Veronica

Entramos por una parte asegurada del aeropuerto. Me sentía muy extraña ya que habían dos hombres de seguridad caminando a nuestro lado en todo momento. Nos revisaron y nos llevaron a un jet privado que nos estaba esperando.

— Buenas tardes Omar.— saludó a Harry al capitán del avión.

— Buenas tardes señor, Buenas tardes señorita los llevaré rápido a Londres.— dijo Omar quien era un hombre en sus...sesenta años diría yo.

— Gracias.— dijo.

Caminé por el pasillo hasta que Harry se sentó en uno de los asientos y yo me senté frente a él.

— ¿Sabes que puedes sentarte donde quieras verdad? No necesariamente frente a mí.— dijo.

— No se que demonios hacer, así que déjame tranquila.— dije.

— Como quieras.— dijo rodando los ojos.

La puerta de el avión se cerró y comenzamos a movernos. De la nada un sonido como de llamada empieza a sonar por todo el avión

— ¿Ya empezaste a volar Omar?— preguntó el hombre que estaba hablando con Harry hace un rato.

— Estamos empezando a salir del gate señor.— dijo el piloto.

— Necesito que vueles a la velocidad de la luz Omar ¿entendido?— preguntó Apollo.

— Lo que usted diga señor.— dijo Omar y se escuchó como terminaba la llamada.

— Idiota.— susurró Harry.

— Ya escucho a su manager Harry.— dijo Omar.

— Si, te doy permiso a que no lo escuches Omar.— dijo Harry.

— Como usted diga.— dijo.

— Se ve que no les cae bien ese señor.— dije.

— El y su hermano son los managers de One Direction y son unos idiotas, no te preocupes que dirás lo mismo cuando lleguemos allá.— dijo Harry.

Sentimos como el avión comenzaba a despegar, y los dos no hablábamos en todo el viaje. Después de dos horas aterrizamos y estaba un poco nerviosa ya que nunca había venido a Londres.
Al bajar del avión seguí a Harry y a su guardaespaldas por el aeropuerto que era gigantesco. Hasta que llegamos a la parte de afuera donde una camioneta nos esperaba. 

— Vamos Harry.— dijo un chico rubio.

— Súbete a la camioneta.— me dijo y el subió al asiento copiloto.

Rodee los ojos y abrí la puerta para subir al auto. Solamente estábamos tres personas en el vehículo ya que el guardaespaldas de Harry se quedó esperando su maleta y llegaría aparte. El chico rubio se dio la vuelta para mirarme y luego miró a Harry.

— ¿Es ella?— preguntó como si yo no estuviera aquí.

— Niall cállate y conduce por favor.— dijo Harry poniéndose unas gafas negras.

— Ay está bien está bien.— dijo y comenzó a conducir.

— ¿Dónde estamos?— pregunté.

— Estamos en Gatwick, mucho gusto soy Niall.— dijo.

— Verónica.— dije.

— Lindo nombre.— dijo Niall.

— ¿Cuánto tarda hasta el lugar donde tenemos que estar?— pregunté.

— Diez minutos, las oficinas de nuestros managers queda cerca de el aeropuerto, si quieres puedes admirar Londres.— dijo.