez.
Nuevas variables que podrían cambiarlo todo.
—Eres perfecta.
O empeorarlo todavía más.
—Toma asiento junto a la estudiante Min.
Lo sé, la teoría del caos en serio era un fastidio...
🍂🍁🍂
—Entra y toma asiento.
Obedecí sus palabras en silencio, cerrando la puerta luego de haber entrado, con la única diferencia de que permanecí de pie en espera de sus próximas palabras.
Ofrecerme nuevamente sentarme, eso era lo que diría primero.
—Puedes ponerte cómoda, Yoon Su. Si no quieres sentarte ahí, puedes hacerlo en el sofá de allá —señalándolo. Estaba pegado a la pared junto a una estantería de libros y se veía más cómodo que las sillas frente a su escritorio; pero no era comodidad lo que buscaba.
—¿Por qué pidió verme?
—¿Ni siquiera me darás las gracias? —arqueó una ceja—. Primero agradeces o simplemente te disculpas antes de rechazar a alguien.
—Me retiraré si no tiene nada más que decir —hice una reverencia y estuve a punto de darme la vuelta cuando su voz me detuvo.
—Me gustaría creer que la profesora Lee exagera respecto a ti, pero en serio te esfuerzas por ser insolente. ¿No respetas a tu mayores?
Permanecí en silencio ahorrándome la respuesta, a lo que ella soltó una risita nasal.
—Hay que ver... —incrédula—. Muy bien, te hice venir aquí primero porque tengo algo que preguntarte —continué de la misma forma y ella dejó ir un suspiro—. ¿Cómo te sientes? —soltó de la nada—. Deberías estar en casa descansando y...
—¿Cómo debería sentirme? —la interrumpí.
—¿Disculpa?
—¿Cómo espera usted que lo haga? —continúo—. Solo entonces podré darle una respuesta.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Significa que le diré lo que espera escuchar para que así pueda transmitir el mensaje correcto.
—¿Transmitir? ¿De qué hablas? —frunció el ceño y yo sonreí.
—Patético —di un paso en su dirección—. Se siente como mil agujas enterrándose en mi cuerpo. La piel se desgarra y la sangre fluye libremente por la herida. Luego arde y se extiende hacia dentro, contaminando el resto —me apoyé sobre la mesa, acercándome lo suficiente para rozar mis labios con su oído—. ¿Alguna vez ha dejado de respirar? —la sentí tensarse al punto de contener el aliento—. Créame que la sensación no es agradable, pero incluso cuando he dejado de respirar aún sujeta la almohada contra mi rostro. Así que no me pregunte cómo me siento a menos que esté dispuesta a entenderlo —me aparté, del todo seria—; aunque algo me dice que se hace una idea —volteé a verla. Sujetaba su cuello y respiraba algo irregular por haber contenido la respiración todo este tiempo.
—No voy a expulsarte si es eso lo que quieres —incorporándose.
Sonreí por lo absurdo de esas palabras.
—Tampoco es que pueda —reconocí—, ¿verdad que no?
No respondió, pero la manera en la que estrujó el papel bajo una de sus manos fue suficiente respuesta para mí.
—Si eso es todo, me retiraré —hice una reverencia para luego caminar hacia la puerta—. Voy tarde para mi siguiente clase y no queremos tener otra excusa para echarme ¿cierto? Mucho menos cuando no lo hará —volteé a verla una última vez. La expresión en su rostro no era para nada buena—. No me interesa ponerla en una difícil situación, directora Kang, así como tampoco no hacerlo —aclaré—, pero sepa que no será mi culpa al final.
—¿Entonces de quién? —arqueó una ceja—. ¿De la persona que sujeta la almohada?
—Por supuesto que no —sonreí—, de la persona que está detrás.
—¿Qué?
Dejé la habitación, dejándola con esa expresión de confusión solo para tropezarme con alguien justo al salir.
—Nos encontramos otra vez —Levanté la mirada para verlo y traía esa particular sonrisa de labios pegados que lo caracterizaba. Mis pupilas dilataron de manera involuntaria. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí?
—Tienes una... —habló de la nada. Mis ojos no se despegaron de los suyos ni por un solo momento. Continuaron fijos, adheridos a aquella nueva mirada que a la vez no lo era.
Ni siquiera dejé de mirarlo luego de terminarse la canción.
—Justo ahí —continuó, acercando una de sus manos a mi rostro. Inmediatamente desconfié y él lo notó —. Descuida —sonríe—. No voy a hacerte daño —removiendo con delicadeza la lágrima que sin darme cuenta estaba a punto de recorrer mi mejilla—. Jamás lo haría —agregó, esta vez mirándome directamente. Un escalofrío bajó por mi espina dorsal, en forma de deja vu, estremeciéndome y haciéndome por fin reaccionar.
Envolví una de mis manos alrededor de su muñeca, en la mano que había acercado antes a mi mejilla y que aún continuaba sobre esta. La apreté con fuerza, también con algo de rabia, queriendo alejarla; por alguna razón terminé por no hacerlo.
—¡Waaaa! —exclamó divertido—. Para ser tan pequeña y delgada tienes algo de fuerza —arrugó el rostro cuando apreté más fuerte—. Sí sabes que me haces daño ¿cierto?
Mantuve mi expresión neutra. Él suspiró como cuando alguien comienza a aburrirse.
—Al menos podrías sonreír un poco... —murmuró de la nada—. Solo estaba bromeando —no respondí, por lo que él negó con la cabeza—. En serio es difícil hablar contigo. Bien... —tomó mi mano con la suya libre y la apartó como si no fuera nada. Supongo que él también se sorprendió, porque dejé de sostenerle con fuerza, permitiéndole hacerlo.
No era que creía que él no fuera más fuerte que yo o que no podría hacerlo pese a mantener la presión del comienzo, es solo que, simplemente...
—No te pregunté antes pero... —Su voz interrumpió mis pensamientos. —¿Te sientes mejor?
Permanecí en silencio por lo que él continuó.
—Imagino que debes haber pasado por mucho... —recorriéndome con la mirada, hasta detenerse en la mano que tenía vendada; aunque no podría verla por el abrigo que llevaba encima—. No debió ser de esa manera... —murmuró como si lo lamentara para luego voltear a verme. Entonces todo se sintió malditamenta extraño.
Ambos permanecimos en silencio. Sosteniendo la mirada del otro. Personas ajenas, externas al contexto, podrían pensar en una posible conversación que carecía de palabras; pero no. Estarían completamente errados. Eran simples miradas, nada más. De todas formas, ¿qué podrían decirse dos extraños?
—Lo siento —habló de la nada, destruyendo por completo mi lógica. Quizás él sí tenía algo que decir después de todo—. ¿Yoon Su?
Moví mi rostro apenas intentó acercar su mano de nuevo, dejándole con el gesto en el aire. Pareció sorprendido al comienzo, pero logró componerse bastante rápido y reemplazarlo con una sonrisa algo arrepentida.
—Lo siento —se disculpó nuevamente—. Intentaré mantener las manos quietas de ahora en adelante.
—¿Yoon Su?
"Lo siento..."
Esas palabras resonaron en mi cabeza por lo que no le devolví la mirada y simplemente seguí de largo, ignorando su presencia.
"No te pregunté antes pero... ¿Te sientes mejor?"
—¿Yoon Su?
Negué con la cabeza y continué mi camino sin mirar atrás, apresurando cada vez más mis pasos.
"Imagino que debes haber pasado por mucho..."
Tú qué sabes... —apreté mis manos con rabia.
—Yoon Su ¡espera!
"No debió ser de esa manera..."
Tú qué maldita sabes...
—Espe...
—¡Déjame! —me giré bruscamente, apartando su mano. Mis órbitas desorbitaron sintiéndome extrañamente confundida de la nada—. E-Eun Gi, ¿por qué...
¿Por qué eres tú y no él?
—Y-Yoon Su... —igual de confusa y sorprendida. Sus ojos entonces fueron al suelo, a la pequeña caja que se encontraba sobre él—. N-No puede ser que... —la levantó con el mayor de los cuidados, como si su vida dependiera de ello—. E-Está bien. N-No pasó nada —sonrió aliviada—. No pasa... —lágrimas brotaron de sus ojos apenas regresar a verme, pero no pude prestarle atención, no cuando los míos enfocaban la silueta detrás de ella junto a la directora Kang—. Y-Yoon Su, ¿de dónde sacaste esos...?
Dejé de escucharla. La verdad había dejado de hacerlo hace mucho tiempo, pero no podía hacer lo mismo con él.
—¿Yoon Su? ¿Me estás escuchando?
Mis ojos permanecieron clavados en los suyos y solo cuando sonrió, pude reaccionar. Lo hice luego de sentir la sangre correr por la palma de mis manos; ni siquiera me había dado cuenta de cuándo comencé a enterrar mis uñas en ellas.
Me di la vuelta, entrando a mi salón.
—Miren quién decidió aparecer —la irritable voz de Mi Soo fue lo primero que escuché apenas atravesé la puerta—. ¿Vienes a despedirte de todos? —rió con descaro—. Ya era tiempo.
Todos rieron, pero se detuvieron apenas la profesora se los pidió.
—Estudiante Min, no puede entrar sin pedir antes permiso.
La ignoré. Fingí no escuchar sus palabras y continué todo mi camino hacia mi puesto pidiendo internamente que no continuara, que no insistiera en pedirme que me fuera o acabaría explotando de una vez.
Justo ahora, era una bomba de tiempo con un reloj bastante impredecible.
—¿No escuchaste a la profesora, Yoon Su?
—Estudiante Kim, por favor, permanezca en silencio.
Sí, por favor permanece en silencio Mi Soo...
Tomé asiento, enterrando mis manos en mi bolso que dejé sobre la mesa. Terminé manchándolo, pero estaba demasiado abstraída como para darme cuenta y mis ojos enfocaban algún punto muerto frente a mí sin verlo del todo.
—Estudiante Min, por favor, retírese del salón —insistió—. Llegó tarde a mi clase y entró sin pedir permiso. ¿Estudiante Min? ¿Siquiera me está escuchando?
Mierda...
Sentí la sangre correr deprisa y arder por debajo de mi piel. Comencé a mover desesperadamente mis dedos como si rascara la tela de mi bolso, como si dibujase líneas, pero no sirvió de mucho. Tampoco contar hasta cuatro por cada inhalación y exhalación. Concentrarme en mi respiración mientras esa mujer no dejaba de repetirme que saliera del salón solo lograba alimentar mi ira y rebajar mi tiempo sin saber cuánto me quedaba exactamente.
¿No vas a tomarlo?
Mis ojos enfocaron el objeto que sobresalía del bolsillo a un costado de mi bolso.
—Min Yoon Su, lo repetiré por última vez. Salga del aula o tendré que llamar a...
Lo tomé, completamente absorta en mis propios pensamientos. La voz de la profesora pasó a ser un lejano susurro mientras que esa otra voz tomó cada vez más fuerza.
Hazlo
Hazlo, Yoon Su
¿Qué esperas?
El tiempo corre
Un tic tac comenzó a resonar por toda mi cabeza. Uno que comenzó a ir cada vez más deprisa. Mi corazón martilló en mis oídos como el sonido de advertencia antes de que el contador llegase a cero. Justo entonces ese sonido estalló a cada lado de mi cabeza atrayendo la atención de todos, pero sobre todo la mía.
La punta solo llegó a rozar mi piel gracias a eso.
—Estudiante Min, ¿esto le parece un juego? —molesta—. ¿Acaso no respeta a la directora Kang?
¿Directora Kang?
Levanté la mirada apenas escuchar ese nombre. Su dueña se encontraba ahora junto a la profesora y todos estaban de pie, mostrando el debido respeto. Ni siquiera noté en qué momento había entrado, pero no habría querido hacerlo de todas formas porque no estaba sola.
—En realidad fue mi culpa. —Mis ojos fueron atraídos por su voz. —Sin querer activé la música en mi teléfono; quizás sean los nervios —sonrió algo avergonzado obteniendo un que otro suspiro por parte del público.
—¿Cómo puede ser tu culpa? —frunció el ceño.
—En realidad son míos —señaló en mi dirección. Bajé la mirada y entonces los noté. Sus audífonos. Aún los tenía conmigo. —Mire —apenas presionó algo en su móvil la música se detuvo.
—¿Y cómo es que ella los tiene?
Esa no fue la pregunta que en realidad me molestó.
—¿Ustedes se conocen? —Sino esa, la de la directora Kang, que no dudó en voltear a verme luego de hacerla y servir para que los demás a nuestro alrededor comenzaran a escribir sus propias historias al respecto.
—A quién le importa si se conocen o no —intervino Ji Yung, el ex frustrado de Mi Soo—. Directora Kang ¿podemos sentarnos de una vez? Apoyé de mala manera este pie durante el último partido y está comenzando a molestarme.
La directora lo fulminó con la mirada, pero les permitió a todos tomar asiento.
—Directora, la estudiante Min...
—Eso no es importante ahora, profesora Jeon, —se notaba lo cansada que estaba de oír mi nombre—, por favor, mándelo por escrito después a mi oficina.
La profesora Jeon quedó en shock, pero no dijo nada la respecto.
—Bien chicos, tengo un anuncio para darles; aunque imagino que ya se hacen una idea —volteó a ver al chico junto a ella antes de regresar a verlos—. Él es Kim Taehyung, su nuevo compañero de clases.
—Un gusto conocerlos a todos —hizo una reverencia—. Por favor, llevémonos bien.
Desde luego que no...
Apoyé mi frente sobre la mesa. Ya podía imaginarme lo que eso significaba.
—Muy bien, Taehyung, toma asiento junto a la estudiante Min.
¿Cómo?
Levanté la cabeza enseguida, encontrándome primeramente con los ojos de la directora.
—(...) pero sepa que no será mi culpa al final.
—¿Entonces de quién? —arqueó una ceja—. ¿De la persona que sujeta la almohada?
—Por supuesto que no —sonreí—, de la persona que está detrás.
Sus labios me regalaron una sonrisa llena de satisfacción antes de dejar el salón.
Entonces usted piensa sujetarla también...
Mis ojos se clavaron en el que ahora sería mi peor castigo, siguiendo cada uno de sus movimientos hasta llegar a la mesa.
—¿Puedo? —preguntó, señalando el asiento. Simplemente aparté la mirada, dejando los audífonos en su sitio. Aquello bastó para tomarlo como un sí. La profesora reanudó la clase y entonces comenzó el verdadero infierno.
Creí que lo único con lo que tendría que lidiar era con las miradas curiosas que recibía a cada rato la nueva "adquisición" del colegio, como le escuché murmurar a algunas. Este chico llamaba demasiado la atención y ni siquiera estaba haciendo nada. Que fastidio... Pero no, también tenía que cargar con el hecho de que mi nuevo "compañero" no era mudo.
—¿Te sorprendió?
Lo ignoré, intentando prestar atención a clase, lo cual era algo nuevo también. Pero prefería eso a tener que aguantarlo a él.
—El hecho de que sea tu nuevo compañero —continuó—. Aquí es (-2) —corrigió en mi cuaderno. Volteé a verle automáticamente, tragándome todas y cada una de las preguntas que tenía para hacerle, pero no la mirada ofensiva. Él me la sostuvo un rato y luego sonrió—. Debí sorprenderte mucho —regresó a sus apuntes. Parecía bastante satisfecho.
—Para nada —yo regresé a los míos.
—Entonces sí hablas —comentó como si fuera una novedad o fuera la primera vez que lo hacía—. Es una lástima que haya que sacarte las palabras cuando tienes una voz bastante interesante —agregó, logrando irritarme, pero me abstuve de contestarle, apretando mi lapiz con fuerza—. Aún lo conservas. Supongo que era tuyo después de todo.
Dejé de apretarlo, bajando la mirada a este. La punta aún se conservaba bastante afilada, ya que es la primera vez que lo uso desde entonces.
—Los lapices son para escribir, también para dibujar. Por eso te lo di.
—¿Qué insinúas? —le miré de reojo, con cautela. Su aclaración no me pareció algo al azar, como ninguna de las cosas que había hecho o dicho hasta ahora. Sin embargo, no recibí respuesta alguna de su parte, tampoco una mirada. Simplemente permaneció en silencio con los ojos fijos en su cuaderno. Decidí entonces que no valía la pena. No debía caer con tanta facilidad. Mejor si es de esta forma.
—Es gracioso como mi teléfono se activa en los momentos justos. —El trazo que estaba haciendo simplemente se estropeó. Me tensé durante unos segundos pero fui capaz de no dejárselo ver. Ni siquiera me estaba mirando directamente pero no se sentía de esa forma. —Me pregunto... ¿qué habría pasado de no haberlo hecho? —entonces sí pasó mirarme directamente y yo le devolví la mirada—. ¿Me dices, por favor? ¿O necesitas que lo haga yo?
Sonreí un instante, sin contestar, para luego enfriar mi expresión hasta el punto de hacerme impenetrable. La suya, por el contrario, se iluminó en una sonrisa que llegó hasta sus ojos. Una sonrisa amigable y extremadamente cálida.
—Estoy encantado de conocerte, Min Yoon Su —ni siquiera me inmuté—. No veo la hora de que seamos amigos.
Yo tampoco, Kim Taehyung... tampoco veo la hora de destruirte en tu propio juego
🍂 EUN GI 🍂
— Quizás debí comprarlos en otro color... —mirando la pequeña caja en mis manos—. ¿Y si este no le gusta? Aunque nunca me dijo cuál era su favorito... ¡Oh! —una sonrisa se apresuró a mis labios apenas verla en la parada.
Es mi oportunidad
Me aferré con fuerza a la caja y reuní valor para acercarme. Creí que sería mejor dárselo fuera de la escuela, por lo que vine hasta la parada cerca de su casa. Cuando por fin di un paso en su dirección recibí una notificación que me hizo detener.
No era común para mí recibir algún mensaje puesto que no tenía amigos aparte de Yoon Su y ella no era de las que les gustaban mantener esa clase de comunicación; aunque tampoco tenía su número... Así que de seguro era mamá. Quizás me olvidé algo en casa.
—No es de ella... —murmuré algo confusa, tocando la notificación para entrar al chat. Era un número desconocido pero el color abandonó mi rostro apenas reconocer el remitente.
#Desc: Más te vale venir hoy a clase, limosnera. La directora de seguro querrá hablar sobre lo sucedido y me gustaría asegurarme de que sabes lo que tienes que decir. Aunque estoy segura de que sí. No te atrevas a faltar o te emparejaré el otro lado. ¡Nos vemos más tarde! <3
Pero qué....
Mis ojos cristalizaron luego de terminar de leerlo. ¿Cómo podía existir alguien tan malo y tan ruin? ¿Y por qué tenía que molestarme de esta forma cuando no le he hecho nada? ¿Por qué? ¿Por qué yo?
—Deberías controlar mejor a tu mascota, Yoon Su.
Recordé sus palabras ese día.
—¿No dices nada, Yoon Su? ¿No quieres saber por qué la trato de esa forma?
¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Qué tengo que ver?
—No culpes a mi buena memoria por los problemas que pueda tener la tuya. (...) Ese no es.
—Eres verdaderamente una molestia. Pero ya me encargaré de disciplinarte después. (...) La pequeña e inicente Eun Gi es nuestra protagonista de hoy.
¿Por qué? ¿Por qué que me escogió? ¿Por qué me hizo pasar por todo eso?
—¿Qué le dijiste?
Simplemente me transporté a la escena como si la estuviera viviendo de nuevo. Mi mejilla sangrando. El dolor que eso me provocó y la impotencia de no poder gritar o hacer otra cosa. El miedo. Ese asqueroso miedo apoderándose de mí, no permitiéndome siquiera moverme. Y su mirada. Su mirada perdida y completamente vacía.
—¿Qué le dijiste?
—¿Tanto quieres saber? Pues está bien, te lo diré entonces. (...) Te lo diré si te arrodillas y besas mis zapatos. Es más, prometo no tocarle un pelo si lo haces.
—¿Y por qué habrías de tocárselo?
—Tontita, Yoon Su —Mi atención pasó a Mi Soo, por fin entendiéndolo. —Estar a tu lado basta para ello y la pequeña Eun Gi firmó su sentencia desde el día que comenzó a hacerlo.
Sin embargo era la primera vez que me ponía un dedo desde entonces. Así que sigo sin entender o quizás no quiero hacerlo.
—(...) si yo no fuera tan débil (...) ella no habría acabado de esa forma!
—¡Wow! ¿Ella en serio hizo eso?
—¿Qué?
—¿Es que acaso no te das cuenta?
Negué con la cabeza. Una sonrisa se apresuró a mis labios apenas lo recordé y me quedé mirando la cajita.
—Tienes una gran amiga, Eun Gi. No todos te defenderían de esa forma —cité sus palabras en voz baja. Una sensación de plenitud y alivio llenó mi pecho—. Tengo una gran amiga. Tengo una gran... —levanté la mirada del suelo, entonces dejé de caer la caja.
🍂🍁🍂
—Eso es todo por hoy, chicos. Nos vemos en la siguiente clase. No se olviden de traer sus trabajos ¿de acuerdo?
—¡De acuerdo!
Todos comenzaron a recoger sus cosas o simplemente salieron corriendo por la puerta para ir a la cafetería. Por el contrario, el resto solo se agrupó en las mesas de siempre como de costumbre.
—Fue super raro verte llegar tarde, Eun Gi. Hasta la profesora se sorprendió.
—¿Qué... —levanté la mirada de mis apuntes, bastante confusa y sorprendida. Sakura, la chica más linda y más popular de mi clase, estaba sentada frente a mí, hablándome casualmente como si lo hiciera todos los días—. ¿M-Me hablas a mí?
—Claro —sonrió—. ¿A quién más sino?
—Eun Gi es muy tímida —comentó Kana, su mejor amiga, que estaba sentada sobre la mesa a mi lado.
—Ahm yo....
—¿Te duele?
Bajé la mirada a mis apuntes apenas Sakura hizo la pregunta. El hecho de haber venido a clases fue por la promesa que le hice a ese chico, pero eso no disminuía la vergüenza que sentía al caminar por todos lados con una venda en mi mejilla, no importaba qué tan bien contrastara con mi piel para que casi no se notara.
—Lo lamento, no era mi intención incomodarte.
—No te preocupes solo... ¿se les ofrece algo? —preferí desviar el tema.
—Voy a serte sincera, Eun Gi —Volteé a verla apenas comenzó a hablar. Se escuchaba como si fuera algo serio. —Eres una buena chica y todos lo notamos, pero que andes con Yoon Su no te ayuda.
—¿Qué? —me tomó muy de sorpresa.
—Al comienzo estaba bien que te acercaras a ella —continuó Kana—, es decir, eras nueva y nadie te hablaba y Yoon Su, ella... la verdad no lo sé, siempre ha sido rara y un tanto escalofriante. ¿Cómo aguantaste tanto tiempo con ella? Es muy antisocial.
—Oigan —no creía lo que estaba escuchando—, lo siento pero si vinieron a hablarme mal de Yoon Su...
—No nos malinterpretes —me interrumpió Sakura—, no es nuestra intención. La verdad es que nadie se anima a decirte nada porque les aterra que Yoon Su se entere y pueda hacerles algo, pero deberías alejarte de ella, Eun Gi. No creo que esto termine bien para ti si continúas con ella —su expresión de preocupación se veía genuina, pero no podía creer que en serio pensaran que Yoon Su podría hacerles algo; o a mí. ¿Es que acaso no vieron que Mi Soo es quien en realidad es capaz de hacer cosas tan malas?
—No es por meterte ruido en el sistema —continuó Kana—. Es que eres una buena chica como para que termines involucrándote con personas como ella. Y no se trata sólo de Yoon Su, también de Mi Soo. Todos saben perfectamente que es la reina de la escuela y que sale con el rey, el gran Park Jimin. Y si te considera un objetivo también tu vida en el colegio será un auténtico infierno, ¿o no ves lo que hace con Yoon Su?
—Es porque los demás se lo permiten... —apreté mis manos con rabia, estrujando mi falda—. Si por fin le hicieran frente ella no...
—Eso solo complicaría las cosas, Eun Gi, ¿qué no lo ves?
—¿Q-Qué quieres decir?
—Quiere decir que mientras Yoon Su continúe siendo el blanco de Mi Soo, todas las demás estaremos bien —me contestó Sakura en su lugar, con una sonrisa amigable como si intentara hacerme entender, pero eso me parecía aún más absurdo—. Si continúas con Yoon Su, Mi Soo te destruirá. Ella ya está adaptaba a lidiar con Mi Soo y ni siquiera se inmuta, pero tú no y ya viste cómo te fue esta vez.
Llevé una de mis manos a mi rostro como acto reflejo.
—Solo eres un juguete para las dos —continuó— y como sigas así, terminarás envuelta en fuego cruzado y lo peor de todo es, que luego de ese incidente, no se sabe cuál de las dos es peor; pero yo que tú no apostaría por Yoon Su.
—Yo tampoco, no está muy bien de la cabeza que digamos.
—¡Basta! —me puse de pie, molesta—. Basta las dos. Dejen de decir esas incoherencia. Yoon Su, ella... ella... —las lágrimas terminaron nublándome la vista.
—No te sientas mal por no poder aceptarlo, Eun Gi —Sakura tomó una de mis manos—. Eres demasiado inocente y de verdad odio que esas dos se aprovechen de eso.
—Oye... —Kana dudó un poco, pero al final terminó soltándolo—, simplemente piénsalo ¿sí? Si te decides estaremos en la cafetería. Si lo que buscas son amigas, puedes unirte a nosotras si quieres.
No respondí. Simplemente tomé la caja y me fui de allí, yendo a cualquier lugar. No me sorprendió donde terminé. Justo a unos metros de la entrada de su salón. Me quedé allí esperando hasta verla salir. Entonces miré la caja en mis manos.
—¿Es que acaso no te das cuenta? Tienes una gran amiga, Eun Gi. No todos te defenderían de esa forma.
¿En serio me defendiste? Lo hiciste ¿cierto?
Levanté la mirada hasta dar con ella. Recién salía del salón y lucía exactamente como siempre. Ningún cambio. Era la misma expresión seria, el mismo caminar, la misma presencia y el mismo desinterés. Quizás era yo quien estaba exagerando todo y me estaba dejando llevar por las opiniones de los demás.
No importa lo que digan los demás. Yo te conozco y sé que no eres una mala persona
Tú jamás me harías daño y me lo demostraste
Él tiene razón, tengo la mejor amiga de todas capaz de defenderme como nadie más. Además, solo tú puedes ser mi amiga
Solo tú y nadie más
Sonreí, sujetando la caja contra mi pecho y entonces di un paso en su dirección.
—¿Vamos a comer juntos?
Me detuve abruptamente.
—Déjame en paz —le esquivó pero él la siguió, sonriente, para luego susurrar algo en su oído que al parecer la molestó aún más; sin embargo, algo se sentía diferente. Su expresión, su caminar, ya no eran los mismos aunque se vieran exactamente igual.
—Solo hice lo que cualquiera haría en mi lugar. Además, no soy nadie para juzgarte.
—Quizás tú no, pero no diría lo mismo de Yoon Su...
—¿Qué quieres decir?
—No es nada —negué con la cabeza, restándole importancia—. Pero qué hay de ti. Me dijiste que comenzabas hoy, sin embargo, aquí estás. ¿No deberías estar en clases?
—Mmm... No lo sé. Quizás porque la persona a la que quería ver no estaba allí.
—Entonces esa persona era... —murmuré, regresando la mirada a ellos. Mis ojos se abrieron desmesuradamente al enfocar el objeto alrededor del cuello de él—. E-Esos audífonos...
Eran los mismos que tenía Yoon Su más temprano, cuando intenté detenerla para darle mi regalo. Haciendo un poco de memoria, más temprano en la mañana, cuando salí de casa y me dirigí a la parada de Yoon Su, también los había visto. Había visto como él apareció de la nada y se los puso. Así como también la sonrisa en sus labios luego de hacerlo.
¿Qué estaba sucediendo? ¿De verdad soy un juguete como decían las otras? ¿De verdad tú también te volverás como todos ellos?
—Yah! ¡Eun Gi! —Volteé a ver detrás de mí tras escuchar ese llamado. Eran Kana y Sakura de nuevo. —¿Vienes con nosotras o no?
Entonces regresé la mirada al frente y palidecí. Ambos me estaban mirando, pero de los dos, los ojos de Yoon Su parecían evaluarme. ¿Qué se supone que debería hacer?
*Notificación de mensaje*
Bajé la mirada al móvil y entonces me di la vuelta, reuniéndome con Sakura y con Kana. Ambas me sonrieron, dándome la bienvenida.
#Desc: La directora nos citará luego del almuerzo. Vete preparando para entonces y haz que sea bien creíble. Incluso llora si tienes que hacerlo.
🍁 YOON SU 🍁
¿Alguna vez has jugado a construir con las fichas del dominó?
—C-Con permiso... —tímida.
—Entra, Eun Gi.
¿Has intentado como la mayoría, colocarlas de manera vertical, una detrás de la otra, dejando el suficiente espacio entre ellas, el justo, el necesario, permitiéndoles tocarse si así lo desean, solo tendrían que tomar una ligera siesta?
—Sabes por qué te llamamos aquí, ¿no es así? —preguntó la directora y ella asintió—. Muy bien, entonces me gustaría que me dijeras exactamente qué sucedió en la cafetería y quién fue la causante de todo.
Sí así lo has hecho, aun si no lo has intentando, el reto mayor consiste en lograr poner todas en una perfecta ilera sin que ninguna se caiga.
—Fue... —la mirada de Eun Gi conectó primero con la de Mi Soo y luego con la mía, pero la aparté apenas lo hizo, no dándole razones para cambiar su testimonio—. Fue Yoon Su... —regresó a ver a la directora—. Yoon Su tiene la culpa de todo.
Pero seamos sinceros, la parte más divertida y la que más amas es verlas caer una detrás de la otra, en una maravillosa reacción en cadena.
—¿Es eso cierto? —la atención de la directora pasó a mi persona mientras que Mi Soo contenía la sonrisa que se morían por esbozar sus labios.
—¿Acaso está dudando de la principal víctima en todo esto? —ni siquiera le devolví la mirada, sólo continué hojeando el libro en mis manos desde la esquina más apartada del sofá.
—Por favor, Yoon Su, tómate esto en serio, porque no sé si te habrás dado cuenta, pero es una seria acusación que pone en riesgo tu permanencia en esta escuela.
—Vaya, ¿ahora está en riesgo mi permanencia? —dejé el libro para voltear a verla, del todo seria—. Me gustaría saber qué la hizo cambiar de opinión.
Y es que justamente de eso se trata. Las variables. Ya sea una nueva o una que ya estaba. Si alguna de ellas se modifica, si la fuente en sí recibe un cambio. Lo hará también la ecuación, dando lugar a una serie de eventos que podrían no ser aquello que un principio estabas buscando.
—¿Directora Kang? —la llamó Eun Gi, al ver la expresión en su rostro mientras miraba su móvil—. ¿Está todo bien?
Porque eso es el caos.
La directora levantó la mirada, clavando sus ojos en mí. Fruncí el ceño.
Lo impredecible.
—Regresen a sus salones —dijo de la nada.
—¿Qué? —Mi Soo saltó de una—. ¡No puede estar hablando en serio! ¡Tiene que expulsarla!
—¡Kim Mi Soo! —la hizo callar—. He dicho que regresen de inmediato a sus salones. —Mi Soo parecía haber olvidado como hablar y no era la única sorprendida por el cambio de actitud tan repentino. —Otra cosa más, señoritas —las tres volteamos a verla antes de salir—, este tema se termina aquí y ahora. No quiero escuchar otra palabra al respecto.
—Pe...
—Ni una, estudiante Kim —la fulminó con la mirada— y si tiene alguna duda al respecto, consúltelo con sus padres cuando llegue a casa. Pueden retirarse.
—Esto es un fastidio... —masculló, chocando hombro con hombro conmigo antes de salir.
Entonces volteé a ver a Eun Gi, que apartó la mirada, avergonzada y luego a la persona detrás de ella que simplemente sonrió, antes de darse la vuelta y desaparecer al fondo del pasillo.
"Yoon Su, ¿sabes lo que es el efecto mariposa?"
*Notificación de SMS*
#Desc: Excelente trabajo. Aquí está la recompensa: Lee Yeom Bi
Sonreí pero no porque tuviera ganas de hacerlo. La sensación tampoco era agradable. Lo hice porque de lo contrario me volvería loca, aunque eso sonara aún más loco todavía.
—Lo sé —murmuré de la nada, atrayendo la atención de Eun, pero la ignoré. Mi sonrisa se sintió cada vez menos cuerda—. Ahora lo sé...
Era esto... el efecto mariposa en sí. Había comenzado y ni siquiera me había dado cuenta. Solo que aún estaba faltando una pieza...
🍂1 Semana Después 🍂
—¿Min? —Escuché una familiar voz llamarme desde atrás.
Dejé lo que hacía en mi locker para voltear a verlo, pero sin girarme del todo. Automáticamente recibí una sonrisa que conocía perfectamente, llena de todo tipo de intenciones.
—Cuánto tiempo sin vernos, preciosa.
Quizás me había adelantado a los acontecimientos...
—Cuánto tiempo sin vernos —le devolví el saludo, pero no la sonrisa—, Park.
Sus comisuras se elevaron un poco más de conjunto con mis ideas. Ya estábamos todos, así que el verdadero juego puede comenzar.
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Holi Holi! ¿Qué tal de finde? Por aquí bastante ocupada. Adiós vacaciones y hola uni de nuevo dentro de un par de días, por dios.... 😅
Ya están todas las piezas sobre el tablero ¿no lo creen? O al menos lo estarán. ¿Qué les parece? ¿Acaso la mariposa hizo el efecto deseado o agitó tan fuerte las alas que todo caerá en el caos antes de colocar la última pieza del dominó?
Por cierto, aprovecharé para anunciarles algo. Abrí una cuenta nueva de IG para expandir esta parte de la galaxia. Se llama s.o.saturno_ideas y su contenido girará en torno a Beautiful Scars y a Blessed-Cursed, que es la nueva historia que comencé a subir este miércoles.
La cuenta constará de fragmentos, frases, datos sobre los personajes y avances de futuros capítulos, además de notas y pensamientos random que se me pasan por esta cabecita galáctica. Los espero por allá ☺️
Estoy super agradecida con ustedes por leerme, así que espero su apoyo en esto y en proyectos futuros. Seguiré esforzándome para traerles buenas historias, o al menos para ayudarlos a desconectar un rato y dejar volar la imaginación.
Love U y feliz finde ♡
Saludos 🪐
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