37: Lo prohibido
Nirvana se pone de pie y acomoda su ropa soltando una risita incómoda. Yo solo permanezco estática sin ninguna expresión en el rostro. No quiero incomodarlas o algo por el estilo. Carraspeo.
—Hola chicas.
—Hola...—comienza a caminar en mi dirección y me lanza una mirada de culpa. Despues me pasa por un lado y cierra la puerta detras de ella. Eso no lo vi venir.
¿Entonces aquí estan todos con todos?
<<Deja de ser tan chismosa>>, me regaño.
Tania ahora está sentada y tiene ambos codos apoyados en las rodillas mientras hunde su cabeza en sus manos.
Ambas nos quedamos en silencio. Doy varios pasos hasta dejar las pinturas en el suelo y me arrodillo frente a ella.
—Tania —ella levanta el rostro. Pero lo que veo me deja el triple de confundida. Mi amiga está llorando a moco tendido y todo —. ¿Qué ocurre? —me acerco para abrazarla. Ella al principio rechaza mi abrazo mientras llora, pero se rinde y envuelve sus brazos a mi alrededor. Sé que detesta los abrazos pero me sorprende que me corresponda.
Solloza como jamás la habia visto hacer.
—Estoy muy confundida.
—¿Por qué?—levanta el rostro, es un desastre de lágrimas y mocos.
—Acabo de iniciar una relación con Vivian y Nirvana se ha enterado—dice con lentitud con la mirada perdida—. Cuando ella llegó hace un año y medio, nos habiamos vuelto amigas y creí que eso era todo, hasta que un día me besó.
Abrí la boca asombrada.
—Intentamos mantener nuestra amistad y descubrí que también me gustaba su hermano, por lo que, comencé algo casual con él. Ella y yo intentamos olvidarnos del beso y seguimos como amigas como si nada hubiese pasado. Hasta que tuve una novia y ella volvió a buscarme y cuando Jin me la quitó, Nirvana se alejó. Y...hace una semana mi relación con Vivian se hizo oficial y con ello, regresó Nirvana.
—Lo siento.
—Ella es así—soltó con molestia—. Le gusta causar problemas donde no los hay. Vive del sufrimiento de los demás. Se revuelca en la sangre de sus victimas. Y le gusta verme así.
—No tenia idea—le confieso, ella se encoje de hombros.
—Ella es de las típicas personas que te buscan cuando no las esperas y cuando te usan, se alejan como si fueras algo que se puede desechar. Y me confunde y duele demasiado. Porque aunque no quiero, siento toda esta basura por ella, pero al mismo tiempo, no puedo hacerle esto a Vivian.
Tania necesitaba a alguien que la escuchara y eso fue lo que hice durante las siguientes dos horas. Ya estaba mucho más tranquila y se habia quedado dormida sobre mis piernas.
Nirvana habia jugado con sus sentimientos. Al parecer, la medio coreana la buscaba cuando todos dormían y se metia a su habitación. Tania la rechazaba pero la insistencia de Nirvana la puso en desventaja y acabó gustándole. Hasta que Nirvana la ignoró después de acostarse con ella y Tania supo que habia sido utilizaba. Para mi amiga, Nirvana, era como su criptonita porque aunque ella quisiera decirle que no, su cuerpo la traicionaba. Sus defensas bajaban cuando estaba cerca. Y sus sentimientos crecían como un tsunami que venía a arrasarlo todo.
Me daba mucha curiosidad porque nunca imaginé a Nirvana de esa manera. Tania me explicó que Nirvana era Pansexual. Para resumirlo, significa que Nirvana se siente atraída por las personas sin importar su género. Se enamoran de la personalidad y esas cosas.
Tania me habia suplicado que no odiara a Nirvana porque tambien era mi amiga, pero no pude evitar sentir esa molestia. Tanto Taeyang como ella habian jugado con nosotras y me sentí con la obligación de defendernos.
Así tipo: Ponte detrás de mí que yo te cubro.
Pero, ¿a quien quería engañar? Yo era muy cobarde. No me gustaba el pleito y me incomodaban las discusiones. Así que, con una sonrisa triste me despedí de mi amiga que tambien tenia el corazón tan roto como el mío.
Mientras caminaba hasta mi habitación no pude evitar pensar en él. ¿Que estaría haciendo? ¿Por que no me había buscado durante todo este tiempo?
(...)
Era tarde, las estrellas decoraban la cálida noche del viernes. Me encontraba en la terraza fumando uno de los asquerosos cigarrillos de Tania. Admito que odiaba esta mala costumbre que se me habia pegado de ella, pero era la única manera de disminuir la ansiedad que me daba cada vez que pensaba en el medio coreano. El no hablarnos me estaba afectando más de lo que queria admitir. Extrañaba todo de él. Sus labios, su voz, su mirada, incluso, su cuerpo porque, ¿par qué mentirte? Me hacia sentir única. La manera de tocarme, de hacerme tocar el cielo con un simple orgasmo... y era raro porque muy pocas veces yo me dejaba llevar por mis hormonas.
—Te estaba buscando—me interrumpió una voz. Me tensé porque cuáles eran las probabilidades de estar pensando en él y que se me aparezca así.
Mantuve la mirada fija en la calle, en los autos, en las luces a medida que escuchaba sus pasos. Se detuvo a mi lado y apoyó sus manos en la barandilla. Lo miré por el rabillo del ojo, se veia tan sexy.
Carajo no podia evitar imaginarlo embistiendome como lo habia echo la última vez en el auto.
<<¿Hellow? ¿Podrías tener un poquito de dignidad? Gracias.>>
Solté un suspiro.
—Quiero hablar contigo—dijo en voz baja.
La gente dormía a esta horas, pero elevé una ceja porque sabia que aquí no podrían escucharnos.
—¿Por qué hablas tan bajo?—pregunté dando una calada a mi cigarrillo. Lo vi acercarse un poco mas.
—No quiero alterarte y que salgas corriendo—confesó después de quitarme el cigarrillo de los labios, apagarlo y lanzarlo lejos. Giré los ojos—. No me gusta que fumes, te ves fea.
Solté una risa desganada.
—Si viniste a criticarme, te puedes ir por donde llegaste.
Lo enfrenté, él tambien hizo lo mismo, la oscuridad en su mirada dejandome helada.
—La gente muere todo el tiempo por fumar, no quiero que te pase nada malo.
Tenia un gorrito de lana, llevaba una camisa de botones y unos pantalones largos. Los primeros tres botones separados, mostrando algo de su pecho. No tenía los espejuelos como de costumbre y quise preguntar dónde estaban, pero me limité a observarlo.
—Y te preocupas por mi—fue lo que respondí, intentando sonar sarcástica pero me salió raro y sonó a que estaba de acuerdo con él. Casi me golpeo la frente.
—Exacto.
Se recostó de la baranda y se quedó observándome. Comencé a sentir un cúmulo de sentimientos en mi pecho y quise salir corriendo. ¿Por qué tenia que sentir todo esto por él?
—E cortado con ella para siempre—soltó de golpe, y sin darme tiempo a procesar continuó hablando—. No ha sido fácil porque ella todavía estaba...digamos que...enamorada, pero yo de ella no.
No dije nada, así que continuó.
—Me he alejado de ti para darle tiempo a esto que ha ocurrido pero te extraño. Necesito tenerte cerca.
—No podemos—dije lentamente—. No me alegro que por mi culpa haya terminado tu relación con ella. Y no me gusta sentirme culpable por todo lo que le hicimos.
—No fue tu culpa y como te dije, ya no estábamos juntos. Sin embargo, ella aún tenia sus esperanzas en que volvieramos. Pero no ocurrió como lo esperaba—me explicó—. Y el otro día, ella me besó porque me tomó por sorpresa porque no esperaba verla. Pero fue un error. Lo siento.
—Es tu culpa por dejarla tener esperanzas.
Se quedó en silencio asintiendo. Claro que yo tenía razón.
—No me importa lo que hagas con tu vida Taeyang.
Comencé a alejarme de él.
Su cercanía se sentía muy peligrosa, así que, tenía que hacer lo que todos harían en mi lugar, huir. Pero... ¿acaso eso resolvería algo?
Ah, pero eso no iba a ocurrir, no en esta historia. Porque Taeyang sujetó mi mano en un acto reflejo y me intentó jalar en su dirección. Me resistí y le lancé una mirada dura.
—Suéltame —jamaqueé el brazo.
—Hablemos, por favor —dijo a medida que me soltaba.
¿Otra vez con lo mismo?
—¿Qué parte de no me importas, no entiendes? —Solté con mucha molestia mirándolo con disgusto. La brisa helada de la noche me estremeció —. Solo...aléjate de mí.
Me dolía. Todo había sido tan pronto que no podía superar lo que había ocurrido entre nosotros. Y se me hizo un nudo extraño en la garganta al recordar todo. Y me recriminaba porque era cuestión de valores y moral. De yo haber estado enterada de la existencia de Kimi, jamás en la vida hubiera hecho lo que hice. Y me dolió demasiado darme cuenta de que Taeyang no pensó en las consecuencias. ¿Quién me aseguraba que no me haría lo mismo a mí? Yo fui su escape, su distracción. Por que, ¿Qué otra cosa pude ser para él?
No había pensado en las consecuencias que conllevaría todo aquello. Ni siquiera pensó en su pobre novia/ ex novia, o lo que sea. A simple vista pude notar lo enamorada que estaba y me dolía el pecho por ella. Tenia sus esperanzas puestas en alguien que no pensaba en nadie mas que en sí mismo. No lo merecía. Nadie merecía algo así. Y ser la causante de una separación se sintió como un flechazo directo en el estómago.
<<Ya estaban separados.>> Mi mente por alguna estúpida razón quiso capturar ese hecho.
¿Y quién me asegura que no mintió?
A estas alturas nada de lo que saliera de su boca era confiable.
De hecho, comprendí de golpe que Taeyang no nos merecía a ambas. Era egoísta, mentiroso y buen actor. Y eso era mucho más peligroso. Esa pinta de chico misterioso, luego de chico bueno, luego esto... ¿una víctima?
¿Víctima de qué mierda?
—Por favor, —lo escuché suplicar. Y me molestó su rostro, su actitud, todo.
—No puedo creerlo Taeyang. —El coreano frunció el ceño mirándome a los ojos —. ¿Esto te divierte? —hice un círculo con los dedos —. ¿Te excita acaso? ¿Te gusta sentir la adrenalina de todo esto? De lo prohibido, del dolor ajeno. ¿Es eso?
Dió un paso hacia atrás mirándome con los ojos desconcertados.
—No te reconozco. —Lo dijo en voz baja, sacudiendo el rostro.
—¡Yo no te reconozco a ti! —solté con disgusto, ahora dando un paso en su dirección. Iba a irme, pero antes le diría sus verdades —. Fuimos amigos durante varios meses y me ocultaste su existencia. Yo te conté hasta el más oscuro de mis secretos y ni siquiera fuiste capaz de ser honesto. Todo, desde el maldito primer día fue una farsa. Y me duele demasiado que sigas actuando como si el hecho de que tuvieras una historia con alguien más no tuviera importancia. Es decir, tú me besaste a mí en mi habitación cuando dijiste que sentías algo. Luego nos acostamos, te di tiempo a que me contaras lo que ocultabas y mentiste. De nuevo volví a preguntar lo que te unía a ella y no dijiste nada. Todo esto lo haces ver como que exagero o que soy una dramática como le has dicho a Nirvana.
—Nunca he dicho que seas una dramática. Y te he dicho la verdad. No quería hablarte sobre una relación tan tóxica como la que tenía con ella porque no quería que te asustaras—respiró profundo, se veía que temblaba—. Y eso que nos unía...nadie lo sabe y jamás lo diré— soltó con amargura.
Mis manos temblaban, pero di otro paso, volvió a retroceder estudiando mis movimientos, cauteloso. De nuevo, recordé las palabras de Tania, nunca me lo diría.
Y eso dolió aún más porque prefería perderme.
—¡Eso no se le hace a un amigo Taeyang! —Exploté de histeria —. Prefieres que todo entre nosotros acabe a contarme eso que los une.
—Tú has dejado claro que no deseas escucharme, no te importo y no queda más que hablar, entonces, ¿por qué debería decirte?
¿Me estaba manipulando? Esto era irreal. Mi odio hacia él se abrió paso entre mis neuronas y salió de mi como un proyectil capaz de matar: — Eres una basura.
Se quedó en silencio. Mirándome fijamente, hizo una mueca de dolor. Le había dolido. Y a mí me había dolido más porque independientemente de mi enojo, yo no debía faltarle el respeto.
—Lo siento —dije en voz baja rápidamente—. Perdoname por decir eso, estoy muy—me interrumpió.
—No te disculpes.
Soltó un suspiro y bajo la mirada. La tensión del momento nos tenia muy a la defensiva.
—Siento mucha vergüenza de lo que hice —murmuró apretando las manos —. Tienes razón, Zuliney. Soy una basura porque no fui honesto, porque oculté esa parte importante de mí y porque...ocultar y mentir es básicamente la misma cosa. —Tenía una expresión de molestia en el rostro —. Y lamento, que te sientas de esta manera por mi culpa. Nunca fue mi intención y quisiera...de alguna manera compensarlo, pero veo que es tarde.
Nos quedamos en silencio.
—Pues espero que seas feliz —mencioné con un temblor incontrolable y una sensación horrible en la garganta. Como si algo estuviera estrangulándome y me di cuenta de que estaba reprimiendo mis lágrimas. No iba a llorar nuevamente—. Ya no esperes nada de mi. Terminamos esto, y esta vez para siempre.
Ver una expresión de tristeza atravesar su rostro me hizo sentir horrible pero ya no había nada que hablar.
Lo que sea que nos haya unido, había culminado allí. Bajo las estrellas, con la fría noche y con el olor a cigarrillo estampado en mi cabello.
Era momento de poner los pies en la tierra. Las excusas vacías no me harían volver a confiar. Y si tenía que hacerme la dura después de cada encuentro, lo haría.
Taeyang entendería que conmigo nadie iba a jugar.
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