53: Motivos para matarte
El corazón se me atoró en la garganta al ver el chico que había estado en el mostrador unos minutos atrás. Juro que, por un milisegundo, Dawson había apretado el gatillo, pero no, había sido la puerta que había golpeado la pared con fuerza. Quise gritarle que por qué mierda no tosía o tocaba la puerta antes de entrar. Casi me da un infarto.
Dawson tuvo que bajar el arma, el chico se había quedado pasmado viéndonos, hasta le bajó una gota de sudor que lo hizo estremecerse.
—¿Da-Dawson? ¿Qué haces aquí? Pe-pensé que te habías ido.
Tartamudeó, yo casi me desmayo. Dawson se metió el arma entre el elástico de su pantalón y su abdomen, después bajó su camisa para cubrirlo. Dio unos cuantos pasos hasta su amigo y se asomó en la puerta. Esperé temblorosa que Kimi apareciera o algo, pero no ocurrió.
—¿Había alguien aquí, antes de que entraras? —ignoró la pregunta del otro chico quien se quitó los espejuelos para restregarse los ojos.
—Una pareja de novios, creo, pero salieron corriendo. Fue extraño.
¿Pareja de novios?
Pensé en Kimi y en ese chico misterioso. ¿Qué era lo que ella estaba haciendo aquí?
¡Ay, Dios! Kimi estaba siguiéndome. ¿Desde cuándo lo hacía? Me llegó un pensamiento fugaz. El día que la ex de Jin había visitado la casa, cuando ella desapareció por la acera, divisé la figura de un hombre que me estaba mirando fijamente. ¿Será ese el chico con el que se la pasaba Kimi? Nirvana dijo que era algo joven y que también parecía peligroso.
El chico solo asintió y salió del lugar, dejándonos solos. A mí como que se me había salido el alma del cuerpo y tuve que orar por mi vida una vez más. Estaba muerta del susto. Hasta incluso, mis manos temblaban. Vi a Dawson sacar un móvil y se lo llevó al oído.
—¿Qué está pasando? —preguntó a la persona que había llamado, hizo silencio —. Espera, ¿Cómo sabes de Andrés? —supuse que estaba en una llamada con Jin. Hizo otro silencio y caminó hasta la computadora y puso el móvil en altavoz. La voz de Jin se escuchó desde el otro lado.
—...y lo vieron en Handale, cerca de una estación de tren. Tengo fotos.
Me mantuve en silencio escuchando y viendo los dedos de Dawson moverse sobre el teclado. Tal vez estaba hackeando para darme la contraseña de Kimi. El día que esa loca le mostró los videos a Nirvana, ella se dio cuenta que tenía todo guardado en su cuenta de iCloud. Se lo había comentado a sus hermanos cuando se quedaron a solas. Jin me había dicho que necesitábamos esa contraseña como fuera y al no incluir a Taeyang en el plan, debíamos buscar a alguien más que nos ayudara y ese alguien era Dawson. Teníamos que pagarle a Kimi con la misma moneda. Es decir, si ella había jugado tan sucio con Taeyang y Nirvana, ¿por qué Jin y yo no podíamos hacer lo mismo con ella?
Íbamos a sacar todos sus trapos sucios a la luz o al menos, lo íbamos a intentar.
—No puedo creerlo — escuché a Dawson susurrar.
—Vas a poder reencontrarte con tu amigo de la infancia, querido Blake —dijo Jin muy animado, pero Dawson se tensó y soltó un resoplido. Eso sonaba a que le molestaba que dijeran su segundo nombre, creo.
— Jin, ¿cuántos golpes necesitas para que dejes de llamarme así? — soltó con brusquedad, sus brazos tensándose.
Dios mío, parecía cabreado con el mundo entero. Necesitaba sentarse un día entero en el parque de perritos a apreciar la ternura y el cariño para que así se le fuera ese mal genio. No lo conocía de nada y jamás lo había visto, pero con honestidad no quería conocerlo. No me gustaban los tipos así de malos y mucho menos uno que tiene un arma y puede matar a alguien solo por estar de mal humor.
—Hasta que entiendas que soy más que tu mejor amigo, te digo como me salga de los testículos y quiero lo mejor para ti —soltó un suspiro —. Ahora dime, ¿Qué ocurrió?
—A veces eres tan gay — vi a Dawson negar con molestia —. Alguien persigue a la ardilla —fruncí el ceño. Comenzó a explicarle lo que había ocurrido hace unos minutos atrás.
Di unos cuantos pasos para posicionarme junto a él. ¿Ardilla? ¿Ardilla, quien? ¿Yo? Hice muchas muecas escaneando al chico, me seguía temblando hasta el pasado, pero necesitaba entender lo que estaba pasando.
—Tráela a casa —fue lo único que dijo Jin, antes de colgar.
¡¿Qué?!
No y no. Absolutamente no. Yo no me pensaba ir con este chico. Daba mucho miedo. ¿Y si en vez de llevarme a la casa, me secuestraba y lanzaba mi cuerpo por un puente? Yo no queria hacerle compañía a La Llorona. ¡No iba a hacer de secretaria!
No hay Llorona en Florida, loca.
Bueno, daba igual. No iba a permitir que me matara el mejor amigo de Jin.
Comencé a retroceder espantada cuando lo escuché decir "Vamos".
—No voy a irme contigo — le dije muy asustada—. No te conozco y tienes un arma, ¿Quién me asegura que no la usarás conmigo?
El modo paranoico se me había encendido. Dawson transmitía una vibra muy pesada y peligrosa. Quería encerrarme en una iglesia y bañarme con agua bendita. Dawson Blake Williams parecía un demonio con esos ojos grises, con las cejas hundidas, mandíbula tensa y esa expresión de enfado.
—No tengo motivos para matarte. — Sus puños se tensaban a medida que daba varios pasos en mi dirección —. Y si lo hiciera, ni siquiera te dejaría quejarte —soltó con burla—. No eres más que una niñita, yo que tú me andaría con cuidado porque si estas así de asustada porque alguien te sigue, no quieras imaginar lo que te harían las personas del bajo mundo.
Y eso sonó a amenaza. Di varios pasos hacia atrás, odié mucho a Jin, ¿con qué pandillero loco y asesino me había enviado? Dawson no parecía nada bueno y yo quería salir corriendo de aquí.
—No voy a irme contigo—le dije nuevamente, hasta metí la mano en mi cartera y con la mano temblorosa lo amenacé con la navaja.
Sus ojos identificaron la navaja y dio unos cuantos pasos en mi dirección, yo por instinto retrocedí, pero todavía tenía la navaja elevada. El chico no se detuvo y seguí retrocediendo hasta que algo me lo impidió, una pared. Seguía fallando en lo básico. Tenía que evitar las paredes.
—Cuando amenaces a alguien con esto—hizo referencia a la navaja, me observó fijamente. Escalofríos recorrieron mi cuerpo porque su mirada era fría—. Asegúrate de no parecer una ardilla asustada o solo provocarás risa.
Lo dijo sin alguna expresión. No sabía si me mataría ahora o más tarde.
La punta de la navaja tocó su piel y ambos observamos un pequeño puntito de sangre que se formó en su camiseta blanca. La garganta se me apretó de nuevo y comencé a llorar por el horror. Jamás había sentido tanto miedo en mi vida. En un movimiento ágil, su mano alcanzó mi muñeca y ejerciendo algo de fuerza me obligó a soltar la navaja, la cual cayó al suelo.
Sus ojos siguieron las lágrimas que bajaban por mi mejilla y me espantó no ver culpabilidad o algo por el estilo, solo estaba esa expresión vacía. Solo quise desaparecer de aquí y abrazar a Taeyang para sentir sus enormes brazos protegiéndome de este ser humano sin alma.
El chico se alejó de repente para caminar hasta la puerta y me miró sobre su hombro.
—Voy a llevarte. No voy a dejar que te maten tres segundos después de salir de aquí —volvió a decir con molestia —. Podrían culparme y no pienso volver a la cárcel por una chica que parece una ardilla asustada.
¿Por qué seguía comparándome con una ardilla?
Me quede paralizada en el mismo lugar, pero este chico no tenía nada de paciencia porque volvió a adentrarse a la oficina agarró mi muñeca con brusquedad para arrastrarme fuera del establecimiento. Pensé que las personas se alarmarían, pero todos siguieron en lo suyo.
<<Maldito seas Jin, por qué se me olvida que no tengo que confiar tan ciegamente en ti. Tienes gustos cuestionables en cuanto a amigos>>, pensé.
Nos detuvimos frente a una moto azul, la calle estaba desierta y el pensamiento de correr llegó a mí. Pero este loco asesino supo mis intenciones de golpe y levantó el dedo índice frente a mi rostro y lo movió de un lado a otro de forma repetitiva y hasta chasqueó la lengua, claramente diciendo un "Que no se te ocurra, o no te atrevas o no lo hagas". Respiré profundo, quedándome frente a él mientras lo veía subirse a la moto. Dawson ni siquiera me pasó un casco, más bien, me hizo una seña con la mano para que me subiera a la moto. Era un demonio de pocas palabras. Me subí con las manos temblorosas.
—Sujétate o morirás—dijo de mala gana.
Yo no quería tocarlo, ni aferrarme a su torso, pero no tuve de otra porque arrancó sin avisar y casi le entierro las uñas. Mis manos tocaron el arma y Dawson, con una mano agarró mis muñecas y subió un poco porque al parecer estaba enterrándole el arma en el abdomen. Pues no me importaba, por mí que se le incrustara en el hígado. Me compadecía por la chica que llegara a enamorarse de Dawson. El chico era peligroso, no tenía sentimientos, nada de tacto ni paciencia, ni mucho menos un gesto de caballerosidad. Daba mala vibra y tenía un arma. Traducción: Un criminal.
Oficialmente, me caía mal y no quería volverlo a ver. Cuando llegara a la casa iba a golpear a Jin muy fuerte por hacerme pasar por algo así.
¿Por qué debía venir sola? ¿Por qué no me envió con alguien más?
Luego recordé que todos estaban ocupados haciendo no sé qué y se me pasó.
Cuando nos detuvimos frente a la casa, la puerta de la entrada se abrió de golpe y por ella salió Janne, casi corriendo. Se detuvo de golpe al ver a Dawson. ¿Se conocen? Dawson se tensó de pronto, yo me bajé rápidamente de la moto y casi corrí hasta estar junto a Janne. Hasta le agarré del brazo para meterla a la casa conmigo.
—Este tipo es peligroso—le susurré en el oído, pero ella lo miraba embelesada—. Vamos — le dije intentando jalarla. Dawson se había quitado el casco y ahora estaba caminando en nuestra dirección, sus ojos la escaneaban de arriba a abajo. No había ninguna expresión, pero noté un brillo en sus ojos grises, uno de deseo.
—Blake... —susurró la prima de los gemelos.
Di unos cuantos pasos atrás al percatarme de lo que iba a pasar. Janne seguía mirando a Dawson como si no pudiera creer lo que estaba viendo, el pandillero loco y asesino seguía mirándola como si fuera una presa. Hasta que se detuvo frente a ella.
Dawson extendió una mano, y no sé por qué pensé que le agarraría el cuello para ahorcarla o algo, pero no, los dedos del pandillero loco y fastidiosamente guapo atraparon su pezón por encima de la tela al darle un pellizco. Ella dio un brinquito.
El grito en mi mente fue algo parecido al "Ah, what the fuck!", que había soltado Cardi B en un video.
—Sigues estando exquisita —lo vi morderse el labio y dio otro paso hasta que le rodeó la cintura con un brazo y con la otra mano, le dio una nalgada para atraerla por el trasero contra él.
—Dawson Blake Williams, —Janne lamió sus labios —, pensé que me habías olvidado.
—Imposible olvidar este trasero latino—le dijo con la voz grave. Luego, le acarició el trasero de forma descarada y ella dejó que lo hiciera. Esto se vio demasiado íntimo por lo que di unos pasos hacia atrás para alejarme de ellos. Janne, le pasó las manos por el cuello y creí escucharlos susurrarse cosas.
<<No digas nada>>, me recordó mi conciencia.
Pero, ¿Cómo ella estaba con alguien así? ¿Le gustaba la mala vida acaso?
Avancé por el camino que lleva a la entrada y cuando abrí la puerta Jin estaba lamiendo un helado de esos que parecen paletas, se quedó tieso al verme. Y casi senti el humo salir por mis orejas cuando caminé hacia él y lo agarré de la camisa haciendo un puño con la mano. Su boca se abrió por el asombro y tuve que ponerme de puntitas para estar a su altura.
—Que sea la última vez que me envías con un matón.
—Zuli, yo — lo interrumpí.
—Tenía un arma, Jin —dije muy molesta —. ¡Un arma! Y casi asesina a su compañero de trabajo.
—Yo no sabía —dijo con algo de pasmo y miró hacia la puerta —. Él sigue ahí, ¿no? Déjame ir a hablar con él.
—No vas a resolver nada porque ya pasé el susto —solté con brusquedad y me incliné de golpe hacia el helado que seguía en su mano y le di un gran mordisco. Jin tenía una expresión de confusión y tristeza porque me había comido su helado. Pues toma esa Jin, tengo que vengarme de alguna forma.
Me miró mal, antes de terminarse el helado y ambos pasamos a la cocina. Frente a nosotros la laptop de Taeyang estaba abierta y encendida. Y se me formó una sonrisa en los labios al ver que mi rostro adornaba el fondo de pantalla.
Esa foto me la tomó cuando estuvimos en Puerto Rico, nos habíamos detenido frente a una estación de sombreros de jibarito (que estaba hecha de paja de trigo) y me habían colocado uno enorme y apenas se veía mi rostro. Mi sonrisa era amplia y mis ojos brillaban con diversión.
—¿Tienes la contraseña?—preguntó cara lechuga sentandose en el taburete. Me senté a su lado y le extendí el papelito que Dawson me habia dado. La contraseña contenia algo en italiano y números romanos.
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Me dió un escalofrío al ver la palabra 'Errore' porque se leía igual que error, lo que podía significar que quizas Kimi sabía lo que estábamos haciendo.
—Jin, ¿sabes qué significa?—se encogió de hombros y lo vi entrar a iCloud.
—La traducción seria "cometiste un error"— me tensé y sentí algo caliente recorrerme la piel.
—¿Crees que ella sabe?—le pregunté inquieta—. ¿Crees que por eso me esta siguiendo?
Jin se inclinó a la computadora y negó.
—¿Que va a saber esa bruja?—dijo con molestia y soltó una risita—. ¡Bingo!
Lo observé con curiosidad y abrí la boca con asombro. Todas las cosas que Kimi tenía allí, podría arruinarla por completo. Habian fotos, videos, documentos y capturas de cosas ilegales. Nunca imagine que Kimi hiciera todas esas cosas.
—Dios, es peor de lo que imaginé—soltó Jin a mi lado, pasando sobre cada imagen.
—Kimi abusó de dos personas más, Taeyang no fue el único—dije al ver dos conversaciones que tuvo Kimi con un tal Kevin y Soleimy. Al parecer ella estuvo en una relación con ambos y estos le reclamaban por ser una abusadora y cosas espantosas que no me atrevo a mencionar. El punto es que ambos son menores, uno de diesisiete y la chica de diesiseis. ¡Que asco! Y ella los amenazaba con la muerte o con información sensible si se atreven a decirle a alguien.
Esta mujer era una psicópata enferma.
—Tambien robó dinero a sus abuelos, a la compañía de nuestro padre y vendió información delicada a una organización muy maluca—me lo dijo Jin con un perfecto acento venezolano. Ambos hicimos silencio leyendo los mensajes, viendo las fotos y...¿qué creen? Había más.
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