Estaba sentada en el taburete que quedaba en la cocina mientras esperaba a Taeyang. Unos pasos lentos comenzaron a escucharse y solté un suspiro. No sabia cómo enfrentarme al gemelo después de mi conversación con Tania. La verdad era que me traía con mucha preocupación lo que dijo. ¿Era tan malo lo que Taeyang ocultaba que Tania no lo quería cerca de mí?

¿Qué estaba pasando?

Estuve a punto de abrir la boca para hablar sobre lo ocurrido la noche anterior pero casi me ahogo porque quien venia entrando era Nirvana. Se estaba estirando y venia bostezando. Sin embargo, en cuanto me vio corrió en mi dirección a abrazarme.

—Oh, Zuli, estaba tan preocupada por ti, mira que delgada estas—levantó mis bracitos y sujeto una de mis mejillas—. No has comido nada. Deja que te prepare algo—hizo el amago de buscar cosas en la despensa.

—Ya he comido, gracias—fue lo que pude decir con un nudo en la garganta. Ella aun no sabia nada y me dolía no poder contarle todo porque según me dijo Tania, el tema con un hermano era algo sensible que no podía tocar con ella. Y me preocupaba la razón.

—Todos estábamos tan preocupados por ti y llegamos a pensar que estabas en depresión. Yo también lo estuve, de hecho, el primer semestre lloraba de lunes a viernes y en las tardes hacia una sesión de llanto por Zoom con mis amigas de España para recordar viejos tiempos.

Asentí con lentitud.

—Pero puedes contar conmigo, tengo experiencia manejando las emociones, sobre todo porque—se interrumpió. El sonido de unas rueditas siendo arrastradas nos obligó a voltear el rostro y vimos a Taeyang con ropa casual, un gorrito de lana y la maleta detrás de él.

Me tense. Vi cómo Nirvana observo la maleta y luego su mirada se dirigió a la entrada de la casa, donde había otra maleta. La mía. Si no fuera porque no era posible, podría pensar que las neuronas de Nirvana sufrieron un corto circuito. Luego su rostro reflejó confusión.

—¿Qué esta pasando? —dijo levantándose de golpe.

—No es lo que crees, —fue lo que pude decir, pero Nirvana me observó con molestia.

—¿Por qué estoy viendo a mi hermano con una maleta y por qué estoy viendo la tuya en la entrada? —nos señaló—. ¿Hay algo que debo saber?

—Zuli y yo nos vamos para Puerto Rico, viaje de último momento—mencionó un muy tranquilo Taeyang, mientras veía cómo rebuscaba en la nevera algo de tomar y la cerraba de golpe.

—¿Disculpa? —y su modo dramático comenzó a salir cuando comenzó a negar con efusividad y a señalarnos acusatoriamente—. ¿Desde cuándo ustedes hacen viajes juntos? ¿De qué rayos me perdí?

—No seas tan dramática, solo somos amigos.

¿Amigos? Mis ojos buscaron los de Taeyang que estaba ocupado mirando seriamente a su hermana.

—¿Y desde cuando ustedes son amigos? Porque nunca los he visto juntos y yo me entero siempre de todo.

Si tú supieras...

—¿Y desde cuando tengo que darte explicaciones? —soltó de forma brusca el gemelo—. No eres mi madre.

Nirvana abría la boca con incredulidad yo solo me encogía más en mi asiento rezando internamente que todo acabara. Pero ya sabes, cuando vives en una casa con varia persona, todo se complica porque, justo en ese momento entró Tania junto a Jin.

—Oh, ¿ya se van? —soltó Tania casualmente.

—No puedo creer esto—volvió a decir Nirvana removiendo los brazos—. No solo me entero de que mi amiga se va con mi hermano de vacaciones, sino que, mi otra mejor amiga lo sabia y no pensaba decirme nada.

Se veía bastante alterada.

—Contexto gente—pidió Jin sacando un batido verde de la nevera y pasándoselo por la cara a Tania, ella fingió una arcada y Jin soltó una risita. ¿Qué se traen estos dos?

—Tú cierra la boca—dijo Taeyang.

—¿Pero qué hice? —vi a Jin hacer un puchero mientras Nirvana lo interrumpía.

—¿Pensabas decirme? —preguntó Nirvana a Tania. Ella solo se encogió de hombros.

—La verdad es que me enteré ayer.

Nirvana comenzó a retroceder.

—Bueno, pues muchas gracias por decirme. La verdad es que lo agradezco. Agradezco que sean tan buenos amigos.

—No seas tan dramática—volvió a decir Taeyang.

—¿Alguien va a darme contexto? —ahora Jin estaba sentado a mi lado y se inclino para preguntarme que había pasado. Iba a responderle, pero nos sobresaltó ver a Nirvana soltarle una bofetada a Taeyang.

—Vuelve a decirme dramática, y verás lo que ocurre.

Taeyang, se vería demasiado tranquilo para lo que acababa de pasar.

—Jamás vuelvas a pegarme.

—¿O qué? —ella se paró frente a él—. ¿Qué es lo que harás?

—No hare nada, pero no lo vuelvas hacer.

Jin se metió entre medio de ambos e intento calmar a Nirvana que seguía provocando a su hermano que no mostraba ninguna expresión. Me recordó al Taeyang que había conocido al principio y no me gustaba esa persona.

—Nunca piensas en los demás, ni siquiera piensas en—Jin cubrió su boca con una mano.

—Aquí no, Nirvana. Entiendo que estes enojada pero ya basta. No vayas a decir algo de lo que podrías arrepentirte.

—No puedo creer que después de todo lo que he hecho por ti, me pagues así.

Y me lo dijo a mí. Me sentí tan inferior ante su acusación que varias lágrimas salieron de mis ojos. Tania corrió a abrazarme, pero la aparte.

—Todo ha sido un malentendido. Si tan solo dejaras que me explicara—dije con la voz apagada. No me gustaba lo que estaba pasando.

—¿Y permitir que me veas la cara de idiota?

Tania se paro frente a mi y se enfrento a Nirvana.

—Cierra la maldita boca de una vez. No eres el centro del universo en esta casa, no eres la líder, no eres la dueña y ciertamente, no tienes ningún poder sobre nadie. Nadie te tiene que dar explicación porque pidiéndolas de esa manera, no solo lograrás que todos se molesten contigo, sino que te quedarás sola.

—Wow, ahora yo soy la mala—ella comenzó a retroceder—. ¿Saben qué? Lárguense todos a lo mierda a mí no me busquen cuando necesiten algo.

Y la mirada que me dio antes de dejar la cocina, me hizo sentir mil veces peor.

—Bueno—comenzó a decir Jin—. Si pensabas que aquí no había drama, pues bienvenida oficialmente. Ya se le pasará, no tomes en cuenta lo que dice. Nirvana habla mucho y muerde poco.

Y tenia razón, si yo pensaba que este lugar seria como un cuento de hadas, me acababa de equivocar.