15 ❧ Ajena
꧁ JungKook ꧂
La solía observar con una perturbadora mirada que la espantaba. A propósito. Y luego se arrepentía ante la credulidad de la muchacha porque ella fallecería mil veces sobre sus brazos, y le encantaba abusarse de ello.
Pero también la subestimaba demasiado.
Era tan hermosa... no era su cuerpo, ni la calidez de su piel, ni la oscuridad en sus ojos, ni su cabello. Algo en su ser florecía al detestarlo y golpearlo, algo tan vil y maligno, un sentimiento vehemente que le obligaba a retenerla en sus brazos.
Algo que sobrevivía al fuego de su corazón.
Ella era un armazón, frágil y genuino que, si lograba hacerla parte de su corazón, se endurecería hasta destruirlo. Y una vez se lo confesó.
__ Señor__ llamó Luka, con otros dos hombres a su espalda.__ El objetivo se encuentra en la mira.
Él había entrado sin tocar.
Eso comenzó a revoltearle el estómago a JungKook. La silla giratoria le permitió encarar su presencia nefasta. No soportaría más palabras.
__ Sé perfectamente en donde está__ comenzó, procurando evitar alterarse.__ Necesito saber lo que hace.
Sus músculos descansaban sobre la silla, repleto de tatuajes oscuros.
Pegó otra calada al cigarrillo consumido y el tabaco se escurrió entre los pulmones. En los nudillos se tatuaba el nombre de su noona, con letra angelical, como era ella. Besó aquella parte, como si pudiera percibir con claridad lo terso de sus labios.
__ Traigan las pantallas__ ordenó.
Inmediatamente, los hombres quitaron de las maletas una infinidad de pantallas y las instalaron sobre el escritorio. Al encenderlas, se podía notar la amplitud de la habitación, en otras se observaban una cocina y la sala, y finalmente, el baño.
Con cautela, JungKook encendió otro cigarrillo para absorber de su toxicidad.
La acción provenía del baño; se podía divisar dos cuerpos desnudos, sumidos en una lujuria tan intensa que por poco lo cegaba. Allí estaba ella, tan nítida y resplandeciente como siempre fue, estremecida ante los fuertes contactos de placer que TaeHyung le ofrecía.
Sus brazos cargaban las piernas de noona y la embestía rebelde a ella una y otra vez, contra la pared humedecida.
El plan corría a la perfección y un atisbo de satisfacción inundó su prodigioso ser.
__ Excelente__ susurró.
El plan constaba de dos partes; el primero estaba parcialmente completo, pues, ella se había convertido finalmente en Dianna Warner con éxito y faltaba la parte de la herencia en unas semanas.
La segunda parte era la absorción de las fortunas y la retención ilícita de las medicinas, que una mitad pertenecería a Kim TaeHyung. Y por supuesto, JungKook no lo permitiría nunca.
Asesinarlo a Kim habría sido un fiasco, pues, aún sus seguidores lo respaldaban que gota de sangre. Pero...
¿Qué tal si lograra que él se enamore de ella, la nueva Dianna? JungKook lo extorsionaría con la muerte de la joven para que sólo cediera a su triunfo... y Jeon sería el único quien ociara del banquete.
Todo marchaba corriente al plan.
Se permitió nuevamente fumar mientras la escena continuaba, ahora ambos empapados en la habitación, besándose con un ímpetu que JungKook nunca sobrevivió. Como si desearan llegar a un punto imposible, luchando hacia allí con avidez. Percibía el ácido de sus cuerpos en descontrol y sublevación.
Ella, noona, lo abrazaba fuerte como si fuera un refugio en donde subsistir fuera de sus garras. Recurría a él. A sus besos y a su cuerpo.
Tal vez JungKook empleó más rigidez de la debida, inconsciente. El corazón le palpitaba exuberante y contraído.
Ella gemía genuinamente bajo los músculos de TaeHyung, bajo su hombre de armadura; rasjuñaba su espalda y con sus piernas sexys abrazaba su contextura. El calor comenzó a devolver efectos inestables y latía la sien.
__ Creo que tenemos éxito, muchachos__ replicaba Luka a sus hombres, y éstos se felicitaban, como si el logro fluyese sobre sus dedos.
No, no era así.
El pecho se le contraía a él y era tiempo de querer aceptarlo, o de lo contrario, su armazón se vería afectado.
Ahora noona galopaba sobre su cuerpo, lo besaba y sonreía. Ella lo hacía con él. ¿Cómo se atrevía, luego de haber grabado sus risas sobre los labios de JungKook?
El brazo derecho comenzaba a temblarle ligeramente.
¿Se permitiría JungKook fallecer sobre la mujer a quien tanto amaba? ¿Lo haría? ¿Por ella? ¿Por su noona?
Posiblemente, habría de averiguarlo.
Luka y sus compañeros comenzaban a crear un fuerte bullicio inestable en los oídos de JungKook. Era un grave error, porque éste comenzaba a sufrir de los nervios.
Su brazo derecho temblaba con un terror impresionante.
Su noona atacaba el cuello de TaeHyung, lo volvía a besar con el mismo ímpetu de antes. JungKook comenzó a comprender algo que aún no estaría dispuesto a aclarar, por su propia integridad física.
Ni muerto.
TaeHyung la abrazaba y estrujaba como si temiera que ella escapara. Y a JungKook le atacaba la vista ver esa situación.
Sus músculos se contraían y el corazón le martilleaba contra el pecho, como si ociara en huir. El calor le inundaba las palmas y su temblor se evidenciaba.
Luka y sus hombres comentaban y JungKook no lo soportaba. Estaba tenso y furioso.
TaeHyung acabó dentro de noona.
El dolor se escurría en su pecho como la poderosa sangre. No sabía cómo calmar su brazo. Tenía guardada una Magnum 357, clásica y lustrada. La tomó sin que los hombres lo percibieran. Le colocó ágilmente el silenciador.
Cuando su dedo índice rozó el gatillo, el dolor comenzó a ceder como también el fuerte temblor.
El murmullo le sacaba de quicio.
Se levantó con cautela y el arma entre sus dedos, lista.
Su noona descansaba como una flor sobre el abdomen de TaeHyung. Él acariciaba su cabello.
JungKook volteó y apuntó a la cabeza de Luka, quien se encontraba de espaldas. Y jaló. Repitió el proceso con los otros hombres.
JungKook no pestañeó. Ni temblaba. Estaba muy satisfecho, como siempre.
Inhaló hasta llenar sus pulmones y exhaló.
Su celular marcaba un número.
__ Hola Penny__ comenzó, observando la imagen de noona sobre TaeHyung, apretando la mandíbula.
__ Cielo, hace un ratito me fui y ya me extrañas__ respondió la joven.
__ Me harás un favor. Esta noche__ afirmó él.
__ Recién me fui. Que sea mañana, bebé__ pidió Penny, caprichosa.
__ Dije hoy.
El otro lado de la línea quebró en silencio. Penny suspiró.
__ ¿Qué obtengo a cambio?__ preguntó su voz, interesada y chillona.
__ Ya sabes__ respondió JungKook, consciente de que no lo cumpliría.
Él no quería saber nada de ella, no ahora. Ni después. Estaría dispuesto a entregarse a su noona. Porque ella era su reina y su ruina.
Hasta ahora él creía que el fuego era tenerla, poseerla. No. Nunca fue eso porque ella no era suya. No de esa forma. Sino que se amaban el uno al otro, sobreviviendo al deseo y el amor. Esa era la estrategia.
JungKook iba a entregarse a ella, pero con una pequeña trampa. Porque así era él. Pero ¿qué más da? Si ellos se amaban...
꧁ JungKook ꧂
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