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Capítulo 42

Capítulo 42

Le había dicho que quería estar sola, lo sabía y no dejaba de repetírmelo pero necesitaba algo de su parte. Sabía que sólo él podría ayudarme con esto. Era casi mediodía, en unos minutos llamarían al comedor, podría esperar a que el chico saliera de la sala de control pero no podía esperar y tampoco quería esperar. Recogí mi cabello en una coleta sintiéndome inquieta. Dos osados armados se mantenían vigilando la puerta donde los computadores se encontraban.

La atención de ambos se fijó en mí cuando me acerqué.

— ¿Está Eric allí dentro?

—Sí—contestó el más alto. Tenía algo de parecido a Darío.

—Necesito hablar con él, ¿Puedo entrar?

—No podemos dejarte pasar, querida.

Respiré profundo. De nada serviría molestarme.

—Necesito hablar con él—repetí cruzándome de brazos— ¿Podrían decirle que estoy esperándolo?

— ¿Por qué no esperas a la hora de almorzar?

— ¿Por qué no cumples tu trabajo y le avisas a tu líder que esto es urgente?—contraataqué levantando una de mis cejas. El que estaba callado sonrió divertido por mi actitud, su compañero en cambio estaba molesto.

—Déjame decírtelo claramente...—hizo una pausa—No.

Antes de abrir la boca para decirle algo y antes de atreverme a empujar la puerta para entrar. Una voz masculina a mis espaldas hizo que esa tensión desapareciera, las pesadillas vinieron a mi cabeza, el momento de esa noche vino a mi cabeza. Sentí escalofríos pero me contuve de estremecerme, no quería darle el gusto.

"Hazlo"

Escuché su voz y seguido de eso el impacto de la bala.

—Aurora—suspiré agradeciendo para mis adentros que las lágrimas se habían ido. La mayoría de ellas había salido con Tori, me giré encontrando a Max con sus manos unidas detrás de su espalda—Me sorprende verte aquí.

Cuando rechacé su oferta de trabajo había aparecido un brillo malicioso en su mirada. No lo había entendido en ese entonces pero ahora sí, Max había tenido en mente hacerme asesinar a alguien, hacerme pagar de alguna forma y la mejor opción apareció en Sheila. ¿Acaso hubiese sido capaz de dispararle a mi propia hermana? Tragué con dificultad el nudo en la garganta. Debo actuar como si nada ha pasado, si se entera que Eric y yo estamos con "problemas" lo vería algo sospechoso.

—Necesito hablar con Eric—sonreí de lado relajando mis hombros.

—Entiendo—miró al osado que estaba discutiendo conmigo. Éste de inmediato desapareció por la puerta—Debe ser algo importante para venir a buscarlo en el trabajo.

—Algo así—no supe que decir.

—Aunque después de lo que pasó entiendo que no quieras estar sola—sonrió de una forma que se supone que debía ser cálida o amable pero fue todo lo contrario. Las punzadas en el pecho me hicieron difícil el respirar—Lamento mucho la pérdida.

Él quería saber mi reacción. Quería ver si no fingía. Creí que después de eso habría bajado la guardia conmigo, al parecer me equivoqué y Eric también. Max seguía con el ojo en mí, seguía con su atención en mí. ¿Qué tanto le ha lavado el cerebro Jeanine? Una pregunta más pasó por mi cabeza y no dudé en hacerla.

— ¿Cree que todavía hay...—no podía decir la palabra—rebeldes en la facción?

Se encogió de hombros acercándose un poco más.

—Es posible, algunos saben fingir muy bien, no todos son tontos—sus ojos oscuros parecían lanzarme cuchillos invisibles o quizás era mi conciencia que lo había marcado como alguien peligroso— ¿Eric no te lo dijo?—ante mi silencio prosiguió—Después de la iniciación de los chicos de este año se repetirá el procedimiento—justo lo que temía. No fue gran novedad para mí. Max guardó silencio y supe que debía decir algo.

"No pueden controlarte. Por eso eres peligrosa..."

La voz de Tori me hizo sentir un poco más segura.

— ¿Es muy necesario?—fingí curiosidad.

—Vienen nuevos jóvenes a Osadía, el rastreador podría tener la misma reacción en ellos y no podemos arriesgarnos—explicó con calma. Asentí mirando a la puerta. ¿Por qué tardaba tanto?— ¿Alguna vez notaste algo extraño en tu hermana, Aurora?

— ¿Extraño como qué?

—No lo sé, dímelo tú—se encogió de hombros—La conocías mejor que nadie.

Estaba muy equivocado. Todos creían que Nadia me conocía a la perfección y que lo mismo me pasaba con ella. Éramos hermanas pero no para tanto. Ella tenía sus secretos y yo los míos. Mientras miraba los ojos de Max recordé cuando le había preguntado porque no se había ido de Osadía, ella sentía que no encajaba en ningún lado, hizo lo que creía mejor. Sonreí de lado negando con la cabeza, Nadia era mejor bajo presión. ¿Eso le pasaba a los divergentes? Todo era mejor bajo presión.

—Nadia era un misterio, incluso siendo su hermana, jamás la entendí del todo.

— ¿Qué sucede?—Eric había aparecido. Su rostro estaba serio aunque en sus ojos azules se notaba lo preocupado.

—Sólo conversaba con ella, ya que estás aquí iré adentro—se giró a mí colocando su mano en mi hombro. Tuve la idea de apartarla pero me contuve—Lamento de nuevo lo de tu hermana y tu amiga.

—Está bien—no quería hablar de eso.

—Algunas veces hay que hacer lo correcto para todos—asentí—Facción antes que sangre.

Hace mucho que no escuchaba eso. La última vez fue en mi Ceremonia de Elección. Eric tomó mi brazo y Max apartó su mano entrando a la sala de control. El chico me alejó de allí, a los minutos nos detuvimos en el Abismo. Eric miró hacia atrás y luego hacia más allá de mi espalda.

— ¿Tienes miedo de que te vean con una rebelde?—fui sarcástica.

—Claro que no—fijó su atención en mí—Las paredes escuchan y es mejor tener cuidado de ahora en adelante.

—Lo sé—Tori había dicho lo mismo.

— ¿Qué sucede? Dijeron que era urgente.

Tardé unos segundos en recuperar lo que iba a decir, lo que había pensado y lo que necesitaba. Max me había distraído sin darme cuenta.

— ¿Qué tiene que ver las simulaciones con lo que soy? Dime la verdad, no quiero más mentiras.

Por un momento quise contarle sobre el hermano de Tori, quizás él lo sabía pero aún así preferí no decirlo. Tori era mi amiga y no quería exponerla así.

— ¿Con quién hablaste?—frunció el ceño.

—Con nadie—miré el tatuaje en su cuello—Y no tienes derecho a preguntarme considerando que también me mentiste sobre Nadia—hubo silencio. Le sostuve la mirada alzando mi rostro un poco— ¿Lo sabías esa noche, Eric?

—No. Me creas o no, no lo sabía—suspiré escuchando el sonido del agua bajo nuestros cuerpos—Lo s...

—No lo digas, estoy cansada de escucharlo. No seas como Max, ahórrate los lamentos.

—Se supone que las simulaciones tardan un poco más de lo normal—contestó a mi pregunta principal—No es sencillo enfrentar tus miedos, mientras más rápido salgas de allí se vuelve más...inusual.

No recuerdo cuanto solía tardar en mi entrenamiento. Sólo sabía que todos terminaban agitados, asustados y con los ojos bien abiertos. No todos tenían la misma cantidad de miedos. ¿Seguiré teniendo los mismos de hace tres años? Eric estaba presente en la sala de entrenamientos, en un comienzo los trasladados y los nacidos en Osadía entrenaban por separado, luego decidieron unir los horarios, allí fue que conocí a Cuatro. Pasó a ser el instructor de todos, Eric era más una especie de supervisor aunque también podría decirse que fue en parte instructor.

—Ahora respóndeme esto—aclaré mi garganta— ¿Viste algo inusual en mi archivo?

—Todos estaban en lo normal—no tardó en contestar—No había nada extraño. Ni siquiera en tu hermana.

—Durante mi Prueba de Aptitud, una chica de Abnegación se encargó de escribir mi resultado—Eric negó con la cabeza siendo burlón— ¿Qué?

—Eso sólo me convence de que Abnegación está protegiendo a los rebeldes—sonrió con amargura— ¿Realmente tu resultado fue Osadía?

—Eso dijo, lo escribió y yo lo creí—me molestó su actitud. Para él debía ser algo insólito, su madre fue divergente y su padre tuvo que dispararle, años después, llega una chica a su vida que resulta ser divergente también. ¿Acaso sería capaz de dispararme? Imaginé a Eric frente a mí apuntándome con la pistola, ¿Pensaría en nuestro hijo así como dijo pensar cuando le disparé a Sheila?—Según tú, ¿Cuál debería ser mi resultado?

—Dos facciones o quizás tres. Tal vez cuatro.

—Necesito entrar en mis miedos de nuevo—susurré—Necesito repetir el procedimiento.

—Los miedos cambian, Aurora, lo que temías hace tres años no significa nada ahora—señaló— ¿Qué te hace pensar que no actuarás como una osada durante...?—se calló de repente. Algo había recordado.

— ¿Qué sucede?

—Tal vez Nadia y tú no tuvieron nada inusual por eso mismo—esperé a que se explicara. Eric tomó mis brazos con suavidad. No era lo mismo que el toque de Max—Pueden encajar en cualquier facción, ambas pudieron actuar como lo haría una verdadera osada, eso las ayudó a completar la iniciación.

— ¿Qué me sugieres entonces?

—No actúes como lo harías normalmente—miré sus ojos—No tomes la primera opción, escoge la segunda. Los rebeldes son conscientes durante la simulación, saben que lo que hacen no tiene sentido porque nada es real. El miedo no los paraliza, los obliga a avanzar.

—De todas maneras debieron notar algo extraño...

—Aurora—guardé silencio—Toda tu vida has vivido como osada, todo en ti viene de aquí—me soltó hablando más bajo—Hiciste lo que todos te han dicho que debes hacer, actuaste como te han dicho que actuaras.

Lo que Max había dicho tuvo algo de sentido para mí.

"Algunos saben fingir muy bien, no todos son tontos"

Jamás fingí, Nadia tampoco lo hizo y Sheila mucho menos. Sólo fingí en una ocasión, hace tres días realmente. Eric tenía algo de razón, no hice lo que yo haría en realidad, todo este tiempo hice lo que mi cerebro recordaba, durante ese tiempo actúe como osada, no como Aurora.

"El miedo no los paraliza, los obliga a avanzar"

¿Qué solía hacer cuando me sentía amenazada? Sí, intentaba golpear el objetivo pero no me quedaba de brazos cruzados. Buscaba la forma de moverme. Bufé negando con la cabeza.

— ¿Tanto tiempo para descubrirlo ahora?—llevé mis manos a mi cabeza— ¿Sabes que es más gracioso? Que seas tú el que me haga conocer estas cosas sobre mí.

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¡Estoy de regreso! Como prometí, aquí está un nuevo capítulo. Quiero contarles dos cositas, la historia llegó a las cinco finalistas de Fanfic en el concurso de FWAwards :D ¡Estoy muy contenta! No creí que llegaríamos tan lejos. Lo segundo y lo que me emociona más es que...el mes que viene me iré de mi país. Para los que no sepan, soy venezolana. Algunos conocerán lo que está pasando, la crisis, la economía, entre otras más. Me iré con mis padres y mi hermano, nos iremos a Perú donde un familiar nos recibirá, tenemos trabajo asegurado y un cupo en una universidad para mí.

Con esta noticia me urge actualizar más cada día sin atrasarme, esperemos que mi Internet sea bueno este mes. Cada día estaré subiendo un capítulo nuevo, si ustedes lo piden podría subir dos de una sola vez.

En fin, ¡Saludos! Y gracias a los que se toman el tiempo de leer cada nota que dejo n.n

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