14 de junio de 1999

Alexandra Depp

Bueno para tener ocho años mi vida había dado muchísimas vueltas y es que ser hija de Jonnhy Depp podría tener sus pros y sus contras.

Las buenas cosas eran que papá siempre que podía me llevaba con él a todas partes, ya fueran premiers, rodajes o incluso entrevistas. Ya estaba acostumbrada de cierta manera a todo eso, era divertido en algunos casos, aunque es cierto que me encantaba ese mundo de la actuación, me gustaba actuar, fingir que estaba en mi propia película o en alguna de mis premiers. También me encantaba cantar, mamá me solía decir que tenía una linda voz al igual que papá. Además es verdad que entre las cosas buenas estaba la de conocer a gente importante, había conocido a Helena Bonham Carter, era una muy buena amiga de papá al igual que de mamá. Ella era como una segunda madre para mí, sin duda alguna.

Lo malo de todo esto es que todos los reporteros iban a todos los lados donde nos encontrábamos, no paraban de sacarnos fotos y eso a veces ponía de mal humor a mamá porque ella intentaba que tuviéramos una infancia tranquila, pero se le olvidaba quien era nuestro padre.

Mi madre había conocido en la Universidad a la chica que se convertiría en su mejor amiga, y que casualidad que fuera la madre de mi actual mejor amigo, Aaron Johnson.

Aaron y yo éramos mejores amigos desde que tengo uso de razón, siempre estábamos el uno para el otro, nos apoyábamos, nos levantábamos y para tener yo ocho años y él nueve años éramos bastante responsables y siempre nos ayudábamos mutuamente cuando alguno estaba en algún problema.

Aaron tenía el pelo castaño, los ojos azules, algunas pequeñas pecas por su cara, era más alto que yo, le gustaba jugar al fútbol y tenía el mismo sueño que yo, quería ser un gran actor. Sabía que él lo conseguiría, por lo que supe tuvo algún que otro papel al igual que yo.

En el colegio donde íbamos siempre hacíamos bromas, y casi siempre acabábamos en el despacho del director, cuando eso pasaba nuestras madres nos daban una de sus serias charlas, mientras que papá me sonreí y me felicitaba sin que mamá lo escuchara.

Hace unos meses conocí una chica que se convirtió en mi mejor amiga sin duda, se llamaba Alicia Vikander, era una chica de pelo castaño claro, ojos marrones, de la misma estatura que yo, y hacía Ballet.

Alicia y yo éramos mejores amigas, Aaron a veces se ponía un poco celoso, pero ya se había acostumbrado y los tres éramos muy unidos. Alicia y yo éramos un desastre, ella era tres años mayor que yo y dos años mayor que Aaron.

Tenía dos hermanos, uno era mi gemelo y éramos demasiado unidos, también tenía un hermano mayor de la edad de Alicia. Mi gemelo se llamaba Oliver y mi hermano mayor se llamaba Jake.

No os mentiré, es cierto que mis hermanos y yo éramos muy unidos, pero también es cierto que solíamos pelear como cualquier otros hermanos. A veces Oliver y yo le gastábamos varias bromas a Jake cosa que él también hacía. Incluso había veces donde mamá regañaba a Jake por hacernos bromas, aunque los tres sabíamos que no lo hacía a malas, pero era divertido ver como mamá intentaba no reírse cuando lo regañaba.

Papá estaba saliendo con una mujer llamada Vanessa Paradis, era una mujer muy encantadora y siempre que íbamos con papá, ella nos consentía demasiado. Era una mujer hermosa, amable, divertida y hacía muy feliz a papá. Vanessa era modelo, cantante y actriz. Había nacido en Francia, no recuerdo exactamente como se conocieron, pero con que hiciera feliz a papá todo estaba bien.

Papá y ella tuvieron hace menos de un mes una niña cuyo nombre le pusieron Lily-Rose Melody Depp, la había visto unos días después de su nacimiento porque Vanessa quiso que mis hermanos y yo estuviéramos. 

Lily era una bebé hermosa, tenía los ojos marrones, y era una cosita muy pequeña e inofensiva. Era tranquila por lo que vimos mis hermanos y yo, nos encantaba pasar tiempo con ella, pero nos tuvimos que ir porque papá tenía proyectos y mamá nos quería de vuelta para organizar todo.

Ahora mismo me encontraba en mi habitación leyendo Harry Potter, tenía los tres primeros libros firmados por J.K Rowling, amaba sus libros incluso creo un personaje nuevo llamado Alexia Lupin, aun recuerdo como la conocí y por mí creo ese personaje.

12 de Febrero de 1996

Estábamos mi madre, mis hermanos y yo en un vagón del tren y ellos tres se habían dormido, así que decidí dar una vuelta. Después de un rato vi en unos de los vagones a una mujer que estaba escribiendo y me entró la curiosidad, así que llame para ver si podía entrar y ella con una sonrisa asintió.

—Hola, perdón por molestarla solo tenía curiosidad —mientras entraba al compartimento.

—No te preocupes cielo, siéntate por favor —asentí con una sonrisa y me senté.

 —¿Qué está escribiendo? —le pregunté demasiado curiosa.

—Un libro llamado Harry Potter y la Piedra Filosofal —el nombre era muy interesante, quería saber más, pero no quería molestarla.

—Me gusta mucho, ¿le importaría contarme un poco? Claro, si no le molesta.

—Claro que no me molesta pero, ¿tu madre sabe que estás aquí?

—Mi madre y mis hermanos están durmiendo y están a cinco compartimentos de aquí —le contesté mientras jugueteaba con mis manos.

—Bueno, pues te quedarás conmigo, me haría bien un poco de compañía la verdad —me regaló una sonrisa y me comenzó a contarme un poco sobre el libro y sentí mucha curiosidad por un personaje en concreto.

El personaje de Remus Lupin me gusto demasiado, el pobre había sufrido y solo fue un niño cuando una persona horrible lo convirtió en un hombre lobo.

—¿Y está solito? — miré a la mujer.

—Si lo está.

—Podría tener una hermana pequeña a la cual cuidar, su condición no le hace una mala persona y merece tener felicidad después de todo lo malo —la escritora me sonrió.

—Tal vez tengas razón, él también debe tener a alguien a pesar de su condición, después de perderlo que tenga una razón para seguir luchando.

—Si —le sonreí y de pronto escuché un grito que conocía demasiado bien.

—¡Alexandra! — noté la preocupación en la voz de mi madre, lo que hizo que tanto J.K Rowling como yo nos levantáramos y saliéramos fuera.

—Por Dios, estabas ahí... Menudo susto me diste —mamá me abrazó muy fuerte y después de unos minutos se separó y miro a Rowling— Pido perdón si mi hija llego a incomodarla.

—Para nada, sinceramente me gusto tener su compañía incluso me dio algunas ideas, sin duda es usted muy afortunada de tener una hija como ella, yo también tengo una y es igual de curiosa que ella —soltó ella una pequeña carcajada.

—Muchas gracias y gracias otra vez por cuidarla —mi madre le regaló una sonrisa.

—No es nada —le sonrió de vuelta.

—Bueno nosotros nos iremos, en un rato llegamos a nuestro destino, es un placer...

—Joanne Rowling —le contestó a mi madre.

—Un placer Joanne, soy Cristina Campbell —las dos estrecharon las manos.

—Un placer, bueno siento mucho no poder conversar un poco más, pero debo escribir —le dijo apenada a lo que mi madre asintió con una sonrisa.

—No se preocupe, buena suerte —Joanne le regaló una sonrisa y dirigió su vista hacia mí.

—Algún día nos volveremos a encontrar pequeña Alexandra, espero que sea pronto —ella se acercó a mí y me abrazó.

—Espero que el lobito sea un poco más feliz —correspondiéndole al abrazo.

—Verás que si, si llego a publicar tendrás un ejemplar firmado —nos separamos y me regaló una sonrisa que correspondí.

—Gracias señora Rowling, hasta pronto —le di la mano a mamá.

—Hasta pronto pequeña Alexandra.

Después de ese momento, ella cumplió su promesa y siempre que publicaba un nuevo libro de Harry Potter me lo mandaba, y estaba ese personaje que le hablé con mis mismas cualidades.

Alexia tenía la misma edad que los hermanos Weasley y ellos tres eran inseparables, de momento no sé mucho más por qué solo hay hasta el tercer libro, pero esperaba con ansias la continuación.







NOTA DE AUTORA

¿Qué os pareció el capítulo?

Hemos visto como ella conoció a J.K Rowling así que se vienen cosas.

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Os amo❤