29 de septiembre del 2000

Hoy sería mi primer día de rodaje y la verdad es que estaba demasiado nerviosa, no conocía a muchos y tenía mucho miedo de no hacer amigos. 

Hace unos días me había despedido de mis mejores amigos porque los rodajes era en Edimburgo, lo bueno es que Joanne estaría conmigo, porque al ser la escritora también quería estar presente en las grabaciones y así podría cuidarme. 

Mi madre se había quedado en Londres con mis hermanos, porque yo le había dicho que no hacía falta que por mí ellos dejaran todo atrás, además estaría con mi tía y podría ir a verlos en vacaciones.

Hace unas dos semanas que Joanne y yo habíamos llegado a Edimburgo, mi padre me había conseguido un representante provisionalmente, por si cuando creciera quisiera conseguir otro estaba en mi derecho, según mi padre. Se llamaba Robert mi representante y también era el de mi padre, por lo cual era muy importante en la familia. Tenía bastantes años en el mundo de la fama y era muy bueno en su trabajo.

—¿Estás bien querida? —miré a Joanne con una pequeña sonrisa, hoy conocería a mis compañeros, ya que las otras semanas estuve estudiando a mi personaje y Joanne prefirió que fuera hoy, puesto que yo ya había obtenido el papel. Así que estaba muy nerviosa, incluso tenía mucho miedo de que se me olvidara alguna que otra escena.

—Estoy nerviosa.

—No te preocupes linda, los niños son muy encantadores e incluso les hablé de ti y tienen muchas ganas de conocerte —me regalo una pequeña sonrisa, mientras volvía su mirada hacia la carretera.

—¿Y si no les agrado? —ella había parado en un semáforo y me miro con una sonrisa.

—Eres la niña más increíble que he conocido, así que nunca dudes de ti porque sé muy bien que les vas a agradar demasiado. Eres una niña maravillosa, buena, simpática... Así que no digas eso, verás como tendrás muchísimos amigos —asentí con una pequeña sonrisa.

—Gracias tía —susurré.

—No es nada tesoro —ella volvió a poner en marcha y ya habíamos llegado al rodaje, mis nervios habían crecido demasiado. 

Incluso podía jurar que se me había olvidado todo lo que había estudiado.

—¿Lista querida? —asentí nerviosa y las dos salimos del coche. Joanne se acercó a mí con una gran sonrisa y me agarro con cuidado de la mano y entramos al lugar donde empezarían las filmaciones.

Era todo tan enorme y había tanta gente que lograba aterrarme la idea de seguir ahí. Había ido a muchos Sets por mi padre, pero no era lo mismo. Ahora yo era la que trabajaría y daría vida a un personaje y tenía tanto miedo de decepcionar a todo el mundo, que lo único que quería era huir de ahí.

—Tranquila cielo, todo irá bien, ya lo verás —asentí y seguimos caminando—. Voy a estar a tu lado para cuidarte y no dejarte sola, así que no te preocupes de nada. No te pasará nada mientras yo este aquí, incluso podemos compartir camerino para que no te sientas tan sola —asentí con una pequeña sonrisa.

—Gracias —susurré y ella me dio un beso en la cabeza mientras seguíamos caminando. A lo lejos vi un grupo de tres niños hablando animadamente.

Uno de ellos tenía los ojos azules y el pelo azabache, el otro era pelirrojo, el otro niño era rubio de ojos claros y luego había una niña de pelo castaño con los ojos oscuros. Debía suponer que eran los que darían vida a Harry Potter, Ron Weasley, Draco Malfoy y Hermione Granger.

Llegamos con ellos y fue la niña quien se dio cuenta de nuestra presencia.

—Hola —dijo ella con una pequeña sonrisa, acercándose a mí—. Soy Emma Watson.

—Hola, yo soy Alexandra Depp —susurré nerviosa, los tres niños también se levantaron con una sonrisa y se acercaron a mí.

—Hola, soy Daniel Radcliffe, el rubio es Tom Felton y el pelirrojo es Rupert Grint —les sonreí a los tres.

—Yo bueno, ya lo dije, soy Alexandra Depp y espero llevarme muy bien con vosotros —les dije tímidamente.

—Obvio que sí, Lex... ¿Puedo decirte así? —asentí a la pregunta de Tom con una sonrisa— Tienes un bonito nombre.

—Gracias.

—Cielo, debo ir un momento a ver una cosa. Te prometo que no voy a tardar mucho, mientras puedes estar con ellos —asentí con una pequeña sonrisa y ella se fue corriendo a no sé donde, mire a mis compañeros de rodaje y los cuatro nos sentamos en el sofá y hablamos de cualquier cosa.

La verdad es que me estaba gustando mucho hablar con ellos, lo gracioso es que teníamos más o menos las mismas edades y yo interpretaría a un personaje dos años más mayor que sus personajes, pero eso era lo de menos supongo. 

Me hicieron sentir muy bien y me había llevado muy bien con los cuatro, estuvimos riendo y llego Joanne para llevarnos a los camerinos, para cambiarnos y empezar a rodar alguna que otra escena.

Estaba tan emocionada por participar en la Saga, incluso estaba más emocionada por llevar el uniforme de Gryffindor porque amaba esa casa. En verdad todas eran muy buenas, pero me había identificado como Gryffindor, al igual que Joanne sentía que yo estaría muy bien en esa casa.

Conocí a más compañeros y la verdad es que todo el equipo había sido muy amable conmigo y me habían hecho sentir como si estuviera en casa. Pensé que sería horrible, pero la verdad es que me había equivocado demasiado. 

Habíamos reído, Tom y yo habíamos hecho bromas mientras veíamos a Daniel hacer el tonto, sin duda alguna me estaba gustando esto y sabía que gracias a ellos no sería todo tan complicado. Ellos me hacían sentir bien. 

Después de grabar me despedí de todos y me fui con Joanne a la que sería nuestra pequeña casa que compartiríamos con sus hijos, me llevaba demasiado bien con ellos, así que no había ningún problema.

—¿Te lo pasaste bien? —asentí con una gran sonrisa— Me alegro mucho, en serio eres una niña demasiado talentosa Lex, no dejes que nadie te apague.

—No lo haré.

Un rato después llegamos y comimos todos juntos entre risas, cuando llego la hora de dormir Joanne y yo hablamos un rato con mis padres por teléfono y después me fui a dormir, ya que había sido un día demasiado largo.

Me preguntaba que estaría haciendo Aaron ahora mismo, la verdad es que lo extrañaba demasiado a ese idiota. Siempre nos veíamos y ahora sería más complicado porque estaba en otra parte, pero eso no haría que lo olvidara, porque siempre haría cualquier cosa por él.

Me quedé un rato más viendo el techo mientras abrazaba el peluche que me había obsequiado Aaron hace mucho tiempo, era un ciervo demasiado lindo que llevaba a todas partes porque sentía que era como llevar a Aaron conmigo. Además, era muy suave y no era muy grande por lo cual se me hacía fácil llevarlo. 

Sonreí y me acosté bien para dormir abrazada al peluche, ya que mañana sería un nuevo día de rodaje y tenía muchas ganas.

NOTA DE AUTORA

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