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Capítulo 40

Capítulo 40

—Debes escuchar lo que tengo que decir...

Hice el mismo movimiento con el siguiente cuchillo. De nuevo volvió a esquivarlo, tenía la última oportunidad entre mis manos. Debía apuntar correctamente, debía callar la parte racional que insistía en no hacerle daño. ¿Realmente quería lastimarlo? ¿Qué tanto me importaba y que tanto le importaba yo?

—Si yo fuera tú me limitaría a responder—retrocedí de nuevo— ¿Desde hace cuánto lo sabes? ¿Enserio crees que soy una de ellos? ¿Vas a avisar a los demás? ¡Respóndeme!

—Si hubiese querido entregarte lo hubiera hecho, te vi desde el instante que entraste a la Fosa—admitió quedándose quieto—Lamento lo de Sheila...

— ¡No digas eso!—aferré mi mano al último cuchillo que me quedaba—Por tu culpa está muerta, por tu culpa tuve que dispararle y no hiciste nada para ayudarme.

—Si me oponía sería muy sospechoso, ¿No crees?—levantó una de sus cejas. Justamente la que tenía los piercing—Era lo último que quería y puedo jurarte que jamás pensé que...

— ¡Lo que me molesta es que lo sabías! ¡Sabías que estaba consciente de lo que hacía!—seguí levantando la voz. No me importaba quien escuchara, de hecho, sería excelente que alguien escuchara el alboroto e interviniera, mucho mejor si ese alguien fuera Max.

Eric intentó acercarse. Levanté mi "arma" hacia él advirtiéndole. Mi cabeza iba a explotar, no por los dolores que había estado sintiendo, sino por tantas cosas que pasaban por mi mente en ese momento. Hice un gran esfuerzo por contener las lágrimas. No me importaba su excusa, no me importaba su mentira o su verdad, no me importaba nada de lo que hacía, desconfiaba de Eric. Desconfiaba como nunca antes lo había hecho.

—Aurora, lo siento—negué con la cabeza— ¿Qué pude haber hecho? ¿Condenarnos a ambos? ¿Eso querías?—siguió avanzando—Pensé en ambos. Lo que menos quería era que salieras herida, pensé en nuestro hijo—mi mano comenzó a temblar manteniendo el cuchillo en alto— ¿Qué podía hacer?

—Le disparaste a esa chica...—no me costó recordarlo. Ahogué un sollozo—Oh, Dios, si eres un asesino.

—No digas eso—extendió su mano con lentitud. Sabía lo que intentaba hacer. En un movimiento rápido rasgué su camisa, justo en el pecho, no fue un corte profundo pero si noté algo de sangre, muy mínima. Sus ojos se abrieron como platos, yo misma estaba sorprendida. Deseaba hacerle daño, eso no me gustó, deseaba lastimar a Eric. Por unos segundos nadie hizo nada, la mirada del chico oscureció y comenzó el forcejeo.

La ventaja de Eric era su fuerza que parecía concentrarse en sus brazos, mi ventaja en cambio era lo hábil que podía ser, la velocidad de ambos podía ser la misma, no servía usarla en contra del otro. En un movimiento en medio del forcejeo y en medio de intentar mantener lo puntiagudo del cuchillo apuntando hacia él, Eric quedó detrás de mí, con la cabeza di un golpe en su nariz provocando que se tambaleara. Me giré de inmediato estando alerta de cualquier otro ataque.

—No querías que trabajara en la sala de control porque dudabas de mí.

—Jamás dudé de ti—gruñí ante su mentira. De su nariz un pequeño hilo de sangre comenzaba a caer. En mis recuerdos apareció la primera vez que lo golpeé, Miriam y yo luchábamos en el Abismo, Darío no tenía idea de que hacer. En vez de querer llorar, sólo me sentí más enfadada—No te quería allí por esto mismo, porque si Max veía lo talentosa que eras podías acabar como yo.

— ¿Asesinando personas inocentes?—bufé—Lamento decirte que fallaste. Ahora también soy tan asesina como tú, aunque supongo que eso no significa nada para ti considerando que le disparaste a tu propio padre.

—Eso no...

— ¿Cómo lo supiste? ¿Cómo lo supo mi madre?—Eric no sabía sobre eso—No la vi en la Fosa, tampoco a mi padre.

Respiró profundo mientras buscaba la forma de decirlo. ¿Cuánto tiempo estuvo mintiéndome?

—Algunas personas no fueron inyectadas pero sólo fue un escaso grupo de la sala de control—explicó—Tu madre pidió que a tu padre no se le hiciera nada—mi enojo disminuyó un poco. Antes de preguntar, Eric prosiguió—Max le negó su petición de alejarlas a ti y a tu hermana de esto.

Nadia. Me había olvidado de ella. ¿Mi madre había escogido a papá por encima de nosotras? ¿Por encima de sus hijas? ¿Él le importaba más que nosotras?

— ¿Dónde está Nadia?—exigí saber—Max pudo aceptar su petición. Mi hermana no tiene nada que ver con...

—Su objetivo era complicarle las cosas a tu madre, sólo podía escoger a uno.

Tuve que apoyarme de la pared. Entonces por eso estaba tan "preocupada" cuando supo que me habían inyectado. Sólo parecía preocupada por mí pero...

—Ella lucía algo molesta cuando supo que no estabas conmigo—lo miré.

—Le dije que no podía evitarlo, tanto ella como yo sabíamos que Max tendría sus ojos en ti—se acercó. Esta vez no me tensé—Me hizo prometerle que lo engañaría pero fue imposible, no cuando lo tenía junto a mí todo el tiempo.

— ¿Dónde entra lo de ser divergente?

Quería saber cómo había llegado a esa conclusión y como mi propia madre pudo caer en eso también.

—Estuve evaluándote—esperé a que siguiera. Estaba frente a mí manteniendo una corta distancia, aún no quería que me tocara—Comencé a pensar en cómo eras cada día desde que te conocí en la iniciación—el recuerdo dolió. Dolió porque Sheila aparecía en muchos, aparté la mirada con el nudo en la garganta nuevamente—En ocasiones te comparaba con mi madre.

— ¿Enserio?—fui sarcástica.

—Aurora—tuve que mirarlo—Eres honesta cuando las personas llegan a conocerte, eres cordial incluso con tus enemigos, lo he visto con Miriam e incluso con Darío—sentí algo de alivio al saber que el muchacho no era un rebelde. Alguien estaba a salvo. Eric pareció notar que me relajaba, sonrió de lado mirándome fijamente—Te preocupas por todos sin siquiera notarlo, fuiste de ayuda para esa chica, Vivian. Ella decidió como colocar fin a su vida pero la ayudaste, estoy seguro que te consideraba como una hermana—el tatuaje que había en su hombro vino a mi mente. Era el de una araña que parecía estar abrazándola—Eres inteligente, incluso más que yo—Sheila había podido ingresar al computador. ¿Acaso su resultado en la Prueba de Aptitud había sido Erudición?—Y eres valiente, eres osada—regresé a la realidad contemplando ese color azul—Una osada de verdad.

—Los demás pueden desenvolverse tan bien como yo en las demás facciones.

Algo parecido había querido decirle a Nadia en la sala de tatuajes. Cuando me refería a que todos tenían algo de divergencia en la sangre era eso. Todos pueden tener un poco de cada cosa.

—No—negó con la cabeza—No todos pueden encajar como tú. Eso te hace peligrosa.

—Lo hubieran notado durante mi entrenamiento.

—Si el nuevo programa de Jeanine hubiera existido hace tres años lo hubiera hecho—admitió—Te hubiera descubierto.

El Eric de hace tres años no tenía nada en común con el Eric de ahora. Hubo unos minutos de silencio, los suficientes para imaginarlo entregándome a los líderes, permitiendo que me dispararan o me torturaran hasta más no poder. Hubiera terminado al fondo del Abismo como Miriam había querido verme.

—Y me hubieras entregado.

Al instante respondió sin vacilar.

—No, no lo hubiera hecho.

—Mi madre prefirió al padre de sus hijas pero no a sus hijas—caminé hacia la pequeña mesa del comedor. Dejé el cuchillo sobre ésta sin girarme—Estuve en una relación con alguien que no creía en nada de esto, logré hacer que fueras honesto y te abrieras ante mí—pasé mis manos por mi cabello suspirando—Pero al yo hacerlo contigo sólo logré que terminaras mintiéndome de nuevo—Eric seguía en donde lo había dejado—Hiciste lo que el viejo Eric hubiera hecho.

—El viejo Eric te hubiera entregado, ya te lo dije.

Sonreí de lado cruzándome de brazos.

—Eres un maldito mentiroso, acabas de decir que no lo hubieras hecho—bufé sacudiendo la cabeza—No entendía porque tantos archivos en ese computador, no entendía porque necesitabas el resultado de mi Prueba de Aptitud y el de los demás. No consiguieron nada fuera de lo normal, tú ayudaste a ellos para que hicieran todo ese desastre—señalé—Acéptalo, querías que fuera cierto y así fue. ¿Crees que también nuestro hijo será como su madre?

—No seas ridícula. Te salvé la vida, los salvé a ambos.

— ¡Asesiné a Sheila! No me interesa lo que Max pudo pensar de ti, si tanto quieres a tu hijo pudiste detenerlo porque eso hacen los padres—algo húmedo se resbaló por mis mejillas—Te sigue importando lo que piensen los demás—antes de que volviera a interrumpirme seguí hablando— ¿Alguna vez me has besado frente a todos? ¿Alguna vez me has siquiera abrazado frente a ellos, Eric?—ante el silencio me sentí peor—No, claro que no. Eric Coulter no puede hacer eso y jamás podrá hacerlo.

— ¿Debo hacerlo para hacerte saber que te amo?

— ¿Debo aceptar tu estúpida excusa y tu mentira para hacerte saber que estoy de acuerdo?

Eric rodeó los ojos. Pasó su mano por el cabello y luego las convirtió en puños. Estaba conteniéndose. Para él era poca cosa que hubiera asesinado a mi amiga, él estaba acostumbrado, yo no. Ese mundo era parte de él pero yo no pertenecía allí. No podía ser como él, no podía apagar las emociones con facilidad, no quería que cuando en unos meses fuera madre, alguien le dijera a mi hijo que sus padres habían asesinado a personas inocentes porque su trabajo lo requería.

—Llorar, arrepentirte y tumbarte a hacer un berrinche no servirá para traerlas, la primera vez nunca se olvida y puedo decírtelo por experiencia.

—No soy divergente por llorar la muerte de alguien—me burlé. Caminé a la puerta señalándola—Lárgate de aquí.

—No me iré, cuando me vaya, sufrirás.

—Que inteligente, vete.

—Intento ayudarte, Aurora, déjame hacerlo, vine a explicarte porque hice lo que hice—caminó a mí—El viejo Eric no hubiera hecho esto porque no le interesaba los sentimientos de los demás, no se preocupaba por nadie. Quiero estar contigo, debí haber hecho algo pero también hice lo mejor para el bebé...

—Él estará bien, no necesito nada de ti, no necesito tu lástima ni tu apoyo—me escuché tan segura que casi me lo creo—Quiero estar sola, quiero llorar sola, quiero arrepentirme sola y quiero maldecir sola, ahora lárgate o yo lo haré. Suficiente has hecho por hoy.

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¡Chicos y chicas! Este fin de semana no podré actualizar ya que estaré fuera de casa en un retiro espiritual. Mañana subiré capítulo, intentaré que sea a primera hora y volveré a actualizar el lunes por la mañana. Quería avisarles, ¡Saludos!

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