10.Sshh
"No hay silencio que dure 100 años, ni labios que lo resistan"
(versión propia de la popular frase "No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista")
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
🍂 EUN GI 🍂
Kana: << ¿Y entonces qué sucedió? >>
Kana: << Cuenta todo de una vez Sakura! >>
Sakura: << Hahahahaha >>
Sakura: << Ya te dije que no pasó nada. Solo se acercó para pedirme mi número, es todo >>
Kana: << Omo! Omo! Omo!* >>
Sakura: << Hahahahaha >>
Sakura: << Mira que eres exagerada! >>
Kana: << Por favor!! Se te acerca uno los chicos más lindos de la escuela para pedir tu número ¿y dices que exagero? >>
Kana: << ¿Sabes cuántas chicas desearían que Taeyong o algún otro chico del equipo de básquet le prestara atención? >>
Sakura: << Déjame adivinar... ¿Muchas? >>
Kana: << ¡¡¡Todas!!! >>
Sakura: << Hahahahaha >>
Sakura: << Taeyong es lindo, pero no es mi estilo >>
Kana: << Entonces sí tienes un tipo ideal... >>
Kana: << ¡Di ya quién es! >>
Sakura: << Solo les diré cuando me asegure de que también le gusto >>
Kana: << ¡Eso no es justo! >>
Sakura: << Hahahahaha >>
Sakura: << No te pongas impaciente, ya les contaré aunque... >>
Sakura: << Eun Gi, ¿estás ahí? ¿Por qué no contestas o dices nada? >>
Kana: << Oh! Es cierto! >>
Kana: << Eun Gi!!!!! ¡¡Vuelve!! >>
Sakura: << No se fue, sigue ahí. Los mensajes le llegan e incluso dan como leídos >>
Sakura: << Tengo una idea, dame un segundo >>
Mi móvil comenzó a sonar de la nada, sorprendiéndome. El nombre de Sakura estaba escrito en la pantalla y decidí tomarle la llamada creyendo que había sucedido algo, ya que no solía llamar por gusto.
Con Kana, por el contrario, era otra historia. Me llamaba hasta para contarme lo adorable que se veía su perro mientras dormía.
—¿Sí?
—¿Contestas mi llamada pero no los mensajes del grupo?
—¿Qué?
Quedé algo descolocada por su pregunta repentina, pero luego recordé que habíamos quedado para chatear a esta hora. Incluso había entrado al chat y recordaba haber escrito algo, pero simplemente dejé de hacerlo en algún momento.
¿Qué me estaba sucediendo? No era la primera vez que hacía algo como esto y no podía evitar hacerlo cada vez con más frecuencia.
—Eun Gi, ¿sigues ahí?
—¿Eh? —regresé a mis sentidos al escuchar su voz nuevamente—. Yo... Lo siento, me distraje con los deberes.
Volteé a ver sobre mi escritorio. Mis libros estaban abiertos y mis deberes a medio hacer. Ni siquiera en eso lograba concentrarme.
—No pasa nada, Eun Gi. No te estoy retando. —Se escuchaba sincera y me hablaba con su tono amable de siempre. —Solo estoy algo preocupada porque no es la primera vez que dejas de escribir de la nada. ¿Está todo bien?
—Sí, claro. Me distraigo mucho últimamente, es todo.
—¿Segura? Porque si sucede algo sabes perfectamente que puedes contármelo. Para eso estamos las amigas.
—Yo... —dudé durante un segundo, pero las palabras se atoraron en mi garganta—. Lo sé, gracias, pero de verdad todo está bien.
—De acuerdo, si tú lo dices. No insistiré. —Agradecí internamente por eso. —Bueno, ¿quedamos mañana de desayunar juntas en el café cerca de la escuela o volverás a decirme que tienes algo que hacer a esa hora?
Una sonrisa un tanto apenada se formó en mis labios.
—Lo siento por eso. Desde que me uní al club de literatura he estado bastante ocupada antes y después de clases.
—No seas tonta, solo bromeo contigo. La verdad me alegra mucho de que por fin te decidieras a hacer algo que te guste. Estoy segura de que con Yoon Su no era así.
Me removí en el lugar, incómoda.
—Bueno, te dejo. Tengo que acabar los deberes. Nos vemos mañana en el café.
Estoy segura de que escucharme decir eso la puso contenta y su forma tan alegre de despedirse antes de colgar me lo confirmó.
—¡Hasta mañana!
Dejé ir un suspiro colocando mi móvil sobre el escritorio, agradecida porque mi tonta excusa hubiera funcionado. Luego volteé a ver mis deberes. No tenía ganas de terminarlos y eso no era propio de mí.
Últimamente me he estado comportando muy diferente y me la he pasado evitando a las chicas. Sé que ellas tenían las mejores intenciones, pero algo no me dejaba abrirme del todo.
Entonces mis ojos terminaron aterrizando sobre cierta cajita que jamás llegué a entregar, recordándome la escena de esta mañana, cuando rechazó mi petición de hablar.
Subí mis pies en la silla y abracé mis rodillas, imaginándola caminar sola por el pasillo como la había visto hacer en esta semana.
Apreté con fuerza mis rodillas y fruncí los labios.
Lo siento... te estoy haciendo exactamente lo mismo...
—La cena está lista, cariño —mamá entró en mi habitación rompiendo mi burbuja y se detuvo junto a mí—. ¿Terminaste los deberes?
—Aún no.
—Bueno, los terminas luego de cenar —acariciando mi cabello—. Vamos, preparé tu comida preferida.
—Mamá... No tengo hambre. Por favor, ¿puedo saltarme la cena solo por esta vez?
—¿Sucede algo? —preguntó y negué con la cabeza—. Eun Gi, cariño, ¿cuándo me contarás las cosas? Si no me dices lo que está pasando, no podré ayudarte.
—Es que... —aparté la mirada—, no lo sé. Solo no tengo hambre.
—Mírame —me obligó a hacerlo, con gentileza—. Mi pequeña —acunó mi rostro, acariciando mis mejillas con sus pulgares—. Mamá siempre va a estar aquí para ti, no importa qué y estoy segura de que tus amigos también. Así que no te cierres o guardes las cosas para ti. No te hará bien. Y si no puedes contarme a mí, entonces por qué no le cuentas a tus amigos.
—¿Qué amigos? —dejé escapar sin darme cuenta. Mis ojos cristalizándose. Pero nada más lo hice me apresuré a negarlo—. ¡Mamá, yo...
—No pasa nada, cariño —sonrió dulcemente—. Pero creo recordar que mencionaste a una chica una vez. Yoon Su, ¿puede ser?
Asentí.
—Entonces por qué no hablas con ella. Me dijiste una vez que era muy buena contigo. Estoy segura de que estará encantada de escucharte.
Sentí mis ojos picar de nuevo pero me aguanté. No quería preocuparla con mis problemas. Ya tenía suficiente con el trabajo, la casa y las cuentas.
—Claro —me esforcé por sonreír—. Hablaré con ella mañana.
Mamá me abrazó y yo le devolví el abrazo.
—Espero que algún día me la presentes. Ya quiero conocer a la amiga tan linda que cuida de mi pequeña —se apartó para pellizcar mi mejilla—. ¿Te animas a comer aunque sea un poquito? Anda, acompaña a tu madre en la mesa al menos.
—De acuerdo —sonreí, poniéndome de pie para luego abrazarla de lado—. Comeré solo un poco.
—Esa es mi bebé —me estrechó con fuerza.
—Te quiero, mamá —murmuré algo avergonzada.
—Yo más, mi niña —besó mi frente—. Yo más.
🍂🍁🍂
Desperté gracias a una notificación en mi móvil, ya que ni siquiera escuché la alarma. Anoche me había acostado tarde intentando concentrarme en terminar todos mis deberes y debo admitir que era la primera vez que me costaba tanto terminarlos a tiempo.
Aun acostada sobre mi cama, tomé mi teléfono y me quedé mirando el mensaje de Sakura, notificación que había sido la responsable de despertarme; aunque no era el único.
Sakura: << GM, Eun! Ya estoy frente al café. No tardes <3 >> (hace 30 minutos)
Sakura: << Eun Gi ¿por qué tardas tanto? ¿Está todo bien? >> (hace 10 minutos)
Sakura: << ¿Se puede saber dónde estás? No vas a dejarme plantada ¿o sí? >> (justo ahora)
Hice mi móvil a un lado y me cubrí por completo con las sábanas. Me sentía desmotivada y sin ganas de nada por algún razón. Sin embargo, mi teléfono comenzó a sonar de la nada, sorprendiéndome y haciéndome salir de abajo de las sábanas.
Llevé una de mis manos a mi pecho notando cómo mi corazón se había acercado del susto repentino mientras mis ojos veían el nombre de Sakura en la pantalla.
—Debe de estar furiosa... —murmuré, apagando la pantalla e ignorando la llamada—. Lo siento pero yo no...
Mis ojos cristalizaron y sentí unas ganas horribles de llorar. ¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso estaba descompuesta o algo?
Mi móvil volvió a sonar y lo miré como si algo terrible fuera a pasar si tomara la llamada, así que me levanté de la cama y salí al baño, cerrando la puerta detrás de mí y pasando el seguro. ¿Por qué tenía tanto miedo de repente?
—Claro, yo se lo diré.
Escuché la voz de mamá hablar muy animadamente con alguien por teléfono mientras preparaba el desayuno.
—Es que se levantó un poco tarde. Anoche trasnochó haciendo los deberes.
Fruncí el ceño al escucharla decir eso. ¿Con quién hablaba sobre mí?
—Está bien, Sakura. Un placer para mí también —colgó y fue entonces que reparó en mi presencia—. ¡Oh! Buenos días, cariño. ¿Cómo dormiste? —me sonrió—. Por cierto, ¿por qué no me dijiste que hoy saldrías con tu amiga? De haberlo sabido voy y te despierto. La chica estaba muy preocupada porque no aparecías.
Ni siquiera escuché con claridad nada de lo que dijo. Me perdí en la parte en la que el nombre de Sakura dejó sus labios. ¿Cómo era posible que la conociera si nunca le había hablado de ella o de Kana?
—Mamá... —Mis ojos se abrieron desesperadamente al ver que era mi móvil el que estaba en una de sus manos. —Tú... ¿respondiste mi teléfono?
—Claro, cariño. No dejaba de sonar. Supuse que era algo importante por la insistencia.
—Pero tú... —Por un momento sentí como si todo mi mundo estuviera a punto de derrumbarse. —¿D-De qué hablaste co-con Sakura?
Mamá frunció el ceño y se acercó a mí, dejando mi móvil en mis manos.
—Eun Gi, cariño, estás muy rara últimamente. ¿Hay algo que te esté preocupando?
Miré al suelo, incapaz de contestarle. Mi cabeza no dejaba de pensar en Sakura hablando por teléfono con mi mamá. ¿Acaso Sakura se habría dado cuenta?
—Eun Gi —la escuché suspirar—, cariño ¿por qué no me dijiste que tenías más amigos? Esa chica Sakura parece una buena chica y no sabes lo preocupada que estaba por ti. Dime, si habían quedado para verse temprano, ¿por qué aún estás aquí en lugar de estar con ella? ¿Qué está sucediendo contigo últimamente? ¿A qué le tienes tanto miedo?
Esa última pregunta me hizo tensarme y recordar cosas que preferiría haber olvidado.
"Más te vale cooperar, limosnera"
"Tú, sin mí, no eres nada"
—¿Y si no soy suficiente? —murmuré de la nada, sin siquiera notar las lágrimas que se desprendieron de mis ojos en algún momento—. ¿Y si no me aceptan? ¿Y si no...
Mamá me abrazó de la nada, tomándome por sorpresa.
—No lo sabrás si no les das una oportunidad, cariño —acarició mi cabello con ternura—. Dices que no tienes amigos Eun Gi pero, solo un amigo se preocupa como lo acaba de hacer esa chica. Otra persona pudo haberse dado por vencida, pero ella insistió hasta que alguien le levantara el teléfono y por su tono de voz, estaba más preocupada que molesta, si es eso lo que tanto temes.
—¿No estaba molesta? —pregunté incrédula, apartándome de ella.
Mamá negó con la cabeza con una sonrisa dulce en sus labios.
—No lo estaba, cariño y estoy bastante segura de que aún te está esperando en el café. Así que por favor, dale una oportunidad.
—Yo... de acuerdo. Iré con ella.
Mamá me abrazó nuevamente, diciendo que estaba orgullosa de mí. Sin embargo, la sensación que me embargaba era todo lo contrario. Sobre todo cuando mamá dijo que la quería conocer. Entonces tuve que mentir, diciéndole que quizás algún día.
🍂🍁🍂
—Un Ice Americano para mí y un Moca Latte de Vainilla para ella, por favor. ¿Qué hay de ti, Eun Gi?
Sakura volteó a verme pero negué con la cabeza ligeramente, diciendo que estaba estaba bien.
—Traiga un chocolate caliente para ella. Eso será todo, gracias.
—De acuerdo. Enseguida regreso con su pedido.
La muchacha se marchó con nuestro pedido, dejándonos solas. La incomodidad me embargó nuevamente y esperaba que Kana dijera algo para aligerar el ambiente.
Tal cual mamá había dicho, Sakura me había esperado fuera del café, acompañada por Kana que, como el profesor del primer turno no se había presentado, pues decidió hacerle compañía a su amiga en lo que yo llegaba.
Aunque Sakura había dicho que no, sabía que en el fondo estaba algo molesta conmigo.
—Lo siento... —murmuré de la nada, rompiendo el incómodo silencio.
—Ya te he dije que no estoy molesta, Eun Gi, solo... —dejó ir un suspiro y volteó verme.
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y al parecer ella lo notó, porque frunció el ceño como si no entendiera mi reacción o quizás como si intentara hacerlo.
Rápidamente aparté la mirada, con el temor de dejarle ver lo que en realidad estaba sintiendo: miedo. Miedo de que se enojara conmigo y tuviera que repetir todo de nuevo.
—Es Yuta —dijo Sakura de la nada, cambiando el tema drásticamente y me llevé una sonrisa amable por su parte cuando volteé a verla.
—¿Yuta? —Kana frunció el ceño, confusa—. ¿Por qué mencionas a ese estirado de la nada? Aunque... ¡Espera! ¿No me digas que ese es el chico que dijiste que te gusta?
Sakura dejó ir un suspiro.
—Sabía que reaccionarías de es forma, por eso no te lo quería decir.
—¿Nakamoto Yuta? ¡Tienes que estar de broma Sakura!
—¿Por qué? Porque me gustan los estirados, según tú —Negó con la cabeza. —Yuta es un poco serio, es verdad. Pero eso es lo que lo hace diferente al resto del grupito. Taeyong, Minhyun, Ji Yung y por supuesto Jimin, todos son guapos pero carecen de cerebro y de responsabilidad afectiva. Yuta, por el contrario, no es así.
—No, claro que no, es un iceberg y un aguafiestas.
Sakura puso los ojos en blanco, pero prefirió no prestarle atención y volteó a verme.
—¿Qué hay de ti, Eun Gi? ¿Qué clase de chicos te gustan?
Mis mejillas ardieron ligeramente por la repentina pregunta, haciendo que mi sonrisa por la discusión tan divertida entre ellas dos, desapareciera.
—A mí me gustan sexys como Jimin y algo alocados como Taeyong —respondió Kana en mi lugar y lo agradecí, porque eso desvió la atención de mí.
—Todos sabemos lo básica que eres, Kana —le dijo Sakura, por supuesto en broma. Solo que no creo que hubiera reaccionado de la misma forma si hubiera sido yo quien hubiera mencionado que le gusta alguien como Jimin; mucho menos luego de escuchar su opinión al respecto.
—Básica y todo pero no ciega, mi amiga. ¿O no has visto los labios de infarto que tiene Jimin? —suspiró frustrada—. Como odio la suerte que tiene Mi Soo que los puede disfrutar cada que se le antoja.
Sakura rió.
—Tienes razón. No se puede negar que el chico tiene algo especial, pero sigo creyendo que Yuta es mucho mejor.
—Claro, entre estirados se entienden —bromeó Kana y Sakura le lanzó una mirada asesina.
De la nada ambas voltearon a verme, sorprendidas. Había estallado en risas sin poder contenerme y no recordaba cuándo había sido la última vez que había reído de esta forma. Ellas voltearon a verse con una sonrisa y luego me acompañaron hasta que logré calmarme.
Me alegra haberles dado una oportunidad...
—Con permiso. Aquí tienen su pedido —la muchacha de antes regresó, dejando los vasos sobre la mesa, delante de cada una.
—Por cierto, Eun Gi —habló Sakura de la nada mientras recibía su Ice Americano—, con todo esta locura me olvidaba decirte.
—¿Qué cosa?
—Sobre tu mamá.
Me paralicé apenas la escuché mencionarla y mi bebida, que estaba a punto de recibirla de la muchacha de antes, cayó sobre la mesa, derramándose y llegando hasta donde Sakura, que se levantó rápidamente, exaltada.
—¡Pero serás idiota! —exclamó apenas ver su uniforme—. Mierda, ¡está caliente!
Kana tomó rápidamente una servilleta y la ayudó a limpiarse. Mientras que yo quedé en shock, mirando la escena.
—¿Por qué no te fijas en lo que haces?
—Lo siento mucho, señorita. —La muchacha que nos había traído las bebidas bajó la cabeza, avergonzada.
—¿Y te quedas ahí sin hacer nada? —Sakura la miró entre incrédula y molesta.
—E-Enseguida le traeré algo para limpiarlo —se apresuró a ir detrás del mostrador.
—Empleada incompetente... —masculló Sakura mientras veía su uniforme—. Demonios, ahora tendré que volver a casa y cambiarme de ropa.
—Cálmate un poco, ¿quieres? Le puede pasar a cualquiera —Kana intentó calmarla—. No dejes que se te suba a la cabeza. ¿Verdad, Eun Gi? —volteó a verme—. ¿Eun Gi? —confusa—. Yah! ¡Eun Gi! ¿Adónde vas?
Ni siquiera me di la vuelta. Simplemente huí lo más lejos posible de allí.
No creo que hubiera sido tan estúpida como para pensar en darles una oportunidad. Pero lo que más me preocupaba en estos momentos, era cómo iba a mirarlas a la cara o qué excusa me inventaría para justificar mi actitud de recién, sin levantar sospechas o tener que decir más de lo necesario.
Estaba claro que esto no iba a funcionar... La necesitaba a ella y solo había una persona capaz de ayudarme con eso.
🍂🍁🍂
*Llamada entrante: Sakura*
Miré la hora en mi móvil, algo nerviosa, obviando el nombre de Sakura en la pantalla.
De seguro me estaba buscando porque luego de que ambas volvieron del café y al parecer después de ir a casa de Sakura para que se cambiara de ropa, ya que su uniforme estaba intacto, pues me disculpé para ir al baño y jamás regresé para la siguiente clase.
Estaba claro que las estaba evitando y estaba segura de que ellas lo habían notado, pero es que aún no se me ocurría algo lo suficientemente creíble e ingenioso que justificara mi actitud en el café sin levantar sospechas y sin llevarlas a hacer preguntas innecesarias y mucho menos después de ver la actitud de Sakura con aquella pobre muchacha cuando ni siquiera había sido su culpa, sino mía por andar de distraída.
Si así la trató a ella, cómo lo haría con mi mamá si la conciera y supiera de su trabajo. ¿Qué sucedería conmigo luego de eso?
Negué con la cabeza, intentando alejar esos pensamientos, solo para concentrarme en la locura que estaba por hacer.
Si enfrentar a Sakura y Kana ya me ponía nerviosa, pues esto me hacía sentir insegura y un tanto extraña ya que no era algo propio de mí, pero había alguien con quien necesitaba hablar desesperadamente y estaba segura que era la única persona que me podría ayudar en estos momentos. Así que decidí esperarlo fuera de su salón o de lo contrario no tendría otra oportunidad.
La campana sonó justo en ese momento, anunciando el final de la clase y el comienzo del descanso corto.
Todos comenzaron a salir de sus salones. Era ahora o nunca.
—¡T-Taehyung... —la llamé algo tímida, aunque me arrepentí.
Salía del salón con una resplandeciente sonrisa mientras hablaba a gusto con sus compañeras.
Mordí mi labio inferior y me lo pensé mejor, por lo que decidí darme la vuelta antes de que metiera la pata.
—¡Oh! ¡Eun Gi!
Me detuve abruptamente apenas escuché su voz llamarme y para cuando logré reaccionar, ya le tenía delante.
—¿Me buscabas? —ladeó la cabeza en busca de mi mirada. Una sonrisa amable adornaba sus labios, haciendo que mis mejillas se calentaran.
—N-No, digo... —nerviosa—. So-Solo te vi y pensé en saludar.
—Mmm... Vale —no pareció creerlo pero simplemente lo dejó pasar—. ¿Almuerzas más tarde con nosotros?
—Con... ¿nosotros? —pregunté algo confusa—. ¿A qué te refieres con nosotros?
—A Yoon Su y a mí —respondió como si fuera obvio—. ¿Te animas? Me gustaría mucho que los tres nos lleváramos bien.
—Pero... —no estaba procesando nada bien esta información.
Yoon Su no me hablaba y no era para menos, ya que mentí y la inculpé frente a la directora cuando debí defenderla como ella lo había hecho conmigo. Soy la peor de las amigas y me merecía su desprecio...
—Yoon Su te extraña —me confesó de la nada—, aunque no lo diga, pero lo hace.
Me sobresalté un poco. Primero porque se había acercado de la nada para poder susurrarme eso y no quería que notara el calor en mis mejillas y segundo, porque me costaba creer lo que decía; aunque en el fondo me moría porque fuera cierto ya que era justo eso lo que estaba buscando.
—Hablo en serio —reafirmó, quizás porque notó mi expresión de "¿Estás bromeando conmigo?" —. Sabes que no jugaría con algo como eso.
—Pero... —logré articular palabra—. ¿Ella te lo dijo?
Él negó con la cabeza.
—¿Entonces qué te hace pensar eso?
—Porque tengo un sexto sentido para estas cosas —bromeó y yo arqueé una ceja—. Comparto asiento con Yoon, Eun Gi —dijo nuevamente, esta vez más serio—. Prácticamente me paso el día con ella. Cree en mí cuando te digo que no debes darte por vencida con ella.
—¿Pero entonces por qué no viene ella a mí? —aparté la mirada, desilusionada.
—Quizás porque está esperando a que des el paso tú.
—Pero ayer me acerqué y le pedí hablar y me dijo que no.
—Yoon Su es diferente, Eun Gi —dijo suavemente—. ¿Crees que cederá tan fácil?
No contesté a eso, pero tampoco era necesario.
—Seré sincero contigo, Eun Gi y te pido disculpas de antemano porque lo que diré no te gustará. Pero en tu lugar, dejaría el orgullo de lado y me esforzaría por recuperar su amistad, después de todo, si lo analisas bien, no es ella quien debe pedir perdón.
Sus palabras me golpearon tal cual dijo que lo harían, pero era consciente de que tenía toda la razón. Era yo quien había fallado y acabado con nuestra amistad. Era yo quien debía pedir perdón.
—¡Eun Gi! —escuché la voz de Kana llamarme desde atrás.
—M-Me tengo que ir —dije rápidamente—. Pe-Pero gracias, Tae.
—No necesitas agradecer. Solo piensa en lo que te dije. Recuerda, un voto de confianza.
Se despidió con una sonrisa, dejándome con aquellas palabras dando vueltas en mi cabeza.
—¿Qué pasa contigo? —cuestionó Sakura apenas ambas llegaron a donde estaba—. No regresaste a clases, te fuiste del café sin decir nada, te comportas muy extraño desde esta mañana y... Espera, este salón es...
Frunció el ceño apenas reconocerlo y volteó a verme del todo molesta.
—¿No me digas que viniste a hablar con Yoon Su? —incrédula—. No puedo creer que en serio quieras dar marcha atrás después de haberte librado de ella. ¿En serio quieres volver a pasar por lo mismo?
Señaló mi mejilla, recordándome lo que Mi Soo me había hecho. Ya casi no había rastro pero aún quedaba una pequeña marca.
—Y-Yo... —Sentí mis manos sudar y no supe qué decir.
—Claro que no, Sakura —rió Kana, aliviando la tensión en el ambiente—. ¿Qué no viste con quién estaba hablando antes de que llegáramos? Hasta yo me salto una clase por eso. Tienes muy buen gusto, Eun Gi —me regaló un guiño y una sonrisa pícara.
Mis mejillas enrojecieron.
—N-No es lo que piensan —me apresuré a aclarar—. S-Solo hablábamos. Le daba las gracias por ayudarme con algo, es todo.
—Sí, claro. —Kana me dio otro guiño. Estaba claro que no me creería. —¿Desde cuándo son tan cercanos?
—N-No somos cercanos.
—No era eso lo que parecía. ¡Anda, cuéntanos! —me dio un sugerente codazo en las costillas—. ¿Te gusta?
—¿Qué? —quedé en shock por la repentina pregunta pero me bastó para comprender algo.
Extrañaba a Yoon Su.
La extrañaba horrores porque con ella todo era más fácil y sin segundas intenciones que me costaban tanto identificar.
—¡Cla-Claro que no! Él no me gusta, no... ¡Deja de meterte en mis asuntos! —estallé finalmente.
—Tranquila —Kana retrocedió, algo azorada—. No tienes que ponerte así... solo bromeaba.
Sakura también me miraba como si no me reconociera, pero había algo más en su mirada. Algo que reconocía.
—Yo... —di un paso atrás, dándome cuenta de la estupidez que había hecho—. Yo...
Simplemente me di la vuelta y me alejé rápidamente; prácticamente me fui corriendo de allí.
—Yah! ¡Eun Gi!
Escuché la voz de Kana, pero no me detuve o me di la vuelta. Ellas tampoco me siguieron y agradecí por eso. Lo agradecí porque no soportaría que me vieran llorar, sobre todo luego de ver en sus rostros la misma expresión que vi una y otra vez en el pasado, cuando todos me juzgaron y arremetieron contra mí por haber utilizado a Hanna como supuestamente ella les había hecho creer. Esa expresión que indicaba que no merecías ser salvado, no importa si fueras culpable o no.
Supongo que no soy más que una tonta que no aprende de sus errores. Ellas jamás me aceptarían y jamás me entenderían. Nadie jamás lo haría, porque por alguna razón, en el fondo, a todos no les importaba nada más que hurgar en tu vida y encontrar algo en ella que pudiera ser usado en tu contra.
Claro, a todos menos a...
—Los odio... —murmuré mientras abría la puerta para salir a la azotea—. Los odio a todos...
Mi rostro debía de ser un verdadero desastre y las lágrimas continuaban cayendo sin parar. Ya no podía soportarlo más. Esta presión...
Llevé mis manos al centro del pecho y apreté fuerte, estrujando la tela de mi blusa mientras daba pasos dudosos hasta la barandilla.
—Los odio. Los odio a todos —sollocé—. ¿Por qué... ¿Por qué tienen que juzgar por todo? ¿Por qué no pueden dejarme en paz? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿Por quéeeeee?! —grité hasta doblarme, al punto de arrodillarme y apoyar las manos en el suelo—. ¿Po-Por qué...
Observé mis lágrimas caer y mojar el suelo, hasta el punto de ceder y tocarlo con mi frente.
—Estoy harta. Estoy tan harta... —levanté la mirada y observé la barandilla—. Tan harta...
Aquel tipo de pensamiento que jamás creí tener, apareció como solución para todos mis problemas. Así que me puse de pie y di un paso hacia delante.
—Yo también estoy harto —dijo una voz detrás de mí, sorprendiéndome al punto de hacerme detener.
Me cuerpo se sacudió y mis ojos se abrieron desmesuradamente, ya que le había reconocido sin necesidad de voltearme.
De todas las personas que podrían ser, ¿por qué tenía que ser justamente él? ¿Por qué tenía que verme en este estado tan patético?
—Tan harto que podría saltar desde aquí arriba.
Me tensé, sobre todo cuando le escuché acercarse hasta rodearme y quedar frente a mí.
—Pero ninguno de los dos haremos eso ¿verdad que no?
Mantuve la mirada clavada en el suelo, incapaz de verle a los ojos. Mucho menos cuando los míos amenazaban con desbordarse de nuevo.
—Eres más fuerte que eso, Eun Gi.
Mis ojos se abrieron desmesuradamente porque no creí que conociera mi nombre. Solo habíamos intercambiado palabras en dos o tres ocasiones, pero nunca lo suficiente como para poder llamarlo una conversación como tal.
Una de sus manos tomó con delicadeza mi mentón y me obligó a verlo a los ojos.
—Sea lo qué sea, no vale la pena dar tu vida por ello.
Mis lágrimas cayeron pero no pude dejar de verle a los ojos. A esos ojos que me miraban con una dulzura y aprecio que jamás había visto antes.
—Además, no es sólo tu vida la que terminarías arruinando.
Entonces lo entendí. Mis lágrimas se precipitaron con fuerza y caí nuevamente de rodillas al suelo.
—Yoon Su... —murmuré a duras penas—. L-Lo siento tanto... Yoon Su.
Perdóname, casi te dejo sola...
🍁 YOON SU 🍁
—Gra-Gracias por todo y lamento si...
—No te preocupes —la interrumpió con una sonrisa.
—Yo... creo que debería irme...
—Eun Gi —La detuvo y ella volteó a verlo. —Por favor no vuelvas a hacer algo como eso de nuevo ¿de acuerdo?
Ella se le quedó mirando, quizás algo sorprendida pero evidentemente avergonzada. En cambio, la sonrisa en los labios de él era reconfortante, al punto de transmitirle la seguridad y el apoyo que necesitaba.
—Pase lo que pase —acercó una de sus manos al rostro de ella para acomodar un mechón rebelde de cabello detrás de su oreja mientras los ojos de él seguían el movimiento de su propio gesto—. Pase lo que pase esa nunca debe ser una opción ¿está bien?
Le dedicó una mirada suave pero a la vez firme.
—Solo aguarda un poco más la próxima vez. Los finales felices tal vez tarden, pero apuesto a que tarde o temprano tendrás el tuyo.
—Yo...
Eun Gi se limitó a mirarlo sin saber qué contestar. Sus mejillas ardiendo, quizás por lo irreal del momento.
—De-Debería irme —logró decir apenas sin poder apartar los ojos de él.
—De acuerdo —asintió él, dando un paso atrás para dejarla marchar.
Eun Gi volteó a verlo por última vez, recibiendo una sonrisa que la obligó a apartar la mirada antes de dejar la azotea a pasos un poco apresurados pero a la vez tímidos.
—Ya puedes salir.
Le escuché decir apenas quedar solos.
—Tengo que admitir que estoy profundamente sorprendido, por un momento creí que llamaría el nombre de la madre, pero en realidad fue el tuyo; interesante.
Sus ojos se detuvieron en los míos apenas llegué a donde estaba. Una sonrisa juguetona no tardó en formarse en sus labios. Una sonrisa que no devolví.
—¿Dónde nos quedamos?
Intentó acercarse con segundas intenciones pero la mirada que le di lo hizo reaccionar por fin, dándole la carta blanca que necesitaba.
Automáticamente sus brazos me rodearon.
—Mierda, Min... —le escuché sollozar, estrechándome aún más fuerte—. Mierda...
Levanté una de mis manos pensando en devolverle el abrazo, pero la regresé al costado de mi cuerpo y simplemente me quedé de esa forma hasta que él terminara.
No iba a hacerle más daño del que ya estaba sufriendo.
🍂🍁🍂
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Omo!: expresión utilizada para denotar asombro. Similar a "OMG!", "Oh My Gosh"
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Holi Holi! ¿Qué les pareció el capítulo? Las personas pueden ser algo complejas ¿verdad? Y mucho más cuando la situación se nos escapa de las manos. Entonces solo vamos en reversa, alimentando a ese monstruo que tenemos dentro hasta dejarle devorarnos.
Supongo que Eun Gi está llegando a su límite y le cuesta discernir en quién confiar y quién no pero... ¿Será que en realidad Kana y Sakura no merecen una oportunidad?
Por otro lado, ¿cómo afectará a Yoon Su la reacción desesperada de Eun Gi?
¿Y qué hacía en ese momento en la azotea con ese chico? ¿Coincidencia?
¿Y por qué él reaccionó de esa manera con ella, lanzándose a sus brazos y llorando de esa forma?
¿Será que Yoon Su por fin sentirá pena por alguien?
Bien, solo tres cositas más y los dejo:
1. No te guardes nada, porque para cuando explotes, podrías hacerlo de la peor manera
2. No juzgues antes de intentar y mucho menos por tu pasado. No todos merecen estar en el mismo saco
3. Somos humanos, por lo que no somos perfectos. Así que jamás se te ocurra poner una etiqueta solo por una reacción primitiva
Recuerda, es solo cuestión de perspectiva 🤫
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro