52: Tenemos un problema
Pensé en todo lo que había escuchado hasta el momento mientras todos en la casa pensaban cual era el mejor lugar para esconder un cuerpo. Ander sugirió que la podían enterrar en un desierto, Tania dijo que mejor era picarla en trocitos, Emily sugirió que vendiéramos sus organos en el mercado negro, Janne dijo algo relacionado sobre dejarla en un bosque y Jin la quería echar a los perros. Taeyang estaba en silencio.
Y yo, como siempre, estaba comiéndome las uñas por el nerviosismo.
Observaba a todos a mi alrededor mientras pensaba en las opciones. No podíamos matarla, ni encerrarla, ni echarla a los lobos. Tampoco podíamos denunciarla o amenazarla, no podíamos hacer nada, a menos...
Subí las escaleras con la excusa de que iría al baño, pero lo que hice fue buscar el internet el nombre que me había dado Nirvana cuando mencionó al padre de la perra de Kimi. El nombre del padre de Kimi apareció en la pantalla de mi celular y encontré un número de teléfono. Sonó unas cuantas veces cuando una mujer me respondió en español, era el número de la compañía. Me hice pasar por la mejor amiga de Kimi y hasta fingí un acento raro para hacerlo creíble. La mujer le pasó la llamada a un hombre y supe que era el padre de Kimi, no sé por qué, pero su acento me lo decía.
Le pedí un correo electrónico o un número para poder comunicarme con su hija. El hombre desde el otro lado dijo algo muy interesante.
—Si la encuentras, necesito que me digas dónde está porque la estoy buscando hace mucho tiempo— sonaba algo desesperado.
Así que, además de la policía de España, ¿también la buscaba su padre? ¿Cuál seria la razón?
—¿Por qué la está buscando? -le pregunté fingiendo preocupación —. Ella ha actuado raro, pero nunca me dijo esto.
—Tiene que cumplir con su parte del trato que es casarse con Aldiemo Martinelli.
Abrí la boca impactada.
¿Con que nuestra Kimi estaba huyéndole a su destino? ¿Quería utilizar lo que tenía en contra del medio coreano para arrastrarlo con ella?
Entonces, entendí de golpe su motivo. Ella quería mostrar la prueba de embarazo y los videos para manipular al padre de Taeyang a que su hijo se casara con ella para liberarse de esa boda arreglada con el tal Aldiemo Martinelli.
¡Ay, qué bonita es la vida cuando el chisme me cae del cielo!
Sería una pena que alguien como yo dé su ubicación, ¿verdad?
Solté una risita de psicópata en mi mente, pero en el fondo estaba asustada. Si esto salía mal, los videos y esa información serian publicados hoy y me arrebatarían a mi hermoso medio coreano de las manos, a Nirvana la echarían de la universidad y al profesor Elvis o Elvin se le arruinaría la reputación. Tenia que pensar un poco mas.
Cuando colgué la llamada me quedé parpadeando como una idiota. Un cosquilleo de emoción me recorrió todo el cuerpo y baje corriendo las escaleras. Un milagro y no me tropecé con Janne cuando me detuve a su lado.
—Tae —lo llamé, estaba con una bebida energética en las manos estaba sentado en el taburete de la cocina junto a Jin. Parecían dos gotas de agua. Pase la mirada por toda la sala y ladee el rostro—. ¿Y los demás?
—Emily fue con Tania a no sé donde, Nirvana dijo que iría a dormir y Ander fue a algo con su novia pero regresa pronto—me respondió Janne.
Taeyang tenía unas ojeras muy marcadas, su cabello apuntaba a todas las direcciones, no me habia mirado porque estaba demasiado distraido. Di unos cuantos pasos para detenerme frente a él y sujeté su mentón para levantarlo. Me escaneó todo el rostro y creí ver un atisbo de sonrisa.
—Tengo que decirte algo—le dije con algo de entusiasmo.
—¿Qué?—me respondió con el ceño fruncido.
—Acabo de descubrir el objetivo de Kimi.
Parpadeó muy confundido y levantó ambas cejas. Jin y Janne compartieron una mirada y se inclinaron para escuchar también. Ambos tomaban de ese raro batido verde que Jin preparaba todo el tiempo.
—Habla mujer, deja el suspenso — soltó Jin muy intranquilo. Solté una risita maliciosa.
—Kimi está huyéndole a su destino que es casarse con un tal Aldiemo Martinelli y por esa razón te quiere arrastrar con ella, para poder evitarlo.
Taeyang abrió la boca incrédulo. Jin comenzó a reír y observó el techo limpiándose las lágrimas que de repente se le acumularon. ¿Qué era tan gracioso? Janne y yo compartimos mirada con el ceño fruncido.
—¿Qué es tan gracioso?
Taeyang todavía riendo se puso de pie y dejo un casto beso sobre mis labios para salir de la cocina y subir las escaleras. Voltee a ver a Jin que ahora negaba con diversión.
—Jin.
El medio coreano le dio un largo sorbo a su bebida, soltando risitas.
—Esto no lo vi venir — dijo. Janne y yo nos desesperamos.
—¡JIN!
Levantó ambas manos.
—Aldiemo es la versión italiana de Santa Claus y que, por suerte para Kimi, tiene mucho dinero, muchas canas, es igual de panzón y le gustan las chicas jóvenes. Supongo que Tomas Adrialfi quiere expandir sus riquezas. Carajo, es tan predecible ese señor —negó divertido —. Ahora todo tiene sentido, el porqué de esa insistencia de Kimi en intentar manipular a Taeyang para que aceptara su "responsabilidad como futuro padre". Sin embargo, si su padre la encuentra primero, no vamos a tener que preocuparnos por nuestro padre porque no va a enterarse de nada. Tengo un plan y tú vas a ayudarme—dijo eso último en un susurro.
Entonces, comenzamos a planificar cómo haríamos cada cosa y agradecí a la vida que Jin fuera mucho más que una cara bonita porque acababa de inventarse el mejor plan para acabar con la estúpida de Kimi porque si la policia no se la iba a llevar, el padre de ella enviaría a alguien a buscarla.
Esperaba que saliera bien.
Salí a escondidas de la casa, mientras Jin y Janne subian las escaleras para entretener a Taeyang. Mi parte del plan era muy sencillo, tenia que ir con un amigo de Jin a que hackeara la cuenta de Kimi y así poder tener acceso a todo lo que ella podría usar en contra de los hermanos. Mis manos picaban, pero era más por el nerviosismo de lo que podría pasar.
Jin me advirtió que Kimi era peligrosa porque Nirvana habia dicho que se la pasaba con su conductor y otra persona que no tenia buenas pintas. Me espanté cuando me extendió una navaja y me pidió guardarla en mi cartera.
¿Por qué Jin me daba una navaja? ¿Acaso no sabia que me la podían quitar y apuñalarme con ella? El taxi me llevó por unas calles un poco raras, donde no había gente, sino uno que otro chico en una esquina mirando mal al taxista. Mis vellos se erizaron. Esta gente parecían peligrosos.
Confía en tu cuñado, Zuli, me había dicho Jin cuando lo miré con horror.
Sí, era fácil pensarlo, pero Jin no era la persona más responsable a la hora de llevarte a un lugar. Bueno, no me habia llevado pero si me habia enviado a este lugar. Llegué a la dirección que tenía en el móvil, parecía una tienda de aparatos electrónicos un poco abandonada.
De pronto, recibí una llamada de Taeyang. A él lo habiamos dejado fuera del plan porque sabiamos que no estaría de acuerdo con lo que ibamos a hacer. LLevé el móvil a mi oreja.
—Amor— le respondí melosa, él soltó un resoplido. Eso significaba que Jin había echo su parte del plan.
—¿Que es lo que vas hacer?—me preguntó de mala gana, giré los ojos.
—Taeyang, iré a la biblioteca, tengo unas cosas que hacer—le dije con calma. Bueno, más bien le mentí con mucha calma pero Taeyang no podía saber en donde estaba o mataría a Jin. Escuche que algo se le cayó. Lo imagine caminando de un lado a otro como un toro atrapado.
—Zuli, me acaban de encerrar en mi propia habitación, dime qué esta pasando— demandó con un tono molesto. Di unos cuantos pasos y me adentré al lugar, una campanita se escuchó avisando mi llegada.
—Va a salir bien.
—No te atrevas a ponerte en peligro o no voy a perdonártelo, lo juro— me dijo de forma brusca. ¡Ay, mi hermoso Tae que me encanta cuando se enoja!
—Mejor follame duro de castigo, si quieres— le dije en voz baja. Creí escucharlo soltar una risita pero despues soltó un bufido acordandose que debía estar molesto conmigo.
—Zuli, si te follo estando molesto...— lo dejó a la imaginación y me mordí los labios.
—Ya quiero verlo— le dije y colgué la llamada.
Obvio que volvió a llamar un par de veces pero no respondí, mas bien, me adentré al establecimiento. Habian varias personas caminando entre los estantes y en el mostrador divisé a dos chicos, uno con espejuelos, cabello revuelto y con pinta de ser tranquilo, pero el otro...el otro parecía un criminal. Los vi despedirse y el chico lleno de tatuajes comenzó a caminar en mi dirección pero sin voltear a verme. Era alto, algo musculoso, con rasgos marcados, parecía que rondaba los veintitantos, algo de vello en el rostro, cabello despeinado, ojos grises y mirada seria. Me interpuse en su camino y dio un paso hacia atrás.
—Disculpa, —le dije en voz baja—. ¿Eres Dawson Williams?
Levantó una ceja. Sus cejas muy pobladas y escuras, ojos medio rasgados con unos ojazos color gris me dejaron como idiota. A ver, era expremadamente guapísimo, y yo ya estaba enamorada de mi medio coreano pero tenia ojos, ¿saben? Y sé identificar chicos lindos.
—Quien pregunta y para qué—sonó algo molesto.
—Jin Kang dice que le debes un favor y necesita tu ayuda.
Sacudió el rostro y me paso por un lado casi golpeandome con su hombro.
—Dile a Jin que se puede ir a la mierda, no le debo un carajo.
¿Amanecimos con humor de perros? ¿O qué rayos le ocurre?
—Dijo que Andres está vivo—eso hizo que se detuviera de golpe para observarme. Su expresión habia cambiado porque ahora parecía esperanzado. Eso me dio mucha curiosidad, pero me abstuve a preguntar.
—¿Esta vivo?—asentí—. ¿Cómo lo sabes?
—Solo me dijo eso, que tú sabrías a lo que se refería.
Se llevó una mano para acariciar su mentón para despues soltar un largo suspiro:
—¿Qué quieres de mi?
Le expliqué lo que necesitaba y despues de varios minutos intentando convencerlo, me llevó hasta las oficinas de la tienda. El lugar se habia vaciado de repente, solo quedó el chico detras del mostrador. Luego, entramos a una oficina y me espanté cuando Dawson cerró la puerta de golpe. Yo solo me mantuve en medio del lugar observando cada cosa. Habian archivos, cajones, bolsas y una computadora de esas que tiene Taeyang.
—¿A quien quieres localizar? —le di todos los datos que tenia sobre el contacto de Kimi y lo vi teclear algunas cosas.
No parecía el típico nerd de las computadoras, es mas, me daba una vibra de chico malo pero no sé, tal vez yo estaba mal. No todo el que tiene tatuajes en todo el cuerpo es un chico malo, pero algo me decía que sí lo era. ¡Es que parecía un criminal! No pude eliminar ese pensamiento por más que lo intenté.
—Tenemos un problema— lo escuché detras de mi, me giré para encararlo. Dawson levantó la mirada y yo me tense porque no me gustó esa mirada. Daba miedo. Luego, me pidió que me inclinara frente a la computadora. El puntito rojo que me indicaba dónde estaba la persona que estaba buscando, acababa de entrar a este establecimiento.
¿Kimi me estaba siguiendo? ¿Iba a matarme? Todas mis neuronas comenzaron a correr con desesperación mientras hacia una mueca mirando al chico frente a mi.
Esto no era parte del plan.
—Ay no...
—Espero que la persona que te persigue no sea peligrosa—me dijo con algo de cansancio—. Porque precisamente hoy estoy de mal humor y no me va a importar si tengo que matar a alguien.
Lo dijo tan tranquilo que por un momento todos mis vellos se erizaron. ¿Con quien me había enviado Jin? Entonces, hizo algo que me asustó mucho porque abrió la mochila que no habia visto y sacó un arma, le quitó el seguro, me hizo ponerme detras de él para apuntar hacia la puerta. Entonces, esperamos.
Yo miraba de la computadora a la puerta. El puntito rojo cada vez se acercaba más y más.
Realmente esperaba que Kimi no haya llegado de pronto para matarme porque entonces, todo el plan de Jin se arruinaría. Yo acabaría muerta y no en una zanja.
La puerta se abrió de golpe.
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