2 de Septiembre del 2000

Había pasado un año desde el encuentro que tuve con J.K Rowling y la verdad fue genial porque siempre me mandaba algún ejemplar de su libro y solía llamarme de vez en cuando para saber como estaba, por no decir que venía a menudo a verme.

Ahora me encontraba leyendo por millonésima vez el Prisionero de Azkaban, era uno de mis libros favoritos, sin duda.

—¿Otra vez leyendo ese libro? —levanté la mirada con una sonrisa para encontrarme a Aaron apoyado en el marco de la puerta.

—Pues sí, es que es demasiado bueno —él asintió y se sentó a mi lado.

—Si lo es, ¿sabes algo? —lo miré.

—¿El qué? 

—Amo más verte leer o haciendo algo que amas —me sonrojé.

—Cállate —Aaron sonrió y me abrazo por los hombros.

—Amo verte sonrojada Lexi, es lindo verte así. Te hace ver demasiado tierna —me dio un beso en la mejilla, lograron que mi sonrisa fuera más grande.

—A veces te odio —susurré.

—Amas a tu mejor amigo —asentí y lo abracé.

—¿Me prometes que siempre estaremos juntos?

—Obvio que si Lexi, pase lo que pase, siempre estaremos juntos. Aun cuando tomemos caminos separados siempre estaré ahí para verte brillar y ser la chica más maravillosa del mundo.

—A veces tengo demasiado miedo a que algún día ya no seamos mejores amigos... —él me interrumpió.

—Eso no pasará, créeme será muy difícil que te libres de mi Lex, seré como una garrapata obviamente bonita —solté una pequeña carcajada.

—Eres un poco egocéntrico, ¿lo sabías? —asintió riendo.

—Que sería de mí si no fuero un egocéntrico —asentí.

—Yo también te quiero muchísimo — susurré.

—Yo te quiero mucho más Lexi —susurró él abrazándome muy fuerte.

—Es bonito estar así la verdad. O sea, a veces amo el silencio.

—Y otras no, lo sé —sonrió.

Aaron era una persona que me comprendía bastante bien, siempre sabía como hacer que me sintiera bien conmigo misma, aunque yo no me sintiera bien. Siempre sabía qué decir en cualquier ocasión. Era bueno tenerlo como mejor amigo, la verdad, era lindo saber que alguien aparte de tu familia se preocupaba por ti.

—¿En qué piensas? 

—En nada importante, en verdad solo andaba pensando en lo feliz que estoy al tenerte a mi lado.

—¿Estás cursi? —le golpeé en el brazo y él soltó una risa— Uno ya ni puede bromear.

—Cállate idiota —él volvió a reír—, y se ríe encima. No sabía que era tu payasa a domicilio.

—No lo eres, eres mi mejor amiga aunque bueno un poco payasa si eres, pero así te amo querida mejor amiga hermosa —sonreí.

Aaron era un chico encantador que siempre se preocupaba por los demás, al igual que era también un gran actor. 

—¡Cariño tu padre llego! —escuché gritar a mi madre desde abajo, rápidamente me levante corriendo y baje las escaleras emocionada por verlo.

Digamos que llevaba unos meses sin verlo porque le surgió un papel para una película y por eso mismo no lo había visto, también porque las grabaciones eran en Los Ángeles y papá no se pudo permitir venir porque solo se podría quedar unas horas.

Al verlo corrí hacia él y él me tomo en brazos feliz mientras me daba vueltas con él. Logro sacarme varias risas, sin duda alguna la había extrañado demasiado. No deje de soltarlo en ningún momento haciendo que él soltara una pequeña risa.

—Hola mi princesa —susurró haciendo que mi sonrisa se hiciera más grande.

—Hola papá —me separé un poco para verlo y tenía una sonrisa en su cara mientras me veía— Te he echado de menos papá.

—Yo también te he echado muchísimo de menos, pero estaré varias semanas contigo y ya sabes que siempre que quieras puedes venir conmigo —asentí emocionada.

—John —miramos los dos a mi madre y ella tenía una expresión seria en su mirada, sabía que papá se había mentido en un gran lío, yo solté una pequeña risa y él me miro un momento divertido.

—¿Si hermosa madre de mis hijos? —ella volteó los ojos consiguiendo que esta vez también mis hermanos soltaran una pequeña sonrisa.

—No me vengas con esas, ya te dije que no puedes llevártela y menos cuando está de clases.

—Oh vamos, las clases son solo clases, además ella es muy lista y podrá sacar buenísimas notas aunque venga conmigo, ¿verdad tesoro? —me miró y yo asentí con una sonrisa.

—Vosotros dos no tenéis remedio —en el fondo papá y yo sabíamos que a ella también le divertía la escena. Mamá no solía ser dura con nosotros. Ese era un buen punto a favor, siempre nos apoyó al igual que papá, los dos nos comprendían y no nos presionaban a estudiar. Lo que siempre nos decía mamá era que estudiáramos porque no lo hacíamos por ella, sino por nuestro futuro, ella no quería que tuvieras un mal futuro y la entendía bastante.

Mamá se preocupaba demasiado por nosotros, siempre estaba ahí cuando teníamos un problema y nos protegió siempre. Algún día quería ser como ella, ser tan fuerte, tan valiente, tan perfecta... Mi madre solía decir siempre que nadie era perfecto, que todo el mundo tenía su lado bueno y su lado malo. Decía que ella como cualquier otra persona tenía demasiados defectos, pero que si no los demostraba eso no significaba que no los tuviera.

—Pero si es el pequeño no tan pequeño Aaron, wow sí que has crecido —dijo mi padre con una sonrisa mientras me bajaba de sus brazos.

—Hola señor Depp —mi padre se acercó a él y le desordenó el pelo, haciendo que Aaron sonriera al igual que yo.

—Déjate de eso, mejor dime Johnny —Aaron asintió y de pronto mi madre entró con J.K Rowling, emocionada corrí hacia ella. Ella con una sonrisa me tomó en brazos y me abrazó muy fuerte.

—Yo también te extrañe querida —me separé un poco para verla y tenía una gran sonrisa en la cara al igual que yo.

—Que bien que has venido tía —la consideraba como una tía porque siempre que tenía la oportunidad venía a visitarlos y siempre estaba al pendiente de nosotros, además siempre nos apoyó a todos y estuvo ahí.

—¿Verdad? Además, tengo una propuesta para ti querida —la miré confundida y ella soltó una pequeña risa— Tú sabes que van a sacar una película de mi libro Harry Potter, ¿no? —asentí emocionada— Pues había pensado que tú estés dentro.

—¿En serio? —la miré sorprendida.

—Claro que si, te quiero como Alexia Lupin, el papel es tuyo —miré demasiado emocionada a mis padres que me miraban con una gran sonrisa, al igual que mis hermanos y Aaron.

—¿Voy a ser Alexia Lupin? —le pregunté por qué seguía sin asimilarlo.

—Si cariño, si a tus padres les parece bien en unas semanas te llevaré a los rodajes y empezaremos a rodar la película.

Mire a mis padres impacientes, yo quería formar parte y los dos sabían lo mucho que amaba los libros.

—Cristina —papá miró a mi madre buscando una respuesta, sabía que para él la opinión de mi madre era demasiado importante.

—No voy a ser una de esas madres malas que no dejan a sus hijos cumplir sus sueños, así que mi vida adelante. Comete el mundo, pero vas a prometerme que seguirás estudiando y sacando buenas notas —asentí emocionada.

Rowling me bajo y mis hermanos fueron los primeros en abrazarme.

—¡Nuestra hermana será una artista! —solté una risa, mire de reojo a Aaron que seguía con una enorme sonrisa viéndome orgulloso, así que me acerque a él para abrazarlo fuerte.

—Estoy muy orgulloso de ti.

—Gracias —susurré con una sonrisa.

—¡MI HIJA SERÁ UNA ESTRELLA! —gritó mi padre haciendo que todos riéramos.

Una nueva aventura me esperaba y sabía que sería la mejor oportunidad de mi vida.

NOTA DE AUTORA

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