Veronica

Durante todo el día me quedé en la habitación durmiendo ya que la cama estaba muy cómoda. Estoy segura de que no dormiré en la noche, en fin Harry se había ido con los chicos a dar una vuelta así que estuve sola todo el rato.

— Verónica...Verónica despierta.— susurró una voz detrás de mí.

Abrí mis ojos para darme la vuelta y ver a Harry sentado al otro lado de la cama. Me senté también y llevé mis manos a mi cara para rascarme los ojos.

— ¿Es hora?— pregunté.

— Son las cuatro así que puedes empezar a arreglarte.— dijo.

Suspire y me levanté de la cama para ir a bañarme, me puse una bata y cuando salí de el baño vi que Harry había tirado las almohadas al piso y estaba durmiendo.

— Harry levántate.— dije y el levantó la cabeza para mirar su teléfono y ver la hora.

— Verónica son las cinco de la tarde, diez minutos más.— dijo y Volvió a dormir.

Reí levemente y me sequé el cabello para dejarlo suelto en ondas, después de diez minutos Harry se levantó y se fue a bañar. Tome la ropa que nos habían dado ayer y al abrirla había un vestido corto negro. Al ponérmelo me fui a mirar en el espejo y veo como el vestido queda ajustado en mi cuerpo.

— Si, te vez bien.— dije.

Harry

Me había puesto mi ropa en el baño y ya tenía mi camisa de botones blanca puesta con los pantalones negros. Salí del baño y me mire en el espejo, no me gustaba como me quedaban las mangas largas de la camisa así que me las doblé hasta los codos y mientras lo hacía vi a Verónica a través de el espejo. Me quedó observándola sorprendido por cómo se ve sentada en el sofá con su vestido puesto. Le quedaba muy bien para ser honestos, se estaba poniendo sus tacones cuando de repente me miró y yo me di la vuelta para mirarla de frente.

— Estoy lista.— dijo poniéndose de pie.

— Ya veo...eh...vamos para afuera que ya Paul nos debe estar esperando.— dije.

Ella asintió y tomó su bolso, caminamos hasta la puerta de el hotel y bajamos por el ascensor. Al llegar a la entrada de el hotel noté que habían ya personas grabándonos así que nos apresuramos a subirnos a la camioneta con Paul.

Verónica

— Harry.— dijo Paul.

— Hola Paul.— dijo Harry.

— Hola Veronica.— saludó Paul.

— Hola.— salude.

— No los he presentado, Verónica el es Paul Higgins, nuestro papá de Seguridad y quien nos mantiene en orden.— dijo Harry y yo reí.

— Soy quien los atrapa cuando se portan mal.— dijo Paul y comenzó a manejar.

— Ya verás en el documental como un día nosotros estábamos corriendo por toda la arena y Paul me atrapó y me puso sobre su hombro.— dijo Harry riendo.

— Ese fue un día estresante.— dijo Paul.

— Me lo imagino.— dije y me puse a mirar por la ventana para ver todas las luces de la ciudad.

El viaje lo pasamos en silencio escuchando música hasta que llegamos al restaurante. Bajamos del auto y caminamos hasta la entrada donde nos recibieron sonriendo.

— Bienvenidos.— dijo un empleado.

— Buenas noches.— saludamos.

— Síganme por aquí por favor.— dijo el empleado.

Harry y yo lo seguimos, como lo habían dicho el restaurante estaba vacío, solamente para nosotros. Al llegar a la mesa nos sentamos y como lo había dicho Apollo habían muchas ventanas largas de cristal.

— Aquí tienen su selección de vinos ¿les gustaría ordenar algunos aperitivos?— preguntó.

— Para tomar queremos una copa de Scarlet Amour.— dijo Harry.

— Y de aperitivos queremos El plato de quesos surtidos.— dije.

— Perfecto ya se los traigo.— dijo y se fue.

— ¿Entonces?— preguntó Harry.

— ¿Como deberíamos comenzar esta noche?— pregunté.

— ¿Desde hace cuando fue la boda?— preguntó.

— Como hace un mes creo.— respondí.

— Wow, se siente como si hubiera sido hacen diez años.— dijo Harry.

— El tiempo pasa muy rápido.— dije.

En ese momento llegó el mesero con nuestras copas de vino y con los aperitivos. Ambos tomamos un sorbo mientras seguíamos hablando y comiendo lo que habíamos pedido como plato fuerte.

— Y así fue como me decidí en audicionar para The X Factor.— dijo Harry.

— Wow.— dije riendo.

— Comencé con la canción Soul sister pero luego canté la canción Acapella.— dijo.

— Ese fue tu momento.— dije.

— Si.— dijo y tomó un sorbo de vino.

— Pues me alegro por ti.— dije y el se me quedó mirando por un momento.

— Ahora yo quiero preguntarte algo.— dijo.

— Okay.— murmure.

— Ya se que te gustan los niños ¿Los amas tanto como para aceptar un matrimonio falso?— preguntó.

— Bueno...cuando pasas mayor parte de tu niñez en un orfanato viendo a niños que sueñan con tener una familia porque sus padres tal vez no podían mantenerlos por su estado económico, por...abuso es algo que me parte el corazón. Desde los dos tres meses que estuve ahí me prometí que en mi historia no sería así. Para mí los niños son un regalo De Dios y por ese sueño que algún día tendré y que podré financieramente estar bien acepte este trabajo.— dije.

— Entiendo.— dijo.

De repente entraron unas personas con Violines y se pusieron a tocar una música romántica. Harry y yo nos miramos confundidos cuando de repente el mismo chico que nos abrió la puerta se nos acerca.

— Les mandaron una sorpresa.— dijo.

—Gracias.— dijo Harry.

— Gracias.— dije.

Harry se queda mirando levemente hacia la ventana, luego se pone de pie y toma mi mano para llevarme con él.

— ¿Qué haces?— pregunté.

— Vi a unos paparazzis a la distancia así que hay que darles de qué hablar.— dijo.

— ¿Dónde? No los veo.— dije.

— Admito que tengo buen ojo para encontrarlos.— dijo y me acercó a él para ambos bailar lentamente.

Y en verdad si que lo tenía, cuando podía ver las ventanas trataba de encontrar los paparazzis pero no vi a nadie. Levanto mis ojos para ver a Harry y el baja su mirada para verme.

— Voy a hacer algo pero ten en cuenta que es por trabajo.— dijo.

— Okay.— dije confundida.

Harry no espera ni dos minutos para acercarse y juntar mis labios con los suyos.