Nirvana

(Capítulo 57)

A pesar de que todavía siento el terror de hace unos minutos porque, honestamente no esperé que Kimi se apareciera tan pronto. Sigo a Tania por las escaleras, sé que ella quiere irse a dormir, pero yo necesito hablar con ella. Con todo el asunto de evitar que Taeyang se fuera detrás de Zuli— secuestrarlo en palabras sencillas— no pude conversar con ella.

La veo abrir la puerta de su habitación y antes de que cierre, avanzo para detenerla.

—¿Qué quieres? —pregunta con amargura, sus ojos clavados en los míos. Se ve demacrada y algo cansada, la noche ha sido larga y ninguno de nosotros ha podido descansar adecuadamente.

Bajo la mirada por la vergüenza porque de nuevo, le he mentido. Se ha enterado de algo horrible por alguien más y no de mi boca. A pesar de que le prometí que no volvería a pasar, a pesar de que le juré que iba a cambiar y que la quería solo a ella. Siento un temblor en mis manos cuando avanzo en su dirección para agarrar su rostro y besarla. No me sigue el beso, pero no me empuja. Avanzamos por la habitación, ella todavía está paralizada y no es hasta que caemos en la cama que se separa de mí.

—Cuando te sientes culpable prefieres no hablar y besarme.

—Tani —digo con la voz temblorosa cuando ella se incorpora para alejarse de mí. Me quedo sentada en su cama con las mejillas rojas.

—No me llames así —suelta muy borde —. Mi nombre es Tania.

—Perdóname por todo.

—¿Crees que pidiendo perdón se me va a borrar toda la mierda que me hiciste?

—De verdad, perdóname —suplico con la voz entrecortada, mis lagrimas empañan mi vista.

—El perdón es una palabra que no tiene significado hasta que comienzas a demostrar que estas arrepentida —suelta con la voz fría —. Y tú solo eres una mala persona por naturaleza.

Me cubro el rostro para llorar con más potencia. Me duele mucho sus palabras.

—Cuando no sabes qué decir, lloras como la niña caprichosa que eres —vuelve a decir como si estuviera evaluándome. Detesto que sea tan observadora.

—¡Deja de echármelo en cara, sé que soy horrible!

—Solo haces daño a donde quiera que vas —vuelve a decir —. Esto es lo que eres.

—Por favor, Tania...necesito a mi mejor amiga. Escúchame...

—Nuestra amistad se fue a la mierda el día que decidiste cruzar la línea al besarme —murmura —. Esto se fue a la mierda en el preciso momento que decidiste jugar con mis sentimientos —sus ojos se humedecen, mi corazón martillea con potencia —. ¡Se fue a la mierda el día que me dejaste tirada después de acostarte conmigo! —gruesas lágrimas caen por sus mejillas. Jamás la había visto llorar —. ¡Lo arruinaste cuando decidiste que yo no valía la pena!

Su mano acaricia su pecho como si no pudiera aguantar el dolor en su corazón. Sus hombros se sacuden con violencia y me levanto para acercarme. Sin embargo, levanta la mano para detenerme.

—Se arruinó cuando venías en las noches—me observa con pesar —. Cuando me hacías sentir especial, amada...única.

—Tania... —no soporto verla de esta forma.

—Juraste amarme, pero solo mentiste. No hay nada en este mundo que me haga volver a confiar en ti, Nirvana Kang.

Mis rodillas tiemblan, pero a pesar de querer ceder y arrodillarme ante ella, no le va a importar.

—Sí eres especial para mí, fuiste la primera chica con la que dormí —le confieso con un nudo en la garganta —. Contigo descubrí cosas de mí que jamás me había planteado, Tania. Gracias a ti pude definir lo que soy.

—Genial, fui tu rata de laboratorio —suelta con sarcasmo.

—Tania...solo vine a pedirte perdón por el daño que te hice.

Ambas hacemos silencio

—Sí valías la pena, —comienzo a decir —. Solo que yo no supe valorarte y me arrepiento de eso.

—Como la psicópata no te correspondió vienes a mí como tu segunda opción. No espera...tercera opción. No olvidemos al profesor. ¿O será que hay más en tu larga lista de polvos de una noche?

—Tania, no seas tan dura conmigo, cometí muchos errores —susurro mirando el suelo.

—No te juzgo por eso, Nirvana, simplemente resalto el hecho de que pisoteaste mi dignidad cuantas veces quisiste. Te abrí la puerta de mi habitación, te ofrecí mi amistad, te escuché, te acompañé, cuidé de ti cuando llorabas sin razón... ahora sé que era por todo esto que estabas cargando y ocultando... Sin embargo, no es justo para mí, Nirvana. No puedes venir hoy a suplicar que vuelva a ser tu amiga cuando tú misma causaste que todo se fuera a la mierda.

—De nuevo, lo lamento Tania —comienzo a caminar hasta la puerta —. ¿Algún día volveremos a ser amigas?

Pregunto con un poco de esperanza, pero me espero cualquier respuesta viniendo de ella. Esta furiosa conmigo por mentirle. Ella no tenía idea de mis sentimientos hacia Kimi y sé que eso le ha dolido más porque se ha dado cuenta de que nunca sentí lo mismo por ella. Me arrepiento muchísimo de herirla. No tengo idea en lo que estaba pensando. Simplemente, estaba ciega.

—No lo sé —su respuesta me detiene —. Tal vez.

—Esperaré con ansias ese día —digo antes de agarrar el pomo.

—No me esperes de pie —susurra y no puedo evitar hacer una mueca. No obstante, cierro la puerta detrás de mí.

¿Qué significa eso?  Mi pecho arde mientras camino por el pasillo y me encierro en la habitación.  Avanzando hasta la computadora, la enciendo, entro a mi cuenta de Youtube y aprieto el boton que dice "En vivo". 

Al instante, varias personas se van conectando, saludándome o preguntándose por qué no tengo mi rostro maquillado. 

Si quiero cambiar y demostrarlo, tengo que comenzar quitándome la máscara de falsedad que he cargado toda mi vida. No me importa que el mundo entero me vea de esta forma. De hecho, no me importa que esto llegue a oídos de mi padre, quien seguramente entrará al perfil porque siempre ve todo lo que hago. 

—Hola, mi nombre es Nirvana Kang y soy pansexual. 

Una explosión de notificaciones ocurre al instante que digo esas palabras y las llamabas a mi móvil me abruman. Lo pongo en silencio y continúo hablando. 

—Al darme cuenta de lo que soy, pude comenzar a explorar mis sentimientos y entender que no puedo identificarme solo como bisexual. Soy la persona que siente atracción hacia otra persona independientemente del género, sexo, identidad de género u orientación sexual. En pocas palabras, la atracción que puedo sentir va más allá de todo eso. Puedo sentir atracción por una chica heterosexual, lesbiana o bisexual, y lo mismo con los chicos...también puedo sentirme de la misma forma con una persona transgénero. Me atrae la personalidad y el físico, tan sencillo como eso. 

En cuanto digo eso, la caja de comentarios se inunda con preguntas o con palabras de apoyo, también hay rechazo y mis seguidores comienzan a disminuir, pero eso no me interesa. Lo único que me importa es mostrarle al mundo tal y como soy. Mañana me enfrento a las consecuencias. 

El sonido de una llamada entrante a mi computadora me congela el cuerpo. 

El nombre de papá adornando la pantalla. Presiono el botón. Su rostro tan serio como siempre me da una clara indicación de que está sumamente enojado. 

—Retráctate y di que era una broma de mal gusto. 

—No lo haré —digo firme a pesar de estar asustada. 

—Hazlo ahora o dejarás de recibir ayuda económica —me amenaza.  Él siempre ha sido así de recto y controlador, pero ya no hay marcha atrás. Ya lo he dicho al mundo entero. 

—No me importa. 

—Bien. 

—Bien —respiro de forma agitada. Como siempre, no dice nada así que no tengo idea de lo que hará. Solo espero que mis acciones no causen que mis hermanos sean arrastrados conmigo, o no voy a perdónamelo. 

Cuelga la llamada sin previo aviso y un frío de terror me atraviesa el cuerpo. 

La puerta de mi habitación se abre de golpe y volteo a mirar.

—Puede que lo haya estropeado todo —digo a la Tania que me observa con asombro desde la puerta.