17 ❧ Gimiendo
Te deslizabas desaforadamente sobre él, sintiendo el grosor impactando tu vagina. Tus saltos eran constantes, te sostuviste de su cuello y echaste la cabeza hacia atrás, evitando cualquier rastro de gemido.
Sus abdominales emanaban sudor y se escurría el alcohol; sus muñecas se hallaban atadas detrás de su espalda, bien sujetas, por si decidía tentarse en tocar tu cuerpo.
__ ¡Hug, noona!__ sus ojos suplicaban algo que no ibas a concederle jamás.
Detestabas esa mirada.
Continuaste saltando enfáticamente sobre él; una fuerza arrasadora te invadía el vientre amenazando estallar.
JungKook era demasiado sexy para tu gusto. Y demasiado hipócrita para tu comprensión.
Sus palabras rozaban tus oídos causándote vértigo. Odiaste la sensación que JungKook te transmitía con tan sólo jadear. Sus ojos penetraban los tuyos y su boca abierta exhibía sus dientes. El sudor le quemaba la frente, el cabello y sus músculos. Parecía casi un niño.
Una necesidad pujante te obligó a atacar sus labios. Sus músculos se contraían maniobrando para intensificar el beso y, de alguna forma, poseer tu cuerpo.
Sus labios eran tersos y con tan solo roces se te antojaba más. Saltaste con mayor velocidad hasta sentir cansadas tus rodillas. Pronto -no perdías el tiempo-, te encontrabas meneando tus caderas, sintiendo la profundidad del encuentro carnal.
Era muy excitante; la adrenalina por poco te hacía dormir las piernas.
__ Noona... me vuelves loco__ susurró sobre tus labios, meneando su cabeza y pronunciando esa sonrisa pícara que tenía y excitaba.
Tu voz te transmitía el mayor de los placeres.
Maldita sea, ¡estabas follándote al bárbaro Jeon JungKook!
Una vez descansadas las rodillas, volviste a cabalgar con histeria sobre sus muslos. Su pene parecía escarbar aún más a fondo; te habías atado el cabello media hora antes. Los sonidos exóticos de ambos en acción podía traumar a cualquier espectador.
Recordaste a TaeHyung.
Comenzaste a contraerte y la inestabilidad te obligó a frenar. Mientras movías las caderas, te masturbabas en círculos el clítoris y, en unos segundos morbosos, el clímax se apoderó de tu cuerpo.
__ ¡AH, JEON!__ gritaste, sin poder evitarlo.
__ Oh, eso es, noona... ah, por Dios... te tragaría completa__ gimió.
Saliste de él y, pronto, tu mano izquierda aterrizó en su mejilla. Aquella zona comenzaba a notarse colorada e irritada.
La sonrisa de JungKook seguía muy nítida.
__ No quiero volver a escuchar tus deseos de adolescente, JungKook. Me das tanta repugnancia que podría vomitar sobre tu polla, ¿sabes?
Te levantaste, buscando tus atuendos con la vista. Te detuviste en pánico ante su risa que, según lo recibías, te tomaba el pelo.
__ Bien sabes que no es verdad__ volvió a observarte, perforando tu cuerpo.
__ No quiero oírte__ dijiste, amenazándolo con tu mano derecha.
__ Golpéame. Quiero sentirlo bien fuerte, noona__ suplicó, agravando su voz.
Estaba provocándote y no caerías.
Se paró. Aún llevaba las muñecas fuertemente atadas en la espalda. Estaba desnudo y contemplaste la anatomía formidable que se marcaba en frente tuyo, minado de tatuajes oscuros y su miembro muy, muy erecto.
Se dió la vuelta y comprendiste a lo que se refería.
__ Me corta la circulación__ dijo, en un susurro.
¿Habría sido correcto desatar a la bestia?
Aún le temías y aún lo amabas. La primera te obligaba a retenerlo y la segunda a liberarlo. Sus músculos estaban relajados y percibiste su sonrisa.
Pero entre tanta discordia y tantas voces combatiendo entre ellas, la polémica optó al azar. Lo soltaste.
Se frotó las muñecas, sin voltear.
Se alejó de ti para buscar cigarrillos sobre su escritorio; sentiste un enorme vacío. Él mentía, no te amaba. Sólo fingía esas palabras y se entregaba para que lo follaras, como él lo deseaba. Y tú sólo caías.
Es que, mierda, era muy sensual, demasiado sexy y sólo pensabas en cuándo cabalgarle la polla.
Su cuerpo estaba erguido y apoyado contra el borde del escritorio. Se había colocado el cigarrillo entre sus labios y lo dejó allí, liberando el tóxico humo por la pequeña apertura de su boca.
Sus ojos te observaban el cuerpo y se encontraba masturbándose con la mano derecha. Mientras, la izquierda se encargaba de su abastecimiento del tabaco. Su mirada se intensificaba en ti y parecía ser absorbido por una inmensa vehemencia rica en excitación.
Tenía un rostro tan placentero y el hecho de que se masturbara pensando en ti, te arañaba el estómago.
__ ¿Qué haces?__ preguntaste inquieta.
Su mera presencia te obligaba a sentirte inestable con la ropa puesta.
Se relamía los labios. Luego, pegaba otra calada y seguía masturbándose.
__ Sólo atiendo a mi excitación sin reemplazarte por otra.
Comprendiste el juego sucio que JungKook tramaba y no estabas dispuesta a volver a caer en su tablero. Te acercaste hasta encararlo.
__ No pienso arrodillarme para satisfacerte, Kookie.
Su risa jovial se hizo presente una vez más.
__ No tendrías por qué hacerlo.
Hundió el extremo del cigarrillo en el ébano del escritorio y se acercó a tu cuerpo. Se inclinó a la izquierda y, con fuerza, sus brazos te sujetaron de la cintura y te dió la media vuelta.
El pánico recorrió tu cuerpo: estabas boca abajo, sostenida por los brazos de JungKook. Su cabeza se asomaba entre tus muslos y corrió la tela de la tanga con los dientes.
Una ráfaga de estremecimiento navegó por tus venas. Prácticamente, hacían el sesenta y nueve parados.
Sus dientes y lengua se adentraron en el clítoris, lamiendo y jugando con él. Estabas excitada otra vez, y no perdiste el tiempo. Tomaste entre tus manos su pene y lo metiste en la boca.
Comenzaste a mover la cabeza desaforadamente, masturbándolo con fuerza, llegando a fondo.
Percibías sus gruñidos sobre la sensibilidad de tu organismo femenino.
Sí... era lo que necesitabas. No fuiste capaz de evitar cualquier otro gemido y ahora jadeabas como perra, mezclando arcadas. Chupabas como paleta su furiosa extremidad, tanto que temiste que se le impregnara y tomara el sabor de tu saliva.
__ ¡Mmn!__ continuaba Kookie, extraviándose en tu vagina, labios y clítoris. Parecía disfrutarlo con vehemencia.
Ahora empezaba a moverse, perforando con su miembro tu boca. Tus arcadas se volvieron más rabiosas.
Le pegaste una nalgada a él, y río sobre tus labios vaginales.
Seguías y, de pronto, JungKook gimió fuerte sobre tu sensibilidad. Sabías que iba a correrse y tuviste la misma sensación.
Estalló su orgasmo dentro de tu boca, cuyo cual escupiste para luego relamerte los labios, sintiendo un orgasmo invadir tus paredes vaginales.
JungKook te tragó, literalmente. Y no creíste que lo hiciera.
__ Maldito...__ susurraste y él rió como respuesta.
Te devolvió al suelo y sentiste un pequeño mareo al aterrizar. Pero sus brazos te sostuvieron. A penas volvías a la realidad y sus labios invadieron los tuyos.
__ Basta__ interrumpiste, sin corresponderle. Sin querer, reíste.__ Detente.
__ No puedo__ dijo, atrapando tu cuello, tus labios.__ Te amo.
__ Te ordené que no lo volvieras a mencionar.
Su mirada suplicaba.
__ Te ruego, noona, que me permitas decírtelo. Es lo que siento.
Sonreíste son sarcasmo, invadida por un poderoso rencor arrasador que te permitía ser consciente y recordar cada acontecimiento que él te obligo a pasar.
__ Tú no sientes nada, JungKook. No caeré por ti así digas estupideces como esas__ afirmaste, besando sus labios.
Lo soltaste y bajaste el vestido a la altura correspondiente, dispuesta a salir de la habitación. Ajustaste la coleta de caballo.
__ ¿Por qué te vas sin ropa interior?__ preguntó.
__ Porque voy a follarme a algún tipo que sea menos estúpido que tú__ sonreíste.
Notaste el dolor en su rostro. O tal vez la furia.
Quizás ambos entremezclados.
Pero decidiste que no iba a importarte esa noche.
El odio se incrementaba con cada palabra que mencionaba.
__ ¿Qué quieres?__ a estas alturas, no podías permanecer con calma.
__ Asumo que tomaste el rumbo del plan. Estoy fuera__ dijo TaeHyung, firmando un papel al pie de la hoja.__ Es todo tuyo... y de él.
No sentías satisfacción para nada.
Ni sabías qué sentir.
__ Perfecto__ afirmaste sin saber.
Sin embargo, aún no se había retirado de la habitación. Seguían allí, enfrentados, y suponías lo que seguiría.
__ Escucha... no voy a decirte que la foto que viste no es real. No puedo negar que haya sido reciente. Pero te juro que esto no incumbe con nosotros, yo me enamoré de ti...
Yo me enamoré de ti. Te amo demasiado. Me vuelves loco. Te amo con vehemencia. Estoy enamorado de ti.
Todas aquellas frases vacilaban en tus recuerdos como duras estacas; había mucha modestia en ello y procuraste mantener la cordura.
__ Sí, ya oí eso antes__ interrumpiste. No eras capaz de mirarlo a los ojos.
__ Entiéndeme, habrá sucedido una semana atrás y todo habría acabado. Y, de pronto, ella me envió ese mensaje. Lo lamento demasiado, sé que fue mi error.
Lo observaste.
Estabas quebrada y te sentías infeliz. Exacto, existía esa posibilidad y era razonable que le sucediese eso a TaeHyung. Habría estado en lo cierto, pese a pasar un mal momento que, frente a muchas pantallas, aparentaba la infidelidad.
Pero ambos sabían que no lo era.
Entonces, ¿qué sucedió?
JungKook. Sí, eso pasó. Estabas enamorada y tú corazón lo hubiese dado todo por permanecer junto a él.
__ No quiero verte__ apartaste la vista, con mucha angustia.
__ Quiero advertirte...__ comenzó, con dificultad,__ que no puedes con él. Te destrozará. Es líder de una mafia, la mentira es el menor delito que cometió contra ti. ¿Qué crees que sucederá?
__ No te incumbe__ azotaste.
__ Sí que me importa. Y no estoy satisfecho. Pelearé por ti, porque ese imbécil te manipula como títere__ señaló, endureciendo la voz.
__ ¡Vete, TaeHyung! No lo hagas más difícil.
El silencio retornó a la sala. El gusto agrio te invadía la boca. Caminó hacia ti y sus brazos rodearon tu cuerpo. Le devolviste el abrazo, llorando.
__ No quiero ser como él__ susurraste, más calmada.__ Pero ya lo tengo bajo control.
__ No lo tienes. Él se está alimentando de ti__ dijo, casi quebrado.__ Ven conmigo.
__ No puedo. Déjame sufrir las consecuencias, ¿sí? Confía en mí.
¿Hasta dónde llegarías por él? Por el amor de ambos, por su unión eterna. ¿Por qué con JungKook era todo complicado? Tenías los brazos abiertos de TaeHyung pero nunca lo estrechaste. Él te ofrecía protección y una nueva vida. Sí, pero falsa. Porque le sentías cariño, pero no lo amabas.
JungKook había cultivado una fuerza intensa que te atraía hacia él. Y era momento de la cosecha.
__ No renuncies__ rogaste.__ No sé lo que sucederá cuando termine esta porquería de la absorción de las empresas de Demetrius. Espero que no me esté utilizando.
__ En ese caso, estaré allí para rescatarte, ¿de acuerdo?
__ TaeHyung... tú no eres un segundo platillo para mí. Y no me permitiría torturarte de esa manera...
JungKook tomaba un rol inadmisible por ti. Siempre había venerado tu dilección hacia él y aquel sentimiento perduraría en un panorama venidero. Su amor y aprecio hacia ti nunca había acabado, hasta incluso, él temía que fuese adictivo y enfermizo.
__ Estoy dispuesto a protegerte de él, sea del modo que sea. Sin importar lo que suceda entre nosotros, sólo deseo marchen como se debe.
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