𝙲𝚒𝚗𝚌𝚘 ☺︎︎
Aquí hay salto temporal porque no es muy relevante los que pasó en ese tiempo
ꨄ︎ ت︎ ꨄ︎
Dos años después.
Mina ya no podía soportar que su hermana la moleste con alguna maldita pareja.
Dice y dice con alguna pareja que le dan ganas de decirle a Chae que finja ser su pareja para que la idiota de su hermana la deje en paz.
Aunque si hiciera eso, ahora la molestaría con que ya tiene novia. Sana es idiota, sinceramente.
Ya en una semana estaría en su nuevo hogar, la cabaña sería ya su lugar donde viviría.
Esta ya fue varias veces visitada por la familia Myoui para pasar tardes ahí o así, pero se iban ese mismo día o solo Sana, Tzuyu y Mina se quedaban una noche.
El lugar era seguro tanto de animales y personas, incluso había una arma legalmente de Akira que tiene en un cajón por seguridad, solo para seguridad por que ni siquiera la saca para algo.
El lugar tiene buena señal para usar internet en la cabaña así que básicamente Sana la envidia y Mina no pierde tiempo en presumirselo en la cara.
- Maldita cabaña, ¿por qué no me invitas a vivir contigo, Minari? - dijo la mayor recostandose en el sofá donde Tzuyu se encontraba viendo algo en el celular.
- Te la pasas aquí, maldita perra. Ya hace falta que te vayas un día de estos - los dijo en broma pero Sana se quedó pensando - Lo dije en broma, idiota... aunque si falta que te vayas - le sonrío castamente y se fue a a la cocina, ignorando el insulto de Sana.
En unos 5 minutos salió de la cocina con un pan y no vio a la pareja, asumió que se fue a la habitación a hacer cosas que ni siquiera quiere imaginarse. Caminó hacia el sótano para poder comer en su mesa.
Una esquina del sótano lo hizo su propia mesa para leer, escribir, estar en la computadora, pensar, etc... Solo quería un lugar donde estar sin interrupción de nada y Sana no baja mucho ahí con la excusa que le da escalofríos cada que se acerca.
A ella le da una extraña tranquilidad y calma cada que entra, es como si el aroma del sótano le trajera la calma que necesita y puede incluso dormir ahí, lo ha hecho, aunque le dolió la espalda al dormir en la silla recargando su cabeza en la mesa.
Solamente tiene una extraña inquietud sintiendo que alguien la observa pero no le da importancia, siente que es paranoica al pensar eso.
Y con respecto a la pequeña puerta camuflada pues la olvidó completamente, ni siquiera se a acordado que existe.
Hasta que limpiando se tropezó justo como Tzuyu lo hizo hace unos años, recordó cómo intentaron abrirla pero no se podía fácilmente.
Fue en busca de unas pinzas con las cuales quitaría esa madera vieja.
Cuando estaba por abrirla se alejó un poco por si algún animal andaba por ahí que no se subiera en su cuerpo o algo.
Quitó el pedazo astillado de madera con cuidado y algunos insectos salieron del hueco que había, haciendo que se aleje un poco más.
Cuando pudo divisar un libro grueso y al parecer viejo, se confundió un poco. Lentamente agarró el libro, cuidándose de los pequeños insectos y sacudiendolo del polvo y telarañas que tenía. Pudo divisar las palabras un poco mal escritas que decían:
"Ⓜ︎︎︎Ⓨ︎ Ⓑ︎Ⓔ︎Ⓐ︎Ⓤ︎Ⓣ︎Ⓘ︎Ⓕ︎Ⓤ︎Ⓛ︎ Ⓟ︎Ⓤ︎Ⓟ︎Ⓟ︎Ⓔ︎Ⓣ︎".
Cada letra estaba encerrada en un círculo y la letra era un poco inentendible, tenía dibujados varios royos de hilos y botones a los alrededores haciéndolo parecer un libro ilustrado.
Con cuidado lo admiró y verificó que ningún animal esté pegado a el o algo por el estilo, y lo sacó completamente, dejándolo en el suelo.
Vio más adentro y ahí había sólo dos muñequeras negras con adornos blancos, estas parecían que se colocaban en la muñeca, pasaba por su palma y torso hasta los dedos, haciendo parecer que todos los dedos tenían anillos. Eran bonitas y no parecían desgastadas.
También había dos anillos que parecían de matrimonio, estos los tomó delicadamente.
Divisó una caja vacía a su lado que probablemente tenía algo irrelevante que tiró, la tomó poniéndolos dentro y cerrando esta para que no se perdieran. La colocó en un estante y se fijó más adentro del hueco.
Dentro de este solo había uno que otro insecto y dejó así, cerró levemente el hueco. El libro junto a las muñequeras las llevó a su mesa donde las vio más de cerca.
Abrió el libro donde en la página principal había un aviso.
PROPIEDAD DE MYOUI AKIKO
TENER CUIDADO
Recordó el nombre de su tatarabuela enseguida, Myoui Akiko, significa 'Luz Brillante' y fue el nombre de la principal dueña de la cabaña que ahora pertenece a ella.
Un poco curiosa volteo de página y en ella había un nombre en grande que abarcaba toda la hoja.
Ⓘ︎Ⓜ︎ Ⓝ︎Ⓐ︎Ⓨ︎Ⓔ︎Ⓞ︎Ⓝ︎.
Como el título, tenía círculos alrededor de sus letras pero este abarcaba mucho más espacio y se veía escrito rápidamente.
Cambió de hoja y ahora pudo decir que empezó el verdaderamente escrito.
"Im Nayeon es mi más grande propiedad, es obediente, callada, apegada y depende totalmente de mí.
Es tan bonita que dejaría a cualquiera hipnotizado con su belleza. Incluso quisieron tocarla algunas veces, esos no sabían que era mía, y solo recibieron un grito y un manotazo de parte mía.
Es mi títere.
¿No entienden eso? Es mi hermosa y pequeña Nayeon.
Solo yo la puedo tocar, su madera fácilmente se confundirá con lana por lo suave que es, sea ojos puedes verlos tan realistas que te pierdes en ellos, sus hilos que a veces no necesito ni tocar para que haga lo que le ordeno.
Es la títere perfecta."
Estaría mintiendo si decía que eso no la perturbó. Akiko no hablaba de una niña o algo parecido, estaba hablando de un títere.
Estaba hablando tan posesiva y apegada a este que se le hacía un poco turbio que ésta pudiera hacer cualquier cosa por tenerlo.
La descripción se le hizo muy parecida a una bonita títere que tiene justo a su espalda, en el estante.
Volteó y ésta la miraba atentamente, estática, con esa sonrisa de conejo característica de siempre.
Volteó de nuevo al libro leyendo otra página.
"Solo con las muñequeras puedo hacer que haga lo que sea que esté a su disposición.
Puedo hacer que haga muchas cosas que mi holgazán esposo no hace por nada, ella puede hacer muchas más cosas sin rechistar."
Muñequeras.
Tomó las dos y la vio por un largo rato.
Ella no cree mucho esto de magia o cosas ilógicas, pero esto es escalofriante a cierto punto.
Lentamente se las puso y acomodó estirando su mano y dedos para acomodarlas bien. Sintió un extraño escalofrío por sus brazos que llegaron a su pecho.
Sentía calambres en sus dedos como si los estuvieran ahorcando pero estos estaban moviéndose libremente.
Una loca idea.
Una idea vino a su cabeza y giró en su silla giratoria hacia la títere, esta no se movía para nada y su sonrisa le estaba pareciendo escalofriante.
Se acercó hasta quedar dos metros de ella y habló con un poco de temblor.
- Habla - ordenó dando un movimiento con sus dedos, y por un momento no ocurrió nada - Habla - volvió a ordenar, iba a darse por vencida así que se volteó pero escuchó una vocecita aguda que la dejó helada.
- Hola, Dueña - no quería voltearse pero tampoco podía quedarse así.
Tragó saliva y se volteó con un poco de miedo. Si ella la controlaba pues no le haría nada, ¿no? Aún eso no el quitaba el miedo a la situación.
Se volteó y la títere no se había movido, estaba igual. Por un momento pensó que solo fue su imaginación y volvió a decir algo.
- Muévete y habla libremente - movió sus dedos un poco y repentinamente la muñeca se movió más.
- ¡Por fin! Yo que pensaba que no podría estirar esta madera - empezó a hablar y moverse en el estante libremente - Ya estaba tardando en encontrar eso. Gracias, por cierto. Tienes suerte al encontrar la manera de mandarme. Como 5 personas antes vinieron y no la encontraron, eso pasó hace mucho tiempo ni siquiera se cuánto, la verdad. He pasado mucho tiempo ahí que pensé que nunca me moverían de esa cosa. Las malditas ratas también intentaron morder mi preciosa madera hace mucho. ¿Qué se creen esos malditos animales como para querer dañar esta lisa madera? Son unas mañosas, no sé qué significa, pero la escuché decirle así a aquella mujer que venía a veces con usted, Dueña - habló tanto que Mina se perdió en eso.
El suceso de que tuviera vida el títere la dejó pensando mucho y ni siquiera escuchó muy bien lo que dijo. ¡La títere se movió! ¡La títere hablo! ¡¿Cómo quieren que piense claramente?!
- A-Alto, calla - ordenó y la títere rápidamente acató lo pedido.
Solo pudo quedarse un momento pensando, ni siquiera sabía qué estaba pensando. Sentía su cabeza dar vueltas de tantas ideas y suposiciones que le dolió un poco y se sentó en la silla.
- ¿Qué eres? - se atrevió a preguntar Mina.
- Soy un títere, tú mi dueña, ¿no? - respondió con simpleza.
- ¡Qué mierda! - alzó un poco la voz y la calló con su mano. Sana debe estar arriba con Tzuyu.
La títere frunció el ceño.
¡Y la maldita todavía tiene el descaro de gritarle, cuando ella respondió bien! Esta será una dueña tan idiota.
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