Epílogo
MESES DESPUES
Era la primera vez en mucho tiempo que Taeyang aparecía frente a mi sala de clases. Como dije en un principio, nunca me encontraba con ninguno de los que vivían conmigo porque estábamos en carreras distintas y las clases no estaban en el mismo edificio. La gente a nuestro alrededor murmuraba cosas al verlo a él. Supongo que nadie me habia visto junto a otro chico, hasta mis compañeros de clase pensaban que yo no tenia novio, porque nunca hablaba al respecto y porque soy algo reservada. Escuché uno que otro: <<"¿Quién es él?, es muy guapo, no estudia en este edificio, parece un modelo">>...
Mi novio parecía un cantante de pop con esa vestimenta de pantalones rasgados, camisa blanca con chaleco azul, un gorrito de lana y botas trenzadas. A mi casi me da un infarto al verlo. Chupaba una paleta de dulce con tranquilidad, como si el mundo entero le perteneciera. Como si bajar bragas o moverlas hacia un lado fuera un deporte que no le costaba nada de trabajo. Toda su aura demostraba fuerza, misterio y seducción.
Sus ojos rasgados se entrecerraron más al ampliar la sonrisa al verme.
Estaba recostado con una pierna apoyada de la pared. Sus brazos trabajados estaban cruzados. Me detuve frente a él bajo las miradas de todos mis compañeros.
—¿No ibas a esperarme en la casa?
—Quería verte —dijo casual.
—Pero ya me has visto —intenté decirle—. Además siempre dormimos juntos.
No quería que se formara un escándalo con toda esta gente, ya parecían indignados porque no les había dicho que salía con alguien. Comenzamos a caminar, aunque yo queria hacerlo de forma normal, Taeyang metió una mano en mi bolsillo trasero para colocar algo y me condujo fuera del lugar. Mis mejillas estaban enrojecidas. En cuanto el sol de medio día nos arropó, giró mi cuerpo en su dirección y me plantó un beso en los labios.
—Yo te extraño todo el tiempo, Zuli —me dijo casi con indignación —. Eres mi primera novia, tengo que evitar que alguien más te enamore.
No pude evitar golpearle un lado del brazo.
—Serás tonto, —lo regañé —. No voy a irme con otro teniéndote a ti.
—Uno nunca se puede confiar de los buitres que acechan a chicas hermosas como tú—solté una risita negando.
Caminamos hasta su auto y me subí a él. Lo encendió y se inclinó en mi dirección para besarme con lentitud. Llevé ambas manos a sus muñecas, las cuales sujetaban mi mentón con delicadeza.
—Te amo—dijimos al mismo tiempo.
Me separé de él para mirarlo a los ojos. Taeyang era el amor de mi vida y no podía creer todas las adversidades que superamos para estar aquí en este momento. Pero estaba agradecida con la vida por haberme colocado a un hombre tan maravilloso en el camino. Él merecía mucho más de lo que terceras personas le habían dado.
—¿Preparada para lo de hoy?—preguntó ladeando el rostro. Asentí muy nerviosa. Lo que haríamos hoy era algo peligroso, pero ya habia entrenado y mis reflejos eran mucho más rápidos.
Me agarró de la mano y la llevó a sus labios para dejar un delicado beso. Un rato más tarde, llegamos a un restaurante muy bonito y abrió la puerta para mi. Nadie sospecharía que nada de lo que había aquí dentro era real. En cuanto nos adentramos, el olor a frutas inundó el lugar. La decoración era verde con rosa, plantas por todas partes y mesas de cristal. Era algo acojedor.
—Tae—le digo observando todo el lugar. Habían varias personas distribuidas en mesas, comiendo tranquilamente—. Esto es hermoso.
—Lo es—murmura acariciando mi mano, en donde hay una pequeña sortija que me regaló. Comenzamos a caminar entre las mesas.
Nos sentamos frente a frente y comenzamos a charlar sobre temas al azar. Ambos fingiendo que no estábamos preocupados por un tema en común.
Hace seis meses Kimi había desaparecido de España. Algo que odiaba que ella hiciera tan bien, porque nadie la había encontrado. Ni siquiera Dawson, al que le pedimos ayuda para rastrearla hace algunos meses. Después de casarse con el señor Aldiemo, tuvo que mudarse con él a su mansión, y tres semanas más tarde, llegaron noticias de que había desaparecido.
Sin embargo, eso no era todo. Kimi era considerada culpable por la muerte del señor Aldiemo y estaba siendo buscada por la policía. En la autopsia se habia encontrado veneno para ratas. Y las hueyas de ella en la escena del crimen la dejaban en desventaja. Su rostro aparecía en todos los noticieros y redes sociales.
La noticia nos alteró a todos porque pensamos que todo habia acabado pero ahora resultaba que una psicópata y asesina estaba suelta. Esa bruja era como las ratas, lograba escabullirse y joderle la salud mental a todos.
Es por esa razón que tuvimos que hacer un nuevo plan. Teniamos que estar preparados para lo que fuera. Porque todos sabíamos que ella vendría por nosotros.
¿Cómo sacas a una rata de su escondite? ¿Dejas comida por ahí?
Nosotros sacamos a Kimi del suyo anunciando que estábamos esperando un hijo y al parecer, eso la hizo enfurecer porque hace tres días la vieron merodeando la casa. Y estábamos completamente seguros de que ella nos estaba siguiendo.
Por eso estamos aquí.
—¿No estás preocupado?
—La verdad sí, pero necesito que te concentres—a su móvil llegó una notificación y me hizo un gesto con la cabeza—. Ya vamos a comenzar.
—Voy al baño.
—Ten cuidado—me pidió observando los alrededores con precaución.
Caminé a paso apresurado hacia el baño. Me acerqué frente al grifo para abrirlo y lavarme la cara. En cuanto el agua fría empapó mi rostro apoyé ambas manos en la encimera. Estaba demasiado ansiosa, no podía dormir tranquila pensando que esa loca estaba suelta.
La puerta se abrió y entró alguien. Levanté el mentón para mirar, la chica tenía una gorra negra que le cubría el rostro pero un mechón negro se le escapaba. Se detuvo de golpe al notar mi presencia y entonces, se quitó la gorra.
¡Sorpresa! Adivina quién era.
Kimi.
—Subestimarme ha sido el peor error que todos ustedes han cometido.
Comenzó a caminar en mi dirección y yo por instinto retrocedí.
—Kimi...—solté con seriedad a pesar de que un frío de miedo me recorrió el cuerpo al verla sacar una navaja del bolsillo—. No hagas esto, se te van acumular los cargos en tu contra.
Su rostro estaba algo pálido y había unas ojeras marcadas bajo sus ojos felinos. La mirada que me brindó era helada, sin algun atisbo de brillo en ella. No había ni siquiera alguna expresión y no sabía si eso me espantaba más que el hecho de estar siendo apuntada con una navaja por ella.
—No me conoces—dijo con un tono apático—. Puedo infringirte dolor y estar como si nada. Puedo cortarte el cuello y disfrutar de la vista.
Mis ojos se empañaron. Nunca había sentido tanto miedo como ahora. De verdad ella parecía dispuesta a matarme.
—Kimi, por favor—supliqué.
—No pensaste en las consecuencias, ¿cierto?—preguntó dando otros pasos—. Creíste que me olvidaría de lo que me hiciste, ¿no?
Parpadee asustada, quise gritar pero estaba temblando tanto que las palabras se me atoraron en la garganta. Mis pensamientos se concentraron en Taeyang. Ella volvió a acercarse a mi.
—Yo nunca olvido, es más, el odio que siento hacia ti me ha permitido sobrevivir hasta ahora— dijo con asco mirándome de arriba a abajo—. Prometí que yo misma te mataría.
Llevé mis manos hasta mi bolsillo trasero apretando el artefacto que Taeyang había colocado minutos antes cuando todavía estábamos en la universidad.
—Por favor piénsalo, Kimi—le dije temblorosa—. Vas a terminar mal si haces eso, vas a acabar en la cárcel.
Ella volvió a acercarse, mi espalda tocó la pared.
—¡¿Y crees que me importa cómo termine?!—preguntó moviendo sus manos de forma desesperada. Mis ojos siguieron la navaja—. NO ME IMPORTA NADA.
—Debes pensar en el futuro.
—Pero si me has quitado todo, ¿de qué futuro estás hablando?—varias lágrimas bajaron por sus mejillas—. ¡Me quitaste todo lo que yo quería!
—Todo lo que ocurrió te lo hiciste tú solita—le respondí sacudiendo el rostro—. Lo trataste como una basura y se enamoró de mi. No puedes pretender que siguiera besando tus pies solo porque lo estabas chantajeando, Kimi, eso no tiene sentido—por más miedo que tuviera tenia que decirle sus verdades.
Por el baño resonó su risa sarcástica.
—Tú solo eres una ofrecida que se le metió por los ojos.
—Y tú eres una psicópata asesina sin vida propia—se lo dije solo para hacerla enfurecer.
—Oh, voy a disfrutar tanto esto.
Se lanzó sobre mi para acuchillarme pero fui mas rápida y saqué la mano de mi bolsillo para pegarle el taser en las costillas. Kimi cayó el suelo debido a las descargas eléctricas y soltó un grito de dolor. Las puertas de madera donde estan los sanitarios a un lado de nosotras se abrieron de golpe. De ellas salieron Tania y Janne, ambas con ropa negra como si fueran ninjas. Nirvana fue la última en salir quien cargaba una cámara de vídeo y todavía estaba grabando a Kimi en el suelo.
—¿Puedes volver a electrocutarla?—preguntó Nirvana con una pena fingida—. No grabé su reacción—dijo sacudiendo la cámara para hacerle énfasis a sus palabras.
Negué rápidamente mientras pateaba la navaja lejos de Kimi.
—Dame eso—dijo Tania al quitarme el taser y se lo volvió a pegar en el brazo a Kimi, quien soltó otro grito—. ¿Ya lo grabaste?
Me quedé perpleja. Tania lo había echo sin remordimiento alguno, Nirvana también se había quedado paralizada igual que yo y soltó un jadeo.
—Otra vez, no pude grabar.
Vi a Tania con intenciones de volver a pegarle el aparato a Kimi y se lo arrebaté.
—No vamos a torturarla.
—Pero si casi te mata—se quejó Janne mirando con disgusto a Kimi—. Yo digo que hay que dejarsela pegada por unos segundos, pero en la cabeza a ver si se le reinicia el cerebro.
—No vamos a hacer eso—la regañé cruzándome de brazos—. Ya hicimos lo que debíamos hacer, que se encarguen las autoridades.
—Si esto ocurriera en el lugar de donde vengo—Janne sacude el rostro—. Nacen tus nietos y todavía no han encontrado a los culpables.
La puerta de metal detrás de las chicas se abrió de golpe y por ella, entró Taeyang casi corriendo, Jin y Ander le siguieron, uno de ellos con audífonos y una laptop en la mano y el otro, con el celular pegado a la oreja.
—Ya nos hicimos cargo, Emily—dijo Ander al móvil—. Ella está bien, le diré que te llame—y colgó.
Mi hermana había regresado a Puerto Rico y no pudo ser partícipe de todo esto. Detrás de ambos aparecieron policías y agentes infiltrados. Nosotros habíamos participado en un operativo para atrapar a Kimi porque era una fugitiva que había asesinado a uno de los hombres más importantes de Europa. Y por más increíble que suene, la idea tan descabellada provino de Taeyang. Él ayudó con el plan y los agentes lo llevaron a cabo.
Ellos aseguraron nuestra seguridad pero a mí no me convenció. Kimi casi me mata.
Taeyang me agarró el rostro en cuanto estuvo frente a mi y me escaneó con mucha preocupación.
—Estuve a punto de arruinar el plan—me dijo, ignorando a Kimi que todavía seguía temblando en el suelo, tal vez por los estragos. No quiero imaginar lo que se siente ser electrocutada—. Jin tuvo que sujetarme para evitar entrar detrás de ella.
Miré el suelo, Kimi estaba parpadeando incrédula, empapada de sudor, lágrimas y me lanzó una mirada de odio.
—Me cagué de miedo por un momento—les confesé—. Esta chica parecía poseída y dispuesta a matarme.
—¿Esta bien señorita?—preguntó una de las agentes. Asentí. Entre ella y otro chico se llevaron a Kimi quien ahora lloraba asustada.
Jin le dio una rápida mirada de asco antes de sacudir el rostro y acercarce a nosotros.
—Admito que el plan de Taeyang salió bastante bien—le dió una palmadita a su hermano—. Esto le da una patada en el culo a cualquier plan que se hayan inventado en la historia de la humanidad.
—Pero ahora hay otro problema—soltó Nirvana de la nada. Los tres nos tensamos—. Min Seok Kang se ha enterado del "embarazo" y viene en el primer vuelo mañana.
Taeyang, Jin y yo nos miramos con miedo.
—Mierda—soltamos los tres al unísono.
FIN
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro