19: Aléjate
No sabía cuánto tiempo había pasado. Solo era consciente de Taeyang sobre mí. Estábamos en la cama y de un momento a otro, Taeyang estaba encima de mí, yo rodeándolo con las piernas. Una de sus manos estaba apoyada al lado de mi rostro y la otra mano me tenía agarrada por detrás del cuello.
Sus labios seguían sobre los míos, nuestros cuerpos completamente unidos. Tranquilos, teníamos ropa.
Jamás pensé que se sentiría así. Me gustó tanto que solté un jadeo que obligó a Taeyang a separarse.
—Suena delicioso ese sonido viniendo de tus labios—dijo con voz ronca y su boca se dirigió a mi cuello. Dejó varios mordiscos y todo mi cuerpo se estremeció. Elevé las comisuras de mis labios mientras que llevaba mis manos a sus hombros.
—¿Por qué me estás besando? —de repente quería saberlo todo.
—¿No es obvio? —preguntó mientras que, al mismo tiempo, una de sus manos se metía por debajo de mi abrigo, —porque me gustas—terminó por decir acariciando mi cintura. Su mano se mantuvo allí, subiendo y bajando, pero nunca toco más allá.
—¿Por qué nunca me lo dijiste?
—Solo pasó, ni siquiera yo lo entiendo—dejó varios besos en mis labios, ansioso.
Volví a alejarlo.
—Yo pensaba que no era mutuo.
Se quedó mirándome por unos instantes.
—Lo sé. Nunca pensé que llegarías a gustarme, si te soy sincero. Pero te has convertido en una amiga muy especial para mí, que me conoce y sabe lo imperfecto que soy y aun así sigues a mi lado.
La palabra "amiga" cambió mi estado de ánimo por completo, pero intenté disimularlo. Todo lo que había dicho fue tan bonito que no quedo espacio para arruinar el momento. Algo que yo lograba hacer con facilidad.
Volvimos a besarnos por un rato más hasta que de la nada solté: —Tengo un viaje programado para mañana.
Taeyang, que estaba todo despeinado y con los labios rosados se incorporó y quedo sobre sus rodillas.
—¿Qué? ¿Un viaje? ¿A dónde?
—Debo hablar con mi padre, no puedo llamarlo por teléfono.
Su rostro se movió de medio lado intentando analizar lo que acaba de decir.
—¿Te iras mañana? —asentí con lentitud. Esta vez se puso de pie.
—¿Y por qué no me habías dicho?
—No era algo de lo que quisiera hablar—asintió.
—¿A qué hora?
—A las seis de la mañana—se quedó mirando la pared detrás de mí y luego asintió.
—Bien, iré contigo.
Y salió de la habitación dando largas zancadas. Me incorporé rápidamente para seguirlo. Ambos entramos a su habitación y lo vi sentarse frente a su escritorio.
—Espera, ¿cómo que te irás conmigo? ¿Por qué?
—Porque no pienso dejarte sola, Zuliney—dijo tecleando rápidamente en su computador—. No sé si tiene relación con lo que pasó con tu madre, pero no irás sola. Fin de la discusión.
Elevé ambas cejas. Se me hacía todo tan surreal que no pude argumentar nada más.
—Gracias, supongo—comencé a caminar fuera de la habitación, escuché el sonido de un asiento moverse y luego, la mano de Taeyang me agarró y me hizo estrellarme contra su pecho.
—Te veo en la mañana, ¿ok? —dejo un suave beso sobre mis labios y luego otro en mi cuello. Y así comenzó un juego de besos mientras caminábamos hacia atrás, hasta la puerta.
—Está bien—dije en voz baja.
Volvió a plantarme otro beso y lo obligué a cerrar la puerta. Solté un largo suspiro y mis ojos se movieron hasta divisar una figura al final del pasillo.
Tania Fath, con una vestimenta casual con manchas de pinturas por todo el lugar, me miraba fijamente con los ojos entrecerrados. Me tensé pero camine en su dirección. Ella seguía mirándome con una mirada sospechosa como Pascal, el camaleón de Rapunzel miraba a Eugene.
—Lo vi todo—fue lo que dijo cuando estuve frente a ella.
Cubrí mi rostro con ambas manos. Entre a su habitación pasándole, por un lado. Había más cuadros que de costumbre. Me senté en el suelo al lado de uno que mostraba a una chica con una vestimenta blanca con un pecho por fuera. Me le quedé mirando curiosa y Tania entro cerrando la puerta.
—Puedo entender la fascinación, pero no deberían—no sonó grosera, más bien sonaba como alguien que se preocupaba por tu bienestar.
—Es que no sé cómo paso. De verdad que no lo sé. Pero me gusta mucho.
—No debería gustarte—murmura ella con los brazos cruzados.
—Pero me gusta—levante la mirada—. ¿Qué debería hacer?
—Haz que deje de gustarte—dijo deteniéndose frente a mi e inclinándose para estar a mi altura—. Ya es seguro que Nirvana te cortará el cuello, solo es cuestión de tiempo.
—No sé qué hacer—volví a cubrir mi rostro por la vergüenza de que nos hubiera pillado besándonos.
—Taeyang, no es ni la mitad de lo que hoy conoces. Aléjate antes de que se haga tarde Zuliney. Lo menos que quiero es que salgas herida. Es mi amigo y lo quiero, pero tú también eres mi amiga y no mereces...nada de lo que es capaz de hacer.
—Pero fue él quien me besó—dije agarrando mi cabeza.
Mi mente estaba hecha un desastre. Estaba nerviosa porque habíamos cruzado una línea. Taeyang y yo éramos amigos, pero acabábamos de besarnos y mañana nos iríamos del país. ¿Qué se supone que pasaría con nosotros?
—Supongo que no me sorprende—se sentó frente a mí. Tenía el cabello recogido y estaba manchado con pintura. Hoy no tenía ojeras, de hecho, parecía que había dormido bien.
—Se ve que dormiste bien—mencioné. Ella giró los ojos y puso una mano en mi hombro.
—Escúchame con atención Zuliney. Aléjate de Taeyang. Te lo digo en serio.
Eso me puso en alerta y varias lágrimas bajaron por mis ojos.
—¿Por qué?
—Porque debes hacerlo. No me corresponde decirte, pero conociéndolo jamás te lo diría. Solo debes saber que es por tu bien. No sigan esto que esta pasando entre ustedes. Debes parar. Por favor, Zuliney—nunca, en el tiempo que llevaba viviendo aquí había escuchado a Tania hablar así.
La mayoría del tiempo ella estaba toda curiosa por saber si pasaba algo entre el gemelo y yo, pero solo se limitaba a decirme que evitara que Nirvana se enterara. Ahora era diferente. Ella parecía demasiado preocupada.
—¿Qué está pasando Tania?
—No puedo decirte, solo aléjate.
—No puedo hacerlo, mañana nos iremos a mi país.
Ella elevó ambas cejas.
—¡Ay, no! —dijo cubriéndose la boca.
—No es lo que piensas, yo me iba sola, pero Taeyang se ofreció a acompañarme.
—¡Qué generoso por su parte! —soltó con sarcasmo.
Se me hizo tan curioso que estuviera actuando así. De verdad que no me esperaba que Tania me dijera que me alejara de Taeyang. Me pregunto si era malo lo que oculta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro