Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💙Capítulo 1-Propuesta💙

Dos líneas...

Park Jimin, un joven adinerado con una vida de apariencias y deberes por cumplir, acababa de quedar embarazado. Su mundo se derrumbaba ante sus ojos, y el padre de su hijo era el primero en rechazarlo.

Su novio, el hombre que había jurado amarlo y protegerlo, se talló el rostro molesto, como si la noticia fuera una ofensa personal. Quería dejarlo desde hacía bastante tiempo atrás, y ahora tenía la excusa perfecta.

—¿Cuanto quieres? —preguntó con desdén, su voz helada.

Jimin se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. ¿Cuánto quería? ¿Qué clase de pregunta era esa?

—¿Cuánto quiero de qué? —preguntó Jimin sin despegar la vista de la prueba de embarazo, su corazón estaba latiendo con ansiedad.

—Para ir a la clínica de abortos. ¿Cuánto dinero quieres, Park? —La voz de su novio era cortante y sin emoción.

Jimin sintió un escalofrío. ¿Aborto? ¿Cómo podía sugerir algo así?

—¿Park? —Jimin alzó la vista, haciendo contacto visual con su novio. La distancia entre ellos parecía insalvable—. ¿Desde cuándo me llamas Park?

Su novio se encogió de hombros.

—Mira, yo planeaba terminar contigo. No quiero hijos, así que... —Suspiró—. Hazte y hazme un favor: Ve a abortar y terminemos con esto.

Jimin se sintió como si hubiera sido apuñalado. ¿Terminar con él? ¿Después de todo lo que habían compartido? ¿En ese momento vulnerable? ¿Justo cuando había quedado embarazado?

—Lárgate. —Jimin apretó los dientes, su voz baja y peligrosa.

—¿Qué? —preguntó su novio, sorprendido.

—Dije que te largues, sabes que no necesito tu dinero, tampoco tu apoyo. ¡Quiero que te vayas y no vuelvas jamás! —La ira y la tristeza se mezclaron en su voz.

Luego de un momento de silencio, el ahora ex novio de Jimin sonrió.

—Perfecto, me voy. —Se dirigió hacia la puerta—. No olvides deshacerte de eso. —Señaló el vientre de Jimin, como si el bebé fuera una cosa despreciable.

Jimin se levantó, su corazón hirviendo de rabia. Tomó la lámpara de la mesita de noche y se la arrojó con fuerza, pero este la esquivó con facilidad. Después salió de la habitación, yendo directo a la puerta principal de la mansión Park.

Jimin se quedó solo, rodeado de silencio y oscuridad. Rompió en llanto, su cuerpo sacudido por sollozos. Ese imbécil... No lo merecía.

Controlando las ganas de llorar posó su mano en el vientre, al mismo tiempo que una sensación de calma y protección lo invadía.

—Tranquilo bebé, yo te cuidaré. —Susurró con su voz llena de amor—. No te preocupes, estás a salvo.

El joven Park se quedó profundamente dormido, su corazón triste, pero su alma invadida de esperanza porque dentro suyo crecía una nueva vida.

Vida por la que daría todo.

A la mañana siguiente, o al menos eso creía Jimin, lo despertó la voz familiar del mayordomo, Tommy. Él era un viejo respetable que cuidaba de su familia desde mucho tiempo atrás, y su presencia siempre era un confort para los Park.

Jimin se estiró en la cama, extendiendo los brazos y arqueando su espalda en un gesto de languidez. Después, abrió los ojos, parpadeando para adaptarse a la luz suave que se filtraba por las cortinas.

—El señor Namjoon lo espera en el comedor, joven Park —dijo Tommy, su voz baja y respetuosa.

Se sentó en la cama, frotándose los ojos con la palma de sus manos.

—¿Tan temprano, Tommy? —preguntó, aún con la voz dormida.

—No es temprano, señor —respondió Tommy con una sonrisa—. Son las tres de la tarde.

Jimin se sorprendió.

—¿Cuándo regresó de Milán? —preguntó, saltando de la cama.

—Regresó hoy en la mañana —respondió Tommy, ayudando a Jimin a encontrar su bata.

Jimin se la puso, sintiendo el suave terciopelo sobre su piel.

—Oh, ya veo... —dijo, aún tratando de despertar del todo—. Bajo en seguida.

Tommy asintió.

—El señor Namjoon parece tener prisa —dijo, su voz ligeramente más seria.

Jimin sintió un escalofrío. ¿Qué podría querer Namjoon? ¿Sería sobre su embarazo? ¿O sobre la ruptura con su novio?

Se dirigió hacia el comedor, su corazón latiendo acelerado. La conversación con Namjoon podría ser difícil, pero estaba listo para enfrentarla.

Cuando finalmente llegó al comedor, su padre estaba escribiendo frenéticamente en su MackBook, siempre hacía eso cuando tenía algún problema en la inmobilaria. Los Park eran dueños y distribuidores de muebles de todo tipo dentro y fuera de Corea del Sur, pero no eran cualquier muebles. Eran creaciones únicas, diseñadas con precisión y cuidado, y fabricadas con los materiales más nobles. Solamente las familias más adineradas tenían acceso a ese tipo de mobiliaria, y la empresa Park era sinónimo de lujo y elegancia.

Jimin se acercó a su padre, tragándose los nervios que habían estado acumulándose en su estómago. No sabía qué esperar de esa conversación, pero estaba listo para enfrentarla. Se sentó junto a él, en la silla de cuero negro que siempre había sido su lugar en el comedor.

—¿Cómo estuvo el viaje?

—Bien, un vuelo tranquilo y aburrido —contestó sin despegar la vista de la MackBook.

—Oh...

—¿Terminaste con el joven Lee? Apareció esta mañana en los periódicos de la ciudad. —Jimin casi escupe su café.

—S-sí...

—¿Cuál es la razón de su ruptura?

—Falta de... Química... —Mintió. Jimin no estaba listo para confesarle a su padre que estaba embarazado.

—Entonces ahora eres de nuevo, un soltero codiciado.

—Supongo.

—¿Supones? ¿Por qué? ¿Ya traes un nuevo ligue, pillín? —Namjoon dejó de escribir finalmente, cerrando la laptop para mirar el rostro de su apuesto hijo.

—¡Papá! —chilló.

—Quiero lo mejor para ti, un hombre que te ame con todo el corazón. Es lo único que un hombre rico anhela para sus hijos.

—Ah bueno yo...

—Por cierto, tienes dos horas para arreglarte, hoy cumple veintiocho años el hijo heredero de los Jeon y van a nombrarlo director de la empresa. Pocos fueron invitados, entre ellos nosotros.

—¿Puedo no asistir?

—No puedes, mis colegas y yo presumiremos a nuestros hijos e hijas. Podrías encontrar un nuevo pretendiente o pretender a alguien de nuestro mismo estatus esta noche, aprovechando que eres soltero.

—Ahí estará mi ex... ¿Verdad?

—Supongo que sí. ¿Pero a quién le importa?—Namjoon sonrió mostrando sus dientes perfectos—. Demuéstrale que se perdió un partidazo.

—Ay papá.

—Ay papá nada.

Jimin se puso un traje azul, no hacía falta agregar tantos accesorios porque el traje y el rostro del hombre hablaban por si mismos. Namjoon ya lo estaba esperando en el vehículo, vistiendo un traje verde oscuro. Ambos conversaron de cosas banales, la verdad se llevaban muy bien y sus lazos se fortalecieron bastante cuando la madre de Park falleció dos años atrás.

Namjoon nunca tuvo ojos para otra mujer y era un hombre conservador que respetaba a la familia, que respetaba el matrimonio y que le encantaría ayudarle a su hijo a encontrar a un hombre o mujer con quien compartiría el resto de su vida.

Por eso Jimin no se atrevía a contarle que estaba embarazado y que el padre lo había abandonado. Eso iba en contra de los principios de Nam.

Al llegar a la fiesta, la noche parecía prometedora. La música clásica resonaba en el aire, y las familias más adineradas de Corea del Sur estaban ingresando al gran salón de eventos. Pero a Jimin no le estaba yendo nada bien porque en el vehículo, las náuseas habían comenzado a hacerse presentes, y antes de que pudiera siquiera pensar en cómo evitarlo, se sintió obligado a salir corriendo en busca del baño más cercano.

La sensación desagradable de tener las manos en la taza y de haberse manchado el saco lo hizo maldecir internamente. ¿Por qué hoy? ¿Por qué en esta fiesta llena de gente tan importante? Se sintió vulnerable y avergonzado.

Después de vomitar, se limpió el rostro con papel higiénico y se puso de pie tambaleante.

Al salir del cubículo, se topó con un joven que conocía porque cuando eran adolescentes iban al mismo instituto: Kim Taehyung.

Taehyung había sido uno de los chicos más populares en la escuela, y Jimin siempre había sentido una mezcla de admiración y envidia hacia él.

—¿Te cayó mal la cena? —preguntó Taehyung recargándose en el lavamanos para que Jimin se enjuagara las manos y la boca.

—Eso creo. —Mintió.

—Tu traje es un asco. Mmm... Los Jeon tienen unos de repuesto por si suceden este tipo de inconvenientes. Espérame aquí, iré por uno.

—Gracias...

—No hay de qué, eres Park Jimin. ¿Verdad? —Jimin asintió—. Tal vez no me recuerdas, yo soy...

—Kim Taehyung, el mejor amigo de Jeon Jungkook. Los conozco del instituto y nuestros padres son socios.

—Más que socios son amigos —dijo Taehyung—. Vuelvo pronto.

Jimin asintió.

Cuando Taehyung se marchó se quitó el saco y se lavó el rostro, necesitaba refrescarse un poco porque el mal estar era general. El baño estaba en silencio, excepto por el sonido del agua corriendo en el lavabo. Jimin se miró en el espejo, su reflejo mostraba una imagen pálida y cansada.

Volvió a echarse agua en el rostro y cuando abrió los ojos luego de secarse con la toalla del distribuidor eléctrico palideció porque atrás de él se encontraba su ex novio cruzado de brazos.

—¿Síntomas del embarazo? —preguntó arqueando la ceja.

—Vete al diablo. —Le arrojó la toalla con la que se secó luego de hacerla bolita.

—¿Ya hiciste cita? No quiero aparecer en las revistas de chismes.

—Lee Hyuk. No te metas en mis asuntos, tú y yo terminamos ya hasta lo mandaste a publicar en los periódicos.

—Tuve que hacerlo, así te animas a abortar.

—Vete, Lee.

—Estamos en un baño... ¿Público? Y yo, al igual que tú soy invitado de los Jeon. No voy a irme.

El sonido del agua del baño bajando de uno de los cubículos resonó. En ese momento emergió del interior Jeon Jungkook. Portaba un traje negro que hacía juego con sus ojos oscuros como la noche, él carraspeó la garganta sintiendo la tensión del momento.

—Oh, Jeon Jungkook, que gusto encontrarte aquí, su invitado Park insiste en que salga del baño y...

—El baño es para hacer nuestras necesidades, no para charlar. —Jungkook no le dirigió la mirada a ninguno de los dos, él estaba lavándose las manos con bastante jabón—. ¿No vas a entrar a algún cubículo?

—Oh, no. Solo vine a... —musitó Lee Hyuk.

—A molestarme. ¿Cierto? —preguntó Jimin, luego rodó los ojos, dispuesto a abandonar el baño primero—. Me largo.

—Oye Park. ¿No estabas esperando el traje que te traerá Taehyung? —preguntó Jungkook—. No harás que te busque por todo el salón para entregártelo. ¿O sí?

—Am...

—¿Qué tanto escuchaste de la conversación que tuve con Jimin? —preguntó Lee Hyuk.

—Más de lo que debería —dijo al terminar de secarse las manos.

Taehyung entró al baño con un saco azul muy parecido al que Jimin había manchado, pero al notar el ambiente tenso comenzó a hablar.

—Oigan. ¿Por qué las caras largas?

—Sal del baño Hyuk —pidió Jungkook, pero sonaba más a una orden—. Quiero privacidad.

—¿Privacidad? —cuestionó Lee Hyuk alzando las cejas.

—Sí, privacidad con Jimin. —Sonrió apretando los labios—. Y cierra la puerta al salir, por favor.

Lee Hyuk salió del baño sintiéndose consternado. ¿Por qué el joven Jeon necesitaba privacidad con Jimin? ¿Tenían algo? ¿Por qué, Kim le llevaba ropa como si fuera la cenicienta y él su hada madrina?

Jimin respiró aliviado, al mismo tiempo que se tocaba el puente de la nariz. Taehyung le ayudó a ponerse el saco mientras soltaba una que otra lágrima, Jungkook le extendió una toalla para que se limpiara y cuando se calmó el cerebro de Jeon hizo click. Había encontrado a la damisela en apuros que cumplía con todos los requisitos que sus padres aprobarían para casarse.

Adinerado, guapo, confiable...

Pero. ¿Estaba en verdad embarazado?

—Taehyung, déjanos solos —pidió Jungkook amablemente.

—¿Qué está pasando, chicos?

—Te enterarás más tarde. ¿Me dejas solo con Jimin?

—Oh... Sí, claro.

—Y cuida que nadie entre al baño, que vayan al de la sala este.

—De acuerdo.

Taehyung salió del baño, quedándose al otro lado de la puerta portereando para que nadie entrara. Jungkook se acercó a Jimin con una sonrisa maliciosa que advertía problemas. Jimin lo miró a los ojos con mejillas y nariz coloradas a causa del llanto.

—¿Tu padre lo sabe? —cuestionó mirándolo a los ojos, Jimin no comprendía.

—¿Qué cosa?

Jungkook suspiró con fastidio.

—Que ese imbecil te embarazó. ¿Lo sabe?

—No. —Apretó la quijada—. Y si se lo dices voy a...

—¿Vas a abortar o piensas dar a luz?

—Jungkook, creo que te estás entrometiendo demasiado. Que seas el anfitrión de esta fiesta no te da el derecho. —Cruzó los brazos y alzó la barbilla.

—Quiero ofrecerte una solución, ya sabes. Somos hombres de negocios.

—¿Qué clase de solución podrías ofrecerme? ¿Dinero, ayuda, asesoría maternal? —preguntó con sarcasmo—. Dinero, tengo de sobra, ayuda no la necesito y asesoría maternal... Puedo contratar a alguien experto.

—Puedo ofrecerte algo único, algo cotizado, puedo ofrecerte lo que muchos hombres y mujeres anhelan, pero que hasta ahora nadie ha logrado. —Sonrió con orgullo.

—¿Ah sí? ¿Qué cosa?

—Cásate conmigo y te ayudaré. —Sonrió—. Si quieres abortar, te acompañaré en el proceso, y si quieres ser padre entonces seré un hermoso padre falso.

Jimin contuvo el aliento ante tal proposición.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH

COMENZAMOS FUERTE CHAVALESSSSSSSSSSS

PÁSENME LA PRESIÓN QUE SE ME BAJÓ LA COCA🫠🫠🫠🫠🫠🫠🫠🫣

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro