³ 𝘥𝘦𝘵𝘢𝘭𝘭𝘦.
BEAUTIFUL MONSTER.
MARZO 2016, MIÉRCOLES 23.
━━━━━━━━━━━━
EMMA WOLF:
El silencio que reinaba en el auto comenzaba a hacerse incómodo.
Wade no hablaba en lo absoluto, sus brazos estaban estirados contra el volante y su cuerpo parecía estar muy tenso. Yo comenzaba a aburrirme así que decidí romperlo.
—No hablas mucho, ¿cierto? —Digo en una risa, acomodándome en mi asiento para verlo mejor.
—Te sorprenderías. Parezco un loro —dijo comenzando a relajarse, pero su rostro tenía una expresión tensa—. ¿De qué quieres hablar?
Lo pensé un poco—. Uh, ¿has jugado a las 20 preguntas? Es divertido.
—Claro, ¿quién no lo ha jugado? —sonreí.
—Bien, empiezo yo —callé un momento para pensar en una buena pregunta para hacerle—. ¿Fecha de nacimiento? —si quería que nos conociéramos mejor, debía empezar por lo básico.
—Siete d julio del ochenta y nueve.
—Bien, el mío es el treinta y uno de marzo del noventa y cuatro —él me miró sorprendido.
—Vaya, eso es en unos días —asentí sonriente—. ¿Alérgica a algo?
—Soy alérgica a las nueces y también tengo asma —arrugué la nariz—. Y ambas por parte de mi papá. Pero por suerte no he tenido un ataque desde que tenía doce.
—Yo... —arrugué el entrecejo al verlo dudar al contestar—. No soy alérgico a nada.
—¡Bien! —di un salto en mi asiento con emoción, a lo que él sonrió—. ¿Superhéroe favorito?
—¿Mi qué? —mi pregunta pareció sorprenderle.
—¡Ya sabes! El Capitán América, Iron Man, Harley Quinn... Me gusta mucho el Capitán Boomerang —digo sonriente, a lo que él arrugó todo el rostro.
—¿Enserio? —asentí, riendo ante su cara—. Yo me iría más por Deadpool. Ya sabes, el de traje rojo con espadas atrás.
—¿Del Equipo Rojo? —él asintió—. Es que he escuchado que él dice muchas malas palabras, y eso no me gusta —murmuré, jugando con mis manos—. Así que si sería entre él y el Hombre Araña, elijo al Hombre Araña. Aunque, a Liliane le cae muy mal. No sé porqué.
—Ella es así —se encoge de hombros—. Yo le caigo mal y no sé porqué. ¡Me toca! ¿De qué sabor te gusta el helado?
Ladeé la cabeza algo confundida—. Me gusta el de vainilla, ¿y el tu-
No me había dado cuenta, pero ahora estábamos en McDonald's, en la parte donde vendían las cosas sin deber bajarte de tu auto y ordenabas en una casilla. No puedo evitar sonreír. Él es muy tierno.
—Eres un idiota, Wade. —Río, mientras éste movía el auto hacia la casilla, en donde haríamos nuestro pedido.
—Me lo dicen mucho —me guiñó un ojo, para después bajar la ventanilla y hablar con la mujer que nos atendería—. Buenas tardes, señorita —dice, sacando su billetera de su bolsillo.
La rubia puso una expresión de disgusto al ver a Wade, lo que me hizo fruncir el ceño con molestia. Vi como él apartó la mirada, con una expresión un poco decaída.
—Hola. —Dice ella con un tono no tan agradable—. ¿Qué les gustaría ordenar?
—Una mejor actitud, tal vez —gruñí lo suficiente alto para que me escuchara.
—Eh, dos helados de vainilla, por favor —dice el mayor, intentando no reír.
—¿Los quiere en vaso o en cono? —Wade me miró.
—Cono —le sonrío, a lo que él hizo lo mismo volteando a ver a la empleada.
—Los dos en cono, por favor.
—Disney está haciendo una promoción en donde regalamos a clientes aleatorios estos peluches —mis ojos brillaron al ver el pedazo de cartón en donde estaban los diferentes estilos de peluches de Disney—. Ustedes han sido uno de esas pocas personas con suerte. ¿Cuáles desean? —su mal genio aún me tenía de malhumor, pero mi amor a Disney lo había mejorado.
—¡El de Minnie!
—Uhm, yo quiero el del Pato Donald.
—Sólo nos quedan de Stitch, Minnie y Mickey Mouse —juro que si no deja de mirar mal a Wade, voy a golpearla.
—Entonces el de Mickey Mouse —habla él encogiéndose de hombros. La rubia se levantó de su silla y fue por los peluches, segundos después, nos los entregó.
Un hombre calvo apareció junto a la rubia con los conos de helado. Me fijé en su gafete y noté que era el gerente. Sonreí.
—¿Es usted el gerente? —Le pregunté al hombre, haciendo que los tres voltearan a verme con confusión.
—Sí, señorita. ¿Qué se le ofrece?
—Pues, sólo quería hacerle la recomendación para cuando la próxima vez que vaya a contratar a una persona, asegúrese de que ésta no trate mal a los clientes, tal y como ella —la rubia le entregó la tarjeta de crédito a Wade, quien estaba boquiabierto—. Adiós —le sonrío, haciéndole una seña a Wade para que acelerara.
Me acomodé en mi asiento con el peluche de Minnie en mis piernas, mientras comía con tranquilidad de mi helado.
Volteé al notar la mirada de Wade sobre mí. Me miraba sorprendido, con su helado de vainilla en la mano—. ¿Qué?
—L-Lo que hiciste allá —sonrió—. Gracias.
—No debes porqué agradecerme, Wade —le digo con dulzura—. Hay personas muy malas y alguien debe hacer algo al respecto. Estoy segura de que ella no se sentiría bien si alguien la tratara así.
—Es que nadie me ha defendido así. Bueno, sólo mi mejor amigo Peter pero... —sonrió ampliamente—. Vaya...
—Bien, Wade. Me toca a mí —murmuro luego de tragar un bocado—. ¿Te gustan los perros o los gatos?
—Los gatos me odian.
—A mí me gustan los dos —mordí el cono de mi helado—. ¡Te toca!
—Creo que dejaremos la siguiente pregunta para otro día —me mira haciendo una mueca, comiendo de su helado ya casi terminado.
—¿Por qué?
—Ya llegamos, preciosa —dicho eso, me di cuenta que ya estábamos estacionados frente a mi casa—. Fueron los mejores veinte minutos de mi vida.
Sonreí algo tímida—. ¿Y habrán más minutos así? ¿Nos volveremos a ver?
—Claro —me sonrió de vuelta.
Me estiré hacia él y dejé un beso en su mejilla para después bajar del auto con el peluche en mis manos y mi mochila, donde tenía mi uniforme del restaurante—. Adiós, Wade. Gracias por traerme.
—Cuando quieras.
Entré a la casa, no sin antes volver a mirarlo con una sonrisa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro