jaeren

Angst ; leve smut

450 palabras

001. Felicidad

¿Cuántas veces Ren Jun esperó por el amor de Jae Hyun?

—Nhg... Hyunnie —Su gemido se clava en los oídos del mayor, pero éste no le toma importancia y sigue con sus embestidas.

Ren Jun mantiene sus ojos entrecerrados, queriendo guardar por siempre aquel momento como los anteriores. Mientras que Jae Hyun sigue manteniendo el mismo ritmo que cuando empezó a embestir -o quizás un poco más rápido-, cuidando no sobrepasarse. Pero en todo momento manteniendo sus ojos cerrados.

Disfrutar el momento, ese es el único objetivo de ese acto, no más. Aunque, al parecer para Ren Jun eso no está claro. Porque fue un acuerdo tácito que impuso Jae Hyun cuando iniciaron con aquellos encuentros, sin importarle algo más que su propio beneficio.

Pronto el menor siente un cosquilleo en su vientre bajo, dejando al aire silenciosos jadeos, experimentando el clímax de su éxtasis. Hilos blancos caen sobre su pecho, manchando a su vez un poco a Jae Hyun.

Jeong le sigue cuando siente a su miembro ser abrazado por las paredes anales del menor; dejándose llevar por el orgasmo. Termina con una última estocada y se viene en el condón.

Sus respiraciones los delata, había sido uno de los mejores orgasmos de ambos. Pero aún así Jae Hyun, después de salir del menor y quitarse el condón, sale de la cama, dispuesto a irse al cuarto de baño.

Ren Jun en todo momento le ruega con la mirada a que le viera, pero Jae Hyun simplemente evita verlo, como siempre lo ha hecho.

Eso lo rompe un poco más.

Ren Jun piensa que esta vez había sido diferente, porque lo había besado al inicio de aquel encuentro, lo que antes solo podía rogar en sus pensamientos.

—Hyunnie... —susurra el menor, sintiendo en su garganta una daga, viendo como Jeong camina hacia la puerta del baño.

El mayor se detiene y sin voltear a verlo, suelta aquellas palabras que en todo ese tiempo rondaron por su mente.

—No te puedo dar más, porque no hay más; no hay nada en realidad —seco y sin remordimiento, sabe donde quiere llegar el menor, por lo que es mejor detenerlo—. Y en cuanto al beso fue un error, me dejé llevar. Lo siento.

Fue todo lo que sus labios pronunciaron para después dejar solo a Ren Jun en la habitación.

La primera lágrima de la noche se desliza por su rostro, intentando que los sollozos no salieran de su boca. No era fácil, porque, aunque no era la primera vez en que Jae Hyun le dijera algo hiriente, en verdad, esta vez lo sintió diferente a las otras veces.

Pero no importa. Porque Ren Jun aún cree que puede soportar eso y un poco más.

Solo es un poco más de dolor para poder llegar a la felicidad.