47: De forma permanente
Cuando Tania terminó la canción, parpadeé como una imbécil intentando decifrar lo que le habrá querido decir y a los pocos segundos mi hermana y Ander buscaron a Taeyang con la mirada. Yo también me giré con una sensación rara en el estómago.
—¿A donde fue?— preguntó Emily escaneando nuestro alrededor. No había rastro de él.
—¿Quizás fue al baño?— escuché a Ander que iba detrás de nosotras a medida que íbamos empujando personas para llegar hasta la salida.
En cuanto estuvimos fuera solté una exhalación:—Pero, ¿a dónde pudo haber ido?
Ander estaba apuntando con la linterna entre medio de los autos mientras Emily gritaba su nombre como si estuvieramos en una película de terror. A los pocos minutos, Jin, Tania, Max (el chico con el cabello de colores) y Janne salieron del lugar.
—¿Dónde está?— escuché a Jin y levanté la mirada, se veía extremadamente preocupado. Max llevó una mano a su cabello para revolverlo y ojeó de nuevo a Janne.
—No lo sé—respondí con mucha preocupación.
—¿Te dijo algo?— volvió a insistirme. Negué.
—Debe estar por ahí fumando— nos dijo Janne, intentando tranquilizarnos—. A veces lo hace cuando está muy enojado, estresado o desesperado.
—Lo conozco, está muy cabreado— le respondió Jin a su prima y comenzó a caminar hacia la parte más alejada del estacionamiento. Vi su espalda desaparecer en la oscuridad y volteé a mirar a Tania que estaba rascandose el cuello.
—¿Qué fue todo eso?— le pedí explicaciones. Ella se encogió de hombros sin responder. Emily regresó a mi lado y soltó un resoplido:
—No sé qué le picó al medio venezolano, pero está a punto de reventarme un ovario por el estrés. ¿Cómo desaparece así? ¿Acaso nunca ha escuchado noticias donde secuestran a la gente para sacarle los órganos y venderlos en el mercado negro? —sacudió los brazos—. ¡¿No sabe que el hígado coreano es el más exótico en el mercado?!
—¿Y tú como sabes eso?— la cuestionó Max intrigado. Mi hermana comenzó a explicarle un montón de cosas que no me gustaron y me mordí las uñas. Sus comentarios no me ayudaban a tranquilizarme.
—Siempre ha sido así— respondió Janne con el ceño fruncido, recordando algo—. Cuando vivían en la ciudad de Valencia, nuestras madres que son hermanas, nos reunían para que jugáramos juntos, pero él siempre fue el niño solitario. Cuando se enojaba con su padre, se alejaba, osea, se iba por ahí solo. Era y es un experto en ocultar muchas cosas.
—¿Cuál es todo este lío con ese secreto del gran Taeyang?—escuché a Emily soltando un resoplido, ignorando por completo lo que había dicho Janne—. ¿Reveló los archivos secretos del gobierno o qué? Porque esa actitud de Rey Misterio lo va a dejar mal.
Le lancé una mirada a Emily tipo: 《Cállate ya, que le estás hablando a su prima hermana. 》
Jenna se recostó a mi lado y acarició su cabello en un gesto de distracción.
—Algunos secretos son como un laberinto, para lograr explicarlos hay que adentrarse de lleno a los traumas, por lo que, a veces la vergüenza puede silenciar a alguien de forma permanente.
Tania se cruzó de brazos: —Taeyang necesita decirle la verdad a Zuli, es lo único que diré— mencionó alejándose para encender un cigarrillo.
Janne hizo una mueca mirando a Tania alejarse y sacudió el rostro.
—Ya va a aparecer— me dijo.
Ella tambien sabía lo que Taeyang estaba ocultando. Yo era la única ilusa que seguía aquí a pesar de todo eso. Y se sentía horrible ser yo en esos momentos.
Pasamos casi una hora esperando frente al auto y cuando aparecieron, Taeyang se veía furioso y no le dedicó ninguna mirada a Tania. Janne se despidió de nosotros y entró al lugar junto a Max.
El auto se sumió en un silencio muy denso que hasta incomodidad sentí. Esperé que discutieran o algo pero nadie dijo nada. Como estábamos apretados yo iba sentada en las piernas de Taeyang. Su mano acariciaba mi antebrazo de forma distraída, intenté preguntarle algo pero me dió una mirada muy seria. Me quedé callada.
Ah, pero cuando llegamos a la casa, el cuento fue distinto. El primero en entrar fue Taeyang que entró dando largas zancadas y maldiciendo todo a su alrededor.
—¿Qué mierda te pasa? — Tania se detuvo en medio de la sala, mientras veía a Taeyang subiendo las escaleras. Sin embargo, este se detuvo y se giró sobre sus pies. Apretaba los puños, su mandíbula marcada, labios rectos y ojos amenazantes. Ni siquiera lo reconocí, había algo diferente en su rostro. ¿Qué estaba pasando por su mente?
—¿Y te atreves a preguntarlo?— soltó mi medio coreano.
Tania elevó la barbilla. Jin, Emily, Ander y yo nos quedamos cerca de la cocina intentando disimular que no estábamos escuchando la discusión. Sin embargo, el ambiente estaba tan cargado de energía negativa que sentí que me desmayaría.
—Pues sí me atrevo Tae, porque eres impredecible, y a lo mejor tienes esa cara de culo porque estás feliz.
El medio coreano sacudió el rostro y soltó un resoplido. Pero en serio, me dió mucho miedo, jamás lo había visto de esa manera. Se le marcaban las venas alrededor de los brazos, tenía el ceño fruncido y sus ojos parecían negros. Tania estaba frente a él y lo miraba con los brazos cruzados, por supuesto que no estaba intimidada por él.
—Eres mi amiga y los amigos no dicen que eres un falso de mierda que finge frente a los demás.
Yo abrí la boca al escuchar que Taeyang se lo había dicho de forma brusca. Ella, sin embargo, no se inmutó y soltó una risa divertida o sarcástica, en este punto, ya ni siquiera lo sabía.
—Es que lo eres, Taeyang.
El coreano soltó una risa nasal y elevó una ceja.
—Gracias, no sabía que tenías esa percepción de mí— y lo dijo usando el mismo sarcasmo de su amiga.
Tania se cruzó de brazos y volteó a mirarme. Yo me tensé pensando en que no quería que me involucrara en este problema.
—Mi percepción de ti ha cambiado porque ahora no se trata de Tania y Taeyang contra el mundo —. Lo volvió a mirar —. Ahora se trata de Zuliney y Taeyang. Y a ella no le has dicho tu verdad, y me irrita que seas así de egoísta. Ella te perdonó a pesar de todo y no le has dicho eso.
—Lo prometiste—soltó molesto mirando a Tania. Ella bajó la mirada y parpadeaba como si estuviera recordando algo.
—Zuliney no estaba hace un año. Sé lo que hablamos, sé lo que prometí ese día. Sin embargo, no es justo para ella.
Ella volteó a mirarme.
—¿De qué habla? — di unos cuantos pasos mirando a Taeyang. No obstante, él negó varias veces. Tania, tenía la barbilla elevada mientras retaba al medio coreano con la mirada.
—No le hagas caso, vamos — estrechó la mano para que fuera con él. No obstante, me quedé en el mismo lugar.
¿Cuánto tiempo iba a pasar para que confiara en mi?
— Vamos, mi amor—volvió a insistir.
—¿Qué es lo que me ocultas Taeyang?
El medio coreano bajó la mano y se tensó, todos escuchamos que a su móvil llegó una notificación.
—Zuli, te dije que me dieras tiempo — me respondió intentando reunir paciencia, otro sonido de notificación.
—Y sabes que te lo he dado, pero estoy harta de verte actuar extraño y que nuestras conversaciones tengan un límite porque te pones raro al tocar ciertos temas. —Le dije con algo de incomodidad.
—Zuli, es mejor que hablen esto en privado —escuché a Ander colocarme una mano en el hombro. Tenía razón. Apreté los labios aguantándome todas las cosas que le quería decir. De nuevo escuchamos el sonido de la notificación en el móvil de Taeyang.
—Zuliney merece saber la verdad, Taeyang, porque la estás hiriendo con tu secreto —soltó Tania ahora muy enojada—. Y cuando toda esta mierda explote, la vas a perder.
Otra notificación, Taeyang irritado sacó su móvil y pasó la vista por él. Todos nos quedamos en silencio, a la expectativa. Su cara se transformó e hizo una mueca de miedo cuando leyó o vió lo que sea que había en el aparato. Y sus manos temblaron tanto que su móvil cayó al suelo y se detuvo a los pies de Tania, quien se inclinó y miró lo que había allí.
—¿Tae? — escuché a Jin detrás de mi.
Dió varios pasos hasta su hermano y le tocó un hombro. Taeyang parecía que estaba en shock mirando detrás de todos, perdido en sus pensamientos. ¿Qué es lo que había en su móvil? Intenté acercarme a Tania pero el sonido de empujones y tropezones me obligaron a detenerme. Taeyang, había empujado a Jin para sacarlo de su camino y ahora se encaminaba hasta la puerta con una desesperación tan intensa que me asustó y me preocupó. ¿Quién se había muerto?
Es decir, es lo primero que creí cuando lo vi así. Por un momento, pensé en Kimi y supuse que él queria ir a ver si ella estaba bien. De hecho, me hice una novela super trágica de esas que Emily se la pasa viendo y el desenlace no me gustó para nada. Porque en ese desenlace yo terminaba abandonada.
Ander se interpuso en su camino y lo detuvo.
—¿Qué ocurre? — le preguntó con la voz calmada. Si algo tenía el futuro enfermero es que podía tranquilizarte su presencia. Sin embargo, Taeyang seguía desesperado intentando salir por la puerta. No reconocí a mi medio coreano. ¿Qué es lo que había en su móvil que lo puso así?
Eché un vistazo a Tania, que miraba el móvil con la boca abierta.
—¿Tania? — le pregunté, mientras escuchaba a Jin y a Ander intentar detener a Taeyang que ahora miraba la puerta como si fuera lo único que necesitara para respirar. Me detuve a un lado de Tania y observé el móvil de Taeyang. Mis piernas temblaron y casi me caigo de la impresión, pero Emily me sostuvo para no caer.
¿Qué mierda?
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Un dolor intenso se acentuó en mi corazón, mi garganta apretó mi tráquea impidiendome respirar adecuadamente. Me sentí muy débil por un momento. Como cuando el impacto de una noticia desafortunada te arrebata el alma del cuerpo.
No podía creer lo que estaba pasando.
—Ya basta — escuchamos a Jin —. Taeyang, ¿qué mierda te ocurre?
Taeyang solo quería salir de la casa, había desesperación en su rostro. Emily me acarició la espalda, mientras mis lágrimas bajaban por mi rostro y mis manos temblaban. Creía que me desmayaría por la impresión.
Entonces, todos comenzaron a gritar porque incluso, Emily le gritaba a Taeyang que se tranquilizara, Jin lo intentaba retener, tambien gritándole, y creo que Taeyang le dió un empujón a Ander que lo estrelló contra la pared y ahora Ander le lanzaba insultos. No se entendía un carajo, si llegaban los vecino sería por culpa de este escándalo. Yo estaba cerca de la entrada a la cocina, con las manos en la cabeza mientras lloraba.
Emily caminaba de un lado a otro desesperada por todo este drama y de repente, escuchamos pasos. Levanté la mirada para ver quien podría ser y me congelé al ver a Kimi junto a Nirvana en las escaleras. Kimi tenía una amplia sonrisa diabólica como si estuviera disfrutando de la escena. No pude verla de la misma manera, no después del mensaje que vi en el celular de Taeyang. Sin embargo, Nirvana...ella estaba muy nerviosa parecía que alguien la había golpeado porque tenía un moretón violeta cerca del ojo.
Solo me sentí derrotada con un vacío tan intenso que mi mente se había nublado. Claro que tenía que aparecer, era más que obvio.
—¿Qué mierda? — escuché a mi hermana tambien mirando hacia las escaleras. De fondo se escuchaba a Jin y a Ander discutiendo.
En cuanto ellas se detuvieron a mi lado, Kimi me observó de arriba a abajo y ladeó el rostro.
—Hola, zorra, digo, Zuli — me saludó Kimi ampliando una sonrisa maquiavélica.
Pero ella no contaba con que Emily me defendería como la fiera que era. Mi hermana dió unos cuantos pasos en dirección a la chica y la agarró por el cabello. Kimi no se inmutó y también agarró a mi hermana y se formó la tercera guerra mundial dentro de la casa. Yo intenté acercarme y junto a Nirvana, intentamos separarlas. Nirvana me miraba muy asustada y yo la miraba con los ojos empañados por tanto llorar.
—¡Por favor, paren! — grité con desesperación, pero nadie me escuchó.
Escuchamos a Jin soltar con la voz calmada: —Ve con Zuli, Taeyang, vamos mírala, está justo ahí.
Yo seguía jalando a mi hermana por la cintura para separarla de Kimi que ahora le cuestionaba a Nirvana que quien carajo era ella. A lo que Nirvana soltaba ajitada que era mi hermana y que la soltara. Se me hizo extraño porque ahora no actuaba como si Kimi fuera santo de su devoción, más bien, la miraba con mucho asco y hasta decepción.
—¡Taeyang Kang ! — el potente grito de Tania nos alarmó a todos.
Por lo que, esta vez todos se detuvieron. Y por primera vez, Taeyang reparó de la presencia de Kimi. Y su cara de susto se asentuó más. Yo aparté la mirada, no quería ser testigo de eso. Nirvana sujetaba a Kimi por los brazos y Ander abrazó a mi hermana por los hombros para impedir que se volviera a lanzar sobre Kimi.
—Tania Salomé Fath —le respondió con advertencia, mirando de ella a su móvil, utilizando su nombre completo como ella lo había echo—. No te atrevas.
—¿Esto era lo que estabas ocultando? — alzó el móvil. Yo bajé la cabeza, triste por eso que vi en su celular.
—No, eso es mentira...
—Debes decirle toda la verdad a Zuli, ¡Ahora! — le dijo Tania con molestia, Taeyang bajó la cabeza mientras negaba con desesperación.
Todos hicieron silencio.
—Oh, ya vistes por qué estoy aquí — escuchamos la odiosa voz de Kimi que sonreía como si fuera el mismísimo demonio.
Taeyang la miró con terror. Yo le lancé una mirada de odio. Nirvana, extrañamente estaba asustada y temblorosa. Jin se mantuvo a un lado de Taeyang. Y yo estaba en medio de todos ellos, de nuevo sintiendo una horrible sensación recorrerme el cuerpo.
—¿Qué mierda haces aquí?— le preguntó Jin con mucha rabia. Jamás lo había visto así. Me espantó ver eso en ambos hermanos.
Kimi dió unos cuantos pasos hasta detenerse frente a Jin y le sonrió de medio lado.
—Felicidades, vas a ser tío.
Y la boca de Emily y Ander casi traspaza el suelo. Ambos voltearon a mirarme y de nuevo mis ojos se cristalizaron. Taeyang iba a ser padre, eso me dolía en lo más profundo de mi alma. Kimi como para hacer obvia sus palabras, dirigió la mano a su abdomen y lo acarició mirándome fijamente. Sentí mucho dolor en mi pecho, un golpe con un bate de béisbol dolería menos.
Jin dio varios pasos hacia atrás como si lo hubieran empujado las palabras de Kimi. Y la mirada que le lanzó a Taeyang fue una de decepción. Una de: <<No esperaba esto de ti, hermano>>. Me salió un jadeo de dolor. Ya no quería estar en este lugar. Quería comprar un boleto e irme a la otra punta del país.
—¿Cómo pudiste? — fue lo que salió de mis labios, temblando en la misma posición—. ¿Por qué me hiciste esto? Nunca fui mala, nunca te mentí, nunca jugué con tus sentimientos.
Taeyang, me miró alarmado y dió unos cuantos pasos en mi dirección y yo retrocedí.
—¡No te me acerques! — le dije con voz temblorosa. Se llevó las manos a la cabeza, desesperado. Esto era un maldito caos.
—Zuli...
—No, — respondí levantando una mano. Sintiendo la ira y la desilución recorrerme todo el cuerpo. Estaba a unos cuantos pasos, no lo iba a golpear pero queria que se detuviera y lo hizo pero sus manos se movian desesperadas. Habia sudor en su rostro, tenia una expresión de verguenza plasmada en la cara y negaba muchas veces.
—Por favor, escúchame por una vez en tu vida—me suplicó—. Por favor, déjame hablar, quiero decirte todo.
—Ya es muy tarde, Taeyang.
Al soltar eso lo sentí como cuando un cristal se rompe en mil pedazo y vi en su expresión el terror. Dandose cuenta de lo que había pasado, de lo que estaba pasando y de que nosotros terminaríamos para siempre.
—¡Ay! Los tortolitos tienen problemas, que triste — Jin apareció en el campo de vista de Kimi y la agarró del brazo y la intentó sacar a rastras de la casa. Ni siquiera le importaba que Kimi estuviera embarazada del hijo de su hermano. Nirvana intentó decir algo, pero Jin la amenazó que la iba a echar de la casa si intentaba defender a Kimi. Ella solo reía con burla mirándonos a todos. Ya sabía yo que el vibe que me dió con ella no era bueno.
—Pero está embarazada— escuchamos a Nirvana con la voz apagada, Jin soltó una carcajada.
—Si tú le crees allá tú. Esta es una mentirosa de naturaleza, con ese cuento a otro pendejo.
—Lo muestra la prueba de embarazo— le dijo.
—Puede ser de otro hombre y se lo está achacando a Taeyang, eso lo vi en un drama coreano.— Habló Emily junto a mi. Kimi se detuvo en la puerta y jamaqueó el brazo para ganar tiempo y me miró a los ojos:
—¡Ah, sí!—soltó una risita—. ¿Y cómo explicas los videos? Un bebé no se hace solo y ahí tienes evidencia suficiente para que entiendas que este hijo es de él— lo señaló.
Taeyang, por su parte, se pasó las manos por la cara en un gesto de frustración, y le lanzó una mirada a Jin, quien esta vez la sacó de la casa y le cerró la puerta en la cara. Kimi desde afuera le gritó a Taeyang que la llamara cuando el drama acabara porque tanto problema le harían mal al bebé.
Yo seguía temblando en mi posición, mientras retrocedía, porque Taeyang quería acercarse y yo no lo dejaba. ¿Para qué quería acercarse? Con quien debía ir era con Kimi.
—Por favor, ya no me vuelvas a hablar, —le pedí intentando subir las escaleras, pero se interpuso en mi camino, tuve que levantar el rostro para verlo.
—Zuli, yo no me he acostado con ella, eso es una mentira, por favor, tienes que creerme —dió varios pasos, y frente a mí, apareció Emily. Quien le dió un ligero empujón en el pecho.
—Aléjate de ella, Taeyang—soltó Emily con la voz temblorosa, sufriendo conmigo.
La mirada del medio coreano iba de mi hermana a mí. Sus ojos estaban cristalizados y respiraba ajitadamente.
—Emily, te juro que yo no me he acostado con ella durante dos años. Todo esto que ella está haciendo es para separarnos. Para que yo vuelva corriendo a ella por miedo.
—A mí no me debes explicaciones— le recordó mi hermana.
Sentí la mano de Taeyang en mi antebrazo, ese toque me quemó y me retorcí.
—¡No me toques! — le grité llorando con fuerza —. De nuevo me mentiste, me engañaste. ¡Me das asco! No puedo creer que confié en ti.
—Zuli, esto es otra mentira,—volvió a explicar—. Escucha, esos videos son de hace cuatro años, esa prueba de embarazo es falsa, yo no me he acostado con ella. Ella manipula todo para que se vea así, por favor, déjame explicarte.
Mis lágrimas me impedían verlo bien. Tania dió unos pasos y se acercó a nosotros.
—Taeyang, —ella colocó una mano en su hombro—. Mira hasta donde te ha traído los secretos. Tienes que hablarlo con alguien. No más amigo, libérate de esa prisión.
El medio coreano se miró las manos que también estaban temblando y comenzó a llorar doblandose por la mitad y cayendo frente a mi sobre sus rodillas.
Compartí una mirada con Tania.
—Escúchalo— me pidió.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro