55: Mátalo
Era extraño verlo así cuando hace unas horas estábamos besándonos y jurándonos amor eterno. O haciendo el kamasutra, pero ¿quien iba a juzgarnos? ¡Dios, necesitaba dormir un poco, la cabeza me daba vueltas! No habia podido pegar el ojo en toda la madrugada y ya eran las nueve de la mañana, creo.
—Estoy comenzando a perder la paciencia, Zuliney, dijiste que me ayudarías y no lo estás haciendo.
—Sí lo hago Taeyang.
—Esto no es ayudar — se removió —. Me encerraron, me amarraron, me amordazaron y me mentiste.
—Yo no —el grito que salió de su boca me alarmó.
—¡Dijiste que estarías en la biblioteca! Pero te pusiste en peligro.
—Lo dije para que no vinieras —me interrumpió. Mis manos picaron por la necesidad de tocarlo y tranquilizarlo.
—Para que no fuera detrás de ti —completó soltando una risa nasal —. ¿Cómo no iba a intentar ir detrás de ti Zuli? Eres mi novia —parpadeé al escuchar eso salir de sus labios —. Eres mi chica, claro que voy a preocuparme por tu bienestar.
Eso me derritió. Pero Taeyang no estaba de humor.
—Me mentiste sin remordimiento y ese plan extraño que ustedes tienen no va a funcionar.
—Ni siquiera sabes de qué va el plan.
—Es una mierda de plan, la verdad—soltó brusco, sin tacto. Típico de él cuando se enoja.
¿Cómo que el plan de Jin era una mierda de plan? Hasta me enojé.
—Taeyang, yo confio en este plan, me parece ingenioso y creo que puede funcionar— intenté decirle.
—Lo de hackear su cuenta y borrar todo rastro de evidencia puede funcionar, pero lo demás...—negó—. Me parece una estupidez que Jin se quiera hacer pasar por mi para entretenerla, y que tú los enfrentes para hacerlo creíble fingiendo tambien, que él es yo y golpear a Kimi para poder arrebatar su móvil. Eso es ridículo, tú no eres violenta.
—Tae, pero podemos usar lo que tenemos sobre ella a nuestro favor. Así podemos atraerla a la casa y podemos hacer que se la lleven—le dije con algo de molestia—. Además, Dawson es el mejor hacker segun Jin, puede desaparecer todo rastro de información. Nadie podrá acceder a lo que ella tiene allí de ustedes. Podrás liberarte de todos esos chantajes, serás libre.
Sus músculos se veían tensos y apretaba la mandíbula. Sus labios eran una línea, sus cejas seguían undidas y miraba el suelo como si hubiera algo mejor allí.
—Entonces, vete con él—dijo de repente, mi pecho se apretó.
—¿Con quien?—pregunté con un hilo de voz.
—Vete con Dawson y sean felices, porque lo prefieres a él que a mi, que tambien soy hacker.
Parpadeé unos minutos intentando descifrar sus palabras. ¿Esto eran celos? ¿Que? Di unos cuantos pasos para inclinarme hasta estar a su altura y le sujeté el mentón, puso algo de resistencia.
—Mírame—le pedí con la voz tranquila. Acaricié un lado de su rostro con el pulgar y cerró los ojos—. Yo te amo a ti, tú eres mi único chico. No tengo que irme con nadie porque te prefiero a ti por encima de cualquier persona.
Sus ojos observaron los mios.
—No te creo—me soltó todavia molesto.
—Taeyang, no me jodas—le reclamé—. No estes celoso de Dawson, no me gusta para nada.
—Pero estuviste con él hoy, le hiciste caso a Jin y fuiste a buscar a otro hombre teniendo al tuyo aquí, preocupado por ti.
Volví a girar los ojos, no sabía por qué pero quería reír con fuerzas, Taeyang jamás me había echo una escena de celos. Hasta era absurdo.
—No seas idiota—creí verlo sonreir fugazmente.
—Entonces, suéltame y déjame tocarte—me suplicó, ladee una sonrisa y asentí de acuerdo. En cuanto lo solté, sujetó mi rostro con una mano y me acercó a él—. Muero si te llega a pasar algo, Zuli—llevé mis manos a sus hombros. Me acarició el cabello mirándome fijamente—. No tienes idea de lo mucho que te amo.
—Esto lo hago por ti Taeyang, porque quiero que seas libre—me abrazó. Hundí mi rostro en su cuello y deposité unos cuantos besos en esa zona. Se estremeció.
—¿Por qué Dawson te llama el dragón malumorado?—pregunté de repente. Taeyang soltó un resoplido.
—¿De verdad no sabes?—preguntó incrédulo, solté una risita.
—Bueno, sí sé. Pero tengo una duda existencial, ¿cómo rayos lo conoces?
Ambos caminamos hasta la cama y nos sentamos. Hora del chisme, jé.
—Dawson intentó robarnos una vez. Pero Jin, siendo Jin, le ofreció su amistad y un trabajo en The House of Rock a cambio de que no se llevara mi laptop. Por muy extraño que suene, él aceptó y desde hace un año trabaja allí.
—¿Por qué no te cae bien?
—Por que un día me confundió con Jin y nos golpeamos en el estacionamiento. Casi nos llaman a la policía. Y sé cómo es él. Le gusta provocar terror— se acercó más a mi y me miró directamente a los ojos. Supe que iba a cambiar el tema—. Promete que jamás intentarás algo a mis espaldas, por favor. Necesito saber que esto no volverá a ocurrir, porque una relación es de dos y debemos siempre hablar las cosas.
Entrelacé nuestros dedos.
—No volverá a suceder.
Asintió, y me incliné para besarlo. Mi cuerpo seguia reaccionando a su cercanía. Lo amaba con todas mis fuerzas, yo ni siquiera podía entender. ¿Cómo era posible amar tan profundamente a alguien en tan poco tiempo? No creía que fuera posible, pero aquí estaba yo. Amándolo con cada fibra de mi ser y siendo consciente de sus dedos recorrerme la espalda.
Me senté en sus piernas y me rodeó por la cintura para seguir besándome. Quería quedarme aquí para siempre. No obstante, yo era una ilusa que habia confiado en que se iba a quedar conmigo a seguir hablando sobre nuestro amor y los futuros planes. Seguía fallando en lo básico. Me dio un último beso antes de ponerse de pie como un resorte y salió de la habitación ignorando mi llamado, me espanté muy feo.
Caminó dando largas zancadas y hasta bajó corriendo las escaleras. Tania, Emily, Nirvana y Ander estaban en el sofá y se pusieron de pie al vernos. Jin estaba parado cerca de la puerta de entrada que estaba abierta. Tania me lanzó una mirada de reproche y Jin se tensó al ver que Taeyang caminaba en su dirección. Entonces, cerró los ojos entendiendo que pasaría lo inevitable y de pronto, el puño de Taeyang impactó contra su mandíbula.
—¡No! —grité junto a Nirvana.
Intenté correr hacia ellos, pero los brazos de Ander me lo impidieron, hasta me gritó que no interviniera o iba a salir lastimada. Dawson que estaba junto a Janne en la isla de la cocina se puso de pie para intentar separarlos. Taeyang habia lanzado otro golpe a la mandíbula de Jin, quien estaba en el suelo intentando defenderse.
Ni siquiera tuve que preguntar por qué Taeyang estaba golpeando a su propio hermano, sabia que tenia rabia acumulada desde que me envió con Dawson y porque lo amarraron, podía entenderlo, pero habían otras formas.
Dawson intentó jalar a Taeyang por los hombros, pero desgraciadamente, mi novio estaba más cabreado que un toro y le propinó un golpe en un lado del rostro. Todas las chicas, excepto Tania, soltamos un grito de horror.
Mi cuerpito se tensó cuando Dawson dio un paso hacia atrás y se metió la mano dentro de la camisa para sacar el arma y lo apuntó.
—¡Blake, no!—Janne le gritó alarmada. Yo sentí que me iba a desmayar, mi corazón palpitaba con furia dentro de mi pecho. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Emily gritaba junto a mí, yo todavía estaba intentando zafarme del agarre de Ander, Nirvana lloraba con fuerza y Tania parecía que bajaba todos los santos del cielo para un milagro.
Taeyang tenia los puños apretados, mientras respiraba con rapidez mirando fijamente a Dawson. En el ambiente chispeó algo de rivalidad y si no fuera por la desventaja de Taeyang, juraría que podía con él y contra quien sea. Mi medio coreano no se inmmutó, ni se asustó, solo permaneció allí con la barbilla elevada.
—Si vas hacerlo, no lo pienses ni una puta sola vez—le dijo con la expresión fría, y sonaba peor que cuando escuché a Dawson. No reconocí a Taeyang. ¿Qué mierda estaba pasando?
—Taeyang, cierra la boca—escuchamos a Jin regañarlo desde el suelo.
—Cuando aprietes el gatillo—dijo y levantó el dedo para tocar ligeramente la punta del arma—. Asegurate de matarme, porque si quedo vivo, no vas a volver a ver la luz del sol—soltó Taeyang con frialdad, Dawson frunció el ceño.
—¿Estas seguro?—le preguntó el pandillero.
—Taeyang, ¿¡que mierda estas haciendo!?—le grité.
Yo estaba muy asustada pensando que el pandillero lo iba a matar. Sin embargo, Dawson movió el arma para apuntar a alguien sobre el hombro de Taeyang y todos nos congelamos. Por la puerta había entrado Kimi quien estaba junto a un chico alto y moreno con una expresión de aburrimiento mientras estaba apuntando a Taeyang con un arma.
—Suelta el arma —escuchamos a Dawson decirle a ese chico.
—Suéltala tú —respondió moviendo la barbilla.
Se formó un silencio tenso en la casa. Mi alma abandonó mi cuerpo, porque el chico le quitó el seguro a su arma la cual seguía apuntando a Taeyang. Mi hermoso medio coreano ni siquiera parecía asustado, simplemente, miraba a Kimi como si esto fuera lo más bajo que haya podido hacer. Dawson, por el otro lado, apuntaba a ese chico y me alarmó que también le quitó el seguro a su arma y levantó la barbilla demostrando que efectivamente iba a matarlo sino hacia lo que le pedía.
¿Tan loca estaba Kimi que se atrevía a venir con un matón a asesinar a Tae en su propia casa? Supuse que Jin había cumplido con su parte del plan que era intentar atraerla diciéndole que teniamos algo que la podría hundir, pero llegó temprano y acompañada. Definitivamente, esto no estaba en el plan.
Kimi se desesperó cuando vio que ninguno se movía. Vi reconocimiento en el rostro de Jin cuando miró al chico.
—Dawson—todos escuchamos a Jin—. Es él.
El mencionado ladeó el rostro, mirando al chico de arriba a abajo. Kimi se desesperó.
—Mátalos a todos—le ordenó.
Sin embargo, el otro chico hizo una mueca de confusión y abrió la boca.
—¿Dawson?—preguntó sacudiendo el rostro sin poder creer sus palabras—. ¿Dawson Blake?
—¿Cómo lo sabes?—El arma de Dawson tembló un poco.
—Soy Andrés.
Kimi los miró a los dos y dio otro paso para jamaquear el brazo de Andrés.
—Andrés, te he dado una orden directa. ¡Mátalo! —le dijo ahora señalando a Dawson.
Sin embargo, el chico bajó el arma.
—No puedo matarlo, fue mi amigo—se subió la manga de la sudadera y en la parte de la muñeca había un tatuaje de dos triángulos, uno de los triángulo parecía vacío por dentro y el otro estaba lleno con el color negro. Dawson hizo lo mismo y ambos tenían el mismo tatuaje, parecía uno de esos tatuajes que te harías con tu mejor amigo.
—Creí que te habian asesinado—dijo Dawson con las manos temblorosas. Vaya, parecia afectado con todo esto.
—Yo creí que aun seguías en la carcel.
Y ambos comenzaron a conversar poniendose al día y Kimi parpadeó muy enojada y confundida. Taeyang soltó un suspiro y miró a Kimi.
—Me das asco.
—Cállate cobarde —le respondió ella.
—Estas desesperada, ¿no es asi? Sino no estarías aquí, haciendo lo que mejor sabes hacer, fastidiarle la paz a la gente.
—No me interesa escucharte— dio unos cuantos pasos—. Ahora muéstrame lo que tienen de mi o voy a publicar los videos hoy.
Tania estaba detrás de Kimi junto a Nirvana. Ambas con una expresión sombría en el rostro. Janne tenía las manos apretadas en dos puños. Emily temblaba a mi lado y yo estaba a punto de vomitar por tanto estrés.
Después de todo, el plan que teníamos se fue al carajo porque solté a Taeyang. Pero, ¿saben algo? Salió mejor de lo que esperaba, porque de repente, Jin caminó para estar en medio de los chicos que hace unos minutos se estaban apuntando y señaló a Kimi.
—Sujétenla, hay que quitarle el móvil.
Kimi dio varios pasos hacia atrás y Tania la sujetó de un brazo y Nirvana del otro, ella se retorció con violencia y yo fui la que se acercó a ella para buscar en su bolsillo.
Cuando hicimos el plan, Janne sugirió que habia que quitarle el móvil a Kimi porque no sabíamos si ella había echo alguna copia que podría estar guardada en la memoria interna.
—¡No me toques asquerosa zorra! —me gritó cuando saqué el móvil y se lo mostré.
¡Ay, que satisfacción ver su expresión de horror!
—Deberían encerrarte en un calabozo oscuro y solitario —le dije con furia —. Pero haremos algo mucho mejor —volteé a ver a Jin y le extendí el móvil.
Jin me dio una sonrisa con los dientes ensangrentados y se lo pasó a Janne quien sonrió ampliamente de forma maliciosa y agarró el vaso lleno de agua que Emily le extendió para hundirlo en él. Me sorprendió la sincronización que tuvimos. ¡Esto sí era un trabajo en equipo! Por suerte, su móvil no era a prueba de agua y lo vimos ponerse en blanco y después se apagó.
Kimi hizo una mueca de pánico.
—Ahora te tenemos en nuestras manos —le dije en un susurro —. Imagino que Jin ya te dijo que tenemos toda tu información, tus cuentas y todas las asquerosidades que has guardado a lo largo de todo este tiempo.
—¡Eres una perra! —me volvió a gritar.
Le di una sonrisa falsa y me acerqué a Taeyang.
—Amor, ¿te gustaría hacer los honores? —le extendí mi móvil y él frunció el ceño, pero me acerqué a su oído para decirle bajito :— Llama a su padre y dile dónde estamos.
Mi hermoso medio coreano se mordió los labios y sonrió ampliamente entendiendo que esto era parte del plan.
—Con mucho gusto, mi amor.
Puso el móvil en altavoz y después de unos segundos, un hombre respondió al otro lado y Kimi se retorció nuevamente reconociendo esa voz.
—¿Quién habla?
—Tomas, soy Taeyang el hijo de Ming Seok Kang, tengo el paradero de su hija.
—¿Lo dices en serio? —el hombre sonó feliz y escuchamos a Kimi susurrar que no le dijéramos.
—Sí señor, ella está aquí, en Florida.
—Dame todos los detalles.
Taeyang le dio toda la información y escuchamos a Kimi llorar. Su padre dijo que enviaría a alguien por ella en pocos minutos y que por nada del mundo la dejáramos ir.
—Tae mi amor, por favor —dijo ella en un último intento. Yo hice una mueca, Taeyang entrelazó su mano con la mía y volvió a mirar a Kimi.
—Jamás vuelvas a hablarme así —le dijo con desprecio.
—Por favor —susurró con el rostro lleno de lágrimas.
No me dio tristeza ni pena, ella estaba loca y merecía que se la llevaran a rastras a casarse con un viejo asqueroso. Esa era la vida que merecía. Pero si era honesta, no quería que ella se casara, yo necesitaba que la metieran presa, pero entendí que Taeyang no quería denunciarla, Nirvana no deseaba exponer a su profesor y nos tuvimos que conformar con que su padre se la llevara.
—Quiero que sepas una cosa —le dijo Taeyang caminando hacia ella, y me llevó con él. Kimi nos miraba con miedo —. Todo lo que no me diste a mí en el tiempo que estuvimos juntos, se lo voy a dar a ella. Ella será la reina de mi vida y la voy a tratar como nunca nadie me ha tratado a mí. Y tú te revolcarás en la mierda y te darás cuenta de que eres una miserable que no merece a nadie que te ame. Mereces sufrir por todo el daño que has causado.
—Tae, por favor —ella volvió a suplicar.
—¿Te gustaría saber algo? —preguntó Taeyang ladeando el rostro —. Nunca me enamoré de ti y nunca te amé, solo fingí que lo hacía. Así que ya lo sabes.
Ella parpadeaba intentando disipar las lágrimas y creí ver una mueca de dolor, pero Kimi era mala y la gente así no tenía sentimientos. El medio coreano soltó una risa nasal y la miró por última vez antes de compartir una mirada con Janne, que parecía ansiosa por algo.
No supe muy bien por qué, hasta que de pronto Janne caminó hasta ella y la golpeó. El rostro de la psicópata se movió de lado, y Janne con un porte de chica confiada le agarró el cabello y la obligó a mirarla. Kimi estaba furiosa.
—Esto te pasa por creer que Taeyang estaba solo. Ya te das cuenta de que tiene muchas personas que lo defenderían—le dijo antes de propinarle otra bofetada.
Dios mío, jamás había presenciado tanta violencia en un día. Sin embargo, no me dio pena por ella, yo también quería golpearla, pero no quería ensuciarme las manos. Además, sabía en el fondo que Taeyang no me lo permitiría. Tenia razón, yo no era violenta, no a ese punto.
Kimi seguia gritando y suplicando pero nadie la escuchó. Todos soltamos un suspiro de alivio cuando dos hombres altos y vestidos de negro entraron a la casa para llevarsela a rastras.
Kimi estaba acabada.
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