La incomodidad que Shura sentía desde el momento de que el y Aioros se volvieron a ver las caras era bastante notable. O eso pensada el, ya no estaba como antes. Su barrera personal que transmitía seguridad y agresividad ya no estaba.

No iba a culpar ni a su joven edad, ni a qué Saga lo había manipulado a base de mentiras y engaños, jugando con la admiración que tenía por Aioros cómo su amigo para que la palabra "Traidor" sobre su nombre le afectará de forma que no dudará en casi matarlo.

No era ese tipo de persona. Se supone, que su espada estaba hecha para proteger a base de los ideales de Athena. En la justicia a final de cuentas.

Saga como patriarca les convenció de que le siguieran ante su visión de la justicia. Alegando que Athena era muy blanda como diosa, permitiendo que entre ella haya traidores. Cosa que si bien era cierta, él mismo terminó siendo parte de ellis cuando su deber era lo contrario. Era ser su leal Santo dorado.

No podía ser tan cobarde para justificarse con eso. Le destruyó la vida a Aioros y a su hermano.  Si bien, en el pasado logro "arreglar" su relación con Aioria, o por lo menos que logren entablar una mínima confianza, con Aioria no. No sabía o estaba seguro si en realidad existía alguna clase de palabra o acto que logré saldar la cuenta que tiene con el.

En otra realidad puede que si sea posible eso. Pero a su vez estaba la posibilidad de que sea mucho peor que como estaba ahora.

Según sus crianzas japonesas, el sacrificio del Sepulko era lo único que podía hacer. Pero su muerte no arreglaría nada. Sepulko era solo un rito de honor.

El se disculparía al encontrar algo que sea lo correcto, pero hasta entonces. Preferia tener tierra de por medio entre Aioros y el.

A su alrededor, Aprhodite noto su estado. Siendo el primero que le fue a cuestionar. Entendía a su compañero, el santo de pisicis por su lado nunca tuvo pesares o tabúes en matar o expresar sus opiniones a nadie, ni a la misma Athena, no obstante, nunca tuvo un problema de carácter personal en medio de sus actos como Santo de oro.

DeathMask era otro cuento, así que a él ni para que preguntarle. Saga... Bueno, si bien el era el culpable de todo lo que pasó. Este ya rogo perdón y para sorpresa de varios Athena se lo concedió. Con la frase de que el solo sabía el sufrimiento que tenía sobre sus hombros, si este de verdad quería disculparse, solo ese sufrimiento dirá que tan verdad sean sus intenciones.

Aprhodite cómo compañero solo pudo decirle, que si Kanon, que hizo cosas peores que todos ellos pudo redimirse con acciones, el también podía.

Para el Santo de capricornio sus pensamientos no eran simples.

El segundo Santo que lo visito fue Shiryu... Shiryu. Con el si que tenía otras intenciones. Si no lo hubiera conocido en medio de una pelea donde era matar o morir rápidamente se hubiera enamorado de el como lo estaba ahora. De momento no se sentía del todo digno de decirle lo que sentía, solo disimulada cada vez que estaban cerca, pero estaba seguro que tarde que temprano lo haría.

- Hola. - Empezó Shura, el santo de dragón se quedó parado a una ligera distancia. Estando seguro de que pasada por su mente. - Asumo que, te diste cuenta de mi "problema"

- ¿Que ya no miras a la cara a Aioria, ni a Aioros? La verdad si. ¿Cómo te sientes?

- No lo sé. Aioros era mi amigo, un hombre al que admirada. No merezco ser llamado "hombre" si toda mi moral se dió manipulada tan fácil.

- Comprendo lo que sientes. Es un golpe duro ver qué, todo lo que crees, en la realidad es otra forma muy distinta. - La realidad de sus años de esfuerzo como Santo de bronce fueron un choque para si mismo, pero del que pudo sobreponerse.  -  No puedes cambiar tus acciones del pasado. Pero sí ser mejor hombre en el futuro. - Extendiendo su mano género un pequeño choque con Excalibur al punto dónde Shura practicada. Sonriéndole al Santo frente de el, respondiendo el gesto de la misma forma.

- Gracias por pensar así. Tienes razón. Solo no se cómo empezar, no creo que las palabras sean adecuadas, y un regalo es algo sumamente fridolo e hipócrita.

- Tienes un punto. Pero no es del todo necesario.

- ¿A qué te refieres?

- ¿El era tu amigo no? Muéstrale que lo quieres de vuelta. El hecho que me salvarás al darte cuenta de tu razón, me dice que eres capaz de eso. Apenas ha pasado unos 2 meses, estoy seguro que eres capaz de var el primer paso, y con el tiempo arreglarlo, ¿Lo hiciste con Aioria no? No soy quien para decirte que vayas o no, pero creo que estar seguro de como se siente tener la vista nublada por las dudas.

Aguantando las ganas de abrazarle cómo agradecimiento, Shura sonrió bastante halagado. Suspirando cómo si deseara despejar su juicio, para intentar bar ese primer paso. Y tal vez en un año, o incluso más volver a ser como antes.

Volviendo su mirada a los ojos de Shiryu, el era un hombre perfecto para sus ojos. Shura no le encontrada defecto alguno, ni como Santo, ni como hombre. No sabía si era digno o no, pero quería decirle la verdad y amarlo.