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En menos de cuatro días la cabaña ya estaba bien, los Myoui no eran pobres y compraron hay nuevos muebles para acomodar.

Mina se sentía satisfecha, la cabaña era un gran orgullo para ella y tenerla completamente cuando cumpla veintiún pues se podrá decir que feliz ya esta.

No faltaron algunas ratas y insectos con los que tuvieron que lidiar pero afortunadamente nada peligroso como serpientes o de más. Las serpientes le gustan pero no tocaría una por nada del mundo.

Los cuadros también fueron limpiados un poco pero no los movieron mucho con temor a estropearlos.

Tenían la idea de poner más ya que las paredes se veían vacías y necesitaban algo. Concordaron en poner pinturas parecidas para no quitar el aura antiguo y no se viera nada extravagante.

Sana solo fue una vez y caundo vio la tan hermosa muñeca se perdió en ella, esos ojos parecían hipnotizar a cualquiera y su belleza le recordaba fugazmente a una princesa, sus manos que cuando las tocó fueron tan suaves que le recordó a la lana, la madera no estaba astillada ni nada así. Era una títere perfecta.

Cuando salió de su trance fue cuando Mina le dijo por pura diversión 'Es mía' y empezó a pelear con ella para divertirse. Ese lugar era un poco escalofriante y pelear la distraía un poco de los escalofríos que le daba.

Tzuyu también fue por insistencia de su novia pero esta prefirió quedarse en el auto un poco más para comer ya que no desayunó y Sana la regañó por eso.

A los minutos también fue la taiwanesa buscando a su novia para no sentirse insegura, aunque al ver el sótano sintió de todo menos seguridad.

- Esto es escalofriante - murmuró caundo vio la títere que tenía un gran sonrisa como el primer día.

- Pero hermoso, admítelo - dijo Mina hacia su cuñada.

- Sí, lo es, pero extraño la vez. Parece el sótano del 'Conjuro', en donde tienen a Anabelle y muchas cosas espirituales más que no se podían tocar - lo dicho por la taiwanesa recibió una mala mirada de Mina por darle más inquietud.

- Igual ya toqué todo, así que si se me metió el diablo pues buena suerte para ustedes dos - Sana le dio un "ligero" golpe en el hombro que la hizo reír. ¿En serio su hermana cree eso?

Lo que más la hizo reír fue Tzuyu la cual se tropezó haciendo que Sana se asustará más por el repentino ruido.

- En igual de asustarte, deberías ayudar a tu novia, víbora ratonera - ignorando el nombre poco agradable, Sana fue con su novia y la ayudó a levantarse.

- Oigan, ¿esto qué es? - Mina se acercó a ver que es lo que había dicho la taiwanesa

- A ver - Tzuyu se apartó al ver la cara seria de Mina, aunque esta no estaba seria solo confundida a lo que veía

Una puerta camuflada con la madera en el suelo fue con la cual Tzuyu se tropezó, tenía cerradura pero parecía no servir mucho.

La intentó abrir pero parecía atorada, por lo que no pudo hacer más al astillarse por la vieja madera que sellaba eso.

Sana, como toda curiosa, también intentó abrirla pero casi se rompió la uña y también se astillo por lo que la dejó así.

Cuando una de ellas hablaría, su padre las llamó desde la sala para comer, éste había traído para hacer sándwiches y eso es lo que comerían.

La pareja olvidó lo que pasó antes y fue arriba, pero Mina siguió viendo la pequeña puerta camuflada, esta la abriría después, cuando nadie esté.

Sin más, se fue y cerró el sótano para que su hermana no pudiera entrar y hacer lo que sea ahí.

La cabaña ya se podía decir que estaba más que bien, incluso si pasara la noche ahí se sentiría como en casa al verse como una.

La cocina también fue renovada un poco, un refrigerador nuevo, microondas y bombillas. Junto a las sillas y mesa, ya que la cambiaron al ver la anterior casi caída y muy astillada.

La sala también fue limpiada junto a los muebles, las habitaciones parecen normales, el baño ya se puede usar. Si tú me pidieras la definición de 'rápido' pues te diría que es la familia Myoui.

Aunque el dinero ayudó mucho, no querían que nadie limpiara o hiciera algo allí más que la familia, por lo tanto algunos choques que su papá recibió, manchas de polvo por sus ropas y cuerpos, cansancio que tenían al terminar el día, fue todo hecho por ellos.

Mina llevaría algunas cosas que tenía en casa a una de la habitaciones, ella se mudará ahí cuando cumpla sus 21, falta un año y medio pero le resta importancia.

De igual modo ella casi no ocupa mucho, en su casa repite los mismos cambios de ropa ya que se le hace cómoda tener esa sudadera cuatro tallas más grandes y ese pantalón holgado, junto al otro cambio de esos pero de otro color.

Prefiere solo usar eso que tener que usar todo su clóset el cual no se ha movido casi nada desde que lo tiene.

Aunque Sana casi siempre toma ropa suya sin permiso, esa idiota piensa que por no usarla se la puede prestar, está bien mal.

Ella sería un poco como su tatarabuela, es posesiva con sus cosas aunque no las use, pues sí son suyas, aunque estas no las toque por nada del mundo, siguen siendo de su propiedad y su hermana no entiende eso.

Su tatarabuela tenía una posesividad más grande, a las palabras de su padre, esta apenas dejaba salir a su esposo y éste tenía que convencerla para poder salir sin ella a divertirse a algún bar con amigos. En realidad era obsesiva con la palabra 'Mío' o 'Mía', eran sus palabras más frecuentes.

O eso dijo su papá, el no la conoció pero pues las palabras van de generación en generación y puede que eso no sea cierto o puede que sea exactamente así.

Muchas cosas no son lo que aparentan.

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