Las cosas habían salido mejor de lo que esperé. El padre de Kimi había enviado a alguien como lo prometió. Poco después de ese incidente, habíamos quedado todos en una especie de shock ante todo lo ocurrido. Esa horrible mujer, realmente había llegado para matarnos. Me preocupó eso pues ahora ella quedaría libre, casada y con dinero, y no sabía qué me asustaba más. ¿Será capaz de enviar a otro matón para terminar lo que comenzó?

Mi paranoia se activó nuevamente. Esto no había terminado. Tal vez los rostros aliviados a mi alrededor podian pensar que sí, pero yo habia visto muchas películas donde los malos siempre vuelven y siempre empeora todo.

Mi papá me dijo una vez que la yerba mala nunca muere.

—Y yo que pensaba ir a los bolos esta noche—soltó Jin acariciándose la mandíbula y mirando de mala gana a Taeyang—. No voy a superar nunca que golpeaste este perfecto rostro—se quejó.

—Te lo buscaste—respondió mirándolo de reojo—. Hiciste que me secuestraran mis propios amigos y pusiste a Zuli en peligro.

—Todo estaba bajo control, era parte de mi plan b—hizo un gesto con la mano restandole importancia, Tania entrecerró los ojos.

—Será el plan z, porque aquí pasaron cosas que jamás debieron pasar—dijo.

—Bueno, pero todo salió bien, ¿no creen?—preguntó observándonos a todos—. Hay cosas que sin planear salen bastante bien.

Dijo con mucho orgullo, Taeyang y Nirvana hicieron una mueca. 

—Ajá, como la casi muerte de Taeyang—respondió Nirvana temblorosa—. Eso no es un plan, es una estupidez y sabemos que eres muy estúpido.

—Es como el dios de los estúpidos—dijo Dawson, Jin se indignó.

—O como el fundador de los estúpidos—escuchamos a Tania. Estaba recostada de la nevera. Yo mordía mis labios mirándolos a todos mientras le lanzaban comentarios al pobre Jin. 

—No, es como el líder de los estúpidos—murmuró Janne.

—Cuando repartieron la estupidez, Jin se había robado todo y ya no quedó para nadie—volvió a decir Nirvana exasperada.

—No soy estúpido—se defendió—. Sin mi, no habríamos resuelto todo este asunto.

—Y uno sin sentido común desde nacimiento—dijo Taeyang en voz baja, ignorando su anterior comentario.

Pensé que Jin nos gritaría por ser unos malagradecidos, pero mi cuñado no dejaba de sorprenderme. Sus labios se separaron en una sonrisa maliciosa. Así como cuando vas a decir algo que no debes.

—Pero nunca te quejaste cuando te llevé a ver a las bailarinas exóticas—le dijo moviendo las cejas de forma divertida. Yo elevé las cejas.

—¿Bailarinas exóticas?—pregunté aguantando la risa, no podía imaginarlo en un lugar así. Taeyang se tensó y fulminó a su hermano con la mirada.

—Fue hace tres años, Zuli—dijo rápidamente—. En mi cumpleaños.

—Y el 21 de noviembre está a la vuelta de la esquina, si quieres puedo llevarte otra vez—le dijo con una sonrisita maliciosa—. O si quieres podemos ir hoy.

—No.

—A mi me gustaría ir a los bolos—mencionó Janne recostando su cabeza del hombro de Dawson.

—Yo pago las entradas, ya saben, por las molestias—escuchamos a Andrés por primera vez. El chico era moreno, con el cabello oscuro y ojos color ámbar. Era hasta incluso guapo para la persona adecuada. Sin embargo, no me generó confianza. Iba a matar a mi hermoso Taeyang. No hay que confiar en alguien así.

—Lo acepto solo porque intentaste matarme—por más increíble que suene, Taeyang aceptó su propuesta. Mis ojos buscaron los suyos con desesperación, se encogió de hombros—. Casi me mata—intentó explicarme.

No quería traer el tema de Kimi pero no me generaba nada de confianza el simple hecho de que Andres estuvo persiguiéndome por órdenes de Kimi.

—Quien casi te mata es Dawson, porque es un maldito imbécil que piensa que matando se resuelven las cosas—todos hicimos un silencio ante las palabras de Tania. Ella estaba tomando un juguito de piña mientras metía una mano a su bolsillo y se llevaba un cigarrillo a los labios sin encenderlo. Todavía no entendía su manía.

—No iba a matarlo, solo quería asustarlo, pero Taeyang tiene los testículos de acero—dijo Dawson, dándole un golpecito en el hombro a Taeyang. Mi novio hizo un gesto de molestia y se movió lejos de él. 

—Yo ya estaba pensando en lo que pondríamos en su epitafio—mencionó Emily carraspeando—. "Aquí descanza Taeyang Kang, el gemelo feo que pensó que sería buena idea amenazar a un hombre con pistola."

Soltó un suspiro dramático, muy propio de ella.

—Gracias, cuñada—Taeyang se pasó una mano por la cara frustrado.

—"Murió por no saber hackear"—dijo Jin divertido. Taeyang volvió a asesinarlo con la mirada—. ¿Demasiado pronto para bromear sobre eso?

Yo ni siquiera podía entender por qué estaban bromeando. Kimi seguía libre y me asustaba lo que podría pasar. 

—¿Quieres que te ajuste el otro lado del mentón?—levantó un puño y se lo mostró.

—"Murió por dejar todo para lo último pero la muerte se lo llevó primero"—Nirvana se unió a esta locura. Yo apenas podía creerlo. ¿Nadie estaba asustado de lo que había pasado? 

—"Traiganle dulces, pero no gusanos porque ya tiene en el culo y en la boca"—escuchamos a Tania, abrí la boca incrédula. ¿Por qué bromean sobre la muerte? ¡Por Dios!

Todos rieron, excepto Ander y yo.

—"Aquí yace el imbecil más grande de la historia que cree que Itachi es mejor que Naruto"—soltó Jin con diversión. Dawson hizo una mueca.

—Me parece que debí matarte,—le dijo a Taeyang—. Might Guy es el mejor, ¿seguro que viste Naruto?

—¿Qué me dicen de Eren Yeager?—preguntó Andrés. Eren no tenia nada que ver con Naruto.

Los cuatro entraron en una discusión-batalla épica en donde solo se escuchaba algo-jutsu, esto-jutso, lo otro-jutsu. El resto no entendíamos de qué rayos hablaban. Taeyang defendía su postura, Dawson se indignaba más con las explicaciones de mi novio, Jin tuvo que sacar el móvil a mostrar las peleas épicas entre los personajes, y Andrés hablaba de titanes y control mental.

Esto, definitivamente, no era normal.

Ander y yo compartimos una mirada. No podía ser posible que esto esté ocurriendo.

—¿Nadie va a hablar de lo que acaba de pasar?—preguntó Ander—. Casi morimos y ustedes solo hablan de los bolos, de lo estúpido que es Jin, bailarinas exóticas, lo que pondrán en el epitafio y quién es mejor en Naruto— dijo muy incrédulo.

—Es cierto, todo lo que pasó hoy no es normal—mencionó Janne mirándose las uñas—. Para ustedes, quizas. Los reto a vivir diesiciete años en Venezuela, a ver si aguantan.

¿Cómo? ¿Ella estaba acostumbrada a todo esto? Me entró curiosidad.

—¿Nos quieres dar una terapia de familia disfuncional o qué?—la pregunta salió de Taeyang que ahora se sentaba en el taburete de lo más tranquilo y bebía de esa típica bedida energética. Me paré junto a Ander cruzando mis brazos. Los demás se trasladaron hasta la cocina posicionándose alrededor de la isla.

—Eso no tiene nada de gracioso, Tae—dijo Ander. Realmente se veía muy preocupado y hasta miraba con recelo a Dawson y a Andres. La sala se sumió en un silencio intenso.

—¿Y vez que me estoy riendo?—le preguntó Taeyang con frialdad. Cada vez que Taeyang se enojaba su personalidad cambiaba bruscamente. No sabía si estaba enojado por lo que yo hice, por lo que sus amigos hicieron o por lo que Kimi intentó hacer.

—No se qué intentabas con Dawson. ¿Y si te hubiera matado? —solté de la nada, muy cabreada por ese asunto. Verlo de esa manera tentando a su suerte me dio mucha rabia.

—Pues me moría— hice una mueca y solté un bufido.

—No es gracioso, no puedes ir por la vida tentando al demonio de la muerte.

—Eso lo escuché—me tensé al oir la voz de Dawson. Había olvidado que seguía aquí. ¿Por qué no se iba? Lo miré mal. Estaba observándome seriamente—. No iba a matar a tu novio, ardillita. Yo sería incapaz de algo así.

—Sí serias capaz—dijo Tania rodando los ojos.

—No mato a los hermanos de mis amigos—le respondió él de mala gana.

—Solo al ex de tu ex—susurró Andrés, yo lo miré asustada. 

¿Dawson había matado a alguien? Sentí que me desmayaría. Mi cuerpo comenzó a temblar...al parecer sí iba a desmayarme. Mis piernas se debilitaron y alguien me agarró pero perdí la consiencia.