𝙾𝚌𝚑𝚘 ☺︎︎
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- Y así fue - terminó Mina hacia la pareja la cual estaba intentando procesar lo de la títere.
Nayeon seguía yendo de aquí allá por la cabaña disfrutando de su libertad, con Akiko apenas y podía caminar libremente por una habitación.
- Y... ¿las muñequeras? - preguntó Tzuyu al ver cómo una lámpara cayó en el suelo.
- ¡Las muñequeras! - gritó Nayeon y como rayo salió de la sala hacia el sótano.
Mina reaccionó segundos después y salió corriendo detrás de la títere. Si no toma las muñequeras, la títere será libre, y eso no es malo pero la títere no sabe mucho de este año. Sus padres la visitaran mañana y no quiere que la títere haga algo para alertarlos o que hagan algo con ella.
Pudo alcanzarla y tomar las muñequeras antes, afortunadamente.
- Quieta - ordenó cuando se las puso bien y la titere cayó al suelo sentada.
- Ay, así qué chiste - sin hacerle caso la llevó de nuevo a la sala donde estaba Sana abrazada a Tzuyu, esperando a Mina.
- Bueno, las muñequeras son con las que le puedo ordenar todo. Ya antes de cenar me iba a contar por qué es así, así que, cuenta - dejó a la títere frente a ellas sentada en la mesa y ellas en el sofá.
- Espera - interrumpio Sana - ¿Cuál es tu nombre? - Mina se dio cuenta que ni eso sabía.
- Nayeon - respondió.
- ¿Im Nayeon? - preguntó la menor.
- Sí, está en el libro - y Mina se regresó por el libro - Ahí tiene cómo funciona todo lo que trata de mí y cómo mi anterior Dueña me encontró - suspiró al recordar a Akiko.
- Cuenta tu historia, la que me contarías antes de la cena - ordenó Mina y Nayeon acató sin rechistar.
- Yo era una niña, tenía mínimo siete años cuando me secuestraron.
Flashback
La pequeña Nayeon jugaba en el patio de su casa con piedras y palitos que encontró junto a un niño de vecino.
Recuerda que anoche sus padres hablaron con los vecinos para que ella y el niño sean amigos y en algún futuro se casen.
Tonterías.
- ¿Tienes mascotas? Yo tengo un perrito - habló el tal Jungkook, tenía unos dientitos de conejo como ella, pero no se le notaban tanto como a ella, y parecía que él no sabía la intención de sus padres. Que inocente.
- Tenía, murió hace poco - contestó Nayeon construyendo una casita, para el grillo que tenía, con los palitos y piedras.
- Oh - el pequeño Jungkook parecía triste a la revelación pero no dijo nada.
Nayeon era una niña muy independiente y egocéntrica a su edad.
No le gustaba que la mandaran, tampoco que la desprecien y eso lo dejaba en claro con su comportamiento. El señor Yang estaba muy atento a eso.
Esa misma tardesita que sería feliz para los niños, fue interrumpida por un señor, el cual llevó una pequeña plática con ellos hasta tener su confianza, bueno, quería la de Nayeon.
Jungkook le habló animadamente, pero Nayeon parecía desinteresada a hablarle. En un descuido, Jungkook se volteó y el señor se llevó a Nayeon rápidamente en su hombro.
Cuando el niño intentó alcanzarlo para hacer algo, tropezó y cuando se levantó ya no encontró a nadie por ahí. Corrió hacia casa y le dijo entre llanto a sus padres lo que pasó.
Estos buscaron a Nayeon por mucho tiempo. Nunca apareció. Nunca supieron más de Nayeon, nadie supo.
Nayeon desde que el señor la secuestró intentó escaparse siempre, hasta que un día una anciana, que era muy aterradora a su parecer, la durmió con algo que no reconoció.
Despertó desorientada y no sentía nada, miró sus manos que tampoco reaccionaban y eran diferentes, sus dedos estaban unidos a su palma con algo que no sabía, su palma estaba pegada a su brazo con tornillos y algo que hacía poder moverlas, así era cada extremidad de su cuerpo.
No sentía mucho, pero sí lo hacía, solo un poco.
Había más como ella, eran como cuatro más, eran tres niñas y un niño, más bien, títeres.
El señor Yang, su creador, fue el que los manejaba para su show, su espectáculo en el circo más famoso de todos.
El los cuidaba y manejaba para sorprender y fascinar a sus espectadores.
Recuerda cómo ella era su obra más usada, la más deseada para ver, la que era más especial, ella era la que era su títere mejor vista.
En los últimos días con su creador, recuerda cómo estaba aterrorizada por lo que vio.
Títere Nam y títere Wheein fueron destrozados y desechados porque "no servían"
Solo quedaba ella, Momo y Dahyun, con ellas era a las únicas que tenía permitido hablar.
El señor Yang le daba la libertad de hablar solo entre ellas para no aburrirse.
Un día después de un espectáculo exitoso en una ciudad que ni siquiera conocía, tampoco le importaba, una señorita apareció en la habitación, parecía que entró a escondidas.
Ahí fue cuando conoció a Akiko, esa señorita la robó a ella porque en cuanto la vio en el espectáculo le fue inevitable fascinarse con ella.
Se robó a ella y sus muñequeras.
El circo fue cerrado por su búsqueda y los demás títeres se dice que están enterrados en un lugar cerca de la cabaña de Akiko, ella misma los enterró, no los ocupaba.
Solo la quería a ella.
La usaba para casi todo, hablaba con ella seguido, no dejaba que la tocase nadie, ella fue su primera Dueña, su creador siempre dejó en claro que le dijeran 'Yang', pero a ella le decía 'Dueña'.
Sus amigas no sabe muy bien dónde están, las extraña, sabe que están vivas, Akiko se lo dijo una vez y dijo que estaban enterradas en una caja por ahí.
Ella fue la títere perfecta para Akiko, con las muñequeras obedecía a todo lo que decía.
Akiko escribía todo lo que descubría de ella en ese libro, la obligó a decirle su nombre y le decía de forma cariñosa 'Naomi', a Akiko le gustaba.
La mayoría de veces solo era compañía para Akiko y a veces sirvienta, no la trataba mal, era mejor que señor Yang.
El señor Yang le quemó dos veces en sus dedos. Su dedo corazón tiene una quemadura que llega a la mitad de su dedo y su dedo índice que abarca solo la uña.
Solo fue eso, con eso tuvo para obedecer con mucha más facilidad. Cuando le daban la libertad de hablar, ya no lloraba o pedía que la liberaran, solo hablaba lo que querían escuchar.
Akiko no la tocó bruscamente, no le gritó, a cambio, la protegió con tanta posesividad que se le hacia mejor que con el señor Yang.
El señor Yang murió de hambre, eso le dijo Akiko, quedó en bancarrota al ya no tener sus títeres y la anciana que la convirtió solo le había hecho el favor de cinco títeres, ya no tenía a su mejor espectáculo para su público.
La anciana pareció dejar también otro libro, el cual Akiko encontró en los escombros del circo, era más delgado y tenía algunas cosas sobre los títeres, incluso como regresarlos a su vida normal.
Akiko quería a Nayeon como titere, por lo que después de leer el libro, lo enterró junto a Momo y Dahyun. Nunca supo qué decía este ni algo.
Todo el tiempo, desde la muerte de Akiko, la pasó en ese estante hasta que Mina encontró la manera de controlarla.
Y ahí termina hasta el presente.
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