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🗝️. Uno

JongIn colocó la maleta encima de su pronta ex cama. Era su último día en la base, después de haber servido casi dos años a su país con mucho orgullo, estaba dejando el lugar. Sus compañeros de la armada le hicieron un pequeño agazajo para despedirlo, a algunos de ellos no los vería afuera hasta unos meses después. Definitivamente no iba extrañar su dura y fría cama, tampoco la poco exquisita comida que le ofrecían en el comedor ni las amanecidas y madrugadas que les obligaban hacer. Por fin estaba saliendo del recinto e iba a regresar a casa junto a su hermosa familia, a sus mejores amigos y sobre todo junto al amor de su vida.

Do KyungSoo.

Ambos habían comprado una casa con los ahorros de cinco años que guardaron en el banco. Tenían planeado irse a vivir en ella en cuanto terminaran el servicio los dos, por eso KyungSoo se enlistó a los 25 y JongIn lo hizo un año después, también a los 25.

En sus días libres se encontraban en alguna cafetería e iban a citas para no dejar morir ese amor que por tantos años habían cultivado. Aunque el último año que JongIn estuvo en el servicio las citas con su novio fueron menos frecuentes, lo curioso era que KyungSoo ya había dejado de servir, podría tener más tiempo para ir a visitarlo pero no resultó de esa manera.

Entre las llamadas que KyungSoo le hacía le daba excusas que no siempre sonaban creíbles pero tampoco quería desconfiar de él, lo conocía mejor que nadie, hasta mejor que a él mismo.

A las 13 horas, JongIn se encontraba fuera de la base, al fin volvía a ser un simple civil que regresaba a casa permanentemente. Decidió no llamar a nadie para darles la sorpresa pero claro, al primero que iría a ver sería a su amado novio que ya estaba viviendo en la casa nueva. Se puso en marcha de lo más feliz y nervioso, en una hora tendría puesta su cómoda ropa y comería un buen almuerzo casero.

Cuando por fin llegó, se dio con la sorpresa de que no había nadie esperando por él en aquella casa, eso lo desilusionó bastante. Entonces fue a visitar la de sus padres y a quedarse un rato con ellos.

Luego de otra hora de viaje en bus, llegó a casa de su familia y tocó el timbre.

—Joven JongIn —su vieja nana le abrió la puerta, recibiéndole con una expresión de sorpresa y quizás ¿pánico?—. ¿Cómo...? No, no ¿cuándo?

La anciana tartamudeaba por su inesperada visita.

—Hola nana, yo también te extrañé —le dijo y le dio un calido abrazo.

—Tú...

—He salido hoy, no les quise avisar para darles la sorpresa —confesó—, vamos adentro.

JongIn se adentró en la casa, la cual estaba igual a como la había dejado antes de ir al ejército. El olor le recordaba su infancia y todos las buenas memorias que creó junto con sus padres y hermanas.

—¿En dónde está todo el mundo? —preguntó al ver la ausencia de personas en el lugar.

La mujer lo miró con la cara desencajada, estaba echa un manojo de nervios.

—¿Nana? —preguntó nuevamente, se contagió del nerviosismo de la señora. —¿Pasó algo?

—Joven JongIn, por favor siéntese primero, voy a prepararle un poco de té.

Algo no andaba bien, eso era seguro, pero su nana no quería terminar con el tormento de una buena vez.

—¿Qué está pasando?

La única respuesta que obtuvo fue la de la cuchara golpeando suavemente la pequeña taza de té.

—¿Me lo va a decir?

Se escuchó un largo suspiro y la cuchara dejó de ser movida.

—Lo siento mucho, joven —aún de espaldas podía saber que la mujer estaba llorando. —Lo siento tanto.

Se volvió hacia él y se abrió en un llanto desconsolado cubriendo su rostro con ambas manos. Ella temblaba y a JongIn no le quedaba claro lo que estaba pasando.

—¿En dónde están mamá y papá? ¿mis hermanas están bien? ¿mis sobrinos? Por favor dime algo.

La mujer calmó un poco su llanto. —Todo pasó tan rápido —habló con la voz entrecortada— en realidad no sabemos que pasó pero ellos tuvieron ese accidente y...

—¿Accidente? —estaba por entrar en pánico pero trató de calmarse—¿Qui-quiénes se accidentaron?

—Tu padre —su confesión pareció más un susurro y por eso quiso engañarse un poco más, no podía ser cierto lo que había escuchado.

—¿Qué?

—Su padre iba conduciendo pero hizo una mala maniobra, el auto se salió del carril y un camión impactó con ellos.

Hasta hace unos días había hablado con su padre sobre el coche nuevo que planeaba comprar.
Hasta hace unas horas se encontraba haciendo su maleta para por fin regresar a casa y reunirse con todos.
Hasta hace un momento el mundo parecía ser el mismo de siempre.

Pero se necesita solo un segundo para que la vida te cambie por completo.

—"Ellos"

—¿Qué?

—Dijiste "ellos", ¿quiénes iban en el carro?

—Oh —su nana parecía batallar con la elección de sus palabras. —Fue muy extraño pero estaba con KyungSoo.

—¿KyungSoo? —ahora se encontraba más aterrado que nunca. Dos de las personas más importantes en su vida habían pasado por un accidente que sonaba horrible.

—No sabemos bien qué pasó pero JungAh llamó justo antes que llegaras para darme la noticia sobre... —hizo una pausa larga y tomó fuerzas para comunicarle el terrible suceso— tu padre ha fallecido.

JongIn sintió que el mundo se le iba abajo en cuanto escuchó de la muerte de su padre. Aquel hombre que lo amó desde que nació, lo crió de la mejor forma y fue comprensivo en todo momento, aún cuando él le había confesado sobre sus preferencias sexuales a su padre eso no le importó, le dijo que él era su hijo y lo iba a amar siempre, sin condiciones.

—¿En dónde está mi familia? —preguntó desesperado.

—Están en el Centro Médico Asan piso 12.

El moreno no esperó más y salió corriendo de casa con dirección al hospital.

Aún no había oscurecido, no pasaban de las 4pm pero él ya lo estaba viendo todo de color negro.

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