💙Capítulo 9-Malteada💙
Seis meses de gestación...
El padre de Yoongi terminaba de firmar un par de acuerdos con su nuevo socio, el señor Lee.
Al finalizar se estrecharon las manos y caminaron juntos a la salida del edificio para cenar y celebrar la nueva alianza, mientras tanto, Lee Hyuk veía con recelo a Yoongi y este al notarlo le dijo que se fueran en su automóvil al restaurante.
El par de jóvenes se fueron caminando al estacionamiento y antes de subir al vehículo Yoongi rompió el silencio yendo directo al grano.
—¿Por qué me miras tanto?
—¿Fuiste a la boda de Jimin?
—¡Oh! —Yoongi comenzó a reír—. ¿Quieres saber acerca de tu ex?
—Esa zorra no me interesa, lo único que quiero saber es...
—¿Llamaste zorra a Jimin? —Yoongi alzó las cejas—. ¿Lo hiciste en mi presencia?
—Es lo que es. ¿No supiste qué está embarazado?
—Lo supe, esa fue la razón por la que adelantó la boda con Jeon —contestó Yoongi.
—Es que es extraño. —Lee Hyuk se recargó en el vehículo—. Me costó bastante que Jimin abriera sus lindas piernas para mí, no me trago el cuento de que me engañó con Jeon.
—¡¿Te engañó con Jungkook?! —Yoongi comenzó a reír, sus mejillas enrojecieron—. ¡Dios mío, tengo que ponerme al corriente con Jimin! No lo he visto y quiero detalles.
—Entonces tú tampoco lo sabías.
—No, yo estaba en Canadá. —Encorvó los hombros.
—Dime Yoongi. ¿Crees que Jimin es ese tipo de chico? Ya sabes, un tipo fácil que se acuesta con cualquiera.
—No. —Yoongi apretó la quijada—. No lo es.
—Exacto, no lo es y mis teorías se confirman cada vez más.
—¿Qué teorías?
—El hijo de Jimin es mío, pero está con Jungkook porque lo rechacé.
—¿Qué pendejada estás diciendo? ¿Crees que un Jeon se prestaría a eso?
—No lo sé, es una simple teoría.
—No creo. —Yoongi presionó el botón de la alarma del automóvil para abrir la puerta.
—Le pedí que abortara, Jimin me dijo que ese niño era mío. —Yoongi se quedó quieto sosteniendo la manija del automóvil.
—¿Te dijo que era tuyo? —preguntó Yoongi sin mirar el rostro de Hyuk.
—Sí, lloró y me maldijo cuando le pedí que fuera a una clínica de aborto.
—¡Ja! Tal vez no sabía quién era el padre, en fin. —Yoongi subió al vehículo—. No pienso llevarte y la próxima vez que hables de Jimin y yo te escuche voy a dejarte sin dientes. ¡Chao!
Cerró la puerta del automóvil, encendió el motor y se marchó directo al restaurante, dejando a Lee Hyuk mirándolo como se alejaba.
—Es mío, ese bebé es mío...
Jimin tenía antojo de malteada de oreo, esos días había estado más irritable, cansado, sudoroso y llorón de lo normal. Los cambios hormonales le afectaban la existencia, además de que el sueño le había aumentado pues se quedaba dormido a cada rato. No comprendía a las mujeres y donceles que decían que el embarazo era una etapa hermosa y maravillosa porque para él estaba siendo cansado, un martirio.
Tomó su teléfono, llamándole a Tommy para decirle que quería ir a comprar una malteada. Él siempre atento fue en seguida para llevarlo, al llegar al lugar le dijo que se marchara porque le escribiría a Jungkook para que fuera por él.
Su pancita de embarazo ya se le notaba más, era pequeña, pero ya cualquiera podía notar que estaba visiblemente embarazado. Por eso no lo hicieron esperar en la fila, lo atendieron rápido dándole dos malteadas, una de oreo y otra de vainilla para Jungkook. Aunque Jimin le robaría un poquito a su esposo porque también se le antojó.
Mientras esperaba recibió un mensaje de texto de Yoongi, pues resultaba que acababa de regresar oficialmente a Seúl. Jimin medio molesto porque su amigo casi no le hablaba decidió llamarle.
—Hola —contestó Yoongi rápidamente.
—Oye, ni siquiera escuché el timbre del teléfono.
—Tenía el teléfono en la mano.
—Estoy bebiendo malteada en nuestro lugar favorito. ¿Estás cerca?
—¿Estás solo?
—Sí, pero Jungkook llega dentro de una hora. Es que tiene una reunión.
—Estoy cerca, iré un rato para saludarte... Pero Jimin. ¿Tu esposo no se pone celoso?
—¿Qué dices? Jungkook es diferente —dijo refiriéndose a su ex, porque Hyuk sí se ponía bastante celoso de Yoongi.
—Okay, voy para allá, pídeme una de limón.
—Okidoki.
Cuando Yoongi llegó la malteada de limón ya estaba servida, Jimin ya se había tomado la de oreo y se estaba tomando la de vainilla, daba igual porque le pediría otra a Jungkook.
Al ver a su amigo se puso de pie para abrazarlo, pero Yoongi lo detuvo señalándole la panza y mirándolo sorprendido.
—Tienes una sandía en lugar de barriga —dijo sorprendido.
—Tengo seis meses, en tres nace.
—No puedo creerlo. ¿Y ya tiene nombre? —preguntó al sentarse en la mesita y tomar entre sus manos la malteada de limón.
—Todavía no, estoy buscando algo que combine con Jeon ya que será su apellido de pila.
—Jeon... —Yoongi bebió la malteada—. La verdad me sorprendió que salieras con él. ¿No se supone que salías con Hyuk?
—Hyuk quedó en el pasado. —Jimin sonrió y le brillaron los ojitos—. Jungkook es mi presente ahora.
Yoongi bebió la malteada durante varios segundos, tanto que se le congeló el cerebro. Después se apartó y se mordió los nudillos porque no quería mentirle a Jimin.
—Hablé con Hyuk anoche porque es el nuevo socio de papá.
—Ay no... —Jimin puso los codos en la mesa—. ¿Por qué dejaste que se hicieran socios?
—Porque no sabía que te había pedido abortar a tu hijo. De haberlo sabido jamás lo hubiera permitido.
Jimin se quedó en total silencio y Yoongi tomó una galleta del centro de la mesa, masticando con cautela para ver si terminaba de gustarle.
—¿Cómo lo...?
—Hyuk me dijo.
—¿Desde cuándo son amigos?
—¿Desde cuando me escondes cosas así de importantes, Jimin? —Dejó la galleta en la mesa porque no le gustó, le pareció demasiado dulce.
—Yo...
—¿Hyuk es el padre de tu hijo? —La nariz de Jimin se hinchó y sus ojos se enrojecieron.
—Jungkook ha estado conmigo cuando me mareo, cuando me dan tantas náuseas que termino vomitando en el retrete, cuando tengo un antojo, en mis crisis de llanto, en mis días irritables, me masajea los pies en las noches y me acompaña a las citas médicas. —Jimin se puso de pie molesto, extendiendo la mano hacia Yoongi para mostrarle el anillo de bodas—. Estamos casados, vivimos juntos y mi hijo tendrá el apellido Jeon. ¿Eso responde tu pregunta?
—Oye siéntate, no te pongas así. Yo solo preguntaba porque Hyuk anda diciendo que le pusiste los cuernos con Jeon, pero que le habías dicho que tu hijo es suyo.
—Jimin. —Era la voz de Jungkook, él estaba atrás de Jimin y Yoongi lo había visto llegar desde hace mucho, pero no había dicho nada—. Vámonos, no es necesario que tengas este tipo de conversación.
—¿Cuando llegaste? —preguntó sorprendido.
—Hace rato, adelántate, pediré malteadas extras.
—Pero estaba platicando con...
—Ve al auto, está estacionado aquí en la puerta. —Extendió las llaves del vehículo para que Jimin pudiera abrirlo.
—Bueno... ¡Adiós, Yoongi! —Se marchó del lugar.
Cuando Jimin se fue, Jungkook dejó caer las manos encima de la mesa donde estaba sentado Yoongi, con tanta fuerza que le tiró la malteada de limón haciendo que se derramara.
—¿Qué clase de absurda pregunta fue esa? ¿Y qué mierda está escupiendo Lee Hyuk?
—Primero que nada; Hola. —Yoongi se puso de pie para estar a la misma altura que Jungkook, pero seguía siendo más bajito que él.
—No voy a repetir lo que acabo de preguntar.
—Lo que oíste antes, Hyuk cree que el hijo de Jimin es suyo.
—¿Hijo de Jimin? ¡Mi hijo! —gritó al mismo tiempo que se le enrojecía el rostro y se le marcaban las venas del cuello—. Que no queden dudas de eso.
—Bueno, yo solo quería preguntarle a Jimin si era cierto para apoyarlo.
—¿En qué mierda podrías apoyarlo? No necesita a nadie porque me tiene a mí.
—Lo sé. —Yoongi sonrió—. Pero también estaré para él siempre que lo necesite y más ahora que es frágil.
—Jimin no es frágil.
—Pero bueno, no importa ya comprobé mi teoría. —Sonrió—. Jimin fue claro con su respuesta.
—¿Y cuál era tu teoría?
—No tengo que hablarlo contigo porque no eres mi amigo. ¡Adiós!
Jungkook apretó los puños y se fue a comprar las malteadas que le había dicho a Jimin que compraría, pero Yoongi, al salir se dirigió al automóvil de jungkook y tocó la ventana de Jimin, este la abrió de inmediato.
—Te conozco y te apoyo. Nada más me hubiera gustado ser yo quien te ayudara en tus crisis de llanto porque después de todo fui tu amigo desde hace mucho tiempo atrás, debiste buscarme, cruzaría el mundo para ayudarte.
—Yoongi... —murmuró.
—El secreto está a salvo conmigo, descuida.
—No le digas a Hyuk. —Yoongi sonrió—. Por favor.
—Wow, me lo confirmaste justo ahora, mi psicología inversa funcionó. Soy un maestro de la manipulación.
—¡Yoongi, jura que no le dirás a nadie!
—Lo juro. —Suspiró—. Te miras curioso con esa barriga...
—Ay Yoon... —Jimin comenzó a llorar.
—No llores. —Volvió a suspirar—. Si Jungkook comienza a portarse extraño contigo llámame, estoy para ti.
Dicho eso, comenzó a caminar para alejarse del automóvil y Jimin continuó llorando.
Momentos después, Jungkook salió sosteniendo un par de malteadas, sonriendo al ver a su esposo esperando en el auto. Sin embargo, su expresión se desdibujó al ver a Jimin cubriéndose el rostro y temblando. Las lágrimas corrían por sus mejillas y su cuerpo se sacudía con convulsiones. De inmediato, dejó caer las malteadas y corrió hacia el automóvil, abriendo la puerta del copiloto para abrazarlo. Jimin se aferró a sus brazos con fuerza, mojándole el traje de con sus lágrimas. Jungkook contenía las lágrimas, sintiendo una profunda tristeza e impotencia porque no soportaba que algo le hiciera mal a su hermosa flor, a la persona que más amaba.
No quería volver a verlo llorar, no quería que su corazón se rompiera de nuevo. Se sentía impotente, sin saber cómo aliviar su dolor. La preocupación y el amor que sentía por Jimin lo consumían. Quería protegerlo, quería hacer que se sintiera mejor.
—Escúchame —susurró Jungkook—. Estoy aquí para ti, siempre estaré... Perdóname por no llegar antes a la tienda de malteadas, por no llegar antes a tu vida, perdón.
Los temblores de Jimin se detuvieron, se apartó con suavidad de Jungkook, se limpió las lágrimas con la camisa que tenía puesta, o al menos lo intento, después tomó ambas mejillas de su esposo con las manos y lo miró a los ojos.
—Llegaste justo a tiempo a mi vida, mi amor.
El corazón de Jungkook se detuvo.
Era la primera vez que Jimin lo llamaba de esa manera, era la primera vez que no lo llamaba por su nombre y le gustaba, le encantaba ser su amor.
—Te amo, Jimin.
Jimin sonrió para después besar los labios de Jungkook con suavidad, con habilidad y con esmero. Quería demostrarle con ese beso que sus sentimientos eran correspondidos, pero no bastaba, por eso reunió coraje al finalizar, asintiendo con la cabeza reafirmándose a sí mismo que eran totalmente ciertas las palabras que estaban a punto de salir por su boca.
—Te amo, Jungkook.
Jungkook le abrochó el cinturón de seguridad, después se apartó para ver el desastre que había hecho con las malteadas.
—Iré a comprar otras malteadas, se me cayeron.
—Aquí te espero.
Se marchó, aturdido por las palabras de amor de Jimin, estaba feliz, nunca antes se había sentido de esa manera y no quería dejar de sentir que lo tenía todo porque así era. Con Jimin y su capullo, no había nada que deseara en el mundo.
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